No es que Eva fuese aburrida. Ahora que tenía que cuidar a las cuatrillizas, el entusiasmo de Eva Wilt se había ampliado hasta incluir toda «Alternativa» de la que iba teniendo noticia. La Medicina Alternativa alternaba con la Jardinería Alternativa, la Nutrición Alternativa e incluso diversas Religiones Alternativas, de tal manera que, al volver a casa tras la diaria rutina sin opciones de la Escuela, Wilt nunca podía estar seguro de lo que le esperaba, excepto que no era lo de la noche anterior. Casi la única constante era el estrépito organizado por las cuatrillizas. Las cuatro hijas de Wilt habían salido a su madre. Allí donde Eva era entusiasta y enérgica, ellas eran inagotables y cuadriplicaban sus múltiples entusiasmos. Para no llegar a casa antes que estuvieran acostadas, Wilt había adoptado la costumbre de ir y volver de la Escuela andando, y era resueltamente displicente respecto al uso del coche. Para aumentar sus problemas, Eva había heredado un legado de una tía y, como el salario de Wilt se había duplicado, se habían trasladado de Parkview Avenue a Willington Road y a una gran casa con un gran jardín. Los Wilt habían ascendido en la escala social. Lo cual no era una mejora, en opinión de Wilt, y había días en que añoraba los viejos tiempos, cuando los entusiasmos de Eva se veían ligeramente amortiguados por lo que podían pensar los vecinos. Ahora, como madre de cuatro hijas y señora de una mansión, ya no se preocupaba. Había cultivado una horrenda seguridad en sí misma.
Las tribulaciones de Wilt, Anagrama, 1993. (Trad. de Marisol de Mora) Publicado por 1ª vez, en Inglaterra, en 1979.
Wilt se desanimó aún más cuando pensó en sus hijas, cuatro réplicas exactas de su espantosa mujer y tan gritonas y autoritarias como su madre. Mejor dicho: más gritonas y autoritarias que Eva, dado el efecto combinado de sus cuádruples esfuerzos. Las cuatro hermanas se pasaban el día enzarzadas en riñas absurdas e interminables, y Wilt estaba convencido de que el día de su nacimiento fue cuando empezó a mermar su valor para largarse.
Durante una breve época de la primera infancia de las niñas, dominada por los cambios de pañales, los biberones y la asquerosa papilla infantil con que Eva insistía en cebarlas, Wilt había abrigado grandes esperanzas para su prole, imaginando que les esperaba un futuro magnífico. Pero a medida que se hacían mayores, cada vez se comportaban peor, y pronto pasaron de atormentar al gato a torturar a los vecinos; aunque era imposible responsabilizarlas de nada, porque las cuatro eran idénticas. Al menos, ahora que estaban internas su padre no tenía que soportarlas, si bien esa liberación le estaba saliendo carísima.
La herencia de Wilt, Anagrama, 2011. (Trad. de Gemma Rovira). Publicado por 1ª vez, en Inglaterra, en 2010.
OTRA COSA
Bien dicho, Jaume, bien dicho. (Aquí)
….
Como digo, algún día un hispanista inglés explicará cómo hemos llegado a esto. Probablemente apunte que España nunca tuvo Ilustración y que su pobreza en los siglos XVIII y XIX impidió la formación de una élite intelectual como la que tuvieron Francia e Inglaterra. Aunque quizá no haga falta ir tan lejos y simplemente constate la frivolidad y el sectarismo con que se ha maltratado, a lo largo de la democracia, un asunto tan delicado como la educación, convertida en un elemento de confrontación y adoctrinamiento políticos, a expensas de una juventud, en contra de lo que dice el tópico, cada vez peor preparada y más desganada. O tal vez hable de la manera en que se ha concebido la cultura, siempre relegada al ámbito del ocio y el lujo, como si no tuviera nada que ver con la polis, con la inevitable consecuencia de que la polis se llena de bárbaros y la cultura se convierte en una fiesta. Y quizá, después de todo, concluya que basta con mirar un determinado cuadro de Goya, aquel en que dos gañanes se matan a garrotazos en un páramo, recortados contra un cielo de grisalla y cobre, para estremecerse con un silencioso entendimiento.
Buf, lo de este hombre, el Jaume, ya es rayano en la obsesión. Que sí, que bueno, pero a ver si ahora la causa de todos los males que aquejan a la ‘cultura’ en España va a ser culpa de Mas… Texto pillado, donde los haya.
No lo has entendido. la culpa de las cosas que pasan es de poca (o mala) cualtura y de falta de educación. Educación de verdad, como Dios manda. Lo dice una atea, ¿eh? Que aquí todo hay que aclararlo.
Maggie
Sí, Maggie, si lo entendido, pero está feo que un ‘intelectual’ como él, o eso se considera, obviamente, aproveche para lanzar diatribas sin la mínima justificación ni argumento. Como filólogo que es, parece importarle muy poco las razones por las que determinadas lenguas en determinados territorios se encuentran en la situación que están, a pesar de sus hablantes, y no hablo de Cataluña. Me parece de poco ‘nivel intelectual’ y una evidente falta de cultura.
Chapeau a lo que ha escrito Andreu Jaume; y patada en el culo a Ire, porque su estulticia «es rayano en la obsesión».
Applause
Y no creas que no se le ha notado que el auténtico ataque es a la política lingüística de la Generalitat, pero como es tan obvio y tan infantil no hace falta ni mencionarlo. Esperaba más y mejores argumentos de un filólogo, la verdad. Veo que a ti ya te bastan.
No sé qué más quieres, Ire, ¿que Jaume queme la senyera en la Plaza Catalunya? Si no te han quedado claros sus argumentos es que necesitas hacerte unas nuevas gafas.
Posiblemente, Chacho, eso es lo único que ha quedado claro de su texto. Permíteme, al menos, que no lo comparta. Yo al menos no pretendo que tú hagas lo mismo con los míos.
El bueno de Tom Sharpe escribió en su vida tres novelas excelentes, cumbres del género humorístico: Reunión tumultuosa, Exhibición impúdica y Wilt (la primera, ojo). El resto de su obra oscila entre lo irregular, lo flojo y lo cojitranco. Pero bueno, al menos escribió tres buenas novelas. Hay a quien le canonizan en el altar de la literatura por mucho menos. Y además, me caía bien. En cuanto a lo de Jaume… los catalanes tenemos el gobierno que nos merecemos. Yo que me dedicaba a escupir a las viejas y arrancarles los ojos a los gatitos para después sodomizarlos, considero que ser gobernado por Mas y su circunstancia es un castigo duro pero justo.
El último párrafo del tal Andreu Jaume no deja de ser cierto.¿Qué fue de nuestro siglo XVIII? ¿Y del XIX? En efecto, dejamos pasar la Ilustración de largo en aras de una mentalidad de sacristía y de convento. Los ecos tridentinos han perdurado hasta ayer por la tarde. La Contrarreforma, apoyada por el emperador Carlos, dejó marcas profundas en las meninges de los españoles durante generaciones. El Ripalda y el Astete (¿Astete?) fueron la única ilustración de los niños de este pobre país, en vez de La Enciclopedia de Diderot y D´Alembert y los escritos de Voltaire, Kant, Descartes y otros ilustrados del XVIII y XIX francés, inglés y alemán, que hemos tenido que leer, a destiempo, claro, muchos años después. Leer a destiempo cuando ya servían de poco a nuestros torturados espíritus. Ahora, más reciente, la educación ha servido, como bien dice Jaume, de arma arrojadiza. ¿La generación mejor preparada? ¡Ja! ¿Cuántos son capaces de entre nuestros estudiantes de leer un artículo de periódico, o un ensayo, o ficción y ser capaces de hacer un resumen oral y escrito medio decente? Hoy día, tristemente, escasean las personas que son capaces de leer más de quince líneas seguidas con un par de párrafos. Cuando van por el segundo ya han olvidado el primero. Preguntad, preguntad, a los maestros y profesores de la Eso y de Secundaria