POR QUÉ HAY MÁS ESCRITORES QUE ESCRITORAS; Cisma en la Patrulla de Salvación

Nota 1 de la sargento:

El resto de patrulleras (Daphne, Samantha y Josephine) me han obligado –como condición sine qua non para publicar este “post”-  a que ponga por escrito que ellas están en total desacuerdo con lo que voy a escribir a continuación y a resaltar que esto se publica porque me he impuesto haciendo valer mis galones. También piden que deje constancia de que en estos momentos están reunidas a puerta cerrada considerando seriamente la conveniencia de una escisión de la Patrulla de Salvación.

Nota 2 de la sargento:

Publico esto, aun  con la oposición de mis compañeras, porque en los estatutos fundacionales de este blog figura como una regla principal la obligación de denunciar las medias verdades, aquello que todos aceptan (aunque sospechan que no es cierto) para evitar la incorrección política. En Patrulla de Salvación –es nuestro deber- se dice la verdad y punto. Y si el resto de patrulleras me abandona y tenemos que cerrar el blog, al menos nos quedará la satisfacción del deber cumplido hasta el último momento.

 

Maslow

Se viene hablando mucho de la “paridad”alcanzada (“respetando criterios estrictos de calidad”) en la última antología de escritores jóvenes (esta): 20 escritores = 10 escritores macho + diez escritores hembra. Hace unos meses, en EL PAÍS (aquí), Laura Freixas, que dice lleva estudiando el fenómeno desde hace más de 20 años, se preguntaba (y se respondía): “Qué fue de las escritoras. Quince años después del “triunfo de lo femenino”, las autoras siguen relegadas.” La tesis de Freixas es sencilla, simple y pesimista: muy pocas escritoras llegan a ser reconocidas públicamente con premios serios (el Planeta, según ella, no lo es). Y eso es por culpa del machismo aún imperante en la sociedad española.

Lo que argumenta Laura Freixas era verdad hace más de veinte años (el tiempo, más o menos, que ella está de guardia). Pero desde el comienzo de los años 90, las cosas han cambiado en España.

La tesis que voy a defender es que hombres y mujeres son igual de inteligentes y están igualmente capacitados para ser buenos escritores. Ahí están los ejemplos de grandes autoras. Lo que ocurre es que terminan llegando a ser escritores de verdad menos mujeres que hombres, eso es un hecho. Y no a causa de la educación recibida o de la oposición de padres, familias y resto de la sociedad. Las mujeres que llegan a ser grandes escritoras son igual de buenas o mejores que los hombres, pero llegan menos. Tranquilos, ya les explico por qué.

Comienzo mi análisis. Vamos a seguir el ascenso de unos jóvenes y de unas jóvenes por la pirámide de Maslow hasta llegar a la cima, que en este caso coincide con la gloria literaria. Veremos a muchos comenzar y a muchos caer por el camino. Pocos serán los que lleguen a la cúspide.

¿Qué motiva a alguien a iniciar la carrera de escritor? Lo que está claro es que no se hace por prestigio ni por dinero. Siendo así, la oposición paterna suele ser hoy de la misma intensidad si el candidato es del genero masculino o del femenino.

Pero supongamos que el/la candidato/a ha conseguido vencer las trabas iniciales. Lo tenemos a él o ella en la línea de salida y para analizar su trayectoria hasta llegar a ser un gran escritor nos vamos a servir de las teorías de Maslow. Este psicólogo americano utilizó su famosa pirámide para explicar –con base en una jerarquía de necesidades- lo que motiva a una persona durante su vida o su carrera profesional.

 

Pirámide de Maslow

En el primer estrato de la pirámide están las necesidades fisiológicas. Sólo cuando una persona tiene satisfechas estas necesidades (comer, respirar, …) pasa a preocuparse de lo siguiente.

En el segundo estrato tenemos las necesidades de seguridad:  estabilidad laboral, seguridad física, cobertura médica… En este peldaño, cuando hace años de verdad reinaba el machismo –que lo había y muy salvaje-, caían muchas candidatas. Hoy no se queda ninguna por este asunto.

Todos ustedes –estoy segura- están pensando que si los aspirantes a escritor (ellas o ellos) fueran inteligentes, y tal como está la cosa, mi análisis debería terminarse aquí. Porque ninguno de los candidatos (ni ellos ni ellas) pasaría de este punto en su escalada hacia la cumbre. Una profesión que no garantiza lo mínimo… Pero ya sabemos que los/las hay tozudos/as.

Pero sigamos que vienen curvas. Constatemos antes un hecho importante: el auténtico escritor (o escritora) va a tener que pasar muchas horas, días, meses y años solo o sola delante del ordenador. Escribir no se hace en compañía.

Siguiente escalón: Necesidades de Pertenencia. (Aquí copio la definición del doctor C. George Boeree)

Las Necesidades de Pertenencia. Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad se completan, empiezan a entrar en escena las terceras necesidades. Empezamos a tener necesidades de amistad, de pareja, de niños y relaciones afectivas en general, incluyendo la sensación general de comunidad. Del lado negativo, nos volvemos exageradamente susceptibles a la soledad y a las ansiedades sociales. En nuestra vida cotidiana, exhibimos estas necesidades en nuestros deseos de unión (matrimonio), de tener familias, en ser partes de una comunidad, a ser miembros de una iglesia, a una hermandad, a ser partes de una pandilla o a pertenecer a un club social. También es parte de lo que buscamos en la elección de carrera.

Les había avisado que venían curvas. Es aquí donde muchos chicos y chicas comienzan a caerse. Y el hecho –y esto no tiene nada que ver con el machismo- es que abandonan más mujeres que hombres. Y es así por la simple razón de que la mujer –por ser la que tiene o puede tener hijos- siente con más intensidad estas necesidades de pertenencia, le guste o no. Estas necesidades apartan de la carrera de escritor en mayor cantidad a las mujeres que a los hombres. También es cierto que algunas mujeres consiguen vencer esa tendencia. Saldrá alguna de las lectoras de este blog a decir ahora que es el machismo lo que permite al hombre escritor, casado y padre de familia, desarrollar su vocación porque su compañera se ocupa de todo lo doméstico. Eso valía en los tiempos de Camilo José Cela, pero hoy, en el siglo XXI, ya no es verdad. Seamos honestas.

Hoy, muchos «escritores» jóvenes con facebook y twitter y… se creen que están acompañados y que eso del autor solitario es cosa del pasado. Se equivocan, pero ese es otro tema del que ya hemos hablado en este blog.

Siguiente estrato:

 Las necesidades de estima. A continuación empezamos a preocuparnos por algo de autoestima. Maslow describió dos versiones de necesidades de estima, una baja y otra alta. La baja es la del respeto de los demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento, atención, reputación, apreciación, dignidad e incluso dominio. La alta comprende las necesidades de respeto por uno mismo, incluyendo sentimientos tales como confianza, competencia, logros, maestría, independencia y libertad. Obsérvese que esta es la forma “alta” porque, a diferencia del respeto de los demás, una vez que tenemos respeto por nosotros mismos, es bastante más difícil perderlo. (Dr. C. George Boeree)

Las pocas chicas aspirantes a escritora que habían superado el estrato anterior de la pirámide se encuentran ahora con un obstáculo aun más duro de superar: la necesidad de autoestima. Y qué ocurre aquí; pues que de nuevo la biología tira más hacia abajo de ellas que de ellos. A ellos –por regla general-  les satisface y mucho que se les tome por inteligentes, valientes, poderosos y la carrera de escritor les puede traer eso. Ellas –por regla general- prefieren ser consideradas atractivas, buenas madres. He escrito “por regla general”, cuidado, no me hagan vudú todavía. ¿Hay mujeres que aprecian más ser reconocidas por su inteligencia y su creatividad que por su atractivo físico? Por supuesto. Lo digo tres veces más: Por supuesto, Por supuesto, Por supuesto. Pero, ¿Es cierto también que ellas sentirán –de nuevo por el hecho natural e irrenunciable de poder concebir una vida humana, de tener útero y ovarios- la tentación de abandonar la escalada hacia la profesión de escritor con más intensidad y en mayor número que los hombres? Sí, está muy claro.

Ya sé que ahora mismo muchas de ustedes (las del sexo femenino) me están odiando intensamente. Otras están pensando que sólo  procuro epatar. Pero les recomiendo que busquen en internet (yo lo he buscado y no lo encuentro, soy un poco negada) un experimento que se hizo en una universidad hace 10 años. Se colocó a 20 chicos enfrente de 20 chicas. Ellos, mirando a los ojos a sus compañeras, tenían que decir: “eres muy guapa” repetidas veces. Luego midieron el efecto en la autoestima de ellas. En la segunda parte, ellas, mirando también  fijmente a los ojos de ellos, repetían: “eres muy valiente”. Volvieron a medir. En una tercera fase se repitió la experiencia pero cambiando la frase. Los resultados fueron muy diferentes.

Hablamos de biología.

Les recuerdo que no estoy menospreciando a las aspirante a escritor del sexo femenino. Sólo estoy demostrando por qué llegan menos mujeres que hombres a ser escritoras dignas de reconocimiento. Si al hecho de que se trata de una profesión que da poco dinero y poca seguridad unimos las fuertes necesidades de pertenencia y el hecho natural de que la autoestima de la mayoría de las mujeres está más vinculada a la belleza y a la capacidad de atraer al sexo opuesto que al éxito intelectual, entonces, digo, es normal que abandonen la escalada más mujeres que hombres. Nada que ver con el machismo.

Maslow colocó en la punta de la pirámide la auto realización. Pero esta fase de necesidades («del ser», la llama el psicólogo) no es útil para nuestro análisis porque opera igual con independencia del género. Además, pocos escritores (ni ellos ni ellas) han llegado alguna vez en la historia de la literatura a esa fase caracterizada (siguiendo la interpretación que C. George Boeree hace de Maslow) por:

Estas personas están centradas en la realidad, lo que significa que pueden diferenciar lo que es falso o ficticio de lo que es real y genuino. También son personas centradas en el problema, o lo que es lo mismo, personas que enfrentan los problemas de la realidad en virtud de sus soluciones. Y además tienen una percepción diferente de los medios y los fines. Creen que los fines no necesariamente justifican los medios; que los medios pueden ser fines en sí mismos y que los medios (el viaje) son con frecuencia más importantes que los fines.

Poseen también una manera peculiar de relacionarse con los demás. En primer lugar, tienen una fuerte necesidad de privacidad, y se sienten cómodos estando solos. Son relativamente independientes de la cultura y el entorno, apoyándose más en sus propias experiencias y juicios. Además, poseen lo que Maslow llamaba valores democráticos, o sea, que están abiertos a la variedad étnica e individual, e incluso la defienden. Tienen la cualidad llamada en alemán «Gemeinschaftsgefühl» (interés social, compasión, humanidad). Y disfrutan de las relaciones personales íntimas con pocos amigos cercanos y miembros familiares, más que un montón de relaciones superficiales con mucha gente.

