LO QUE DE VERDAD HA PASADO EN ESTOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS

Cómo está el patio. No se puede una descuidar porque a la primera de cambio van y te la meten doblada. Y los jovencitos –precisamente los que en teoría menos problemas deberían tener para conseguir una buena erección- son los peores.

Me estoy refiriendo a “En estos veinte años…”, el artículo publicado en el último número de la revista Qué Leer por el joven escritor (aunque ya tiene –fíjense- su página en la Wikipedia) Alvaro Colomer (Barcelona, 1973).

Nota: Si pinchan en el título del artículo se encontrarán un PDF con el texto. Me he tropezado con dicho archivo en el blog llamado “Javiermariasblog”.

Alvaro Colomer aprovecha unas declaraciones de Javier Marías (aquí) para comparar lo que se leía en España hace veinte años con lo que se consume en estos días y para intentar explicar por qué hoy se leen más bestsellers extranjeros que nunca. Estas son las palabras de Marías en aquella entrevista del ABC Cultural de junio de este año:

Sí, la verdad es que se ha producido una especie de rebajamiento del nivel de exigencia, del nivel de expectativas y del nivel de interés también. Es curioso, porque eso se ha producido en un plazo de no demasiados años. Si uno mira, por ejemplo, las listas de «best sellers» –por tomarlas como guía de lo que a la gente le gusta, o lo que la gente lee más– de hace veinte años, uno normalmente se encontraba con que había libros de calidad entre ese tipo de obras. Hablo de la sociedad española durante esos años, y también en los ochenta. Hubo como una cierta tentativa por parte de la gente, de la gente en general, de mejorar, de ser más moderna, más cultivada, de hacer un poco de esfuerzo pensando que el esfuerzo podía valer la pena. Y de pronto, no sé exactamente a partir de qué momento, se ha producido una especie de enorgullecimiento de la ignorancia. Por ejemplo, de esos años son mis novelas «Corazón tan blanco» y «Mañana en la batalla piensa en mí». Se vendieron mucho. Eso diez años después habría sido imposible.

¿Saldremos de este ciclo sin fin de ignoracia?

Tengo la sensación de que está durando demasiado, y sobre todo, en general, veo más bien una tendencia a un rebajamiento mayor. Espero que haya un momento en el cual la gente empiece a decir: «Oye, que estamos siendo un poco demasiado brutos».

“Business as usual”. Javier Marías en su línea habitual. Acostumbrados como estamos a estas cositas de Javimari, el asunto debería haber quedado ahí. Pero ha tendido que venir Alvarito a poner las cosas en su sitio. Y lo peor no es eso. Lo peor es que se saca de la manga un artículo partiendo de unas premisas nada sólidas, algo que reconoce citando a los que saben (“En aquel entonces -hace 20 años- las listas eran prácticamente ficticias” dice Juan Manuel Cruz, presidente de CEGAL),y que termina emitiendo unas conclusiones que sólo pueden producir vergüenza ajena.

Alvaro Colomer coge las dos listas de más vendidos (la de EL CULTURAL de 18 de junio de 1993 (aquí) -entonces propiedad de ABC- y la de junio de 2013 del mismo medio), aun sabiendo que la primera es muy poco de fiar, entrevista a cuatro “entendidos” (Rosa Montero, escritora; Alberto Olmos, escritor; Elena Ramírez, directora editoral de Seix Barral; Fernando Valls, crítico y “teórico”; Antonio Ramírez, librero de LA CENTRAL; José María Pozuelo Yvancos, crítico, José Mª Mijangos, librero y Sergio Vila-sanjuán, periodista y responsable de Cultura/s de La Vanguardia) y se lanza sin paracaídas.

Conclusión de Alvarito: La culpa es del lector y de la industria. Los escritores seguimos siendo buenísimos. Escribe Colomer:

 “Así y todo, resulta evidente que ha habido un cambio de paradigma en los hábitos de lectura de los españoles. (…) Todos los entrevistados para este reportaje denuncian a misma pérdida de criterio por parte de la masa lectora a la hora de elegir los libros con los que entretenerse, resumiendo su opinión en dos puntos 1º: hace 20 años los autores en lengua castellana tenían una influencia mucho mayor sobre la sociedad. Y 2ª: los lectores de antaño tenían un nivel de auto exigencia cultural muy superior al que demuestran en la actualidad.”

Acto seguido, el autor da la razón a Javier Marías y se plantea dos cuestiones: 1ª ¿Eran mejores las novelas españolas de antes que las de hoy? 2ª ¿Tienen alguna culpa los autores y los agentes culturales de este cambio?