de qué son capaces sus alumnos. Y encima tratan de boicotear la reforma del ministro Wert, que desempolva las reválidas. El que más y el que menos ha sufrido en su vida dos reválidas en el viejo bachillerato y que se sepa no ha tenido problemas de personalidad y esas cosas. Alguno, como yo, pasé tres reválidas distintas: Dos en bachiller y una en la carrera. Y no pasa nada. Si queremos excelencia habrá que exigir sacrificios a los estudiantes y no convertirlos en masa lanar. En fin, sociedad decadente, en manos de la tecnología, en la que la palabra ha perdido su carácter seductor. El uso de la técnica no reside tanto en los contenidos que se pueden vehicular a través de dichos medios como en los hábitos de conocimiento de las personas que manipulan esos ‘artefactos’. Como dice el profesor Jordi Llovet , toda vindicación de una enseñanza basada en el arte de la palabra, en la elocuencia y en la inteligencia de los profesores y alumnos, ha terminado por parecer una impertinencia, algo no adecuado a la educación. En fin, disculpas por haberme extendido, pero el ‘tema’ lo requiere. Saludos y salud.
El ‘tema’ supongo que lo ha requerido siempre, Muriel ¿O en tu época todos los profesores y todos los alumnos eran modélicos? En la mía, al menos, no, y no he estado educada en un sistema español sino precisamente en uno francés, con las cosas buenas y también malas, claro, que eso comporta. Culturalmente sin duda la Ilustración hubiera sido necesaria, pero te recuerdo que sus ideas políticas son como mínimo cuestionables cuando se han aplicado sin contexto ni concierto, y en eso España ha sido ‘grande’. Al final, aquí y allí, triunfó el concepto napoleónico.
No son necesarias las ‘reválidas’ sino un buen sistema educativo, que forme a gente crítica, que les enseñe a pensar por sí mismos, que les proporcione herramientas – reales, no solo tablets o portátiles- para poder defenderse en un mundo cada vez más competitivo, como ya lo era hace diez años y, si me apuras, hasta veinte y treinta. Sigue habiendo gente muy válida y auténticos tochos, como siempre.
Pero la cuestión del articulillo no es esa, a mi modo de ver ¿Qué está denunciando exactamente este señor? ¿El ‘sectarismo’ de Mas? ¿de sus votantes? ¿por qué? ¿no le gusta la gusta la independencia de Cataluña? ¿por que? ¿tiene eso relación con lo que ‘aparentemente’ quiere denunciar?.
Un poco más de rigor. O que no exija la presencia de ‘intelectuales’ como él, que de esos ya tenemos muchos.
Saludos
No, Ire, no. No eches balones fuera. Yo he destacado sólo el final del artículo de Andreu Jaume, porque lo más acertado es la denuncia de falta de educación y auténtica cultura que han sufrido las últimas generaciones de españoles. No hablemos de lo de Mas. Si los españoles estuvieran bien -correctamente- educados, si fueran cultos de verdad, Mas no podría hacer y decir lo que hace.
El asunto es la cultura y la educación. No te engañes
Maggie
Si la gente fuera ‘culta, buena, limpia’, parafraseando a Carner, que seguro que Jaume conoce, la gente no votaría y haría lo que creyera que debe hacer. Ni Mas, ni Rajoy, ni Rubalcaba, ni Jaume, por supuesto, tendrían nada que hacer.
Lo de la «obviedad lingüística» es un sobremodo muy… sobrado. (Hoy no tengo el día creativo, ni ingenioso, ni falta que hace).
A mi me parece que, desgraciadamente, en el artículo de Jaume no se dice nada que no sea cierto.
El español como individuo es animista, mesianico, ventajista y «arracional». Con una pulsión hacia la agresividad enervante. Oficiando constantemente su propio suicidio en la persona del antagonista. Y como pueblo, lo mismo.