Tienen un sentido del humor no hostil, prefiriendo las bromas a costa de sí mismos o de la condición humana a las dirigidas a otros. Prefieren aceptar a las personas como son, más que querer cambiarlas. La misma actitud la tienen consigo mismos: si tienen alguna cualidad que no sea dañina, la dejan estar, incluso aunque sea una rareza. En consonancia con esto surge la espontaneidad y la simplicidad: prefieren ser ellos mismos antes que pretenciosos o artificiales.

¿A que no conocen de ningún escritor o escritora (con vida o sin ella) que goce, o gozara, de estas cualidades?

Corrijan, entonces, lo que dije de que la cumbre de la pirámide de Maslow coincide con la gloria literaria. Los grandes escritores nunca son las mejores personas. Pero este es otro asunto.

Actualización a 25 de nov. de 2013.

También hay llorones (aquí). En masculino.

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118 respuestas a POR QUÉ HAY MÁS ESCRITORES QUE ESCRITORAS; Cisma en la Patrulla de Salvación

  1. Nomevengasconrollosquetemuerdo dijo:

    No estoy de acuerdo y no sé en que mundo vives para confundir lo particular con lo general: la presión del entorno sobre las mujeres cuando tienen hijos sigue siendo nefasta, hasta conducirlas al abandono de sus aficiones o profesión, si esta le exige que le dedique más tiempo que a la familia, algo que no ocurre todavía con los hombres. Quizá esa presión no sea tan visual ni directa como hace cincuenta años, pero aunque sea menos sutil no es menos dañina, sobre todo con la culpabilidad. Lo que tú apuntas es la excusa de los de siempre para justificar las dificultades que hoy en día todavía tiene la mujer para llegar a la «cumbre»: ella es la que abandona porque tiene otros intereses (nada despreciables, por cierto, pero sí contrarios al sistema de vida actual y la mentalidad machista y arcaica existente en muchas empresas respecto a la compatibilidad de la vida familiar y el trabajo), sin contar los despidos por embarazos o por la atención a los hijos, que sigue recayendo sobre la madre, y me refiero a los no biológicos. Sobre la apariencia, otro tanto. la presión social de la moda y la publicidad convierte en marginal a una mujer que no está dentro del «modelo» estético mayoritario, y como consecuencia, su culpabilidad e intento de integrarse.
    Para mí la causa de que haya menos escritoras es que hay una menor visibilidad y promoción de las escritoras, sobre todo si son noveles, aunque sean más abundantes que los hombres, y esto lo he visto en muchos Clubs de Lectura, grupos literarios, y como no, editoriales.

    • Juan Ferre dijo:

      Por lo que leo supongo que quieres decir que la mujer soporta peor la presión. O que soporta más. Sera porque los interes de la mayoria de las mujeres tienen que ver con las relaciones sociales.

      Yo añadiria un porque mas a los motivos por los cuales hay mas escritores que escritoras. No hay muchas novelas escritas por mujeres en las que no aparezca el amor, lo cual resulta de lo mas coñazo

      • Perfidia dijo:

        El menosprecio de los temas considerados ‘femeninos’ es algo que me toca la moral por no decir el coño. Para usted son un coñazo, y está en su derecho, igual que para mí los temas bélicos son el sopor, pero me estoy aprovechando de su comentario particular para hacer una reflexión general.

        El mundo femenino o tradicionalmente considerado femenino es un mundo de segunda categoría en el espacio público.

      • Es que, Perfidia, podría ser que eso llamado «mundo femenino» -igual que lo llamado «mundo masculino»- no sea más que una chorrada.

      • Perfidia dijo:

        Para mí son una chorrada todas las etiquetas, pero facilitan el entendimiento.

      • Joane dijo:

        Comprendo que haya personas a las que determinados temas, como las relaciones humanas, las emociones, el sexo o el amor, les incomodan o, simplemente, no les gusta encontrarlos en sus lecturas. Es legítimo. Allá cada cual con su gusto. Son temas considerados tradicionalmente femeninos. Otra cosa es que realmente en la actualidad las mujeres se centren en ellos o no.
        Pero vale, no lo descarto, podría ser. Vamos a aceptar pulpo como animal de compañía: «No hay muchas novelas escritas por mujeres en las que no aparezca el amor». Supongo que te refieres amor sexual por una pareja, no forzosamente hetero, y descartando el amor filial, el patriótico o la amistad, p.e. Pero, en mi opinión eso no hace que per se una novela sea un coñazo. Claro que soy mujer y me gusta el tema romántico, por lo que es posible que el prejuicio sea mío y no sea imparcial.
        Pero si esto es así y tú tienes razón, creo que en cierto sentido confirmarías mi tesis. Hay «temas femeninos» que no interesan a los hombres. La crítica y la academia son mayoritariamente masculinos y han tenidos siglos para establecer un «canon» patriarcal y masculino de lo que tiene mérito. Los temas femeninos no están entre ellos y por eso se menosprecia la obra que los trata. Es decir, el problema no sería, entonces, que no haya escritoras «de verdad». Es que a sus obras no se las considera «de verdad» porque tratan temas «femeninos» y de una forma femenina.

    • Marie Jujika dijo:

      Todavía recuerdo perfectamente, no está tan lejos en el tiempo, cuando me habían preguntado, tras el posterior examen físico, sí, es así de crudo,notabas cómo te examinaban, por supuesto era un hombre, a la hora de contratarte, por delante, por detrás, al entrar en el despacho, para cubrir una plaza de contable en una oficina, si estabas casada o tenías hijos. Y cómo, tras haberte contratado y llevar ya unos años, escuchabas los comentarios «bienintencionados» del jefe de que él no contrataba mujeres que quisieran tener hijos. Eso es cierto. Existe. Y así para todo, porque todo se rige por el grado de «rendibilidad» que se supone miden los que mandan, sean hombres o mujeres, puesto que desgraciadamente el baremo está por encima de cualquier tipo de compatibilidad humana y lógica.

  2. Nomevengasconrollosquetemuerdo dijo:

    Borrar el primero, que se man ido los dedos con las teclas, je je.

  3. Anahata dijo:

    Parece tan simple que diríase equivocado… Pero estoy de acuerdo en todo.

  4. Joane dijo:

    Personalmente, me habría parecido más interesante enfocar el tema de las formas de narración masculinas frente a las formas narrativas femeninas (hay folkloristas que han analizado esto). Y habría sido más enriquecedor preguntarse hasta qué punto la crítica (mayoritaria e históricamente masculina y patriarcal) está influida o no por prejuicios de género, valorando más (o únicamente) a aquellas mujeres que escriben al estilo masculino y desdeñando como obras de «escritoras que no son de verdad» a las que no encajan en sus esquemas tradicionales.
    De verdad, ¿denunciar medias verdades? Esto parece ser una mera opinión particular, pues no veo que cite ningún estudio dedicado a la cuestión.
    Parece más bien que, usando como excusa una entrañable antigualla como la pirámide de Maslow, se quiere presentar como algo «biológicamente natural» el que la crítica y la academia (mayoritariamente masculina) valoren a pocas mujeres como «escritoras de verdad».
    Vamos, que lo mismo podría decirse con «juezas de verdad», «arquitectas de verdad», «actrices de verdad», «barrenderas de verdad», «médicos de verdad», etc. Están los profesionales «de verdad», hombres mayoritariamente, por supuesto, y luego están las «marujas» que jugamos a ser otra cosa pero que no lo somos «de verdad». Alguna vez he leído argumentos análogos sobre la literatura afroamericana en los EE. UU., e incluso sobre los bajos resultados académicos de las diversas minorías, como si hubiera una justificación biológica para ello.
    En resumen, que si llegáis a la escisión, avisad para saber a quien seguir.

    • jose dijo:

      Es que esos resultados raciales, por muy ciertos que sean estadísticamente, no son más que números si los descontextualizamos del entorno social.
      Es como decir que los adolescentes homosexuales son más débiles por que el índice de suicidios e intentos de suicidios es mucho mayor que entre sus compañeros heterosexuales.
      Desde el punto de vista del análisis de un dato, puede ser perfectamente correcto, pero la conclusión no deja de ser errónea, ya que no se tiene en cuenta el nivel de presión infinitamente mayor (ya sea familiar o social) que soporta un adolescente gay, que uno heterosexual en sus mismas circunstancias.
      Eso es aplicable a los estudios raciales, y en muchos casos (al igual que en el caso anterior) existe una respuesta predeterminada, con lo que todo el estudio está encaminado a que de ese resultado.
      No resulta nada raro que algún que otro congresista norteamericano dirija el calificativo perezoso a Obama, algo que jamás harían si fuese blanco.

      Por lo demás, incluso aunque todas las razones biológicas sean correctas (con sus múltiples excepciones), excluir el machismo es absurdo.
      Puede que declararse machista (igual que racista, homófobo o antisemita) esté mal visto, pero eso no significa que los comportamientos machistas no sigan teniendo una influencia notoria.
      Basta ver el trato periodístico que suelen sufrir las mujeres que se dedican a la política en comparación con los hombres, cuando no creo que haya gran diferencia en el nivel de ineptitud (alto en ambos casos).
      Aunque la mujer no está excluida de la ecuación. Muchos comportamientos machistas son perpetuados por las mujeres, algunas de las cuales exhiben comportamientos y actitudes que en un hombre serían calificadas de neandertales.

      En literatura va ser difícil que las cosas cambien. Muy pocas escritoras aparecen en la enciclopedia británica, sin embargo aparecen muchísimos escritores cuya relevancia (ya sea por influencia, popularidad o consideraciones críticas) es mínima.

      • Vamos a ver: siguen existiendo machistas, está claro. Igual que sigue habiendo todo tipo de gilipollas. Pero la situación ha cambiado tanto que esos machistas ya no pueden ir diciendo públicamente lo que piensan, y menos en el ambiente de la cultura. Esos machistas no son suficientes -ni tienen el poder necesario (como sí lo tenían antes)- como para hacer que una mujer escritora suficientemente buena no reciba un premio merecido.
        Y eso es lo que denuncia Laura Freixas y se trata de una gran mentira.
        ¿Entendido?
        Maggie

  5. RR dijo:

    No estoy de acuerdo con el artículo, especialmente con la idea de que «el hecho natural es que la autoestima de la mayoría de las mujeres está más vinculada a la belleza y a la capacidad de atraer al sexo opuesto que al éxito intelectual» . Creo que, si bien puede ser cierta la afirmación, no lo es la causa, es decir: se debe más bien a cuestiones socioculturales que a la propia naturaleza. De este modo, vemos cómo ahora los hombres nos preocupamos mucho más por el atractivo físico (gimnasios, productos de belleza, metrosexualidad…) que hace 50 años, por ejemplo («el hombre, como el oso, cuanto más feo más hermoso»). De igual manera, creo que tradicionalmente se ha valorado en el hombre el prestigio y la excelencia en su profesión, mientras que a las mujeres se las valoraba por otros criterios en función de un contexto en esencia machista. Creo que el problema viene de que la sociedad ha sido muy machista hasta ahora, y lo sigue siendo un poco aún, lo cual el mundo de la literatura lo ha reflejado en su historia con total claridad. Personalmente creo que, en el futuro, esa tendencia de que haya más escritores célebres, académicos, premiados, etc, tenderá a equilibrarse y no por criterios de paridad precisamente, sino por el cambio del rol de la mujer en la sociedad que hemos vivido en las últimas décadas, y que aún ha de seguir desarrollándose. Saludos.

  6. Marie Jujika dijo:

    Hay muchas mujeres que han emprendido carreras literarias importantes y sólidas. Lo han hecho, no todas, claro está, con una edad importante. Y ahí estoy tristemente de acuerdo con muchas de las cosas que has dicho Margaret, cuando la presión social las dejaba literalmente en paz y tranquilas para poder dedicarse a lo más importante: ser ellas mismas sin importarles miradas reprobatorias a causa de sus atuendos, opiniones vejatorias, que por supuesto ya no están dispuestas a seguir consintiendo, juicios malintencionados…. En fin, más de lo de siempre, pero al menos ellas, aunque más tarde, sacarán algo positivo de toda esa eterna espera, la mujer debe siempre esperar a los demás, parece ser; la riqueza plena de su sabiduría y de saberse, por fin, dueña de sus decisiones.

    • El iniciar carrera literaria a edad avanzada es algo frecuente también entre escritores de sexo masculino. Ahí están Julio Cortázar, Raymond Chandler, Pérez Reverte o Cormac McCarthy como botones de muestra: todos empezaron a publicar ya entrados en la cuarentena. Por otra parte, también es posible encontrar escritoras que empezaron jóvenes: Virginia Woolf, con treinta y pocos, o mi admirada Patricia Highsmith, que publicó «Extraños en un tren» con veintinueve. Creo que este es un tema complicado, que no admite explicaciones simples: la pirámide puede aportar una explicación parcial, la existencia de la presión parcial del patriarcado otra. Y no son mutuamente excluyentes. Y se dejan aspectos por explicar. Claro que los humanos, sin distinción de sexo, prefieren las confortables explicaciones simples(o simplistas) y les suelen poner nerviosos/as las ambiguas o complicadas…

      • marie jujika dijo:

        No hay nada simple en la respuesta que acerca de este tema de una mujer. Incluso la que intente venderse humo.

  7. anonimous dijo:

    Yo no voy a entrar al trapo porque tengo claro que este post, al igual que otros que habéis publicado últimamente, no son más que una provocación para que nos piquemos y os hinchemos a comentarios, a ver si así conseguís volver a las épocas de esplendor de este blog (si es que alguna vez existieron), en los últimos tiempos bastante venido a menos….
    Aún así,y aunque suponga una contradicción con lo que acabo de escribir, no me resisto a comentar un párrafo de vuestra entrada, por la hilaridad que me ha provocado. A saber:
    «…A ellos –por regla general- les satisface y mucho que se les tome por inteligentes, valientes, poderosos y la carrera de escritor les puede traer eso. Ellas –por regla general- prefieren ser consideradas atractivas, buenas madres…»
    ¡Ja,ja, ja! Qué poco conocéis a la peña, amigos/as Patrulleros/as. Tenéis que dejar el ordenata y salir más de casa. En el caso de las mujeres, no sé las moverá y satisfará (aunque lo de «atractivas y buenas madres » suena a Rouco Varela que te cagas), pero en el caso de los hombres, estoy seguro de que no hay ni un sólo escritor masculino (y lo mismo valdrá para todas las ocupaciones, pero aquí de lo que hablamos es de escritores) que prefiera ser admirado e incluso idolatrado por el resto del género humano y, sobre todo por aquellos/as susceptibles de convertirse en partenaires sexuales, debido a su inteligencia, talento o éxito literario, en vez de por sus atributos físicos y atractivo erótico subsiguiente.
    Vamos, ni siquiera el mismísimo Alberto Olmos.

  8. En la cúspide de la pirámide no hay escritores porque no hay nadie

  9. julian bluff dijo:

    La mujer se acostumbra a ser desde muy niña proclive a la retórica verbal porque sabe que siempre va a poder disponer a su lado de otra mujer encantada de escucharla.

    Al hombre no le queda otra que ser de retórica escrita y, si tiene suerte, va a poder contar con una mujer ¡o, incluso, con otro hombre! dispuesto a leerle.

    En este asunto tal vez también tengan algo que ver el vanidoso ego masculino y la hipócrita condescendencia femenina. Tal vez. 😉

  10. Les recomiendo meter en Google lo siguiente: «Laura Freixas machismo». Se van a hartar de ver páginas en las que Frixas llora y llora sobre lo malos que son los hombres y lo que sufren las escritoras para sacar un poquito la cabeza.
    Espero que con este «post» de aquí arriba la señorita Freixas se olvide por un tiempo del machismo como excusa y se ponga a escribir.
    La carrera de escritor es muy dura, llena de obstáculos tanto para ellos como para ellas. ¿No se da cuenta Laura Freixas que con sus lloradas lo único que consigue es ofrecer oportunidades para la autocompa´sión a las jóvenes que comienzan? ¿No se da cuenta Freixas que la autocompasión paraliza e impide seguir luchando? ?No se da cuenta Laurita que lo que hace con sus quejas infundadas es perjudicar a las otras mujeres que quieren seguir luchando para llegar a ser escritoras de verdad?
    Aquí abajo algunas de las llantinas de Freixas:
    http://www.clasicasymodernas.org/2013/03/cultura-e-igualdad/laura-freixas-analiza-el-machismo-de-una-critica-literaria-en-el-acto-por-la-igualdad-en-la-cultura/
    http://charlas.publico.es/charlafreixas
    http://www.publico.es/451509/laura-freixas-la-igualdad-en-la-cultura-ni-esta-ni-se-la-espera

    • Marie Jujika dijo:

      De todos modos no siempre se trata de ser víctima o mejor dicho, hacerse la víctima. En muchos casos, y no me refiero al de la Freixas en concreto, como tú muy bien dices, aparte la dureza de la profesión de escritor, está la de los prejuicios de los que todos y TODAS, estamos forrados y hay quien tira la toalla antes de enfrentarse con la misoginia, el feminismo, la crítica o la envidia…Hay quien tiene talento pero no siempre es reconocido, a pesar de luchar por ello y perdona Margaret, pero todas sabemos lo difícil que es ser mujer y sobrevivir a ello con dignidad y sin caerse de los tacones, sin parecer una loca histérica defendiendo todas y cada una de tus posiciones. Ya sé que se está hablando de literatura, pero, ¿realmente alguna pondría la mano en el fuego LITERALMENTE, afirmando que la biología no tiene nada que ver en todo?. Yo no la pondría. Absolutamente.
      Aclaro que refiriéndome a biología lo hago a algo que parece tan olvidado en el tiempo que confunde, como el pavoneo del macho y posterior intento. INTENTO, repito, de dominación de la hembra. Lo vemos cada día a nuestro alrededor. Basta con ser un poco más sinceros con nosotros para verlo. Por suerte no somos tan sólo eso, «machos y hembras», pero a veces la evolución queda un poco más difuminada de lo que algunos querrían y sobre todo algunas.

    • Perfidia dijo:

      Aunque el victimismo es MAL, tampoco está de más reconocer que nuestro camino es aún más difícil. Ni tanto ni tan calvo, sargento.

      • No, cóño, no.
        Esto me recuerda -a mí que ya tengo conocidas a muchas generaciones (no de escritores)- a la típica discusión entre personas de diferente edad:
        -«Porque yo soy de la generación del franquismo. Nosotros vivimos una juventud oprimida, sin libertad….»
        -«Peor suerte tuvo la mía que es la generación de la heroina y el sida…»
        -«Pues anda que la mía. Fijaros en la crisis tan grande que estamos viviendo: no hay trabajo, 50% de jóvenes en paro, …»
        Al final -y ahora hablamos de la profesión de escritor o de escritora- ¿qué es lo que hay? Muy sencillo: personas (mujeres u hombres) que aprovechan sus oportunidades, utilizan sus cualidades y se esfuerzan mucho (sobre todo esto último) y, en algunos casos y con un poco de suerte, triunfan y otras personas (mujeres u hombres) que pasan la vida quejándose y lamentándose de la mala suerte que tuvieron y de lo difícil que la sociedad, los tiempos o el sexo que le tocó se lo pusieron. Estos últimos no triunfan ni con suerte.
        DID YOU UNDERSTAND?? DID I MAKE MYSELF CLEAR??
        Maggie

      • Perfidia dijo:

        En eso tiene razón. Hay gente que lo consigue y gente que no, y siempre es más verde el jardín en casa del vecino. Peeeeeero los condicionantes, unos son escalones, otros son vallas de dos metros. Todos tenemos que saltar, pero unos más que otros.

        Depende mucho tb de la cultura. Mire cuántas mujeres han ganado el príncipe de Asturias. Me pregunto, ¿pasa lo mismo con el Booker? No sé, pero sería un análisis curioso.

  11. Sisi Emperatriz dijo:

    Totalmente de acuerdo con la tesis de la Sargento.

    Por cierto, la Freixas es así de victimista el 100% de su tiempo. Miren esta conversación en Twitter con Ricardo Senabre: https://twitter.com/Ricardo_Senabre/status/361454181753700352

  12. Sargento, me confieso. En mi despacho tengo reservado el típico tablón de anuncios de corcho (que nunca se utiliza) para colgar las fotos de los escritores que me gustan. Es una especie de altar hacia el que levanto la mirada, igual que un beato, cuando el trabajo me agobia. La cosa es que llevo unos días dándole vueltas al asunto porque el otro día reparé en que, de las 30 fotogafías de grandes maestros de la literatura universal que puedo ver cada día en ese tablón, solamente había dos mujeres: Carmen Laforet y Virginia Woolf.
    También me he dado cuenta de que en mi blog, en el que escribo casi todas las semanas desde hace 7 años, es muy difícil encontrar una entrada dedicada a una mujer
    ¿Es grave, Sargento?

    • No es grave, es un reflejo de lo que cuento en el blog, la realidad. Pero eso no quiere decir que las escritoras que ha llegado a la gloria literaria sean peores que los escritores que también lo han conseguido. Hay menos pero son fabulosas.
      Tu citas a la Woolf y yo añado: Charlotte Bronte, Jane Austen, Margarite Yorcenar, George Eliot, Doris Lessing, Alice Munro…
      ¿A ver qué tienen estas señoras que envidiar de los mejores escritores masculinos?
      Maggie
      PD: Es cierto que en el siglo XIX el machismo pudo influir en que no aparecieran más Janes Austens, pero ¿hoy?, ¿en el siglo XXI?, ¿en la España de 2013? Venga hombre.
      Menos lobos, Caperucita. Menos lobos, Laura Freixas.

  13. Sisi Emperatriz dijo:

    Y unos minutos después: https://twitter.com/Ricardo_Senabre/status/361455430393802752

    Lo que Laura Freixas nunca se ha detenido a considerar es que ella es mala, francamente mala, y que ella no interesa sólo por una razón de calidad literaria…

    • ¿Ves? Ahí Senabre se ha pasado.
      Gracias, muchas gracias, Sisi Emperatriz, por traer esas dos conversaciones en twitter. No sabía yo que Senabre estaba en twitter. Alucina, vecina.
      No me va a quedar otra que meterme yo también. Y me sigo resistiendo.
      Maggie

      • Sisi Emperatriz dijo:

        Creo que Senabre lo decía justamente por escritoras como ella.

      • Sí, lo sé. Pero digo que se pasa porque Freixas es buena escritora. Y Freixas existiría como escritora con su componente feminista o sin ella; con su vertiente llorona o sin ella. A eso me refiero. Al Cesar lo que es del Cesar.
        Maggie

      • EEM dijo:

        Laura Freixas es muy mala, no creo que hubiera llegado a publicar sin su vertiente llorona.

  14. Karlangas dijo:

    Lo que parece claro es que hay más hombres amantes de la soledad o que la soporten más o menos bien que mujeres amantes de la soledad, o al menos esa es mi percepción. Por ahí van los tiros, en mi opinión.

    • Ese es uno de los puntos que explican por qué hay menos escritoras que lleguen a ser respetadas como verdaderas artistas. Y lo explico en el «post», en el escalón de la Necesidades de Pertenecia: la mujer-por regla general- necesita socializar, comunicar. El hombre también, pero menos. La mujer precisa del «feed back». El hombre también pero menos.
      Eso es
      Maggie

      • Los hombres necesitan socializar y lo hacen y mucho. Muchos únicamente a través del trabajo, o del reconocimiento público que es a lo que el sistema patriarcal da valor. Su espacio es el espacio público. Y como el hombre no tenga feed-back ahí, va listo. ¿Precisa menos feed-back? ¿Seguro? Igual no es un feed-back emocional, pero muchas veces es esclavo de un feed- back social.
        Lo de «saldrá alguna de las lectoras de este blog a decir ahora que es el machismo lo que permite al hombre escritor, casado y padre de familia, desarrollar su vocación porque su compañera se ocupa de todo lo doméstico» es tal cual. Lo veo en mis amigas músicas, artistas, que son madres. Son ellas quienes se ocupan en mayor medida de lo familiar, sobre todo cuando los niños son pequeños. Ellos salen a «proveer». Las cosas han cambiado en algunas familias pero en otras no.
        Soy profesora de secundaria de literatura.En la enseñanza pública. En un barrio obrero. Les aseguro que el 80% del tiempo de poner orden en clase , va dirigido a ellos. Sólo el 20% a ellas. Ellas sacan mejores notas. Ellas escriben mejores redacciones. Son las madres las que vienen a las reuniones.
        Y creo firmemente en la igualdad. No estoy diciendo que ellas sean más inteligentes.
        Y resulta que luego ahí fuera hay más escritores que escritoras célebres…..
        No me lo estoy inventando, sólo les doy datos para que hagan una reflexión. No quiero ganar ninguna medalla-conclusión discursiva. Digo que aquí pasa algo y a mi modo de entender, es grave.

      • Calixto dijo:

        Pues María Jesús Álvarez, yo también soy profesor de secundaria, de historia, y le puedo garantizar que en mi caso, esas estadísticas tan «depuradas» que usted refleja aquí, no las veo en ningún momento en mi lugar de trabajo. Y no, no es un instituto de «chicos», ni «privad», es un Instituto ubicado en el extrarradio de Valencia, mixto…

  15. Inma dijo:

    Un juego : díganme un escritor tan sobrevalorado como Elvira Navarro con tan pocos méritos (que yo sepa no ha vuelto a escribir nada desde que publicó sus dos cuentines en 2009; tan ocupadina está de estar siempre en todo sarao viviente) .

    Ya sé, ya se que es difícil encontrar a uno con una obra tan chiquita (normalmente ni los conoceríamos y por supuesto no estaría siempre en todos los suplementos )…

    Lo pondré más fácil: díganme ahora diez nombres de escritores con más méritos que Elvira Navarro y menos reconocidos. Ahora sí lo he puesto fácil.

    • Perfidia dijo:

      1. ¿Quién narices es Elvira Navarro¿
      2. MILES. Tantos que no sé ni por dónde empezar.

    • EEM dijo:

      No me quiero ni imaginar qué pasará cuando Elvira Navarro vuelva a publicar un libro, y más si es novela. Si esto ha sido con dos libritos de escaso talento hace años, imaginaos la que se puede montar con su primera novela. Esperemos que para entonces la Patrulla haya acabado con tanto impostor.

  16. Oswaldo dijo:

    Me parece muy bueno el texto de la Sargento, aclara muchas cosas. Todas la estadísticas dicen que las mujeres leen bastante más que los hombres, y en mi vida diaria compruebo que eso es muy cierto, Sin embargo parece que ella se inclinan mayoritariamente a leer lo que escriben los hombres. Por mi parte, reconozco que últimamente leo tantas obras de hombres como de mujeres. Alice Munro, Joyce Carol Oates, Margueritte Duras, entre las principales. Leo a pocas escritoras españolas y también a pocos escritores españoles, es que no hay mucha calidad. Curiosamente el pope de la crítica, Mr. Harold Bloom, en su canon del cuento, no incluyó a Alice Munro, pretextando alguna tontería. Asi le luce el pelo. Este si que vive del cuento.

  17. Marie Jujika dijo:

    Y en respuesta a un comentario de por ahí arriba diré que; hay muchas, pero muchas mujeres que disfrutan de la soledad, escogida además y otras muchas y repito muchas que cuando se sinceran, muy bajito te lo confiesan y suman otras cuantas. Lo que pasa es que hay otros temas detrás de ese «no puedo elegir estar sola» y tienen nombres muy poco poéticos…hipotecas, alquileres, gastos…independencia. Pero aseguro, aunque no me guste generalizar, que hay muchas mujeres que disfrutamos muy conscientemente la soledad.

  18. En esta ocasión estoy totalmente en desacuerdo con lo que la sargento Margaret, por lo general acertada, postula. Y lo estoy porque los condicionantes que ella apunta como naturales son sociales, y la sociedad en la que vivimos es todavía (y mucho) machista.
    Ejemplo: “el hecho natural de que la autoestima de la mayoría de las mujeres está más vinculada a la belleza y a la capacidad de atraer al sexo opuesto que al éxito intelectual, entonces, digo, es normal que abandonen la escalada más mujeres que hombres. Nada que ver con el machismo.”
    ¿Nada que ver? Es una sociedad machista la que ha construido una realidad en la que la autoestima de la mujer se liga a su belleza, esa construcción mental no es en absoluto natural.
    Hace unos años un estudio demostró que las mujeres se dedicaban a las carreras de ciencias en menor porcentaje que los hombres porque, desde niñas, no recibián los estímulos adecuados. En efecto, en esta sociedad se valora de una mujer su aspecto físico, su caracter maternal y todo aquello que va ligado a su caracter reproductor. En consecuencia, a las niñas no se las alienta a algo tan poco femenino como interesarse por las matemáticas o la física. Tampoco se les habla en el colegio de las mujeres ciéntificas (son pocas, pero haberlas haylas) y en consecuencia carece de modelos en los que inspirarse. Como digo, también hay un estudio que lo avala, el que sea avezado que lo busque.
    Así pues, otro tanto se puede decir de dedicarse a las letras. En efecto, hubo grandes escritoras pero apenas aparecen en los programas académicos, de modo que a las jóvenes no se les trasmite la idea de que ellas pueden escribir tan bien como cualquiera de los sesudos varones que aparecen en los libros de texto.
    En general, la carrera profesional de las mujeres sigue siendo más precaria e intermitente que la de los hombres en todos los ámbitos. Sin duda es porque a nosotras nos toca hacer de madres (culpa o privilegio de la naturaleza). Pero sin duda es cierto que la sociedad no ayuda en absoluto a la hora de permitir que la mujer realice tareas diferentes de la maternidad, desarrollando otras facetas de su personalidad, como sí lo hace con los hombres, que pueden compatibilizar sin trabas su paternidad y su vida profesional. Y eso nada tiene que ver con la naturaleza.

    • Marie Jujika dijo:

      Triste pero cierto.

    • Tu discurso, querida, no sé si te has dado cuenta, es muy anticuado. Repites lo mismo que decíamos (yo también fui feminista en los años 60 y 70) hace 40 años. Te lo digo porque me estoy viendo utilizar tus argumentos delante de mi padre y de mis profesores.
      Lo de que las chicas no eran aptas para las ciencias o las matemáticas era una estupidez y quedó suficientemente demostrado hace muchos años.
      El cuerpo del hombre y el de la mujer son distintos. Y la principal diferencia está en la posiblidad de engendrar vida humana. En el útero y los ovarios. En eso, espero, estarás de acuerdo conmigo. Esa diferencia genera ciertas tendencias naturales (he dicho «tendencias», sólo «tendencias», ¿eh?). Pero esas tendencias se pueden, y en muchos casos se deben, controlar y reconducir.
      Por ejemplo: el varón -en su mayoría- tiene la tendencia a practicar el sexo con cualquier mujer apetecible que se le cruce por la calle. Eso es algo que -por regla general- no le ocurre a la mujer,que requiere de otras condiciones para llegar a la cama. Los hombres civilizados controlan esa tendencia y sólo se acuestan con sus parejas.
      Del mismo modo la tendencia natural que la hembra tiene a formar una familia, a tener hijos etc… es controlada y reconducida en muchos casos. Y se puede hacer sin traumas y sin tragedias. Hay muchas mujeres que eligen no ser madres y dedicar su vida a otros menesteres como por ejemplo la ciencia.
      De eso hablo, querida. Hablo de tendencias naturales. Y por eso digo que muchas chicas que se enfrentan a la carrera de escritora cuando además de comprobar que no se gana un duro y que hay poca estabilidad y un difícil futuro (eso es igual para ellos y para ellas), además, digo, sienten la llamada de esas tendencias naturales, pues lo más lógico es que lo dejen. ¿Hay otras que persisten? Pues claro, pero son menos que los hombres. Y algunas de esas que continuan llegan a ser reconocidas y se les da el Nobel y el Cervantes y ..
      Nada que ver -hoy, siglo XXI- con el machismo
      Un beso
      Maggie

      • Inés dijo:

        Bueno, entonces llámalo neomachismo, si así te parece que tu discurso es más moderno.

        Lo que das a entender es que la única manera de que una mujer se dedique a la ciencia o a las letras es que deje a un lado la familia, algo que han demostrado unas cuantas mujeres que no es verdad, que pueden ser madres y científicas o escritoras, incluso las dos cosas a la vez, sin dejar de tener una familia. Más o menos exactamente igual que los hombres.

        Tu discurso es sesgado porque se te olvida que la necesidad de familia (nada que ver con la biología sino con las necesidades sociales del ser humano) es tan fuerte en el hombre como en la mujer.

        Los instintos, como tú bien dices, pueden ser controlados: también por ellas. Por tanto, lo que estás diciendo es que ellas (nosotras) no sabemos controlar los instintos mientras que ellos sí. Es decir, un discurso machista, perdón, neomachista.

      • Toda persona civilizada (educada) sabe controlar sus instintos. sea hombre o mujer. Y no es verdad que la tendnecia a formar familia (tener hijos) sea tan fuerte en el hombre como en la mujer. El hombre no tiene ovarios ni útero.
        Maggie

      • anonimous dijo:

        «… Los hombres civilizados controlan esa tendencia y sólo se acuestan con sus parejas».
        ¡JA, JA, JA… sois la monda!

      • Perfidia dijo:

        El componente biológico está, pero negar el componente social me parece de traca.