Con base en los ridículos argumentos de Alberto Olmos y Rosa Montero –qué van a decir ellos- va el magistrado Colomer (juez y parte) y absuelve  a los escritores de hoy. Dice Alvarito con dos cojones:

“Así pues, descartada la posibilidad de que los narradores de hoy en día sean peores que los de antaño y apuntada ya una teoría sociológica al respecto, solo cabe poner el foco de atención sobre la industria cultural…”

Lo primero: ¡Ya está bien de usar “paradigma” hasta para dar los buenos días! ¡El próximo que utilice dicha palabra de forma gratuita, se quedará castigado sin recreo!

Vamos a ver, Alvarito, hijo: la Rosa Montero de La loca de la casa, (Alfaguara, 2003), por poner un ejemplo, no tiene nada que ver (en cuanto a calidad) con la que ha publicado La ridícula idea de no volver a verte. (Seix Barral, 2013). El Mario Vargas Llosa de La Fiesta del Chivo (Alfaguara 2000) no se parece en casi nada al que en 2010 ha escrito El sueño del celta. Son sólo dos muestras, pero podría seguir. Y esta caída de calidad literaria de los veteranos es normal, no es ese el problema. No es fácil mantener el nivel a lo largo de más de 30 años de carrera, sólo los genios lo consiguen. La deficiencia se produce en otro asunto. Lo que ha fallado es el relevo generacional. Lo que tenía que haber ocurrido, como en otros países, es que una nueva generación de escritores de calidad en castellano hubiera atraído la atención lectora de los españoles de hoy. Pero ¿dónde está esa nueva generación? Ni está ni se la espera, como dijo don Sabino cuando el 23-F. Esa es la causa de que se hayan colado los best-sellers extranjeros. Ese es el auténtico motivo. Y dejad de echarle la culpa al Boogie.

Pero, claro, tú, promesa literaria, qué vas a decir.

Cuando yo tenía 40 años, en los años 80, prefería disfrutar de las historias que me contaban Juan Marsé, José Luis Sampedro o Arturo Pérez Reverte, que de lo que escribían señores como Dominique Lapierre y Larry Collins o Frederick Forsyth. En las novelas de los autores españoles antes citados encontraba lo que una buena lectora –modestia aparte- necesita. Hoy, amigo Alvaro, ¿Serías tan amable de citarme diez escritores en castellano donde saciar mi sed de buena literatura?

-Si te fijas, querida Margaret, el artículo de Colomer desprende un tufillo a Sistema que apesta.

-Tienes razón, Daphne. Es como si reúnen a Rajoy, Aznar, Felipe González, Emilio Botín, Francisco González (BBVA) y Rubalcaba y les preguntan quién tiene la culpa de la mala situación de la España de 2013 comparada con la de hace veinte años. Pásame –hablando de todo un poco- la botella de ginebra, anda.

-No te paso la botella, mi sargento, acuérdate de lo que prometiste al médico. ¿Sabes qué ocurre? -volviendo al tema-, que estos nuevos escritores quieren llegar a ser Camilo José Cela, pero utilizando los atajos que las nuevas tecnologías ponen a su disposición.

-Sí, odiada Daphne. Porque Cela decía un montón de idioteces, una trás de otra. Pero tenía una obra detrás. Esa es la diferencia. ¡¡Me quieres poner un par de gotas de gin en el puto vaso, cojones!! Mira que te arresto y …

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17 respuestas a LO QUE DE VERDAD HA PASADO EN ESTOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS

  1. Mike dijo:

    Qué va a decir él («joven promesa») y qué vais a decir vosotras (viejas glorias amantes de la «old school fiction»): ¡está claro que aquí hace falta gente de mediana edad, coñe!

    • ¿Por qué, querido Mike, la reina Isabel de Inglaterra sigue en el trono a sus 87 años? Su hijo Carlos… ya sabemos.
      Pues lo mismo en la literatura en castellano. Me da igual que los integrantes del equipo del relevo tengan 35, 40 ó 50 años. Pero ¿dónde están esos escritores que tienen que jubilar a Vargas LLosa, Arturo Pérez-Reverte y Rosa Montero?
      Un saludo
      Maggie

  2. anonimous dijo:

    Me jod…perdón me joroba, pero esta vez tengo que darlos la razón: es más, lo que yo supongo que quería decir Javimari era que hace 20 años vendía un porrón de ejemplares de «Corazón tan blanco» (bueno, menos los que le escaqueaba, supuestamente, don Herralde) y doña Rosa, pues lo mismo, que para eso escribía todos los días en EL PAIS y no hay mejor propaganda para un escritor. Y ahora no venden un pimiento (medio, como mucho). Y lo que dicen Colomer u Olmos es que ellos, por edad, deberían ser ahora los que vendieran un porrón, como antaño Javimari, Rosamont o AntonioMM.
    Además, si te paseas por las mesas de best-sellers de cualquier librería o, mejor aún centro comercial, lo que ves son tochacos no sólo de Ken Follett de las Cincuenta sombras ésas (he olvidado quien es su autora)o de Stephen King, sino también, o sobre todo, de vuestra adorada maría Dueñas, de Julia Navarro, de Ildefonso Falcones, de Chufo Llorens (el nombre lo dice todo), de Jorge Molist, de Javier Sierra y de muchos otros que supongo serán tan buenos o malos españoles como Javi M. o como Alvaro Colomer… Igual el problema es que no son ellos.
    (Otra cosa es que para buena literatura es la que escriben los spaniards y mala, la que escriben por ahí fuera…. la idea es tan ridícula que no merece ni comentarse)

