EDITORES Y PUBLICADORES

En la conversación mantenida por escritores españoles de entre 30 y 40 años a la que la revista Quimera (aquí) dedica el número de octubre, se quejan los chicos de que el editor tradicional ha desaparecido. Dicen que  el “editing”, es decir, “coger el texto y ayudar al autor a corregirlo”, es algo que ya solo hacen algunas editoriales independientes. Y citan un nombre, Constantino Bertolo, como caso raro, como el último espécimen de una raza a extinguir.

La misión de este blog es salvar la Literatura. Menos mal que estamos aquí nosotras para recordar que dos más dos son cuatro y que el editor que no edita no tiene derecho a llamarse editor.

 ¿Ven ustedes? Poco a poco, y gracias a nuestro ingente y desinteresado trabajo, estamos descubriendo quienes son todos los culpables de la porquería de literatura en castellano que hoy se publica. Como titulaba don Mario Muchnik, Lo peor no son los autores.

2+2=4. La “p” con la “a”, “pa”.

Comencemos por la primera lección, queridos alumnos. Vamos a tener que volver a los fundamentos de la profesión, a lo básico.

 ¡Usted! No se levante. Sí, usted, el de la última fila. ¿Cómo? ¿Que esta lección ya se la sabe? No, no, no puede usted salir a fumar un cigarro. Se queda donde está, escucha y aprende. Todos dicen conocer la teoría, pero luego en la práctica…

Michael Korda, (Inglaterra, 1933) fue director editorial de Simon & Schuster (una de las grandes siete editoriales americanas) y en 2000 publicó Another Life: a Memoir of Other People en Dell Publishing, New York. Este libro de memorias profesionales fue luego traducido al castellano por DEBATE en 2005.(aquí)

En la página 73, comparando la labor de editar con la de leer manuscritos, escribe Korda:

   Editar un manuscrito es, sin embargo, algo completamente diferente. Para empezar, la editorial ya es dueña del manuscrito, así que la decisión básica ya ha sido tomada. No se trata de una cuestión de esperanza, sino de preguntarse: ”¿Cómo podemos arreglar esto?”. Y, por supuesto, aunque su utilidad es menor: “¿Cómo demonios nos metimos en esto y por qué?”. Existe un elemento donjuanesco en la lectura de manuscritos: el siguiente, o el otro, puede convertirse en el amor de nuestra vida, pero editar manuscritos es el lento y esmerado intento de reparar y hacer presentable lo que ha sido muchas veces corregido. Es posible pasar horas descifrando la prosa de alguien, o tratando de decidir qué era lo que él o ella pretendían decir y buscar una manera de expresarlo sin tener que comenzar desde cero, empleando las propias palabras de uno.

   Al editar, el tiempo pierde significado. Una sola página puede absorber horas, como el crucigrama más endemoniado. (…)

Uno sabe que el error es de otro, pero a pesar de ello pasa las noches en vela con una docena de lápices en la mano,(…) Aun así, solo necesitas descifrar otras cien páginas antes de la mañana siguiente, sabiendo que nadie te lo agradecerá, que ningún milagro hará que el libro se convierta en un best seller, que nadie sabrá o le importará saber cuán desastroso era el manuscrito, que ninguno de tus colegas te reconocerá el trabajo que has logrado y que tampoco recibirás el agradecimiento del autor, que pensará que has destruido su libro o que cualquier mejora ha sido por mérito propio.

A fin de cuentas, editar libros es una profesión, no como publicar, que se asemeja más a un negocio. Alguien que publica libros, sin importar cuán bueno sea, es un hombre de negocios, pero alguien que edita libros tiene una profesión, como un médico, un abogado, un ingeniero o un maestro. Y como todas las profesiones más nobles, la edición también es un arte, si se hace bien, y un misterio. Nadie puede enseñarlo, claro está, pues se ha nacido con ese don, al igual que un cirujano nace con las manos correctas, lo que no significa que no pueda aprenderse. Existen muchos que se definen a sí mismos como editores y que no tienen la menos idea de cómo editor; algunos de ellos están en la cima, son responsables de una larga lista de best sellers, y tienen mucho poder, pero no los considero auténticos editores.

   Existen otros –Henry Simon era uno de ellos- que trabajan hasta la extenuación en cada manuscrito que llega a sus manos, poniendo de forma laboriosa tildes y comas, pero eso tampoco significa editar. Por esta razón, las editoriales contratan correctores de estilo –una especie completamente diferente-, que preparan los manuscritos para la imprenta pero nunca tienen una mesa reservada en un restaurante de lujo. Los editores de verdad no siempre conocen bien la ortografía o las reglas gramaticales, y no todos ellos ganan su sueldo merced a costosas comidas. Quienes saben de verdad de edición constituyen una curiosa combinación de animador con conocedor de historias, que saben arreglar una prosa deficiente, inventar un final dramático para una escena (en lugar del primero que se les ocurra), o mostrarse despiadados al cortar el texto. Son la clase de personas que no dudan en desafiar al autor en un intento de conseguir que el libro funcione de la mejor manera, o de la manera que supuestamente debería hacerlo, y que en ocasiones es capaz de adivinar lo que un autor intentaba hacer y mostrarle cómo hacerlo.

