ALEJANDRO ZAMBRA ESTÁ DESNUDO

¿Recuerdan la fábula del rey desnudo? Pues yo digo que Alejandro Zambra está desnudo. Lo dije ayer y lo repito hoy. Y ya puede venir Anagrama, el señor Herralde o la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana a decirme que está vestido con una traje elegante, moderno e innovador, que no me lo creo. Lo he visto con mis propios ojos: he leído su “novela” Formas de volver a casa.

Una novela puede gustar o no gustar. Es algo subjetivo. Pero cuando no hay novela, cuando se lee claramente que al autor ha fracasado en su intento (y además el propio escritor lo reconoce) y aun así publican un libro y lo llaman “novela”, entonces, señoras y señores, el rey está desnudo.

En la fábula citada lo que más me llama la atención no es la estupidez del rey ni lo espabilados que son los sastres. Lo que me deja llena de estupor y desesperanza es la cobardía de los vecinos.

En lo que tenemos entre manos, habrán ustedes comprendido que los vecinos son los integrantes de la crítica literaria oficial, el “equipo médico habitual”, como se decía cuando se estaba muriendo uno del que no quiero acordarme.

Hay diferentes razones por las que un crítico literario no dice la verdad:

1.- Por miedo.

2.- Por imitación.

3.- Porque “hay que apoyar a los jóvenes escritores”.

4.- Porque no se ha leído la novela.

5.- Por ser idiota.

6.- Por amistad.

7.- Para obtener un beneficio a cambio.

Carlos Botana

A continuación el Top 5 de las reseñas del libro de Zambra que más arcadas me han producido:

Nota: Las negritas son mías.

Número 5.

 J. A. Masoliver Ródenas. La Vanguardia. 22 de junio de 2011.

La novela tiene una estructura muysólida en un intento por contener y dar forma a la ambigüedad.

De la noche del terremoto de 1985 al de 2010 se tiende un puente sobre el vacío. En el pasado, el anónimo narrador nos cuenta su relación con Claudia, su tarea de espiar al tío de ella, ignorado las razones porque ella misma las ignora.

(…)

Y todo el esfuerzo del narrador está en “perseguir largamente imágenes esquivas y repasarlas con cuidado.

(…)

La mayor virtud del libro está, precisamente, en haber creado una intensidad narrativa (en lo político, en lo sentimental, en lo intelectual, en lo generacional) con una realidad que se nos escapa continuamente de las manos.

 Puntualizaciones: ¿novela con estructura sólida? Hay vacío pero no hay puente. ¿Esfuerzo? El único esfuerzo realizado fue el mío para terminar la novela.

 Número 4

Jordi Corominas i Julián, Revista de Letras, 3 de julio de 2011.

 El poeta chileno ha tejido una novela con una estructura admirable y un contenido asombroso por valiente, original y comprometido. Ojalá hubiera más como él, porque de nada sirve el virtuosismo sin ideas, de nada sirve rizar el rizo sin una melodía sólida que obligue al lector a esforzarse y dirigir su pupila a un lugar que trascienda la página cuando hemos cerrado el libro.

Puntualizaciones: ¿Qué estructura? ¿Comprometido con qué, Jordi? Lo que dices al final es cierto: Una vez acabado el libro necesitas buscar en otro sitio porque no has aprendido nada nuevo, nadie te ha contado nada sobre nadie.

 Número 3

J. Ernesto Ayala-Dıp, El Correo, 4 de junio de 2011.

 La novela es una investigación moral. Lo personal, lo subjetivo, no se libra de la maldición de la historicidad. El narrador bucea en su familia y en otras familias, buscando el hilo directriz que le de una explicación a tanta opacidad, a tantas responsabilidades históricas y políticas no asumidas, como si el país un hubiera pasado por un infierno.

(…)

Zambra nos deja una novela llena de interrogantes y silenciosos reproches.

 Puntuaizaciones: Sin comentarios. Para qué.

 Número 2

Lector Mal-herido 31 de mayo de 2011.