    • Perfidia dijo:

      Javier Sierra es cáncer. Vaya cosa mala de escritor, y miren que yo no le hago ascos a un libro sólo por ser best-seller, pero este tío… Agüita.

  3. Para Rafel Reig la literatura en lengua española es la que actualmente está diciendo cosas interesantes, muy por encima de la anglosajona, a la que considera quemada

    (A partir del minuto 4,55)

    • anonimous dijo:

      ¿Hay alguien que se dedica a buscar entrevistas a Rafael reig en You Tube? ¿En serio?
      Yo lo flipo… Eso sí, hay que ver que gracejo tiene el tío rafa….

      • No, si simpático, Rafa, un rato.

      • jose dijo:

        Pues cualquiera lo diría, porque desde luego en las nuevas generaciones no se refleja. Uno da una patada y le salen una docena de escritores norteamericanos de menos de cuarenta con propuestas interesantes y además muy diferentes entre sí.
        Aquí no hay una generación de jóvenes escritores desde la de los noventa, y la verdad es que la Etxebarría se ha quedado para participar en realities y Juan Manuel de Padra (que tiempos aquellos en que había artículos a patadas dando por sentado que a este hombre le acabaría cayendo un Nobel, por lo menos) de contertulio chungo.
        Claro que también es verdad que premios aparte, que esos sí cayeron muchos (claro que el Planeta o el primavera no son precisamente el Pulitzer o el National Book Award), vender lo que se dice vender, vendía Lucía y José Angel Mañas con sus historias del Kronen, el resto cuando les daban el Planeta (que por entonces aun tenía tirón).
        Así que hasta cierto punto la relevancia era más mediática, aunque si es verdad que al menos los lectores les conocían, porque a los de ahora salvo la gente que siga sus blogs por internet, me da que mucho tirón no es que tengan (aunque a lo mejor no es culpa suya, si no de quien les escribe esas sinopsis a sus novelas, que invitan a todo menos a la lectura)

  4. Álber dijo:

    Hay algo que, para mí, se pasa por alto: los que antaño vendían un montonazo no salían en las listas de los más vendidos; hablo de Marcial Lafuente Estefanía, Francisco González Ledesma, José Mallorquí, Corín Tellado y todos los autores de novela popular (Harlequín se hinchaba a vender…). En los últimos veinte años, la novela popular se ha dignificado: ha cambiado de formato, le han puesto tapas duras, la han reorientado de forma que no estigmatice al que la lee en el metro, etc. Y, claro, se ha lanzado al abordaje de las librerías y de las listas de ventas. A nueve de cada diez lectores españoles ni les suena el nombre de Javier Marías. En cambio, saben perfectamente quién es María Dueñas. Pues eso…

    • anonimous dijo:

      Igual deducen que javier Marías debe de ser el padre de María Dueñas… Vale, es un chiste horrible, lo sé…

  5. Ire dijo:

    Yo no quisiera llevarle la contraria a nadie, ni siquiera al señor Marías, pero yo diría que incluso hace veinte años se compraba bastante más literatura anglosajona que española, al menos por parte de esos lectores que todos parecen echar en falta hoy. Y lo de las listas siempre ha sido lo mismo. El top of the pops de las publicaciones no ha acostumbrado a reflejar nunca los datos reales. Y añadiría que el equivalente actual de las viejas glorias hispanas es, le pese a quien le pese, Zafón.

  6. Chica portuguesa dijo:

    Una cosa es la calidad y otra la nacionalidad.
    Entre los más vendidos de esta semana yo veo a autores como las ya nombradas María Dueñas y Julia Navarro o Megan Maxwell (que a pesar de su nombre es de Madrid). ¿La calidad? No he leído a ninguna de las tres y por lo tanto no puedo hablar, pero el DNI del Reino de España sí que lo tienen.

  7. Resumiendo: si Marías, Colomer y Olmos te parecen malos es porque no tienes criterio. Un aplauso para el tridente catacroker de la literatura española.

  8. edi dijo:

    ¿Arturo Pérez-Reverte como ejemplo de literatura de calidad? Vale, ya está, he dejado de leerte. Se acabó.

  9. Raquel dijo:

    Querida Margaret, me ha parecido uno de los mejores posts del blog en mucho tiempo. Y eso que últimamente estáis que lo tiráis

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