JAVIER PRADERA: EL EDITOR COMO VAMPIRO

En el último número de la revista CLAVES se puede encontrar (aquí) un magnífico artículo de Miguel Aguilar (Editor) sobre el recientemente fallecido Javier Pradera.

 [Permítanme un desahogo: ¿Ahora qué, subnormales? Sí, estoy hablando con vosotros, con todos aquellos que llamasteis sectario, manipulador y “desinformador” a Javier Pradera. Parad por un momento de mentir y mirad a vuestro alrededor. ¿Veis cómo está el mundo editorial? ¿Y los periódicos? ¿Y EL PAÍS? Lo que tuvo que aguantar el pobre. Ya no quedan intelectuales como Javier Pradera y lo peor es que no los hay porque no nos los merecemos. Mierda de país.]

Escribe Miguel Aguilar:

A Pradera le gustaba una definición muy gráfica y algo sanguinolenta: el editor como vampiro, siempre a la caza de ideas nuevas, siempre rodeado de gente de la que poder sacar libros, autores, conceptos, información. El editor estaría así siempre atento, olfateando el entorno en busca de proyectos, de iniciativas, de material que pudiera desembocar en un libro, de lecturas ajenas de autores interesantes, de ideas o argumentaciones en estado tan temprano de formulación que quien las expresaba no era consciente de su potencial.

Javier Pradera por Loredano

Cita un poco más adelante Aguilar una conferencia (aquí) que Pradera dictó en Santander en 2001 para reconstruir su retrato robot del editor:

En primer lugar, interés selectivo en sus órdenes personales de preferencia como actores racionales a favor de la difusión del conocimiento y de la cultura; ese lugar de primogenitura en el orden de preferencias no excluye, por supuesto, otras muchas muy respetables aunque no tan ejemplares, desde el gusto por la buena vida hasta la vanidad o incluso el deseo de crear por persona interpuesta. En segundo lugar, la capacidad de allegar y organizar recursos, esto es, de formar una empresa para poner en marcha esa llamada vocacional. En tercer lugar, un mínimo proyecto cultural, utilizando el término “proyecto” en sentido débil y con el significado megalómano de transformar el mundo. En cuarto lugar, la capacidad para armonizar sus gustos personales y las líneas generales de ese proyecto con la demanda social no sólo actual sino también potencial, esto es, no sólo para satisfacer las necesidades de hoy sino también para adelantarse y para conformar los deseos de mañana. En quinto lugar, una capacidad para discriminar y seleccionar entre la oferta existente, esto es, para apostar por autores, corrientes y géneros. En sexto lugar, disponer de la imaginación suficiente para hacer llegar esa oferta mediada por su catálogo a una demanda seleccionada por su proyecto. En séptimo lugar, saber administrar los recursos humanos y materiales a su disposición para hacer viable y perdurable su empresa.

Javier Pradera se ha ido y aquí nos hemos quedado, más tontos que antes.

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17 respuestas a JAVIER PRADERA: EL EDITOR COMO VAMPIRO

  1. julian bluff dijo:

    Es una broma. De fiarnos de la sutil semblanza, ejeeem…, que Miguel Aguilar realiza de Pradera -para poder asimilarla toda su magnitud me lo he tenido que leer varias veces como si fuese en texto bíblico- estaríamos hablando de Díos. Y Dios no puede morir. Hasta en la admiración hay grados. Y este es: ¡supremo!. Lo van a tener difícil Margaret, y demás soldadesca, a la hora de escandalizarse del peloteo que los zambranitas (homenaje a R. Crompton) puedan llegar a desplegar entre ellos ¡muy difícil!

    Un abrazo a todos!

    • Amigo bluff:
      Se podrá discutir acerca de Pradera como persona o sobre la evolución de su compromiso político a lo largo de su vida. Pero dificil será, pienso, negar la importancia de lo que hizo como editor en el más amplio sentido de la palabra. Los españoles que disfrutamos de la lectura y lo hacemos (leer) en castellano, debemos estar muy agradecidos a Javier Pradera. Además está el ejemplo que dió como hombre digno (perdón por la redundancia que hoy, por desgracia, no es tan evidente). Por eso creo que Aguilar no se pasa.
      Un saludo
      Margaret

  2. Anónimo dijo:

    Bueno, unos más tontos que otros.