 (Aquí las negritas son de Albertito)

 Zambra, seguramente, es el autor más particular de su generación porque ha obedecido sin saberlo a mi diagnosis, que no es otra que entender la literatura de nuestros días como un servicio a la síntesis. Z. no sólo escribe cosas brevísimas, sino que en ellas ejecuta esquemas narrativos que incluyen la propia escritura, con lo que en 100 páginas de nada tenemos ya las dos caras de la postmodernidad, que no es otra cosa, en lo de los libros, que la pirueta formal de negar las formas.

Zambra, también aquí, tiene una prosa diamantina: porque es clara, porque es transparente, porque es simétrica, porque sus facetas son cortitas y porque su brillo le gusta a (casi) todo el mundo.

(…)

Y la novela está bien. Muy bien, si vols. Pero.

 Puntualizaciones: El príncipe nunca dirá que el rey está desnudo, no vaya a ser que los vecinos se den cuenta de que él también está en pelotas.

 Número 1. “An the winner is”:

Ricardo Piglia

 Un escritor notable, muy perceptivo frente a la diversidad de las formas.

 Puntualizaciones: Lo de Piglia no es propiamente una reseña. Es solo una frase. Piglia y Zambra son de la misma escudería y es bueno que el veterano ayude al joven. Herralde, en el sobre en que envió la novela de Zambra, le mandó una nota pidiéndole su opinión. Esta fue su respuesta y el editor la incluyó en la contraportada.

  • Margaret, ¿Qué significa “perceptivo frente a la diversidad de las formas»?
  • No tengo ni idea, Daphne. Es una frase aséptica y que suena bien. Con ella nunca nadie podrá recriminar a su autor que se equivocó. No se moja. ¿Se ha leído el libro el señor Piglia? No lo sé.
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22 respuestas a ALEJANDRO ZAMBRA ESTÁ DESNUDO

  1. De esta novela (y de algunas otras por el estilo) dijo el maestro Constantino Bértolo: «por qué en este principio de siglo al realismo capitalista vigente le gusta tanto que el héroe positivo se encarne en la figura del escritor. ¿Así se templó el acero? ¿Escribiendo?»

    Supongo que todo lo demás es silencio pero gracias Sargento por estos dos posts, lo más refrescante del verano.

  2. Jordi dijo:

    Puntualizaciones: ¿Qué estructura? ¿Comprometido con qué, Jordi? Lo que dices al final es cierto: Una vez acabado el libro necesitas buscar en otro sitio porque no has aprendido nada nuevo, nadie te ha contado nada sobre nadie.

    Querida patrulla,

    La estructura del libro de Zambra, por lo que recuerdo,me gustó pq articulaba bastante bien el juego entre el niño que busca y el adulto que a partir de ese pasado encuentra ese personaje que el narrador necesitaba para dar fuerza a su texto a nivel de concepto, en este caso vinculado a la Historia de Chile.

    Lo del final, sin acordarme tampoco bien del motivo que me impulsó a escribir esas líneas, supongo que iba pq tras la lectura quise saber más del tema tratado. Las novelas que abarcan temas de Historia relativamente reciente deberían, creo, tener esa virtud de animar al lector a investigar más, no ser super explícitas, sugerir,etc…

    Pero es una simple opinión.

    Un abrazo

    Jordi

    • Querido Jordi:
      Dices al comentar los dos asuntos (estructura y final): «por lo que recuerdo» y «sin acordarme tampoco bien del motivo» (son tus palabras). Deduzco que el libro de Zambra te ha dejado poca huella. Te recuerdo que solo han pasado 38 días de la publicación de tu reseña (3/7/11).
      Hablas de la fuerza del texto. ¿De eso sí te acuerdas? ¿Qué fuerza, Jordi?
      El texto de Zambra no genera ninguna curiosidad porque está mal escrito y no aporta nada nuevo. No define ningún personaje para que pueda apetecer saber más de ese tipo de personas. La «novela» está vacía. Es un engaño (puede que no consciente, por parte del autor) en el que por el afan de modernidad han picado muchos. Uno de ellos, tú.
      La literatura que los de tu generación hacen hoy en castellano es muy mala. No te preocupes, no es ninguna tragedia ser crítico literario y que los de tu edad seas así de malos. Tu serás bueno o malo dependiendo de lo que tú hagas. No dependes de ellos. Hay buenos escritores jovenes en otras lenguas y cada día se traduce más.
      Tranquilo porque tu reseña no es la peor. Tienes otras tres por delante. Aunque si consideramos que me leí casi 30 reseñas…
      Pero esto (el que estes en 4º lugar) tambíen es una opinión.
      Un beso fuerte, cariño
      La sargento Margaret
      PD: ¿Te das cuenta de lo que debe hacer una por amor al libro? Me he leido 30 reseñas sobre este libro. ¡Qué fuerte!

