THE TIMES THEY ARE A-CHANGIN’ Gracias a dios

Como dice hoy Arantxa Mellado, directora de Actualidad Editorial: cuando un gran grupo editorial como Hachette tiene que mandar una carta a sus autores y agentes dejando claro para lo que sirve un editor, es que la autoedición ya no es solo una anécdota.

La carta está encabezada por la siguiente frase: ““Self-publishing” is a misnomer” “misnomer” significa poco apropiado.

Esto es como aquel chiste: una mujer de bandera (como se decía antes) se está confesando:

-Padre me acuso de que me estoy acostando con el sacerdote de la iglesia de enfrente.

-Hija mía yo te absuelvo de tus pecados, pero te recuerdo que esta es tu parroquia.

 

Aquí pueden leer la carta, que ha sido traducida por Arantxa.

Lo mejor es la respuesta de J.A. Konrath, un escritor que gracias a la autoedición ha conseguido vender muchos miles de libros:

 Los editores deben dejar de tratar de convencerse a sí mismos y a otros de su importancia, y empezar a ser importantes de verdad. He aquí cómo:

1. Ofreciendo mayores regalías (“royalties”) a los autores.

2. Publicando los títulos con mayor rapidez. Pueden 18 meses entre que un libro se entrega y sale al mercado. Yo mismo puedo hacerlo en una semana.

3. Utilizando métodos de contabilidad actualizados que puedan ser controlados por el autor, y pagando las regalías (“royalties”) mensualmente.

4. Bajando los precios de los libros digitales.

5. Deteniendo la lucha en vano contra la piratería.

6. Haciendo un marketing eficaz. Los anuncios y publicación del catálogo no son suficientes. Tampoco lo es que el sello editorial tenga una cuenta en Twitter.

Como decía Bob Dylan : The Times They Are a-Changin’

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11 respuestas a THE TIMES THEY ARE A-CHANGIN’ Gracias a dios

  1. Teniendo en cuenta lo que es la edición profesional, la autoedición en Internet se va a convertir, en comparación, en una garantía de calidad.

    • Por eso digo, amigo iracundo, que me alegro. Esto de la autoedición va a obligar a algunas editoriales (no a todas, porque hay idiotas que seguirán pensando que son los mejores del mundo y que no necesitan cambiar nada) a ponerse las pilas y empezar a cumplir con las funciones de un editor de verdad. Además, la autoedición va a dejar al descubierto muchas trampas y marrullerías de las editoriales que no les va quedar más remedio que abandonar.
      Por eso -optimista que me he levantado hoy- creo que esto va a ser positivo.
      Un abrazo
      La sargento

  2. Amén a los seis puntos. Lo que ocurre es que cuando eres novato, con toda la ilusión del mundo mandas tu manuscrito, sin tener información apenas de cómo funciona el mundillo editorial, sin posibilidad de que te acepte un agente, pues estos a veces son más exigentes que las editoriales con los autores, en fin, cuando recibes un oferta, aceptas y firmas con los ojos cerrados por ese 5% de beneficios, porque lo que te importa sobre todo es ver tu historia en papel, en tu librería de costumbre, y poder presumir de ella ante amigos y vecinos.
    Esto, insisto, en cuanto a los noveles, los consagrados ya pueden exigir otro trato, siempre que realmente vendan, claro.

  3. Comeclavos dijo:

    Margarita mon amour, ya en su día alguien te lo dijo, y yo ahora te lo repito. Como no soy técnico quizás desbarre… Cuando pones un link para pinchar, mejor seria que la página que se abre apareciese en otra pestaña distinta, y no como ocurre ahora, que cuando pinchas ese link, tu propia pagina se transmuta en la pagina linkeada y tras su lectura y de forma automática la suelo cerrar (cerramos) y adiós Patrulla y adiós link. No es un mal terrible, tan solo una molestia, pero mejoraría “la experiencia de navegación”

    Interesantísima entrada.
    Saludos 204

  4. El aluvión de autores autoeditados tampoco va a ser la panacea, ¿eh? Al final tendrán más visibilidad los que griten más, los que sean más pesados o más diestros con el spam y con las redes sociales, no los que escriban mejor. No tan distinto de lo que hay ahora, pero multiplicado.
    Los filtros, guste o no, son necesarios. El problema, y en eso estoy de acuerdo con usted, Sargento, es que las editoriales, hoy en día, no filtran.

  5. Leo Cabrera dijo:

    Faltó algo en la respuesta del señor Konrath. Quizá, podía ser algo así: «Siendo buenos lectores, lectores creativos y comentaristas lúcidos, capaces de hacer que el libro editado al final sea mejor, mucho mejor, que el manuscrito que llegó a sus manos. Editores implicados en el proceso creativo, esos hacen falta».

  6. ¿Positivo? Sin duda. Discutir siempre lo es. Mejor que no hacerlo desde luego.

    Estoy de acuerdo con la réplica de Konrath. No hay mucho más que añadir. De todos modos estoy convencido de que las grandes editoriales seguirán a su rollo (empezando por Tusquets y su negativa a la modernización) y los escritorzuelos seguirán corriéndose de gusto al verse publicados en Mondadori. Y qué regalias ni qué hostias si al fin y al cabo de lo que se alimenta un escritor es vanidad y eso se arregla con una buena foto y una tapa dura.

    Pero sí, algo se mueve. Yo cada vez leo menos de Mondadori, de Anagrama, de Tusquets… cada vez me interesa más lo que tienes que decir los pequeños, los que se quedan con los restos que dejan los grandes. Será cuestión de hacer campaña por ese lado.

    Besos, niñas,

    • Pones sobre la mesa un tema interesante, querido Tongoy. Hoy nadie gana dinero con esto de la venta de libros, con lo que hay poco para repartir. Pero en los años 70’s y 80’s, en España, cuando de verdad se vendían muchos libros, hubo algunos señores que se hicieron millonarios. Lo curioso es que no fueron los autores. Aquellos sin cuyo trabajo este negocio sería imposible -los escritores- no han ganado dinero (salvo muy contadas excepciones, y esos pocos casos han hecho ganar a otros 20 veces más de lo que ellos sacaron). Es muy interesante el reparto que se ha producido: El prestigio y las portadas en las revistas para los autores y la pasta gansa para los otros, que no sé si son los editores, los agentes o los distribuidores. Al final va a resultar que los escritores no eran tan listos como parecían.
      Perdona el rollo
      Un abrazo
      La sargento Margaret

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