Aplaudiría el comentario hasta con las orejas si pudiera. Sólo una cosa: los españoles somos así ¿porque nos educan (o no nos educan) desde la infancia para ser así, o es una cuestión de atavismo?
Yo, ya con una cierta edad, no veo casi padres que intenten educar a sus hijos en el conocimiento o el esfuerzo ,como creo que si hubo generaciones en que se hizo porque a) era la única opción posible dada la situación económica de entonces, como en los 1ªºs 80 y b) porque esa opción tenía visos de esperanza de futuro.
Desde hace ya bastante tiempo yo veo que la educación a los hijos se basa en ser «espabilao» y que no te quiten otros la merienda. Y ya hemos visto la magnifica sociedad a todos los niveles, incluido el reivindicativo, que se ha conseguido.
Que yo tengo muy claro que una de las razones del desplante al ministro -ni me molestaré en dejar su apellido- Wert el otro día era precisamente la brillantez de los alumnos. Que a lo mejor muchos, muchísimos alunmos no tan dotados o brillantes como ellos habrían agachado la cabecita y seguido los magnos consejos de sus papis de no hacerse notar, y que protesten otros. Y chupa mientras y lo que puedas.
Pues no hagas eso, hombre.
Muy bueno, Julián, muy bueno. Nos has dejado sin palabras. Ese «oficiando constantemente su propio suicidio en la persona del antagonista» es soberbio. Casi gongorino, culterano. Ánimo. Saludos y salud, amigo.
Hace ya bastantes años que un viejo profesor –ahora ya más viejo– me contaba que cuando Cilnton se presentó a la reelección se le ocurrió preguntar en su clase a varios alumnos el nombre del opositor a Clinton por el Partido Republicano. Nadie sabía nada. Le llegó el turno a un mozalbete –me contaba el profesor– de unos 17 años. Ante las muecas que el chaval hacía, el profesor le preguntó si él no solía ver los telediarios o en todo caso leer la prensa. Entonces el jovenzuelo le dijo con toda la seriedad del mundo: «¿Usted cree que yo soy un viejo para leer el periódico?» Definitivo. Ya lo sabéis, si se os ocurre leer la prensa en público seréis tildados de ‘viejos’. Así que cuidado. Si la anécdota sucedió en aquel entonces en que no había móviles, tabletas y los ordenadores no se habían popularizado, imaginaos, amigos, en estos tiempos en los que el personal está atrapado por las nuevas tecnologías. No más de quince líneas son suficientes para que el personal empiece a bostezar y a releer porque no se entera.
Dice Justine, la del «Cuarteto de Alejandría», que «la pobreza excluye y la riqueza aísla». Tal vez no esté escasa de razón la tal Justine. Lo cierto es que la cultura ni te excluye ni te aísla. Es un trampolín. Es un asidero no para situarse en el tejido social, que también, sino para desarrollar ese espíritu crítico que tan necesario es para desenmascarar a los bufones, payasos, lameculos, dogmáticos, fanáticos de todo pelo y condición, políticos, sindicalistas, onegistas, banqueros e hijos de perra en general. Ya sabéis. De ahí que se insista en la necesidad de que nuestros jóvenes, y toda la ciudadanía en general, se sientan a cercanos a la cultural, en cualquiera de sus manifestaciones. Caso contrario, corre el peligro, la ciudadanía, de convertirse en una masa lanar que correrá detrás de la casta política, por ejemplo, a la menor indicación de ésta. Y si no le enviará al perro pastor para que le muerda el calcañar y la reintegre al orden establecido. En fin, amigos, tan solo ha sido una elucubración al respecto en esta tarde soleada de junio. Nada más. A vuestra disposición y mandar. Saludos y salud. M.
¡Boina!
De acuerdo, pero la anécdota no es extrapolable hasta cierto punto en España, proque aquí, leer la prensa, y mas la escrita, equivale a desinformarte, mas que a informarte.
