Corren malos tiempos para la libertad de expresión en España. Ayer le tocaba a Agustín Fernandez Mallo y hoy le puede estar ocurriendo algo parecido a Antonio Orejudo.
La Patrulla de salvación al filo de la noticia:
En estos mismos instantes un juez de instrucción está examinando -para ver si admite a trámite– la denuncia y las pruebas presentadas en la comisaría de la calle Luna en el distrito Centro de Madrid contra Antonio Orejudo por su libro Fabulosas narraciones por historias. Hemos tenido acceso a la denuncia y, en exclusiva para toda España, la transcribimos a continuación.
Aprovechamos para expresar nuestra solidaridad con Orejudo: Antonio, como decía mi tío Evaristo, alias “el Evaristo”, en estos momentos difíciles, échale cojones.
DENUNCIA
En la comisaría número 234 sita en c/ Luna n 18, distrito Centro de Madrid, España, el día 28 de SEPTIEMBRE del año 2011, siendo la hora 13,45, ante mí, oficial ayudante COMISARIO RENDUELES y secretario de actuaciones que al final refrendará, comparece en forma espontánea una persona de sexo MASCULINO que acreditando su identidad con D.N.I.nº 2343665343 resulta llamarse JOSE MARÍA ESCOBILLAS DE CASTILLEJOS, ser de nacionalidad ESPAÑOLA, de 22 años, estado civil SOLTERO, de ocupación/profesión ESTUDIANTE, con domicilio en COLEGIO MAYOR UNIVERSITARIO MARQUÉS DE LA ENSAIMADA AV. DE SENECA 17, MADRID, quien manifiesta venir por este acto con el objeto de radicar una denuncia por un hecho de carácter delictivo contra Antonio Orejudo Utrilla, con domicilio en Almería y contra Beatriz de Moura y de Tusquets, (de nacionalidad brasileña, ojo) con domicilio en Barcelona.
I.- HECHOS DENUNCIADOS:
PRIMERO. Que el día 27 de septiembre, después de comprar en la librería Moncloa (antes llamada Paraninfo) el libro “Fabulosas narraciones por historias” escrito por Antonio Orejudo Utrilla y publicado por Tusquets editores en 2007, (aunque al denunciante le consta que hay otros ejemplares de la novela que circulan clandestinamente con el nombre de editoriales ficticias o “tapadera” como es el caso de “Lengua de trapo”), y estando el denunciante sentado leyendo el citado ejemplar en un banco del parque del Oeste, descubrió que aquella novela era obra del demonio.
SEGUNDO. Que debido a que no ha podido el denunciante dejar de leerlo hasta terminar (el libro), le fue imposible acudir al laboratorio de química de segundo curso de Ingeniería Industrial de la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI-ICADE) en que está matriculado, con el consiguiente menoscabo en sus conocimientos.
TERCERO. Que aunque el denunciante no esté del todo de acuerdo con el pensamiento y obra de Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna y menos aún con el de Federico García Lorca, entiende que esa crítica despiadada, ese no dejar títere con cabeza, ese reírse abiertamente de estos pilares de la cultura española de principios del siglo XX, no tiene otro objetivo que destruir los cimientos sobre los que se edifica el pensamiento y la literatura patria. El denunciante sabe lo que viene después: una vez desacreditados nuestros clásicos se traerá la anarquía y el comunismo. Lean, si no, las columnas del autor en el diario Público. El tercer paso es la destrucción de los valores morales y cristianos en los que se sostiene nuestra sociedad. “Como si lo viera”. No es este el único libro en el que el autor intenta perjudicar la reputación literaria de un buen escritor de una generación anterior. Sirva como ejemplo “Un momento de descanso”, donde pone a parir gratuitamente, así como quien no quiere la cosa, al gran escritor Juan Benet.
