El eficiente equipo de PRENSA de La feria del libro de Madrid está formado por cuatro chicas guapísimas y elegantísimas (más elegantes que las escritoras de bestsellers que aparecen en las revistas). Se llaman Lola Ferreira, Isabel Lerma, Lucía Cobos y Isabel Gómez Rivas. ¿Cuatro mujeres? ¿Guapas y elegantes? ¿Serán ellas las integrantes de Patrulla de Salvación?
Nos acaban de mandar el cartel de la próxima Feria del Libro de Madrid (FLM) que se celebra donde siempre (El Retiro) entre los días 30 de mayo al 15 de junio.
El cartel –muy chulo- ha sido realizado por Santiago Miranda (Écija, 1947).
Premio Nacional de Diseño en 1989, el jurado destacó de Santiago Miranda «su talento y su activa representación, en el mundo, de la vitalidad del nuevo diseño español». Reconocido por sus trabajos para Olivetti y por ser el responsable de la iluminación de la Expo-92 de Sevilla, ha compatibilizado el diseño con la docencia (ha dado clases en el Instituto Politécnico de Milán y ha formado parte del Comitato Scientifico del Istituto Europeo di Design de Madrid y del Máster en Diseño de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla). En 1995 se le concedió el Premio Andalucía de Diseño.
Esto opina Santiago Miranda:
“El libro no es decoración, es emoción, algo que siempre persigo en mis trabajos –señalaba desde Milán para una entrevista–. Y sé que los libros que se releen son los que se tienen materialmente. En un sábado de lluvia, no es ni parecido buscar un libro en tu estantería o en tu ordenador. Son experiencias radicalmente opuestas”. Trotamundos por trabajo y por pasión, reconoce en el libro digital el aliado perfecto para viajar: “no tanto para vivir”. “Leyendo también nos convertimos en viajeros. Encontrar libros es como encontrar personas: necesitas una estrategia. Del mismo modo que para acercarse a la pintura y a la música hay que visitar museos e ir conciertos, para acercarse a libros desconocidos hay que frecuentar las librerías: ya se sabe, una persona armada con un mapa es una persona armada de deseo.”
Y este es el cartel:
¡TOMA PRIMICIA!
Hemos sido el primer medio de comunicación en reproducir el cartel de la FLM14.
¡¡ESTAMOS GANADO LA GUERRA!!
El enlace está roto, el cartel no se ve 😦
Pero no habéis puesto bien la imagen y no se ve…
Vamos a ver si somos capaces -ignorantes digitales las cuatro- de arreglarlo.
No me gusta demasiado el cartel: parece un hombre-foca leyendo un periódico.
Qué horror.
El cartel es horrible, realmente. ¿Seguro que no lo ha creado un defensor del ebook, para joder?
Pues mira, a mí me gusta. Es como si no supiera muy bien qué hacer con el libro, ¿no?
El cartel está hecho a pedos. Es una cagada
No puede ser, me sangran los ojos. Mentís vilmente u os fallan las fuentes. Aparte de la web que tienen este año, que por fin parece programada por alguien que sabe lo que es un navegador, el cartel no tendría comparación posible con ediciones anteriores, especialmente las más antiguas. Pasen y vean:http://www.ferialibromadrid.com/carteles.cfm
Trola trola trola
¿Qué es lo que se supone que tiene el hombrecillo en la mano: una almohada, un póster, una sábana…? ¿y por qué lleva unas pantuflas en lugar de zapatos si va vestido de traje? Ay, estos diseñadores tan modernos. ¿Sabe alguien cuánto le han pagado? ¿Cómo se le ha adjudicado el encargo? ¿Por concurso? (No lo creo: los otros carteles no podrían ser más feos) ¿Por enchufe? ¿A dedo?
Horrible. Un garabato indefinido que es incómodo a simple vista y por lo tanto transmite cosas negativas. Se supone que el cartel debería evocar imaginación positiva o algo similar, no lo contrario.
Horrible también la combinación amarillo-verde, están demasiado cercanos en el círculo cromático, vamos que se dan patadas.
Un buen diseñador nunca lo haría.
El cartel da vergüenza ajena. ¿De quién será amigo el autor de semejante atentado al buen gusto?
No me gusta nada. No solo el dibujo, sino toda la composición, la tipografía, etc. De los peores carteles que he visto en mucho tiempo, así nos va.
WTF!!! ¡Pero que cartel más horroroso! ¿De verdad que ya no hay arreglo? ¿Es una coña vuestra, patrulleras?