  3. A. dijo:

    El texto de Zambra es notabilísimo. Sutil, inteligente y bien escrito.
    Esperamos con mucho interés que nos escriba una crítica de «Corona de flores», «Mil violines» o los pastelones de Cristina.
    También de la novelita de Pron, con el doble de promoción, con el doble de baba crítica, y con la mitad de talento que Zambra.
    El de Pron si es un caso de estudio.
    Seguiremos esperando.

  4. Tengo la sensación, estimada Sargento, de que reacciona usted al impresionismo de Zambra cayéndole con la caballería encima por no haber pintado una inmensa naturaleza muerta barroca. Tengo la sensación de que limitar la novela a lo que usted considera novela conducirá a la muerte de la novela (caso de que el resto del mundo le haga caso). Zambra no me parece el acabose, pero su intimismo me llega aquí y allá. Y, en este caso, añade un elemento de reflexión sobre el pasado reciente latinoamericano que emparenta ‘Formas de volver a casa’ (temática, no estilísticamente) con las nuevas obras de Pron y Juan Gabriel Vásquez. Ello no significa un punto positivo per se, claro, pero la confluencia siempre se presta a un estudio en mayor profundidad. Yo respeto que no le guste el chileno, no me malinterprete. Pero su dogmatismo al indicar qué es novela y qué no, su acusación de abuso a las víctimas de Pinochet, me parecen tremendamente desencaminadas. Alguno acertó, antes desde la ingenuidad que desde el valor, al señalar que el rey estaba desnudo. Pero recuerde también aquel viejo chiste: -Hay un loco circulando en contradirección. Y el loco que piensa: -Uno… Si son la tira (por si me quiere añadir a esa tira: http://krmpotic.blogspot.com/2011/06/formas-de-volver-casa-de-alejandro.html / http://krmpotic.blogspot.com/2007/07/la-vida-privada-de-los-rboles-de.html ). Un saludo.

    • Querido Milo:
      Cuando al comienzo de mi reseña le digo a Zambra que la lectura de su novela me ha “defraudado”, no estoy utilizando un sinónimo de decepcionado. Estoy diciéndole que he sido víctima de un fraude. Por eso no pongo “mucho” detrás.
      Estamos de acuerdo en que hay diversas formas de novela y que se puede (y se debe) innovar. Que una novela no pertenezca al tipo que a mí más me gusta, no la invalida como novela. Cierto. Lo que ocurre con el “artefacto” (como dice mi amigo Jordi) de Zambra es que no es una novela.
      Lo de Zambra se compone de 4 partes. La primera es un capítulo de una novela. ¿Qué ocurre después? Que no consigue continuar la novela. Y es una pena porque prometía. Por ello no tiene novela. Lo que viene a continuación de esa primera parte podría haber sido un magnífico artículo literario, uno de esos largos y gozosos, digno del New Yorker o del Atlantic Monthly, sobre la dificultad de encontrar el tono, la perspectiva, el narrador y el estilo al tratar de escribir desde el punto de vista de los personajes secundarios de un tiempo de dictadura.
      Inciso: Aprovecho para sugerirte que montes una revista al estilo de esas americanas que cito. En España no hay. Tú lo harías bien (sin ironía) y creo que tu talento estaría más aprovechado que en Que Leer.
      Digo lo de aprovecharse de las víctimas de la dictadura chilena porque ese es un asunto que merece el mayor de los respetos y entiendo (esto no puede ser más que una opinión, claro) que se utiliza como reclamo publicitario. Como la dictadura solo se usa en el “libro” de Zambra como marco de fondo -y digo esto porque al no desarrollar ningún personaje no sabemos el daño que se ha generado en la personalidad, en la psique, o en los comportamientos de los protagonistas- y el resultado es el que se puede leer, yo, por respeto, no hubiera publicado. Porque hay algo real (y eso no es fruto de mi opinión): todos los comentarios sobre la “novela” hacen referencia a la dictadura. Las dictaduras, el holocausto, los genocidios son acontecimientos tan descomunales y tan imposibles de analizar con objetividad, que hay que tener mucho cuidado con cómo se utilizan en la literatura. Una dictadura como la de Pinochet, en un “libro” sin personajes y sin argumento como es este, aunque sea utilizada como decorado, termina comiéndose todas las páginas y siendo la protagonista sin el más mínimo esfuerzo por parte de autor. Por eso me parece tramposa su utilización.
      Me tomo como un piropo el final de tu comentario y a cambio te regalo una estrofa de la canción “El loco de la calle” de El último de la fila:
      Paso al loco de la calle.
      Paso al ansia de vivir.
      La novela es vida. Que no se te olvide.
      Un beso.
      La sargento Margaret.
      PD: Tu reseña estaba entre las 30 que leí. Quedaste mal clasificado. Lo siento. Otra vez será.