CUARTO. Que las cartas dirigidas a un tal Dr. Moore que se incluyen en el libro, supuestamente extraídas de una revista de la época llamada “La Pasión”, (Págs. 53, 98, 172, 225, 278, 313 y 357) y las consiguientes respuestas del citado doctor, no constituyen más que un contumaz regodeo en la concupiscencia. Que el denunciante añade que las escenas descritas en dichas misivas generaron en su interior tal turbación que necesitó veinte padres nuestros y encomendarse a Monseñor Escrivá para, en el día de ayer, conseguir vencer la tentación de arrimarse a la señora de la limpieza cuando esta entró en su cuarto y le hizo la cama mientras él estudiaba. Que luego tuvo que ducharse tres veces con agua fría. Que los pensamientos libidinosos no lo abandonan y no le permiten concentrarse. Y que por este camino acabará repitiendo curso una vez más. (El denunciante aporta factura acreditativa del coste del curso en la citada universidad privada). Que esto no es más que pornografía y de la barata. Y que en la época, 1923, había en España otro tipo de jóvenes -como fue el caso de José Antonio Primo de Rivera (fundador, 10 años después, de La Falange)-, que no pensaban todo el día en el onanismo y en la dipsomanía. El libro, según el denunciante, falsea la realidad de la juventud española de hace noventa años.
QUINTO. Especial análisis le merece al denunciante la carta de la serie “La Pasión” que se inicia en la página 98. La inclusión en la novela de la susodicha es una de las más contundentes pruebas, en opinión del denunciante, de que el Maligno está detrás (o dentro) del escritor Antonio Orejudo Utrilla. Describir las relaciones sexuales contra natura en el seno de una familia española (madre con hijo, padre con hijo y los tres juntos) con la única intención de menoscabar la moral cristiana –el denunciante no ve qué otro objetivo podría tener el autor- que con tanto esfuerzo evangelizador asentó la Iglesia Católica en nuestra patria, solo demuestra, una vez más, que Satanás guía la mano del autor.
SEXTO. Que la forma en que el autor nos cuenta el ambiente cultural de la época en general, y de las tertulias y la Residencia de Estudiantes en particular , utilizando anécdotas divertidísimas (como la del poeta que copiaba a Machado en la página 180) y un lenguaje ágil al tiempo que antiguo, no es más que una manera de hacer atractivo el libro al incauto lector para luego inocularle los espíritus malignos que acabarán destruyendo su voluntad y llevándolo a las drogas, a su anulación como persona y, aún peor, como cristiano.
SÉPTIMO. Que los personajes están muy bien trabajados y consiguen que el lector disfrute pasando un rato entre ellos y que acabe deseando, por ejemplo, tener amigos en su colegio mayor como esos chicos de la Residencia de Estudiantes. Pero el denunciante no se deja engañar: también los pederastas dan caramelos a los niños.
Un ejemplo: descripción de los asistentes a una cacería organizada por el barón Babenberg:
Pág 167:
…se notaba que eran ricos porque los jóvenes tenían en sus ojos y en todas sus cosas la gravedad de los mayores; y estos, un aire juvenil y despreocupado que parecían haber robado de sus hijos. Todos parecían frescos, como recién salidos de una ducha tonificante. Muchos de ellos, sin embargo, habían estado jugando al póquer hasta dos horas antes. Se apretaban las manos, se abrazaban, rompían en grandes carcajadas y sostenían en corro conversaciones banales o cinegéticas.
OCTAVO. Me pide el denunciante que consigne aquí una especial petición al fiscal del caso. Entiende el denunciante que el ilustrísimo fiscal debería considerar como un agravante en el delito -que por la presente se denuncia- lo bien que escribe el autor. Entiende el denunciante que es una forma que el diablo utiliza para hipnotizar al lector y llevarlo por el mal camino. Ya se han dado otros casos en la historia de la literatura. Lucifer nunca usó malos escritores para sus fines.
II.- DERECHO.
Salvo mejor criterio de V.S., evalúo que el marco fáctico de mención se halla tipificado a la luz de lo normado por el art. 3.903 del Código Penal, configurando los delitos de ofensa a la sagrada institución de la Familia, ataque a la santa Madre Iglesia, distribución de pornografía y difamación.