      • Yo no fui feminista en los 60 y 70, más que nada porque nací en 1978. Puede que mi discurso coincida con el de las feministas de entonces, lo que significa que tristemente, seguimos enfrentándonos a las mismas ideas preconcebidas: el hombre es un follarín, las mujeres queremos tener hijos, etc.

        Hablando de instintos naturales, hay otro estudio que demuestra que las hembras de los primates (nuestras primas hermanas), si se las aisla de su entorno social, una vez que paren no saben qué hacer con sus crías. Ni siquiera tienen el instinto de amamantar. Ese «institnto» (que no lo es) es aprendido por las hembras porque desde crías están en contacto con otras hembras cuidadoras, de cuyo ejemplo aprenden. Aprenden, luego no es instintivo. Simplemente asumen el rol que el grupo espera de ellas.

        Las mujeres también aprendemos un rol (y los hombres otro). Se espera de nosotras que deseemos ser madres, igual que se espera de los hombres que tengan un apetito sexual voraz. Pero a lo mejor ni unas ni otros estamos cómodas con eso que se espera de nosotros. Y ya es hora de romper con esos estereotipos dañinos y anticuados. Porque ese discurso sí que es de cuando reinaba Carolo.

  19. Inés dijo:

    «Hablamos de biología.» No. Hablas de prejuicio social. Lástima.

    Conozco a muchas buenas escritoras que no son publicadas no porque ellas hayan abandonado la escritura sino porque han pasado el límite de edad aceptado por las editoriales para publicar a una escritora desconocida: los cuarenta años.

    Sigue siendo llamativo, que un premio como el Cervantes, por poner uno que acaba de ganar una mujer, tenga intervalos de hasta 18 años sin que una mujer sea galardonada con él. No es llorar, es poner números sobre la mesa para hacer reflexionar sobre por qué los hombres ganan más premios que las mujeres.

    Pretender explicar eso con la «supuesta» biología es alejar el debate serio. Puedes no estar de acuerdo con la tesis de que si no ganan más las mujeres es por el machismo, puedes hablar de la calidad de estas, qué sé yo, hay mucho por debatir, pero carajo no lo hagas desde preceptos tan endebles como la «biología femenina está hecha para parir y por eso muchas dejáis de escribir, mientras que los hombres no».

    No hay estadística que corrobore semejante «verdad». Y podemos además darle la vuelta: ¿cuántos hombres abandonan su carrera en algún momento de su vida? Igual resulta que el número de abandonos es el mismo entre hombres y mujeres y, por tanto, esto no explicaría esa premisa de que hay más escritores que escritoras.

    Aunque la realidad (ya que aquí parece que cada uno tiene la potestad de definir qué es la realidad según su opinión), es que no es verdad que haya más escritores que escritoras, lo que hay son más escritores encumbrados. Y es eso, no otra cosa, lo que se cuestiona cuando se saca a la palestra los números de galardonados en premios literarios (por ser algo que podemos cuantificar, frente a otras cuestiones un tanto más escurridizas como las biologías que obligan a algunas mujeres a abandonar su carrera como escritoras).

    En fin, lastima que no dediquéis este espacio a un debate serio sobre la cuestión.

    • Tergiversas y manipulas mis palabras, Inés. Yo no he dicho que la biología obligue a las mujeres a dejar su carrera de escritoras. Tampoco he dicho que «la biología femenina está hecha para parir».
      Si lees mi «post» completo, verás que no se trata solo de la -en palabras de Maslow- necesidad de pertenencia sino que también hablo de autoestima. A un hombre -por regla general- le vale la pena seguir su carrera de escritor aunque no gane un duro, tenga que seguir siendo mantenido por sus padres y no consiga vender ni un colín. Y ¿por qué le vale la pena? Muy sencillo: porque algunas personan (aunque sólo sean sus 235 amigos en twitter) dicen que es inteligente. Eso al hombre lo motiva. No tanto a una mujer.
      ¿Ves la diferencia?
      Un beso
      Maggie

      • Inés dijo:

        Sigue siendo una cuestión social, no biológica. Y, por tanto, potencialmente cambiable. No es que las mujeres «seamos» así es que el entorno nos ha convencido de que «somos» así. Hay una diferencia bien grande.

        Contestando a tu otro mensaje (al que no he conseguido responder, perdón por la torpeza informática), la necesidad de permanencia a un grupo familiar es igual de fuerte en hombres que en mujeres, porque no solo tiene que ver con el deseo de perpetuarse. Por cierto, la biología masculina también le apremia a la perpetuación: solo que socialmente no se ve obligado a encargarse de las criaturas que nazcan.

        En cuanto al tema de la autoestima, permíteme que rechace la asunción de que es una cuestión biológica. La autoestima está marcada, de forma muy elevada, por la educación recibida (en todos los ámbitos, no me refiero exclusivamente al colegio ni siquiera a la familia) y, por tanto, de nuevo es potencialmente cambiable.

        Volviendo al tema, no creo que la cuestión esté en que las mujeres abandonamos la carrera profesional porque biológicamente estamos predispuestas a ello (que es lo que extraigo de tu entrada, que por supuesto me he leído, un par de veces, de hecho, por si estuviera malinterpretando tus palabras). Si acaso, las mujeres abandonamos nuestra carrera profesional porque socialmente se nos ha convencido de que eso es lo que nos conviene hacer por el bien de nuestra familia.

        Otra cosa es que lleguemos a la conclusión de que, por eso, porque socialmente hay una presión mayor, sucede que las mujeres escritoras abandonan antes su carrera. Desde ahí, el debate sería distinto (más enriquecedor, desde mi punto de vista). Desde el precepto de la biología, se perpetúa un prejuicio machista.

      • Te lo digo sin acritud, Inés, sino con espíritu constructivo: tus argumentos -te cito- «No es que las mujeres “seamos” así es que el entorno nos ha convencido de que “somos” me suenan a aquella canción de Janette de los años 70. «Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así…».
        Te voy a dar un consejo -te adivino una persona joven-: no hagas caso a lo que dicen sobre este asunto personas como Laura Freixas y tantas otras feministas trasnochadas o neofeministas. El feminismo, hoy, es simplemente un regodeo en la autocompasión y por lo tanto una excusa para no luchar. Acepta los instintos naturales que tu cuerpo te hace llegar a la cabeza. Solo reconociendolos y aceptándolos sabrás controlarlos y utilizarlos a tu favor. No te engañes. O mejor: no dejes que te engañen.
        Un saludo cariñoso
        Maggie

  20. Perfidia dijo:

    En mi experiencia:

    – Por estabilidad laboral no se cae ninguna: no es totalmente cierto. Con un mismo nivel de estudios, los chicos de mi círculo tienen un mejor trabajo que las chicas de mi círculo. Ellos viven independientes. Ellas no. Digo yo que algo influirá.

    -Sobre la necesidad de pertenencia. Me gustaría discrepar, pero no puedo porque estoy de acuerdo. Aquí incluyo que un hombre puede ser padre toda la vida y la mujer tiene un tiempo limitado para ser madre. Yo aún soy joven, pero cada año que pasa ese sentimiento es más intenso. Y mira que nunca lo he considerado una prioridad. Puta biología.

    -Creo que sí que tiene que ver con el machismo porque si las mujeres no nos sintiéramos tan vulnerables y tan dependientes de nuestra belleza o atractivo podría ser todo muy diferente. No conozco a ningún hombre que haya hecho dieta tantas veces como mis amigas. No conozco a ningún hombre que dedique tanto tiempo a arreglarse y a pensar la ropa como cualquier mujer de mi entorno. Y eso es tiempo. Tiempo que se roba a la escritura. La biología condiciona la capacidad de procrear y el vínculo afectivo con la criatura en cuestión y con el entorno, pero en una sociedad más igualitaria estos sentimientos de maternidad no serían menospreciados en el ascenso a la vida pública, y la presión por atraer al macho por nuestra belleza no sería tan intensa.

    -El último punto pervierte el sentido de todo el artículo, creo.

  21. anonimous dijo:

    De todas formas, tengo que reconocer y aplaudir el éxito conseguido con este blog: 55 comentarios en un solo día, de incautos/as (y yo el primero) que hemos picado con un tema tan cutre y sobado. Enhorabuena. Así se hace.
    Para que puedan seguir saboreando ustedes las mieles del éxito bloguero, y con su permiso, les propongo unos temas para próximos blogs:
    – Las mujeres no pueden ser pilotos de aviones ni de coches de carreras porque los días del periodo están demasiado nerviosas e irritables. Ah, ni conducir carros de combate…
    -Como lo que cocina una madre no hay nada, de acuerdo… pero los grandes chefs, sin excepción, son siempre hombres: las mujeres no son creativas en la cocina. Igual para limpiar después, en todo caso….
    -Las enfermeras son todas unas cachondonas que lo que buscan en su trabajo es tirarse a los médicos residentes pero luego casarse con los cirujanos. Yo lo vi una vez en una serie británica. Bueno, y en una americana. Y en una española…
    Y, por último, si nos atenemos al ámbito libresco:
    _ El éxito de «50 sombras de Grey» demuestra que las marujonas son todas unas frígidas que lo que necesitan es un tío muy macho que las domine y así las ponga a tono. Da igual si se llama Grey, pero ayuda…
    Con temas así, ya veréis, lo vais a petar.

  22. Perfidia dijo:

    Varios apuntes que no puedo dejar pasar:

    -Los temas considerados ‘femeninos’ están considerados de segunda categoría. Tienen menos importancia en la sociedad porque se centran en el ámbito doméstico o en las relaciones interpersonales. Esto es un error tremendo porque somos la puta mitad del mundo, y estos temas en ningún momento deberían ser clasificados como menores sólo porque no estén en sintonía con la parte dominante de la sociedad. Que los hombres se aburren, pues vale, que lean otra cosa, pero que por aburrirse ellos no consideren que la obra es mala, que el tema es malo. Entrar en juicios de valor con esto es lo habitual y es estúpido.

    -Lo social es importantísimo, sargento. Sus argumentos me recuerdan a los típicos que me dan los hombres de mi entorno cuando sale este tema. Pero mi cuerpo sigue siendo tema de debate público. Pero a las mujeres profesionales, si son guapas, se les saca esto en una entrevista. Pero a las mujeres profesionales se les pregunta cómo compaginan la vida familiar y la laboral y a los hombres no. Pero se critica a la que deja de trabajar y se dedica a su casa porque quiere. Pero se critica a la que sigue trabajando porque ‘desatiende’ a sus hijos. Y a los hombres no.

