El dibujante de comics Hugo Pratt –el padre de Corto Maltese– (Rimini, Italia, 1927- Suiza 1995) pasó su niñez en Venecia, pero a la edad de diez años se marchó a vivir a Etiopía, con su familia. Estando allí, fue internado en un campo de concentración a la edad de 14, durante la II guerra mundial.
Se acaba de editar (con abundantes fotos e ilustraciones) El deseo de ser inútil (Confluencias, 2012), unas memorias de Pratt en forma de larga entrevista con su amigo Dominique Petitfaux.
En la página 68, dentro del capítulo titulado “Una adolescencia etíope”:
Petitfaux: En su vida amorosa armonizó ya desde un principio lo sentimental y lo sexual.
Pratt: Mire usted, cuando un europeo de trece años descubre que las chicas africanas de su edad practican el coito con toda naturalidad, lo normal es que acabe por imitarlas. Etiopía es una tierra de libertad sexual. Las chicas etíopes no conocían la ablación, al contrario que las danakil o las somalíes musulmanas. En principio, las etíopes deberían llevar la cabeza rapada, a excepción de una corona de pelo, cuando eran vírgenes, pero muchas llevaban la cabeza así aun cuando no lo eran. En lo que respecta a aquel campo de Dire Dawa, era una incitación permanente a la sexualidad. El olor corporal era penetrante, era difícil lavarse, solo disponíamos de un poco de jabón de glicerina y polvos de talco. Vivíamos en total promiscuidad; a los chicos y a las mujeres solo nos separaba una especie de tapia hecha con tela de saco, por cierto con bastantes agujeros. Y con aquel calor, las chicas iban con muy poca ropa.
Tampoco es desdeñable el papel de las estercolarias, grandes moscas de color verde metálico que secretaban una sustancia afrodisiaca, la cantaridina. En general, en Etiopía la actividad sexual estaba ligada a los olores. Del mismo modo que los animales se atraen por su actividad glandular, algunos etíopes, para atraer a las mujeres, se untaban detrás de las orejas con esmegma, una sustancia que se forma en el pliegue del glande, sobre todo cuando hay falta de higiene.
En cuanto a las chicas italianas, con la guerra, no se planteaban el tema de la virginidad; en una situación en que la muerte acecha, queríamos vivir a tope. Casi no habíamos empezado a vivir, y la guerra ya nos planteaba la posibilidad de morir. Así que, paradójicamente, la guerra era una invitación a la vida. Todos los jóvenes éramos por tanto muy liberales y progresistas. También en el barco de regreso confraternizamos mucho, sin ser conscientes de que aquella relajación de costumbres no era ni mucho menos universal: La Italia que nos encontramos a la vuelta nos pareció llena de tabúes y prohibiciones.
Hugo Pratt
Me recuerda esto lo que dijo el cantautor y pintor Luis Eduardo Aute (nacido en Manila, Filipinas) cuando (aquí) le preguntaron por lo que sintió cuando siendo adolescente –en 1954- tuvo que dejar Manila para volver a Madrid:
Yo venía de una tierra donde casi nada era pecado y me encontré con el lugar de todos los pecados.
Hay ignorantes (la mayoría de ellos son “intelectuales”) que dicen que la represión del deseo sexual estimula la creatividad. Y ponen como ejemplo a Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y, un poco más lejos, a Emily Dickinson. Yo opino lo contrario, véase el ejemplo de Pratt. El fornicio a tutiplen, sobre todo si se practica en la juventud, permite que la persona saque lo mejor de él/ella, en todos los sentidos. Por eso yo no me he dedicado al arte. A mis años ya no consigo estimular la creatividad ni con cinco cubanos at the same time.
Hugo Pratt
– A ver, Daphne, si va a ser ese el problema de los jóvenes escritores, sobre todo de los españoles.
-¿Tú crees, Margaret?
-No lo sé, hija, es por buscar una razón a lo mal que escriben. Lo que sí tengo claro es que en España de siempre se ha follado bastante poco. Y ahora menos aun.
