Para ti, Alberto.
Querido Alberto:
No me llamo Margaret y no soy una mujer. Me has descubierto. Como en aquella película: “nadie es perfecto”.
Soy Luis Romero. ¿Te acuerdas de mí? Tú me llamabas “Don Luis”. Han ocurrido tantas cosas en tu vida, que es posible que me hayas olvidado. Soy tu profesor de Literatura en primero y segundo de BUP. ¿Me recuerdas ahora? ¿Recuerdas nuestro taller de lectura? Sí, el que bautizamos con el nombre “El Club de los poeta vivos” por sugerencia tuya. La película de Robin Williams se acababa de estrenar y a ti te impresionó tanto. Decías que gracias a ella ibas a ser escritor. ¡Lo has conseguido! Estoy muy orgulloso.
Aun conservo los comentarios de texto que hiciste de Zalacaín el aventurero y de Platero y yo. Nunca he tenido un alumno tan bueno como tú. No parabas de leer y tuve que prestarte otros libros que no estaban en el programa. Cómo agradeciste que te descubriera a Gironella y, sobre todo, a Martín Vigil. Me decías que este último había dado un nuevo sentido a tu fe cristiana. Yo, en secreto, siempre admiré en ti lo bien que razonabas, a tus 15 años, tu fe. Me han contado que ya no crees. Una pena. Me imagino que Jose Antonio ahora te parece un facha trasnochado y un romántico iluso. ¿Verdad? Otra pena.
No viniste a mi fiesta de 80 cumpleaños. Acudieron todos los integrantes del Club de lectura. Todos los Poetas Vivos. Solo faltaste tú, el capitán. Comprendo que te avergüenzas de nosotros. Tú ahora eres un escritor moderno y famoso. Y tienes otros principios.
Ese es el motivo por el que me vi obligado a abrir este blog. Yo sé que tú, independientemente de la que hoy es tu ideología y de lo que piensas sobre la religión, tienes madera de buen escritor. No puedo admitir que esas dotes innatas para la prosa y la poesía (¡Qué poemas componías para la fiesta de Nuestra Señora la Virgen María cada mes de Mayo!) se desperdicie. Mi intención es hacerte volver al buen camino. No me quiero morir sin conseguir que escribas una novela de verdad: Esa novela que tú y yo sabemos que llevas dentro.
No te enfades conmigo. Todo lo he hecho por tu bien y el de la buena literatura.
Tuyo afectísimo.
Luis Romero.
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Joer con la picailla, no tienen vacaciones?
Mañana, querido Erik, nos vamos de vacaciones 3 semanas y te dejamos tranquilo. No te preocupes.
Un saludo
La sargento Margaret.
¡Buuuuuuu! (abucheos)
Jajajaja. Aún a riesgo de ser censurado por una mente ya.entrada.en.edad…
You’re so cute when you’re frustrated, dear.
Qué tierno todo. Es un Tolstoi en pequeñito. Resentimiento, frustración, sueños incumplidos, soledad, aburrimiento.
Gracias por tu visita y comentario
La sargento Margaret.
vaya, el viejo profesor atacando a uno de sus alumnos. Luego dicen que los alumnos son díscolos… estos barros aquellos lodos…
Creo que me gustará vuestro blog.
(Y quizá os interese el mío).
Amigo Iracundo:
La patrulla de salvacion se siente muy honrada por tu visita. Somos seguidoras (fans) de tu blog desde hace anos
un saludo
estas en tu casa
La sargento
cuando alguien hace algo mal provoca indiferencia como mucho
cuando alguien hace algo bien provoca envidias, odios, suspicacias, resentimientos y este tipo de gilipolleces
ya lo decía nietzsche hablando de la moral de esclavo (tan española, y esto lo digo yo)
supongo que olmos lo está haciendo de puta madre si os tiene a tanta gente picada prestándole atención
Lo unico que hecemos es defender el libro y denunciar todo lo que va en contra del libro. Las trampas van en contra del libro
un saludo
La sargento Margaret
yo creo que defendéis una idea de lo que debe ser un libro, como tantas otras que puede haber. Habláis de opiniones (las vuestras) como si fueran dogmas. La novela es el género informe, el cajón de sastre de la literatura decía Pío Baroja. Hubo gente que para defender el libro y denunciar todo lo que va en contra del libro atacó a Cervantes, a Flaubert, a Zola, a Unamuno y a cientos más. A los que dieron un paso adelante. Os estáis poniendo a ese nivel. Pero bueno, hay gente que viola menores o que mata a su mujer. Supongo que vuestro reaccionarismo es un mal menor. No volveré a este blog. Me metí por curiosidad pero no soporto los dogmatismos ni a los iluminados. Un saludo. No creo que vuelva a pasar por aquí.
Lo de ustedes es bastante asqueroso, la verdad.