    Porque niña no corras, niña cálmate, tú aquí sentadita que me tienes ya muy harta. Ay qué gracioso es Pedrito, qué revoltijo. Cierra las piernas, que pareces una ordinaria. No te rasques. No chilles. Ay Pedrito, todo el día con la mano en la entrepierna, estos críos… Mira cómo mira el culo a las niñas jajajaja Yo prefiero niños a niñas porque son más nobles, las niñas son muy redichas y más desconfiadas. Las mujeres son más manipuladoras que los hombres. Los hombres son muy simples, si lo piensan lo dicen, las mujeres sois muy complicadas y le dais mil vueltas a todo. Los hombres son mejores amigos que las mujeres, las mujeres entre ellas son unas zorras. Mira cómo viene vestida hoy, qué golfa. Esa lo que quiere es lo que quiere, que la miren y que le digan guapa. Anda Pedrito, qué guapo vienes hoy, pareces un señor. ¡María no vuelvas sola a casa que te puede pasar algo! ¿Esa? Muy guapa sería pero si es una solterona por algo será que no habría quien la aguantara. María se ha liado con cinco tíos hoy, es una guarra. Pedrito se ha liado con cinco tías hoy, qué campeón. ¿Tu madre trabaja? ¿Y no la echas de menos? A ti lo que te pasa es que hace tiempo que no te meten una buena polla.

    Tengo menos de 30 años y le juro por mi vida que estos son comentarios reales de gente de todas las edades, condición y educación que he ido escuchando a lo largo de mi vida.

    • anonimous dijo:

      Me encanta la frase de que los niños son más nobles… brutos pero nobles. ¡Ja, yo soy niño (tengo 12 años todavía) pero no soy nada noble… soy un cabroncete de cuidao, je, je…! Eso sí, lo que más me mola es tirarle piedras a los niños mariquitas a los que le gusta leer, no dicen tacos, no pegan a nadie…. les tiro piedras, pero con nobleza, eh, con mucha nobleza….

    • Marie Jujika dijo:

      Tras haber leído de nuevo los comentarios, creo que si somos sinceros, la mayoría en lo importante estamos de acuerdo, sino probadlo. El tema en su esencia es el mismo en la mayor parte de las repuestas.

    • Marie Jujika dijo:

      Todos estos comentarios los hemos escuchados todas las mujeres de todas las edades y condiciones. Es algo atemporal. Esa es la lucha, aparte de todo lo demás, a la que se enfrenta cada día de su vida una mujer. Y no es ser víctimas o mártires, es nuestra realidad. Lo bueno es que a la inmensa mayoría de nosotras ya no se nos venden las historias que querían vendernos. Estamos con los ojos abiertos y actuando.

  23. Lilí Marlén dijo:
  24. Inés dijo:

    Acepto el consejo, Maggie, y gracias por considerarme joven, aunque si te parece dejemos lo de la edad aparcado. Déjame regalarte otro a ti: no juzgues tan rápido a alguien solo por un par de mensajes.

    Que un argumento te suene viejo no significa que ese argumento sea equívoco. Qué sería de la filosofía si fuera así.

  25. Amelia dijo:

    Llegan menos mujeres porque siempre han publicado a menos mujeres. Por eso se lee a menos mujeres, seas hombre o mujer. Perfidia, me ha encantado tu respuesta del coño.

  26. Mujer: percepción, introspección, lo sutil, las emociones. Órgano sexual interno.
    Hombre: acción, exteriorización, dinamismo, el impulso. Órgano sexual externo.

    Biológicamente, el hombre da y la mujer recibe. La mujer es un recipiente por naturaleza. No hace falta sacar ninguna teoría racional para justificarlo. Es muy natural que haya más hombres escritores y más mujeres lectoras.

    • B.Cellini dijo:

      Cuento depravado, con la consistencia de Prada y el estilo del Pravda.
      Todo parecido con personas reales o ficticias es producto de la necesidad.

      Soy homosexual, siempre lo he sido. Pero como la vida siempre te pone en tu sitio, una noche engendré un hijo. Soy homosexual pero sobretodo responsable. Asumí mi paternidad y conformé una familia. Soy pues un miembro más de una unidad familiar (de tres,) en condiciones, como la ley sin dios manda. Desde pequeño, aún deseando a los hombres, los odiaba, íntima y paradójicamente, yo lo llamaba polución emocional nocturna. Creía, cosas de la edad, por tanto, que las mujeres de sexo femenino, eran mis aliadas, por naturales y solidarias en mi incomprensiva soledad. Cúlpese a la adolescencia, sin red, viva el circo a pelo, campo para lecturas extrañas y conversaciones profundas, y los institutos mixtos, el mejor lugar para su viceversa. (Nunca tuve armario por falta de espacio, los pisos francos de VPO no lo permitían)
      Ahora y con los sucesos que relato, a los ojos de aquellas que antes me consideraban, cómo no, una forma agradable de ser hombre, son ahora, inexplicablemente, inflexibles con mi persona, aquellas que me reían las absurdas gracias y los ingenios desvariados, ahora que creen saber que soy igual a sus hombres, que ellas llaman “mi pareja”, ya no ven mi comprensión por su innatural condición, ya no somos nunca más camaradas en la opresión y desde luego, sin comprenderlo, me encuentran más atractivo, a mi edad, dicen, con la boca pintada, que por mi capacidad de compromiso; no saben cómo disfrutaría sabiendo que siendo maricón, como lo he sido siempre, no tendría que casarme, esos es cosa de gays, y que no tendría más trabajo emocional que satisfacer el placer de mi prepucio, cosa de escritores. Pero, como ya dije antes, ahora que soy, a la vista de aquellas, a sus ojos de mujer, uno más de los hombres opresores y malos por la naturaleza egoísta de la varonía, valla por dios, ahora comprendo que jamás, ni los hombres deseados, ni los conseguidos, ni las cómplices mujeres y mis amigas todas, ninguna de todas esas personas, que lo son, vieron otra cosa en mí que la necesidad de saberse jueces de mi vagar distraído, ya fuera para condenar por su cansada comodidad, como por absolver, en su perpetua necesidad de tribal rebufo de que cuantos más, seamos, más verdad revelamos, contra toda lógica newtoniana.
      Ahora, largo me lo fío yo mismo, que sigo siendo homosexual en la noche oscura de mi alma, y a la luz de mi cuerpo social, como la mayoría de los hombres, soy un heterosexualsalido, ahora, sé que ser padre y esposo es de un ímprobo laboro que asusta; sólo cuento con el amor de una mujer a mi lado, que me sustenta por lo bien que me conoce, la parte de mí que reclama la biología adánica,( del ADN), que me resigna, y el profundo temor, condicionado por la publicidad, de que la felicidad de nuestro retoño, seála tal vez sin subvención, pero tal y como está la literatura del relato de la guerra de los mundos,(de los sexos) creo que no siendo indígena de minorías ni de adláteridades varias, todas ellas muy genéricas en su cota de paridad, a buen seguro, que acabará siendo becario sustituto a tiempo parcial del personal laboral. Y en el mejor de los caso, ser se será, si desea ser, que no es obligación, basta a veces sólo estar, y de paso ver pasar, que no es poco amanecer remando contra el viento al borde del ataque de nervios que es la vida transgenérica, esta que nos toca vivir a los homosexuales casados y con hijos naturales, pero no con otro gay, que los hay.

    • anonimous dijo:

      Ja, ja, ja, qué melonada!….¡cómo se nota que tú no pasa nunca de las 30 ó 40 primeras páginas!

      • anonimous dijo:

        Lo de melonada va por el condon, claro, no por el tipo del psicodrama gay…

      • Letizia Revoluzia dijo:

        Soy lesbiana, siempre lo he sabido. Pero como la vida siempre te pone en el camino de un libro, de una compañera que te abre los ojos y el ovario, un día decidí ser madre. Soy lesbiana pero sobretodo feminista. Feliz con mi maternidad no conformé una familia. No soy pues un miembro más de una unidad parafamiliar (de tres,) en condiciones de igualdad, somos tres, mi hijo,… mi compañera, pero esta quisiera que fueran como los principios del movimiento queer manda.(No tenemos denotaciones)
        Desde pequeña, aún deseando a las mujeres, las idolatraba, íntima e instintivamente, yo las recreaba dactilarmente. Creía, cosas de la edad, por tanto, que las mujeres de sexo femenino, eran mis aliadas, por naturales y solidarias en mi autoexiliada solemnidad. Cúlpese a la adolescencia entre centros comerciales Malls y manifestaciones molonas, para prácticas dudosas y conversaciones (disputas) interminables, y las asociaciones de mujeres, y el mejor lugar para su controversia. Luché por mi visibilidad, cargada con razones de peso, y mi armario guardaba por igual, libros y más libros que nadie quería recuperar.
        Ahora y dado lo que relato, a los ojos de aquellas que antes me consideraban, cómo no, una forma agradabilísima de no ser hombre, son ahora, inexplicablemente, inflexibles con mi ser persona, aquellas que me seguían en mis sesudas charlas y mis consignas de salón de pastelería radical, ahora que creen saber que soy más o menos igual a otras mujeres, que ellas llaman “mi pareja”, ya no ven mi comprensión por su innatural condición, ya no somos nunca más camaradas en la opresión y desde luego, sin comprenderlo, me encuentran menos atractiva, “a mi edad”, dicen, con la boca pequeña, que por mi capacidad de lucha, que las cansa hasta el hartazgo; no saben cómo disfrutaría sabiendo que siendo lesbiana, como lo he sido siempre, no tendría que casarme, esos es cosa de gays, los gaaaaaaays son los que sólo quieren casarse, y que no tendría más trabajo emocional que satisfacer el placer de mi clítoris y de mi occipital, aka cosa de escritoras. Pero, como ya dije antes, ahora que soy, a la vista de aquellas, a sus ojos puros de mujer, una más de las mujeres maternales y seducida por el vasallaje de la puericultura patriarcal, ¡por Simon de Beauvoir!, ahora comprendo que jamás, ni los hombres despreciados, ni los abducidos, ni las copartícipes mujeres y mis amigas todas concienciadas, ninguna de todas esas personas, que lo son ¿pero en plan queer?, vieron otra cosa en mí que la…