Hugo Pratt
«Lo que sí tengo claro es que en España de siempre se ha follado bastante poco. Y ahora menos aun.»
No sabe usted el peso que me quita de encima. Con lo que, según alardea la gente, se folla por aquí…
Ni jóvenes escritores ni hostias, Cristina. Te has leído alguna novela de Raulito?
La verdad es que lo del folleteo es bastante entretenido para ser practicado y, tremendamente aburrido, como tema de conversación.
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¿No sabe Hugo Pratt que el sexo produce embarazos (hay hombres que parecen tener una curiosa dificultad para establecer una conexión)? ¿disponían las jovencitas etíopes de medidas anticonceptivas o ella disfrutaban la vida cargando al mismo tiempo con varios bebés?
¿Follar produce embarazos? Y luego dicen que la Naturaleza es sabia
Adoro a Pratt
Y Pratt ya no sabe; murió
Disculpe María, pero la cosa es que si las jovencitas etiopes practicaban el sexo desde tan temprana edad (con o sin Pratt) con toda naturalidad era por algo y dudo que no supieran de las conclusiones por demas predecibles de sus actos.
Qué aguafiestas, María.
La sargento
Lo que está claro es que tanto a él como a su amigo Milo Manara les gustaban mucho las mujeres. Eso también contribuye a crear belleza artística, no?
Yo supongo que depende de la persona, la literatura está llenita de grandes escritores vírgenes y reprimidos, del mismo modo que hay un montón, que le daban sin parar al tema y también son estupendos.
Y hay algún caso como el de Forster, que fue follar y acabarse su producción literaria
Follar, follar… no sé si se follará mucho o poco, pero joder, lo que se dice joder, en eso hay verdaderos especialistas, ¿verdad, sargento Pilingui? De hecho, el deporte bloguero parece consistir en joder y dar por culo a los demás. Por otro lado, aunque lo de follar sea raro, contamos con abundantes chupapollas. Y eso también se puede considerar una práctica sexual. ¿Verdad, sargento Pilingui?
Casi se me saltan las lagrimas. En un mismo texto se habla de Hugo Pratt, Corto Maltes y aparece la palabra esmegma, en peligro de extinción por mas que la falta de higiene de muchos nos haga pensar lo contrario. En otro post ya se habla de ciencia ficcion en españa o del premio Minotauro o los premios Ignotus y eyaculo sin necesidad a recurrir a estimulacion digital alguna.
Como diria Torrente «En españa, ser escritor de ciencia ficción esta muy mal visto»
Segun tengo entendido, Humberto Eco se encerraba/encerró con todas las historias de Corto Maltes antes de escribir En nombre de la rosa.
No, no somos ni Romeo ni Julieta
actores de un romance sin final,
no, no somos ni Romeo ni Julieta,
ni estamos en la Italia medieval.
No, nosotros no tenemos que enfrentarnos,
con nadie que se oponga a nuestro amor,
pues, pues todo es diferente en nuestros días,
y hoy brilla el sol radiante de esplendor.
A veces yo siento miedo
al ver mi felicidad,
será porque yo te quiero, de verdad.
Más pienso que nuestra dicha
no debe acabar jamás
en tanto que nos queramos
siempre igual.
No, no somos ni Romeo ni Julieta,
aquellos que murieron por su amor.
No, no somos ni Romeo ni Julieta
viviendo prisioneros del temor.
No, no existe ni una duda en nuestra vida
Y es fácil hoy en día ser feliz
Tú tan sólo quiereme de igual manera
que estoy mi amor, queriendote y a ti.
No, nosotros no tenemos que enfrentarnos
con nadie que se oponga a nuestro amor,
pues, pues todo es difente en nuestros días,
y hoy brilla el sol radiante de espendor.
No, no somos ni Romeo ni Julieta,
aquellos que murieron por amor
No, no somos ni Romeo ni Julieta
Viviendo prisioneros del temor