  3. Jeremías dijo:

    He leído demasiados libros de Alianza en mi juventud como para no respetar en cierta medida ( Qué pintaba Vargas Llosa escribiendo el prólogo de madame Bovari?) a quien la dirigía, pero de ahí a la repugnante defensa de la moral de un socialdemócrata, por muy demócrata y muy socialista que sea, no llego. El país ya era una infamia en los setenta y aunque de aquella la sección cultural todavía tenía un pasar no dejaba de ser mezquina. Que en españa no dimita nadie, ni asesinos ni ladrones ni responsables de desafueros, no sirve como justificación moral de quién simplemente cumple con lo que cree que es su deber. Y creo que demasiadas veces confundió su deber con sus inclinaciones a la «buena» vida y a las malas ideas. No me parece que ese tío sea un ejemplo de nada, salvo que lo consideremos de entre los malos uno de los mejores, pero preferiría que dedicaras un poco de atención a los buenos que «habelos haylos» aunque haya que ponerse lupa para encontrarlos. No los cito aquí para no mezclar la mucha paja con el escaso grano

    • No, hombre, no. Cítalos, tú, cítalos. Dime quienes son esos «buenos». Hazlo para que así deje de perder el tiempo con tanto mediocre, porque eso es lo único que encuentro en la cultura española en los últimos dos años.
      Margaret la sedienta

      • Jeremías dijo:

        Te respondo con una anectota, hará unos tres meses estaba con un amigo que me leía en voz alta un capítulo de «Lógica del sentido» en donde el autor citaba a Crisipo; le pedí que parara y le pregunté si tenía a Diogenes Laercio allí o lo había bajado al sótano ( yo estaba pensando en mi edición que de tan mierda que es ni apetece leerla y si a pesar de todo lo haces te deja un mal sabor de boca horrible) pero ¡Sorpresa¡
        tenía la edición de Lucina (que yo no conocía) a mano . Ni te imaginas lo divertida que fue la lectura. Y lo a cuento que venía con lo que trataba Deleuze.
        Ya sé que tú me estabas preguntando por otra cosa pero a quien lee perez reveses o molineros muñones y dice que disfruta ( aunque lo diga con ironía, la ironia está para usar en mejores ocasiones) yo tengo muy poco que ofrecerle, salvo recomendarle «Escuela de Mandarines» y desearle suerte.

      • Comeclavos dijo:

        «¿A donde vas? Manzanas traigo.»
        Otra cosa… ¿Eres ese que se hacia llamar Diable? Si no es así perdona, parece que tenéis gustos parecidos y parecidas reencarnaciones.

  4. Jeremías dijo:

    Bovary, ostia.

    • Peter Folgier dijo:

      De la pintura.
      «Nunca me hubiera atrevido a escribir sobre una novela que tiene tan abundante y rica bibliografía, si no hubiera sido por la nueva traducción al español —magnífica— que hizo de ella, a comienzos de los años sesenta, Consuelo Berges. Su editora, Alianza Editorial, me pidió un prólogo y así nació este libro»

      Del prólogo de la reedición de 2011 de LA ORGÍA PERPETUA. Flaubert y Madame Bovary. Mario Vargas Llosa.

  5. ¿Quién diablos es Pocoyó? dijo:

    Pues sí, tan triste y desesperada está la cosa, que levantamos monumentos a quienes, como dice Jeremías (¿el de los lamentos?), se limitan simplemente a cumplir con su deber.

    Y oye, Maggie, un favor. Yo comencé a aficionarme a los blogs de literatura gracias a que di con el del Mal-Herido hace algún tiempo, cuando este gozaba de fama y esplendor y sus posts estaban llenos de comentaristas. Luego pasó el tiempo, se cambió a wordpress, y ahí languidece, con uno o dos comentarios cada vez que «postea» algo, y no sé a qué se debe. Ahora ni siquiera en sus artículos para el Diario Kafka le comentan nada. ¿Se pusieron de acuerdo todos o qué? ¿Hay algo que yo no sepa? ¿Por qué lo abandonaron?

    Bueno, pues es eso, que me gustaría que contaras algo, si es que lo sabes. Gracias.

    Abrazos, muchos.

  6. Jeremías dijo:

    @ Comeclavos
    no, no soy Diable, aunque al decirlo usted me dí cuenta que quizá haya alguna influencia de su manera de escribir en su blog y eso a pesar de que no me gusta como lo hace. Bueno, nunca acaba uno de conocerse, gracias Comeclavos.
    @ Peter.
    A eso me refería cuando me preguntaba la razón de pedirle un prólogo a vargas llosa, autor de cuyas opiniones jamás hay que fiarse, no confío en él ni siquiera cuando elogia a autores que tengo en la más alta estima, siempre lo hace por la razón equivocada, es curiosa esa contumacia suya, hay quien la encuentra muy «inteligente», yo no.

    • Comeclavos dijo:

      Si la comparación te ha parecido poco acertada lo lamento. Más que por la forma de escribir, ha sido por los autores clásicos que has mentado.

      • Jeremías dijo:

        No, al contrario, le quedo agradecido. Que no me guste lo que veo en el espejo no quiere decir que lo vaya a romper, más bien debería servir para encontrar una máscara que refleje mejor lo que pretendo.

  7. Pregunto: dijo:

    ¿Javier Pradera es padre de aquel engendro que presentaba un programa en Canal Plus?

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