  27. Pocoyó dijo:

    Cuando yo era estudiante universitario, hubo un día un debate curioso en clase. Alguien había leído un artículo de un sesudo psicólogo en el cual afirmaba que las mujeres son más inteligentes que los hombres, y todos los estudiantes nos pusimos a discutir acerca de la verdad o la mentira de tal afirmación. En el transcurso del debate, se aportaron algunos datos que parecían confirmar lo que decía el artículo. A juzgar por las estadísticas, en esa universidad las mujeres superaban a los hombres intelectualmente. Por ejemplo, había más chicas que chicos en las clases de posgrado, maestrías y doctorados; también el rendimiento escolar era mayor entre ellas. Pero el argumento más contundente a favor de la inteligencia de las mujeres lo teníamos dentro del mismo salón de clases: la persona a la que todos reconocíamos como la mejor estudiante era una mujer.
    Con todos esos datos en contra, se podría suponer que el debate fue ganado por las chicas, ¿verdad? Pues no, porque el maestro, después de habernos dejado hablar y hablar, intervino en el momento en que la batalla parecía perdida. Lanzó una sola pregunta que hizo perder el piso a las chicas:
    “Si es verdad que las mujeres son más inteligentes, entonces ¿cuáles han sido las contribuciones femeninas en el campo del arte y la ciencia hasta nuestros días?”
    Se hizo un silencio pesado. Momentos después, una de ellas (sí, exacto, la mejor estudiante de la clase) levantó la mano para decir, tímidamente: “Madame Curie ganó el premio Nobel por sus aportaciones científicas…” Cuando dijo esto, sinceramente sentí una profunda pena por ella. Una sola paladina en el campo de la ciencia para oponerla a los miles de hombres que a lo largo de la historia han dejado su huella.
    Con el interés avivado por ese debate, en los días siguientes se hizo una encuesta para descubrir nombres de mujeres importantes en la historia. Una encuesta que, lamentablemente, arrojó muy pobres resultados.
    Esta discusión se ha repetido después interminables ocasiones a lo largo de mi vida. Y en todas ellas las mujeres han mordido el polvo. Es natural. En el terreno del arte, ¿qué mujer ha podido estar a la altura de, digamos, Rembrandt? Ninguna. ¿Qué mujer ha logrado alcanzar la estatura de Einstein en la ciencia? Ninguna. ¿Hay alguna mujer que, no digamos haya estado a la altura de Aristóteles, sino que sea significativa en la historia de la filosofía? Ninguna.
    Pero si las mujeres tienen un rendimiento tan endiabladamente bueno a nivel escolar, ¿por qué son incapaces de sobresalir más allá de las aulas?
    Mi esposa dice que el objetivo principal de la inmensa mayoría de las mujeres consiste en conseguirse una vida cómoda, y que la persecución de ese objetivo explica todo.
    Sinceramente, no sé si sea una explicación válida. Sin embargo, reconozco que ninguna de las mujeres de mi entorno, ninguna, tiene un proyecto de vida propio.
    Por cierto que ya hace muchos años una mujer, Esther Vilar, habló acerca de esto:
    “Naturalmente, de las mujeres de las clases sociales más bajas no se puede hablar, porque llevan una vida muy dura. Pero un hombre pobre tiene incluso menos oportunidades que una mujer pobre. Las mujeres que son muy pobres no llevan una vida ideal, pero ¿quién lleva una vida ideal? La vida es dura y difícil, y no se puede estar contento en todos los sentidos. Pero creo que comparando la situación de la mujer con la del hombre –y esto es lo verdaderamente importante–, ella siempre tiene lo más fácil, la mejor parte en esta vida.”
    Fue una mujer quien escribió eso. Y no fue lo más fuerte que dijo. Se entiende por qué en su momento recibió ataques y hasta amenazas de muerte por parte de grupos organizados de mujeres.
    En el mundo debe de haber unos cuantos millones de mujeres que se esfuerzan por tener una vida propia y reclaman un estatus de igualdad respecto al hombre. Para ellas, la oposición del hombre es un problema, pero creo que su mayor problema es que miles de millones de otras mujeres también se oponen a sus esfuerzos o son simplemente indiferentes a ellos.
    Pero como decía antes, no sé si el deseo de comodidad explique realmente todo esto.

    Un abrazo, Maggie.

    • Coincido contigo, Pocoyo.
      Las chicas de hoy tienen mejor rendimiento en la escuela y en la universidad. Y ello demuestra que su inteligencia es tan buena o mejor que la de los hombres. ¿Por qué luego son muy pocas las que destacan en ciencias y artes? Hablo de hoy, que conste. Pues no destacan porque tiene otras cosas (como formar una familia y cuidar de sus hijos) que las motiva más. Eso trataba yo de explicar en mi «post».
      Ser un investigador científico de éxito o un gran escritor requiere unos sacrificios que a la mayoría de las mujeres no les compensa. Quizás eso demuestra que son más inteligentes que los hombres, porque buscan antes la felicidad que el éxito.
      Para muchos hombres, el tener influencia a gran escala sobre la sociedad y el ser considerados lideres inteligentes y poderosos es muy motivador. Para la mayoría de las mujeres eso no quiere decir mucho, no les motiva.
      Y decía antes que eso ocurre con mujeres y hombres de menos de 30 años, que no han sido educados de forma machista. y si eso ocurre con esos chicos es porque hay una diferencia biológica entre chicos y chicas.
      Maggie

    • anonimo que lo flipa dijo:

      Vale,Pocoyo, campeon,ahora cambia lo de » mujer» por » negro» y a ver si tienes huevos de hacer el mismo razonamiento.

      • Perfidia dijo:

        Yo también lo estoy flipando. Es de locos este debate. Hasta hace menos de cien años a la mujer no se la dejaba estudiar una mierda, por eso las que lograban romper esa barrera eran seres excepcionales.

        Digo cien, pero en muchos sitios hace cincuenta las chicas no recibían la misma formación que los chicos, ni siquiera en la universidad, así que vamos a dejar de decir tonterías que también son ganas.

        ¿Hoy en día? El iluso que crea que se puede romper una ‘costumbre’ de más de dos mil años en un par de generaciones debe hacérselo mirar porque no tiene el más mínimo conocimiento de la especie. Piensen que las mujeres de 30 han sido educadas por las mujeres de 50, jóvenes en los 70. De estas que fueron jóvenes en los 70 las habrá más tradicionales y más modernas, porque son a su vez hijas de las nacidas en los 50. Los cambios sociales llevan su tiempo.

        Además no es lo mismo Madrid que Cáceres, por ejemplo.

    • Amelia dijo:

      Pocoyó, la mujer en el XVII vivía enclaustrada, en la antigua Grecia más, y en ambos momentos, estaba bajo el control de los hombres, supongo que lo sabes, ¿cómo iba a haber pintoras al estilo de Rembrandt o pensadoras como Aristóteles? Muchas de las que existieron, muy pocas, terminaron bastante perjudicadas. En este momento, solo en sitios muy concretos las mujeres no siguen como entonces, obligadas a ocuparse de su casa, a las órdenes de su marido o incluso de sus hijos varones, y no porque les dé la gana (para mí no cuenta como libre elección cuando una mujer decide hacerlo porque no tiene otro medio de sobrevivir). Las mujeres no somos incapaces de sobresalir tanto como los hombres más allá de las aulas por ninguna razón intrínseca a nosotras mismas, sino por nuestro entorno. Y nos equivocamos en Occidente cuando pensamos que tenemos igualdad, por eso no hay más mujeres escritoras que hombres aquí tampoco ni en esta época. No es porque nuestra biología nos determine para ello, como parece decir Maggie.
      Cuando los hijos los tenemos con hombres que están dispuestos a ocuparse de ellos al 50%, de buena gana y con la misma eficacia, lo cual pueden hacer si les da la gana en la misma proporción que podemos las mujeres, y también están dispuestos a ocuparse de las tareas domésticas al 50%, curiosamente esa determinación biológica desaparece por completo.

      Saludos.

      • Yo no he dicho, querida Amelia, que la biología determine, sino que influye.
        Te recomiendo que esta noche, en la tranquilidad de tu alcoba, analices hasta qué punto permites que la autocompasión tenga influencia en tu modo de actuar en la vida.
        Háztelo mirar, de verdad.
        Maggie

  28. citizencani dijo:

    Es posible que una condición necesaria para ser escritor es evitar el victimismo, y hay demasiadas mujeres lloriqueando por no ser reconocidas. Incluso si tuvieran talento, no tendrían energía suficiente para crear.

    Por otra parte, ¿importa el sexo del escritor? ¿Por qué pretender que el «oficio» de la literatura debería ser una especie de funcionariado?

  29. OTRA LLORONA
    Zadie Smith, la escritora inglesa, hoy en Babelia:
    «Se habrán fijado que, cuando una crítica literaria está escrita por un hombre, siempre desprende un tono paternalista. Parece que te estén diciendo: «Alguien tiene que ensañarle a esta chica a escribir como es debido». Nadie la habla así a Jonathan Franzen.»
    Esto dice la escritora de moda en las islas británicas. Según ella, cualquier crítico varón que no elogie sus libros es un puto machista.
    Si es que quien no se consuela es porque no quiere.
    Margaret

    • anonimous dijo:

      Acabo de leer la entrevista a Zadie Smith y, francamente, no veo ese lloriqueo del que usted habla por ningún lado. Tampoco dice que los críticos sean «putos machistas». En cambio, sí he leído este párrafo, que me parece muy interesante, sobre todo su última frase:
      » Hace cincuenta años ninguna mujer se preguntaba si quería tener hijos. Ahora todas nos interrogamos al respecto. No es extraño que la gente se vuelva un poco loca, porque es un campo de reflexión totalmente nuevo. Por otra parte, asistimos a una regresión. En 1994 hubiera resultado imposible ver algo como el vídeo de Blurred Lines, donde mujeres desnudas bailan entre hombres vestidos. Nos habría parecido una degradación total. Entonces teníamos a Madonna con un sujetador de conos bailando entre hombres desnudos. Ahora es lo contrario. Un día me desperté y descubrí que la palabra feminista se había convertido en un insulto.»

      • Lo que dice -según EL PAÍS- Zadie Smith es lo que yo he entrecomillado. Lo de puto machista lo he puesto yo para hacer ver a quien lea el comentario la forma de razonar de la escritora británica. por eso no lo he entrecomillado.
        Aquí está la entrevista:

        http://cultura.elpais.com/cultura/2013/11/20/actualidad/1384965528_208352.html

        Margaret

      • anonimous dijo:

        Tranquilo, caballero, que he pillado lo de «puto machista» como licencia poética… pero aun así, tampoco me parece que se desprenda esa idea ,aunque sea solo como tal, de la entrevista a Zadie Smith. Lo que dice ella es que las escritoras parecen demostrar menos seguridad o rigidez hacia sus obras que los escritores y también que la crítica suele adolecer de un tono más paternalista con ellas que con ellos.
        Lo cual, viendo el percal de muchos de los comentarios que se hacen aquí, empezando por los del autor o los autores de este blog, no me sorprende para nada.

      • ¿Qué ocurre, que cuando te ves acorralado por mis argumentos el único recurso que te queda es acusarme de ser hombre?
        Te creía más inteligente.
        ¿Una mujer que no defiende el feminismo como necesario en 2013 no es digna de ser mujer?
        Perdona un ratito, voy al cuarto de baño a bajarme las bragas y mirar si hay algo voluminoso entre mis piernas.
        Hay que fastidiarse!!!!
        Maggie

      • anonimous dijo:

        ¿Acorralado? ¿Como Rambo? ¡Cielos, es verdad: ya no siento las piernas!!! ¡Malditos charlies!
        Ahora en serio: me da lo mismo si son ustedes hombres o mujeres, pero sospecho lo peor (bueno, no: lo peor sería que fueran mujeres que hubieran interiorizado de verdad ese discurso machista..o, peor aún, misógino). E cualquier caso, reitero mi enhorabuena por el éxito logrado con este blog: esta visto que basta soltar una buena «boutade» para que los/as Incautos/as mordamos el anzuelo. Y yo el primero(o primera) a pesar de que dije que no lo haría.
        Están ustedes en el camino correcto para hacer virar este blog definitivamente hacia la mierda. Pero no se avergüencen por ello,señoras o caballeros mías/míos, que esto es lo que se lleva hoy en día: fijénse en lo bien que le va a Cristina Fallarás desde que se ha convertido en tertuliana profesional, por ejemplo…

  30. Marie Jujika dijo:

    Solamente en una cosa están equiparados, al parecer, hombres y mujeres. Cuando son niños y pobres, tan pobres que no tienen otra cosa para poder comer que comerciar con su propio cuerpo. Hay algunos países que conocen muy bien este tema.