Internet, móviles, tabletas ordenadores e Internet son la herramienta mas maravillosa a nivel de conocimiento que gente como Borges imaginara en su vida. Otra cosa es que la gente las utilice sólo para mandárse whatsapp y twittear que está merendando en la chocolatería.
Ten en cuenta, John, que estamos hablando de los años 80 en los que la prensa, radio y TV eran las fuentes de información. Déjate de tabletas, ordenadores, internet y demás herramientas. Un ciudadano avispado y ducho en cribar la información y con criterio sabe extraer la verdad de las medias tintas, de las medias mentiras o de las medias verdades. Lo importante es que esté formado para acometer tal empresa independientemente de las herramientas de las que haga uso. Ni internet, ni las tabletas, ni los ordenadores ni ninguna herramienta es por sí sola la maravilla de las maravillas, lo importante es quién haga uso de ellas y la formación que tenga ese quien. Tú mismo lo has dicho, buenas herramientas y mal uso por parte de esa masa lanar aborregada y sin criterio. Ten en cuenta que una parte mayoritaria de la ciudadanía no suele leer un libro en su vida y un periódico para ellos es un galimatías y un jeroglífico. Saludos y salud. Muriel.
Pregunto: nadie leyó ayer la columna de Raúl del Pozo?
Saludos, dineros y amores.
En realidad, Ire, ¿qué es lo que te preocupa?, o molesta. No es bueno ni recomendable mezclar la política con la cultura. No me estoy refiriendo a una política cultural, evidentemente, sino a la política y a la cultura. ¿Qué te preocupa que has saltado como un muelle? Entiendo que serás catalana y que acaso estés ‘abducida’ por la política que está llevando a cabo en Cataluña el señor Mas y sus alrededores. Desde donde vivo, muy lejos de Cataluña, no puedo calibrar en su justa medida el ambiente que se vive en esa Autonomía, pero por lo que leo y escucho, las sensibilidades están a flor de piel. Creo que hay mucha tergiversación de la historia desde 1714 hasta nuestros días. Por poner una fecha un tanto más cercana a nosotros. Hay mucha mentira, falacia y manipulación de la historia que lo está emponzoñando todo. Creo, por otra parte, que en Cataluña, y no sólo ahí, hay otro problema mucho más grave y que está siendo ocultado, interesadamente, para no meter las manos en ese avispero. Me estoy refiriendo a la creciente ‘islamización’ de la sociedad catalana en los últimos años. Islamización que cuenta con la ayuda fehaciente de colectivos y partidos políticos sin que se den cuenta de que es un peligro que no convienen minimizar. Sigo muy de cerca esa islamización, por motivos que no voy a hacer explícitos, y no me gusta lo que está sucediendo ahí. Ciertos colectivos les están haciendo el juego a los islámicos para atraérselos como elementos de peso para una posible y futura independencia. Eso es peligrosísimo y de unas consecuencias imprevisibles (o no), pero me temo que seguir por esa vía os arrastrará a un callejón sin salida. Sé de lo que estoy hablando. Te aseguro que no soy un cantamañanas ni un pardillo en estos asuntos. Conozco el paño. Que el nacionalismo no os ciegue hasta el extremo de confundir los enemigos. Supongo que habrás oído hablar de Pilar Rahola, ¿verdad?, pues te recomiendo que te hagas con un libro escrito por ella titulado «La república islámica de España». No tiene desperdicio. Es un ensayo valiente. Hasta el extremo que Pilar Rahola ha recibido amenazas de esos grupos de los que escribe en su libro. Creo que está protegida. En fin, Ire, disculpas por la extensión, pero observa la realidad con cierta frialdad y con menos apasionamiento. Saludos y salud. Muriel.