III.- INSTA ACCIÓN.
En cumplimiento de lo normado por el art. 3.903 del digesto punitivo sustancial solicito se tenga por instada la acción penal dando debido cauce a la investigación del ilícito aludido y se retire, una vez comprobado el delito, de las librerías todos los ejemplares del libro.
IV.- PETITORIO
Por todo lo expuesto solicito:
1- Se tenga por interpuesta formal denuncia instando la acción penal.
2- Se tenga por presentada la documentación acompañada.
3- Se arbitren los medios necesarios para la sustanciación de la presente denuncia.
En Madrid a 28 de septiembre de 2011
Fdo: Comisario Rendueles.
nº de licencia: 3.90994.01
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A veces en la soledad de la noche me asaltan dudas. Estúpidas, cómo no. Dudas sobre por ejemplo si las Marías Kodamas del mundo o sus epígonos en forma de Marinas Castaños, entendieron y leyeron de verdad alguna vez a sus difuntos. O las Yoko Onos, reconvertidas en artistas conceptuales, por eso de que no se diga que sólo fueron mujeres floreros, tuvieron o tienen algo que decir, o tal vez tan sólo cobrar derechos de Autor, sagrados como son para la postmodernidad. “Corren malos tiempos para la libertad de expresión en España. Ayer le tocaba a Agustín Fernandez Mallo y hoy le puede estar ocurriendo algo parecido a Antonio Orejudo.” Este párrafo, suyo querida S. Margaret, y lo que implica, es ejemplificador. Borges, autor que puede ser considerado el metaliterato por experiencia en la lengua de Cervantes, tiene cancerbero particular, y ojo con quien se desmadre, pues de un plumazo retiran tu obra y aquí paz y después Gloria, cobrada en especie por la tribu de las viudas de escritores famosos, que ya son legión.
Son ya demasiadas las ocasiones en que la citada legión ha secuestrado la obra de sus interfectos, alegando las más peregrinas excusas, sin darse cuenta de que la obra de un Autor es por derecho propio de la posteridad y ella incluye cada uno de sus futuros lectores. Se cuenta que el propio Borges sólo aspiraba a una entradilla en la Enciclopedia Británica, fuera o no una broma, parece ser que su viuda lo quiere en el Botánico, en la sección de especies en vías de extinción.
Saludos S. Margaret y sendas y addendas.
«Borges, autor que puede ser considerado el metaliterato por excelencia», perdón por la errata…
que aqui se es muy fino con estas cosas…
Disculpen la interrupción, y que este comentario esté fuera de lugar, pero, dado que me he dado una vuelta por “ La Manía de leer” del inefable Mister Blumm, dicho esto sin acritud, pero lo de “algunas descubren a Orejudo a los sesenta”, no es de rigor, pues el tiempo y sólo él, dirá quién será Orejudo, en el futuro inexorable del Tiempo, me pregunto y al mismo tiempo, lanzó, la cuestión, como el disco de la famosa estatua de Mirón, que digo yo que algún día se ha de mover por gracia de Zeus, si existe una estadística o cosa semejante en la que conste la cifra exacta de Mujeres, famosas Escritoras, que se hayan casado y por tanto dejado cancerberos de sus Derechos de Autor, con jovencitos , o no tanto, (no soy quisquilloso con esas cosas), y que por tanto, el mundo Editorial tenga que lidiar con tales especímenes…
Estaría encantado de conocer dichos nombres, no valen herederos familiares naturales. Vaya por delante mi pequeño homenaje a Rosario Conde Picavea, ¿Alguien la recuerda, que no sea su hijo?.
Discúlpeme una vez más, Mi querida Marge. Saludos.
Nosotras sí nos acordamos de Dña. Rosario Conde, señora de Cela (y perdón por lo de «sra. de…»). Las letras españolas están en deuda con esta señora. Que a nadie se le olvide.
La sargento Margaret