  31. Nomevengasconrollosquetemuerdo dijo:

    Me abstengo de contestar a algunos comentarios misóginos que solo merecen desprecio e indiferencia, y espero que quienes lo hagan estén más solos que la una, porque pobres de sus parejas… y paso de retórica discursiva.
    Por otra parte, me gustaría saber si ciertas braguetas hubieran tenido esos cojones con los que presumen, si hubieran tenido que soportar la presión política, religiosa y social de un matriarcado feroz y dominante, como han soportado y soportan las mujeres de un patriarcado misógino político-religioso y por ello, social. Seguramente, habrían acabado peor, porque de hecho las mujeres, por todo lo que han aguantado y aguantan se han vuelto mucho más fuertes, aparte que ya de por sí, su resistencia biológica al dolor es superior. La Naturaleza es muy sabia y elige para la dar la vida precisamente a los mejores, no solo por su fuerza, sino por su inteligencia y humanidad.
    He dicho.

    • Vale, perfecto. Y como mujer te agradezco sinceramente tus palabras. Pero seamos honestas que estamos en el año 2013. Yo soy de las que como dices ha sufrido ese machismo. Pero una chica de 25 o 30 años que hoy quiere ser escritora se engaña si piensa que no triunfa porque el machismo no la deja. seamos serios y serias.
      Maggie

      • anonimous dijo:

        Claro, es mucho más serio y científico pensar que si no triunfa es porque su imperativo biológico le impide avanzar en la pirámide de Maslow y se queda atascada en el tercer escalón. Nos ha jodío….

      • ¡¡Entendamos lo de Maslow, contra!!
        He utilizado la pirámide del psicólogo americano para escenificar la carrera de escritor. Pero una mujer que en lugar de ser escritora decide ser madre, esposa y funcionaria o médico puede llegar igualmente a la cima de la pirámide.
        ¿Comprendido?

      • Perfidia dijo:

        Una chica de 30 años de hoy puede no triunfar por muchas causas. Pero una chica de 30 años de hoy habrá sufrido el machismo desde que nació y eso determinará su visión de la realidad e incluso su seguridad y confianza en sí misma.

        El feminismo es necesario. Mientras haya una mujer que cobre menos que un hombre por el mismo trabajo, que las hay. Mientras haya una víctima de violencia doméstica (en su mayoría mujeres, aunque para que no vengan ahora los llorones diré que estoy en contra de cualquier tipo de violencia en el hogar).

    • anonimous dijo:

      Sí, si yo lo he entendido perfectamente. Ahí está lo malo….

  32. Joane dijo:

    Después de leer todos los comentarios, comparto plenamente lo dicho por «anónimo que lo flipa»: donde decís mujer, decid negro, africano, gitano o cualquier otra persona con alguna característica que lo haya hecho de «segunda clase» a lo largo de la historia de la Humanidad. Y a ver dónde está el (o la) valiente que se atreve a decir que sus contribuciones escasas numéricamente se deben a imperativos biológicos.

    • Vamos a ver, que nos desviamos.
      No hay ninguna circunstancia -aparte del racismo- que explique el hecho de que los negros tengan pocos representantes entre los más destacados escritores y científicos de la historial de los EEUU. Hoy,que ya no hay racismo en EEUU (o no hay lo que había antes) hay cada día más negros en puestos clave de la administración, triunfando en las letras y la ciencia.
      Hace 60 años, en España, el machismo eran un factor clave para entender por qué había tan pocas escritoras de éxito. Hoy ya no lo es. Hoy sólo queda un hecho, el biológico, para explicarlo.
      Capicci??
      Margaret

      • Perfidia dijo:

        Vamos a ver, sargento, decir que no hay racismo… ‘No tanto como antes’ vale, pero hay racismo y, sobre todo, consecuencias de ese racismo anterior, que es lo que sucede con el machismo hoy: no se trata de que las niñas no tengan ahora las mismas oportunidades que los niños, es que aún quedan bastantes lodos de aquellos barros.

        Poco a poco va cambiando, menos mal. Un ejemplo: en mi clase del colegio, más del 70% de las madres eran amas de casa. Contexto: mitad de los años 80, ciudad de provincias. En la clase de mi hermana, casi diez años menor, apenas dos madres no trabajaban fuera del hogar.

        El mundo ha cambiado, pero aún nos queda trabajo por hacer. Porque a mí no me cabe en la cabeza que Ana María Matute no tenga el Príncipe de Asturias y Muñoz Molina sí, y lo digo sin dudar de Muñoz Molina pero la Matute es mucha Matute. Es solo un ejemplo, pero podría ponerle más.

      • Joane dijo:

        No comparto tu análisis. Hay muchos factores de desigualdad en la España actual, mucho machismo en todo tipo de estructuras, el techo de cristal sigue estando ahí. Creer que hombres y mujeres hemos alcanzado la igualdad efectiva porque lo proclame el art. 14 CE es como creer que todos tenemos una vivienda digna porque tb lo dice unos artículos más allá.
        Me suena un poco aventurado afirmar «que ya no hay racismo en EEUU». La población carcelaria USA sigue siendo mayoritariamente negra, lo mismo que las mayores tasas de mortandad perinatal, a niveles tercermundistas, se dan en mujeres negras; índices de pobreza, de menos recursos educativos, etc, y suma y sigue.
        Pero el problema puede ser mío, por supuesto, al no creer que la igualdad simplemente algo que proclame el BOE, sino que las condiciones sociales realmente deben dar a todos los ciudadanos igualdad de oportunidades.

      • Joane:
        Hoy, si van a un juzgado y denuncias un trato discriminatorio real por el hecho de ser mujer, en un 99% de los casos el juez te dará la razón. Hay que poner más denuncias y hablar menos de feminismo.
        Un abrazo
        Maggie

  33. Tomatito de Jerez dijo:

    He leído todos los comentarios (todos!) y he visto que se hablaba de biología, de machismo, de educación, de sociología… Pero no de corralitos, que es lo que funciona en el sistema literario-editorial español y lo que explica esa ausencia femenina en muchos ámbitos. Me explico: hay señores con barba de 50-60-70 años que escriben y que son jurados de premios (no del Planeta, que como bien dice la Freixas no es un premio sino una estrategia de márketing) y son amigos, y se conocen, y se dedican a dárselos unos a otros en un hoy por ti mañana por mí que hace unos años funcionaba también en la Real Academia (ahora no, ahora manda la pasta que invierten los grandes grupos en colocar a sus candidatos mediante los votos de académicos afines a esos grandes grupos que ya están dentro). Por eso si se consulta la Wikipedia se verá con claridad cuántas mujeres han ganado el Premio Nacional de la Crítica, de Literatura, etc. Es lógico: los señores con barba prefieren votar a sus amigos con barba y, por el medio, meten a una mujer, por aquello de la cuota, para que no se diga. A este efecto, consúltense también en Internés las composiciones de los jurados de estos premios y hágase recuento. Es el mismo motivo por el que las mujeres son las malas en la Biblia: porque la escribían los hombres. Ha pasado poco tiempo, sigue habiendo demasiadas pocas mujeres en muchos sectores (en jurados de premios, en la crítica literaria, en las directivas –ojo, que no las redacciones– de los medios…) cuando sean muchas, y hagan lobby, y en el jurado del Premio Nacional de lo que sea el ratio sea de cinco mujeres y un hombre, veremos qué se vota.

  34. yotambienamoalunamiguel dijo:

    Como el anonimous este dice,yo también creo-uhm,qué gustito dan la experiencia y los años para la perspicacia-que la redacción de PS huele-perdonen la expresión-bastante a nabo. No haré de esto una crítica feroz de pitbull ni desacreditaré al sitio como los ojos desorbitados de más de uno desea,no. Me gusta pasarme por aquí y valoro y me río con vuestra acidez en la mayoría de las ocasiones,que de capullos/as está el mundo lleno y la literatura española más. Coño,me dejé atrás el tema. Lo de que haya menos mujeres motivado por el instinto materno y ponerse a parir como lobas y a hablar de dodotis por todas las esquinas en vez de ponerse a escribir,como sostiene Maggie,suena a gagá. Denle a muchas un marido o pareja enrollao que la valore,comparta y le facilite todo el tiempo que necesite para escribir (y hasta para simultanear niños),que se puede,sólo hay que echarle huevos como a todo,y ya me dirán si no hay más escritoras. Los tíos,en general,seguimos siendo nos hijosdeputa de mucho cuidado. Saludos cordiales.

  35. yotambienamoalunamiguel dijo:

    Discúlpenme queridas y pónganme a sus pies si errado me hallo en mis presunciones.
    Saludos cordiales.

  36. Pipa dijo:

    Jopeeeeeé! ¡Qué rollo más mal montao!. Y me da igual, Sargento, que me abronques por no argumentar porque ya está todo dicho arriba: incluso lo de la antigualla de la pirámide de Maslow. Que ahora se sabe más sobre como funciona el ser humano y podemos afinar.
    ¡A volver a leer Un cuarto propio!

    (Sí, me encanta leer vuestro blog, pero con esta entrada no puedo. Os habéis ganado con tesón los palos y las pedradas -verbales- recibidas)

  37. Madellin dijo:

    Bueno creo que el post es bueno pero como decirlo, la cosa es que por ahí leí un comentario con el que concuerdo, las personas que premian a los escritores siguen basándose en reglas que ya no vienen al caso, los «temas femeninos» les aburren a los hombres y a nosotras (no todas) nos aburre lo bélico y lo que en mi opinión personal escasea de sentido, por lo tanto mientras las personas que estén sentadas en las sillas de los jueces o calificadores para otorgarle el premio a una persona (escritor en este caso), y estos sean en su mayoría hombres, el tipo de escritor que ganará será uno con un estilo particularmente varonil. Así que desde mi punto de vista digo: escritoras hay, sólo que no son tan conocidas como los escritores.

  38. Björk dijo:

    Para empezar diré que no me gusta el victimismo usado para las artes oscuras y, después, que creo firmemente que existen mil escritoras anónimas merecedoras de sentarse sobre la cúspide de la pirámide de Maslow pero, que a diferencia de los escritores aspirantes a pincharse el culete con el triángulo, no les compensa el ser unas comemingas para el resto de sus días.

  39. Yo digo, ser un autentico escritor o escritora, no depende, sustancialmente, de estar solo. La soledad es también una condición interna. Claro que sí se escribe acompañado(a) cuando un(a) tiene la suficiente pulsión para hacer letras en todas las condiciones. Escribirás en medio de la guerra, con un hijo en el vientre y con la casa derrumbándose encima de ti, si ésa es tu necesidad.

  40. Alma dijo:

    Perfidia, Inés, Joane, Tomatito han dicho todo lo que pienso. No nos intenten convencer de que la Igualdad existe, porque queda recogida en la constitución o porque tenemos una fabulosa- aunque mejorable Ley de Igualdad-. No, aún no es evidente la igualdad, a veces lo llamado evidente no es sino la ostentación del olvido.

  41. Bego dijo:

    Totalmente en desacuerdo. Has leído poco a Laura Freixas. Mira los datos, abre los ojos, echa un vistazo a tu alrededor. O hazte un curso de crítica literaria feminista para saber de qué hablas.

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