Me sorprende enormemente, Muriel, con toda sinceridad, que hayas visto ‘apasionamiento’ en mis comentarios, porque justamente lo que me molesta del texto del Jaume es el uso que intenta darle, lleno de ‘mentira’, ‘ponzoña’, ‘manipulación’ y ‘falacia’, que a mí me parecen intolerables y llenos de una ‘pasión’ algo mezquina. No se puede mezclar política y cultura, lo que ha hecho el autor ahí, sin aportar ni un solo argumento que no sea el de la descalificación, Mas no es santo de mi devoción, pero condenar frívolamente una política educativa sin aportar ni un solo dato, porque está claro que se dirige única y exclusivamente a la política educativa catalana, no me parece aceptable bajo ningún concepto. No puedo entender cómo alguien que se considera a sí mismo ‘intelectual’ pueda ser tan pueril. ¿De verdad alguien se puede creer en serio lo del ‘lavado de cerebro’? Lo siento, pero no puedo evitar la risa cada vez que alguien lo dice.
Lo único que he exigido son argumentos, de nivel, a ser posible, no meros panfletos propagandísticos destinados a favorecer sus intereses como ‘intelectual’ cercano a un partido político instigador de un debate lingüístico en Cataluña que tiene más de zizañero que de cultural. Evidentemente no le pido que comparta ninguna ideología, porque tampoco he dicho que yo la tenga. Pero como residente en Cataluña estoy en mi derecho de exigirle explicaciones a sus ataques. Preciso, sin embargo, que como filóloga no tolero ningún ataque a ninguna lengua ni su desprecio. Y he dicho ninguna.
Yo no tengo enemigos, Muriel, pero él parece que sí los tiene. Solo me gustaría saber por qué. Si considera que se está llenando la cabeza a la gente con mentiras – no entraré a considerar el desprecio que eso supone hacia cada vez más gente – me gustaría conocer sus razones. De la misma manera que tú te has interesado por las mías. No puede creerse por encima del bien y del mal e irse de rositas, teniendo en cuenta que aprovecha cualquier ocasión que se le brinda – o se la toma- para cargar contra lo que él considera ‘enemigo’ utilizando mentiras, si se tercia, como en otro articulillo suyo tristemente famoso sobre Ferrater, que también salió en este blog, por eso lo cito. Es reincidente, tal vez por eso el ‘apasionamiento’.
Lo de la ‘islamización’ es otro tema, y nos acabaremos mareando. Solo decirte que la Rahola es famosa por su defensa de Israel y sus ataques a Palestina. Pero ahí ya sí que nos perdemos.
Espero haberte aclarado alguna duda.
Saludos y gracias por preguntar.
Pues perdámonos, Ire, que merece la pena. Que la Rahola sea famosa por su defensa de Israel y sus ataques a Palestina no argumenta nada en su contra, tan sólo es una descripción, no un argumento. Además, tan solo por su libro, por su valentía al escribirlo en tierra y momento hostil merece un aplauso. Tierra y momento en los que el ciudadano está entregado inconscientemente a la invasión islámica, como masa lanar. Además, el signo de estos tiempos tan extraños es que los traidores aparecen como ‘prohombres’ y ‘próceres’ de la sociedad y los ‘patriotas’ como traidores. El mundo al revés, Ire. NOTA a pie de página: ni soy catalán ni me obnubilan los planteamientos independentistas de la Rahola, pero, eso, si, a cada cual lo suyo. Y a mi parecer es una mujer valiente. Saludos y salud. Muriel.
Buenos días, Muriel.
Creo que este blog no es precisamente el lugar más adecuado para seguir hablando de estos temas. Los lectores de la Sargento vienen aquí a leer sobre libros, no sobre política.
La ‘islamización’ de la sociedad no es un problema exclusivamente catalán, aunque pueda haber una relativa ‘concentración’ por similitud lingüística entre el francés y el catalán, de igual manera que hay más inmigrantes sudamericanos fuera, proporcionalmente.
Insisto en que no es el lugar. Te he comentado lo de Rahola porque podría ser una explicación a las amenazas que haya podido recibir. Normalmente, por no decir nunca, no estoy de acuerdo con sus planteamientos, aunque no se le puede negar que argumenta bien, a diferencia del insigne profesor aquí presente, auténtico motivo de mis comentarios. Insisto en que no he pretendido en ningún momento hablar de política, porque no es el lugar, pero cuando insultan a mi inteligencia, como ha hecho él, me parece que lo mínimo es exigirle explicaciones al responsable.