  5. Anónimo dijo:

    Sabias palabras, Milo J. etc., y a los libros que menciona cabría agregar las obras de Castellanos Moya, de Rey Rosa, de Kohan, de Caparrós, de Cueto, de Roncagliolo y, por qué no, de Isaac Rosa, de Reig, de Pisón y de tantos otros. También habría que ver de dónde procede estilísticamente Zambra: Perec, Vicens, Levrero, Vila-Matas, y tantos otros escritores que no estoy seguro de que la Sargento haya leído, entregada, como parece estarlo desde hace setenta años, a la lectura de Ana Karenina. Ahora que escribo esto, me parece que otro de los méritos de Zambra es combinar esa estética, aparentemente tan antipolítica, con esa temática, tratada hasta ahora con un realismo más descarnado (a la Castellano Moya) y/o sentimental (a la Pron).

    Querida Sargento, hay distintos tipos de literatura y de novelas, distintas estéticas, distintas tradiciones. Todos preferimos alguna, desde luego, pero eso no invalida las otras. Creo que su concepto de novela, sin desmerecerlo, tiene, a ojo de buen cubero, treinta años de retraso. Esa óptica totalitaria y conservadora puede ser un verdadero peligro para el libro; si por lectores como usted fuera, sólo existirían novelas negras y novelas a la siglo XIX.

    Por último, a Malherido se le puede acusar de muchas cosas, pero tacharlo de crítico complaciente o interesado me parece un despropósito. El odio la ciega.

    • Querido anónimo:
      Precisamente estaba leyendo durante el almuerzo la segunda parte de las memorias del editor Carlos Barral, «Los años sin excusa». En la pag. 193 y 194 (de la edición de 1978 de la editorial BARRAL) cuenta como, en los años 50 del pasado siglo, se reunieron en casa de Castellet, este, Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo y el memorialista para decidir quienes serían los integrantes de una antología que luego se llamó «Veinte años de poesía española». Cuenta Barral la injusticia que cometieron con el poeta Costafreda (al no incluirlo). No lo hicieron porque Gil de Biedma quería vengarse de él. Tras el suicidio de Costafreda, G. de Biedma escribió un artículo pidiendo disculpas por su maldad. Reconoce Barral también que aquella antología fue editada con un objetivo primordial, el de ver publicados los poemas de los allí presentes. Por lo visto hasta la fecha solo habían podido meterlos en alguna revista. Barral había heredado una editorial. Con buena….bien se j…, que decía mi difunto marido.
      Por eso, cuidado con los grupitos. Con esos que citas no estamos ante la nueva generación del 27. Que quede muy claro. No quedan ni cerca. Y digo esto porque viendo lo complaciente que está la crítica y los esfuerzos que se están haciendo (que si los grantas…) me temo que un día de estos algún suplemento cultural, sin nada con que rellenar sus páginas, constituya la generación del 11 o alguna chorrada parecida. En caso de que esto sea ya inevitable sugiero un nombre precioso : «La Generación del Despropósito»
      Los grupitos (salvo excepciones como la del 27) solo sirven para esconder a la sombra de 2 o 3 buenos a 7 u 8 mediocres.
      Un abrazo
      La sargento M.