   Para un auténtico editor, reducir un manuscrito de setecientas páginas a cuatrocientas, inventar un nuevo título, recombinar los capítulos para darle al libro un comienzo increíble y un final sorprendente, representa un reto cotidiano, como para un cirujano una operación difícil. Los editores de verdad, si son buenos, también saben cuándo dejar las cosas como están, lo que es aún más importante. “Si está bien, no lo toques”, podría ser la primera regla de nuestro juramento si tuviéramos uno.

   Se trata, en definitiva, de un trabajo arduo y largo, poco recompensado si se compara con adquirir el libro correcto o el autor importante, ya sea por buena suerte o por astucia. Los editores de verdad son escasos y cada vez más raros. Para serlo se necesita cierta cantidad de ego, esto es, la suficiente fe en que se sabe qué funciona y la energía para hacerlo. Los mejores editores tachan, cortan, cambian y reescriben insolentemente, y lo hacen con pluma.

Unas páginas antes, en la 71, Korda cuenta una anécdota que ayuda a entender lo anterior:

 Una tarde mientras me disponía a marcharme cargado con varios manuscritos y un enorme paquete de los escritos de Durant, Henry [Korda comenzó en Simon & Schuster como ayudante de Henry Simon] me dijo que en una ocasión, muchos años atrás, se había encontrado a su hermano Dick en el ascensor, cuando ambos se iban a casa. Henry llevaba el maletín repleto de manuscritos, mientras que Dick llevaba el suyo casi vacío bajo el brazo. Dick observó la carga de Henry y sonrió. A continuación lo señaló y, remedando a un piel roja, dijo: “Tú, editar”. Después, señalando su propio maletín, añadió: “Yo, publicar”.

Pues eso, que en España hay muchos publicadores y pocos editores.

Dick Simon era uno de los dueños de Simon & Schuster y dirigía el departamento comercial. Su hermano Henry era solo un “editor” y se centraba en ensayo y clásicos.

Michael Korda

En el libro de Korda se encuentran respuestas a muchas preguntas. ¿Por qué las editoriales españolas, teniendo un mercado potencial de casi 500 millones de hispanohablantes, no consiguen tener éxito y las editoriales estadounidenses –en su mercado angloparlante- sí lo consiguen? Porque –además de lo ya apuntado y de otros motivos- para conseguir buenos resultados hacen falta editores que conozcan a fondo a sus clientes. Porque los que toman las decisiones –en España- sobre lo que se debe editar o no, están desconectados totalmente del gusto popular. Un director editorial que solo disfruta de David Foster Wallace, Gaddis y Bernhard, y que al tiempo aborrece de Dueñas, Ruiz-Zafón, Follet y Clancy, no puede contribuir a que su empresa gane dinero. Eso tenemos en España.

Michel Korda ya lo decía hace 12 años:

   Es asombroso lo mucho que puede uno aprender de alguien a quien, por lo general, no se considera una persona de éxito. En primer lugar, Henry Simon desdeñaba lo que consideraba el “gusto popular” y se despreciaba a sí mismo por sucumbir a él. En la industria editorial nada está más condenado al fracaso que un editor que intenta publicar libros “populares” sin que disfrute realmente con ellos.

Textual.

NOTA: Que nadie quiera hacerse el listo observando que en el mundo editorial anglosajón se distingue entre “Editor” y “Publisher” y en el mercado español no. Ya lo sé, pero no es aplicable en este caso.

Editar la vida, de Korda, está descatalogado y es muy difícil encontrarlo. Propongo a DEBATE que lo reedite, es necesario. Una cosa, por favor: encarguen una nueva, y mejor, traducción.

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144 respuestas a EDITORES Y PUBLICADORES

  1. Antieditor dijo:

    De acuerdo, Patrulla. Interesante.
    Ahora bien, como Antieditor, tengo que confesar que yo, los manuscritos que requieren tales apaños, los rechazo sin más. Si el libro es un desastre, se devuelve al autor amablemente y a otra cosa. Si un autor no ha sabido hacer su trabajo, no lo voy a hacer yo. Otra cosa es sugerir puntuales cambios que pueden mejorar la obra. Se pueden comentar y que el autor se ponga a trabajar de nuevo. Si eso es editar, vale. SI editar es reescribirle el libro a un ágrafo, bravo por quienes no editan, sólo publican.
    Me temo que «editar» en España es una actividad que se circunscribe a los productos firmados por famosos que no son capaces más que de redactar un borrador. Supongo que a los «negros» también conviene «editarlos».
    Un editor no debería estar para enseñarle a nadie a escribir.

    • Ana dijo:

      Sin la labor de edición que prácticamente reescribió La catedral del mar, la de millones que habrían dejado de ganar su agente y su editor. ¿En serio habría sido mejor rechazar ese manuscrito?

      • Bueno, quizás en ese caso el libro debería haberlo firmado otro. O ambos, el autor y el editor. Por cierto, ¿por qué no aparece nunca el editor en la cubierta del libro si su labor es tan importante? Ya puestos, ¿por qué la página de créditos de un libro no es como los créditos de las películas, donde aparece hasta el chico de los cafés? Además de mucho más justo, sería instructivo y ofrecería al lector la posibilidad de valorar justamente lo que cuesta parir un libro.

      • Lo que faltaba, amigo Bernat, que los editores aparecieran el portada. La labor del editor debe ser realizada en la sombra. Es algo consustancial a la profesión. