LITERATURA Y MERCADO: Patricio Pron

Patricio Pron acaba de publicar, en el número de septiembre de la revista Letras Libres, un interesante artículo. [Patricio: lo tuyo es el ensayo. Pero no da de comer ¿verdad? Animalico].

El título es Literatura y mercado y ha sido inteligentemente comentado por Raul Argemí en Sigueleyendo. Discrepo con los dos en alguna cosa. Desde nuestra modestísima, e “iletrada” opinión, claro.

Nosotras, iletradas y empobrecedoras del lenguaje y del intercambio de ideas, como nos llama Pron a los que escribimos y hacemos comentarios en blogs, (Argemí le da la razón), por tocar las narices -seguro que así piensa Pron- nos vamos a meter en la discusión, como moscas cojoneras que somos. Allá vamos:

Dice Pron en su punto 7:

La idea de que todas las personas pueden opinar sobre todos los temas es, desde luego –y solo aparentemente–, muy democrática, pero en realidad no es más que la deriva de una ficción estatal de acuerdo a la cual todos tenemos las mismas posibilidades de ser ricos y famosos y bellos. A la ficción del valor de la participación y del comentario –actualizada recientemente con la multiplicación de los eventos del tipo de “escriba con” o “complete el cuento de”, que me parecen sencillamente demagógicos– le debemos numerosos malentendidos y también un empobrecimiento del lenguaje de la crítica –y su sustitución por un cierto tipo de crítica subjetiva que consiste en la glosa de los textos desde la incapacidad o el desinterés por comprenderlos, en una actitud tan empobrecedora en su negatividad como el exceso laudatorio que uno puede encontrar a veces en ese tipo de prensa cultural que se limita a administrar el elogio y las relaciones personales– y, en general, el entorpecimiento hasta la parálisis del intercambio de argumentos y de ideas.

Yo le digo a Pron (y a Argemi) que si las editoriales cumplieran con su labor (no me refiero a la de ganar pasta) y además no se empeñaran en hacer desaparecer las librerías, los autores se dedicaran solo a escribir y, lo más importante, la crítica no se hubiera vendido descaradamente a las editoriales, nosotras no estaríamos dejándonos los cuernos en esta ingrata labor que es la de denunciar tanta basura y engaño como hay en el mundo editorial. Estaríamos, si todo funcionara, tumbadas al solecito con una novela, leyendo. Ya lo explicamos en el “about” de este blog. Por eso, que quede claro: Si nosotras, incultas marujas y amas de casa jubiladas, hemos tenido que saltar al campo de batalla (que ya es fuerte que 4 viejas tengan que ser las que salgan en defensa del libro), es porque los profesionales no están haciendo lo que deberían hacer. ¿Se imaginan que los que hubieran dejado de cumplir con su deber fueran los cirujanos? No lo quiero ni pensar. Pero como parece que en el mundo del libro todo vale, pues así estamos. Una vergüenza, oiga. Pero no vamos a permitir que esto continúe. No desistiremos. Y, al final, venceremos. Aunque a Pron le joda.

Estamos de acuerdo con Pron en la denuncia de la falsa “vanguardia” literaria:

Punto 5.

Una vanguardia, digo, que a diferencia de las que le precedieron no acepta su condición minoritaria y, por el contrario, aspira de manera indisimulada a la popularidad, que mide en libros vendidos, número de amigos en las redes sociales, visitas a la página web de los autores o comentarios en sus blogs. Que la popularidad sea el criterio determinante de valor en la concepción que estos autores tienen de la literatura es una prueba más de su carácter conservador, entre otras cosas porque la popularidad de un autor resulta del apoyo que recibe su obra por parte de las mayorías; ahora bien, estas mayorías son las que determinan el estado de cosas, de manera que cualquiera que considere que las cosas no están bien –y no se me ocurre quién y con qué argumentos podría afirmar lo contrario–, y acepte que no lo están debido a las mayorías, debería escapar de esas mayorías como se escapa de la peste: hasta acabar con la lengua afuera. Quizás también habría que huir de ese tipo de veleidades de vanguardismo de masas, ya que la vanguardia literaria contemporánea parece ser –y quizás sea– el nuevo realismo.

Los demás puntos se los pueden ahorrar pues repite lo mismo que en los puntos 5 y 7, pero incorporando digresiones varias.

Lo más curioso del artículo es que Pron denuncia lo que él mismo está haciendo.

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12 respuestas a LITERATURA Y MERCADO: Patricio Pron

  1. Anónimo dijo:

    Curioso este chico: Desde su blog corporativo (PRISA) escribe reseñas y citas inspiradoras de Vila-Sanjuán y de Rodríguez Rivero (oh, casualidad). Gana premios amañados. Invita a su boda a Juan Cruz. No se pierde un sarao (chiste: qué raro, ayer he ido a un evento literario en Madrid y no estaba Patricio Pron). Escribe novelas lacrimógenas y victimistas. Ataca a quien hay que atacar y elogia a quien hay que elogiar. Diserta sobre independencia y conservadurismo desde Letras Libres. Figura en la lista Granta y luego la critica. Se propone como modelo de pureza literaria. Se proclama implícitamente el heredero de Bolaño, con quien según él mantuvo un apasionante intercambio epistolar (qué raro que Bolaño, que mencionó a tantos escritores jóvenes, nunca nombrara a Pron). Escribe joyas estilísticas y sintácticas como: «También, y principalmente, los emparenta su desinterés por el cuestionamiento de una sociedad que se articula en, y fomenta, la existencia de clases sociales y de las desigualdades que les otorgan sentido; más aún, la literatura sirve, de forma involuntaria o deliberada, a la perpetuación de ese estado de cosas mediante actitudes como la perpetuación de la ficción estatal de la igualdad de oportunidades y la negación de la existencia de las clases sociales o la afirmación tácita de que solo existieron en el pasado, que es lo que sucede con la mayor parte de la novela histórica, en particular la que tiene como tema la Guerra Civil española, que narra conflictos de índole ideológica y económica que se presume que tuvieron lugar en el pasado pero ya no sucederían más». Hace años que no se veía algo así.

    • Antonio dijo:

      Te repites, anónimo. Cada vez que hablan de Pron tú cortas y pegas tu comentario (supuestamente) acertadísimo. «Gana premios amañados»: ¿amañado porque no lo ganaste tú? Cuéntame los «saraos» a los que va Pron, que yo lo ando buscando, pero da pruebas en lugar de repetirte.

    • Anónimo dijo:

      No leí a Pron pero no creo que denuncie «lo que él mismo está haciendo». Si lo denuncia será porque no está de acuerdo… Más allá de los rumores y de lo que dice el anónimo de arriba (que no aporta ninguna prueba) lo único que justifica el post es otro artículo de Pron en el que él dice cosas con las que se puede o no estar de acuerdo, pero habrá que ver quién tiene los cojones de decir lo que él dice y firmarlo con su nombre. El único dato comprobable de todo lo que se dice aquí es que Pron escribió ese artículo. Lo demás son interpretaciones y rumores. Saludos.

  2. Palimp dijo:

    Hombre, sería curioso que no nos dejaran opinar sobre algo. Que luego no todas las opiniones valgan lo mismo, vale. Pero que manía tiene mucha gente a que se democratice el hablar sobre libros.

  3. Raúl Argemí dijo:

    Las editoriales venden libros como podrían vender zapatos. Los diarios necesitan las noticias para rellenar los espacios entre los avisos. Muchos piensan, como ustedes o García Márquez, que ambos rubros tienen intrínsecamente un valor social que no ejercen. Yo no estoy seguro de que sea algo más que empresas con fines de lucro. Por suerte la tecnología nos pone al alcance armas que, si no sirven para cambiar esa realidad, al menos sirven para ponerle palos en las ruedas. Los blog y hasta la radios piratas -que alguna vez estuve haciendo radio en una- sirven para mover las aguas pantanosas, y no reniego de ellas.
    Dicho esto, reitero, no es para todos la bota de potro. Tal vez me faltó decir, o lo dije a medias, que estar en un medio «reconocido» no significa que el que escribe allí pueda decir algo inteligente. Así las cosas, prefiero nadar en un mar de boludeces sabiendo que, en la misma ínfima proporción que se presenta en cualquier otra parte, encontraré golpes de inteligencia y puntos de vista que me deslumbrarán.
    Aparte de eso… Pron carga contra los pedantes y yo lo sigo. Tal vez, para no decir seguramente, desde una actitud algo pedante.

  4. Mi madre decía: «reunión de pastores: ovejas muertas». Esta canción suena a lo siguiente: a que a los intelectuales (al menos a algunos), listisimos ellos -y aquí incluyo editores, autores y críticos- lo que les interesa es cocinarselo y comerselo ellos solos. Y por eso no quieren que las tontitas y los tontitos se pongan a escribir blogs y comentarios. Lo malo es que no meriendan pan con mantequilla. Se comen crudos a los lectores desinformados e incautos. Esos lectores que no acaban de salir de unn trampa literaria/editorial y ya se han metido en otra. Y de Argemi (por su trayectoria y por su edad) no sospecho, pero de Pron si. Con artículos como este (repito: muy interesante) está haciendo el juego sucio a las editoriales, a las grande, aa las potentes, a las que ganan dinero. Pron quiere la gloria de Bolaño y está haciendo lo necesario. Tiene la suerte, Pron, de que en el campo de juego literario nadie da pie con bola. Por eso el tuerto es es el rey. Argemí corrige el mandoble (un poco) con su comentario, pero sigo sin entender como ha podido bailarle el agua a Pron en ese punto 7 tan dañino. Pron duda de que las ventas de la última novela cubran el anticipo que le dió Mondadori. Esta es una forma de pagar. La buena literatura nunca se lo perdonará.
    La sargento Margaret, que está muy triste

  5. Antonio dijo:

    Al menos Pron tiene los huevos de firmar con su nombre. Parece que no todos tienen el mismo coraje.

  6. Pingback: Y otro más | sigueleyendo.es

  7. Juan Poz dijo:

    ¿Y qué coño tendrá que ver el nombre con los huevos y estos con el coraje? Hasta donde yo tengo experiencia, que en un prejubllado no deja de ser bastante, jamás nadie me ha plantado cara con los huevos, sobre todo porque, y eso es algo que me llama la atención de los musculitos de gimnasio, la debilidad testicular es un auténtico talón de Aquiles, o éste hace de aquellos, en caso de reyerta, un estropicio que se derrumba hasta la más fornida de las torres, doblada por el dolor. No es la firma, señor mío, la que añade o quita coraje, sino la provisión de razón indiscutible que haya en nuestras afirmaciones. El autor de El Lazariillo se desnombró a conciencia. Otros, como Pessoa, o modestamente un servidor, multiplican sus nombres en heterónimos, como los de Machado, de mayor o menor fortuna. Algunos, en fin, tendrán el nombre y les faltarán las obras, esas que son amores…

  8. ¡Jajajajaja! ¿Pero este chico no es capaz de utilizar el punto ortográfico? Menudas letanías autofelativas repletas de -esto- y -lo otro-.

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