Saludos
Interesante intercambio de uppercuts, Muriel e Ire, pero… no deja de sorprenderme que ambos (o ambas) terminéis apelando a determinados conceptos (excelencia, competitividad) que de un tiempo a esta parte han colonizado el lenguaje de la educación secundaria y superior, conceptos que, a mi modesto entender, no son más que fetiches transferidos del universo empresarial al de la didáctica y puestos en circulación por el establishment que controla el discurso de la educación, primer interesado en que los alumnos conformen una recua de tecno-imbéciles acríticos, un rebaño de seres inhabilitados para leer y comprender un texto de más de dos páginas, una piara, en fin, de semi-personas definitivamente incapaces de poner en cuestión el calamitoso estado de cosas que padecemos.
Ese es el auténtico tema que habría que cuestionarse, C. Pero ya ves cómo está el panorama en España. Los estudios humanísticos no tienen ningún futuro profesional. Ningún chaval que se examine de la selectividad estos días elegirá unos estudios universitarios humanísticos porque sabe que no se va a comer ‘un torrao’, a no ser que tenga algún enchufillo aquí o allí. Ni profesor podrá ser ya, hasta dentro de vete a saber cuando. Esa es la auténtica lacra de la sociedad actual y que vamos a tardar años, si no siglos, en superar. Si ya se ha visto lo que tarda el pensamiento crítico en dar frutos, y pocos, imagínate. Pero yo creo que ya interesa. Otra cosa no se entiende.
Volviendo aTom Sharpe: la traducción de Marisol de Mora es pésima. ¿Desde cuando un entusiasmo «se amplía» o, peor, se multiplica o -por los clavos de Cristo- se «ve ligeramente amortiguado»? Por Dios. «Antes que estuvieran acostadas» Sin comentarios. «Era resueltamente displicente frente al uso del coche.» Qué fuerte.
¿Quién es Marisol de Mora? ¿Por qué traduce? ¿Quién le encargó el trabajo? ¿Le pagaron por ello? Joder, que era Anagrama.
Y ¿por qué mete a Tom Sharpe con Andreu Jaume en el mismo post, Sargento? Son dos grandes temas muy, muy diferentes.
Después de haber vuelto a leer ‘La Peste’ de Camus, en la traducción de Rosa Chacel, (de vez en cuando hay que volver a ese libro) he empezado a ‘meterle mano’ al «Cuarteto de Alejandría» de Durrel. Tal vez lo debería haber leído hace muchos años pero lamentablemente no fue así. He acabado ‘Justine’ en la traducción de Aurora Bernárdez, la excompañera de Cortázar. Ya que Ginebra ha dejado caer que la traducción de «Tribulaciones de Wilt», de Marisol de Mora, deja mucho que desear, creo que la traducción de Justine por Aurora Bernárdez ha evitado que no pocos lectores españoles hayan abandonado la lectura del libro. Aurora evita el tráfico de palabrería inútil, sin dejar, pienso, de ser fiel al texto. Quien haya leído el libro habrá observado que es un monólogo interior, del narrador, eminentemente lírico, lleno de imágenes (muchas imágenes), símbolos, cortes en la narración, volviendo atrás y hacia adelante, incluso hay una larga evocación, sin avisar al lector, de la conquista de Alejandría. Vuelvo a insistir en que Aurora ha hecho un trabajo de orfebrería en la traducción y ha ayudado enormemente a que el lector no bostezara en algunos casos. Durrel escribió el libro, pienso, recreándose y ‘escuchando’ su propia escritura. Hace un manejo del binomio espacio-tiempo muy de la narrativa de la época (años 50), hay que pensar en la narrativa francesa de aquellos años (‘La celosía’, por ejemplo), o en Faulkner, Virginia Woolf, o un poco antes en Proust o