  6. Pingback: Desnudando a los críticos | sigueleyendo.es

  7. Anónimo dijo:

    Querida Sargento, le envío de obsequio esta reseña, muy en la línea de la suya; empiezo a creer que tiene algo de razón.

    http://www.letraslibres.com/index.php?art=15623

    • Querido Anónimo:
      Ya la había leido. Fué una de las 30 que estudié en mi selección. Realmente opina como yo, ( o yo como él) pero se queda corto. Lo de Zambra merece más dureza. Lo que ha hecho es muy grave. Mucho.
      Gracias
      Un saludo

  8. blumm dijo:

    ¡Cuánto se cuece aquí!

  9. Cris dijo:

    Hace un año lei un libro de Alejandro Zambra, «Bonsai». Y recuerdo que me gustó. Recuerdo que lo lei de un tirón, lo cual no es dificil puesto que tiene como 90 páginas. Pero recuerdo la sensación de satisfacción, de sonrisa, de pensamientos como «es lindo», «está bien escrito», «medio maldito, pero bello». Y al leer esta reseña sobre el mismo autor, aunque otro libro, quedo sorprendida, y trato de recordar, ¿Y ese libro de Bonsai? ¿era bueno no?. Y lo que recuerdo son esas cosas que mencione arriba, pero nada del texto. Nada. No recuerdo la historia y hace un año que la lei. Recuerdo dónde la lei, quién me lo regalo, todo, pero no la historia. Y aunque eso puede pasar (uno puede decir, bueno, se puede olvidar algún libro entre tanta lectura), me parece que no de esa manera tan drástica: recuerdo algo de un arbolito (obviamente el Bonsai) y una muerte ,pero ya. En cambio, con «Seda» de Baricco, que lo leí hace como 5 años, recuerdo imágenes enteras.
    Seguramente este no es suficiente argumento pero, ¿será que usted tiene razón? ¿Es Zambra tan buen escritor? ¿Una promesa de su generación? El tiempo lo dira…
    El olvido de los lectores quizas es la prueba de la mediocridad de los escritores…

    • Porque lo de Zambra, estimada Cri´s, es puro fuego de artificio. Escribe bonito y punto. En poesía, en minirelatos o en aforismos debe ser bueno. Pero lo que nos intenta colocar en su última «novela» es un fraude.
      Su análisis es correcto. Zambra es muy malo.
      Un saludo cordial
      La sargento Margaret salvando al libro.

  10. Cantábrico Express dijo:

    Está dejando usted claro que un poco de ingenio o una ocurrencia, incluso aunque fuera una buena ocurrencia, sea obra o no de un jovencito, no es razón suficiente para anunciar el nacimiento de un escritor que no nos debemos perder, ni mérito para su rápida publicación por parte de algún avispado editor, todo guiños generacionales. Ahora bien, si se contempla el fenómeno editorial como una variante especializada del consumismo general más desenfrenado, se entiende mucho mejor. Si esa operación comercial la hace una editorial prestigiosa, a poder ser con un pedigree «progre» o «modernillo», casi no se nota nada, menos en un país con tanta gente autocomplaciente y acomplejada, que necesita saberse «moderna y al día». Personas tan extasiadas ante lo confuso, lo nuboso, lo «ingenuo», lo balbuceante, lo «fresco» (uf, qué palabra) o lo vulgar, como algunos turistas en una tienda playera de camisetas.
    Un saludo y un ruego: sigan, sigan.

    • Pues ese es el problema, amigo Cantábrico. Hay libros que son meros artículos de consumo. Por ejemplo: la novela romántica. Mi querida y añorada Corín Tellado nunca engañó a nadie. Quién compraba sus libros, sabía lo que iba a encontrar en ellos. Pero hay otros libros que no son de consumo. Esos libros son algo más. Por eso querer hacer pasar gato por liebre es algo muy grave.
      Un saludo
      Lady Margaret

  11. miyhahilovik. dijo:

    En este blog queda demostrado que «Bonsaí» y «formas de volver a casa» no son para viejas del Drugstore

  12. Carlos Fredes C. dijo:

    Hay sólo una cosa que no me queda clara:

    ¿Zambra se habrá tirado a tu madre, a tu hermana o a tu novia?

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