Joyce. Hay personajes muy bien cincelados, muy redondos, y otros menos brillantes, planos, pero todos ellos consiguen llevar el primer volumen a buen puerto. ¿Y ese ‘Pursewarden? Es, sin duda, un alter ego de Durrel. ¿Y qué me dicen de su nombre, Pursewarden? Muy original, tan solo hay que reparar en las dos palabras ‘purse’ y ‘warden’. Muy notable. Lógicamente la ciudad, Alejandría, no actúa como telón de fondo de la historia, sino que aparte de ser un personaje más, es la que condiciona, para bien o para mal, el comportamiento de los personajes. Pareciera que todos ellos están condicionados misteriosamente por la ciudad de Alejandría, pareciera que Alejandría actuara como ‘Celestina’ torturando a los personajes y haciendo imposible que encuentren la felicidad o el sosiego. Repito, una traducción excelente de Aurora Bernárdez. Por otra parte, los diálogos no son lo mejor del libro, aparte de ser pocos se observa que Durrel es más narrador que constructor de diálogos. Maneja mejor las imágenes, las alegorías, la etopeya, la prosopografía, las descripciones de paisajes, los símbolos, pero los diálogos, en mi opinión, no son su fuerte.
Por otra parte, tenía muchas ganas de leer a Javier Marías. Tan solo he leído «Corazón tan blanco» y quedé impresionado y anonadado por la escritura y el buen hacer de Marías. Ahora en la Feria del Libro he comprado «Los enamoramientos», en Bolsillo. Volumen pequeño y de buen manejo. Estéticamente es precioso. Aparte de la fama de la que viene precedida la novela, Marías es un escritor de solvencia reconocida y de garantías. Espero que me haga disfrutar tanto como me hizo ‘Corazón tan blanco’. ¿Hay algo a destacar, sin destripar el libro, en su lectura, en vuestra opinión?
En fin, amigos, tal vez me he extendido innecesariamente, pero el comentario de Ginebra sobre Marisol de Mora me ha hecho reflexionar sobre las traducciones y los traductores. Un saludo y salud para todos. Muriel
A este respecto, sobre mi comentario anterior, ¿qué puede decirnos nuestra filóloga de guardia, Ire? Muriel.
La ‘filóloga de guardia’, Muriel, hoy libraba, lo siento.
Respecto al Cuarteto de Alejandría, leí con 18 años, objeto de un regalo de alguien bastante más culto que yo Justine, y no he leído el resto, por temor a la decepción, supongo. Solo te puedo decir que Justine me pareció maravilloso. Cuando la nombraste me hiciste sonreír. No recuerdo mucho más que la sensación. Volveré a leerlo.
Saludos
Querida Ire, ¿cómo? ¿Que solo has leído…? Vaya, por Dios… Tienes que leerte ya todo el Cuarteto, niña, o no solo dejaré de quererte sino que hasta te retiraré la palabra.
🙂
A propósito de traducciones, nuestro amigo Tongui, en uno de sus posts recientes, pone un poema de Cavafis sacado de no sé qué novela, pero qué traducción más mala. Me aqueja una gran pereza, por eso no puedo levantarme para ir a coger el tomo de El Cuarteto donde también aparece ese poema (muy bien traducido) y ver qué editorial, qué traductor, etcétera…
Para empezar, podrías ponerte tú misma a buscar el poema de Cavafis; creo que está en Justine. Y si terminas de leerlo y no está, entonces sigue con Baltazar. Si no, seguro que lo encontrarás en Mountolive o en Clea.
Pero en fin, Ire, que no puedes seguir viviendo sin haber leído todo el Cuarteto, ¿estamos?
Ok, Poki, me pongo a ello : )
Un beso
Lawrence va perdiendo gas de volumen en volumen. Es mejor escritor su hermano Gerald. Viene a decir más o menos lo mismo con bastante menos pedanteria y bastante más versatilidad 😉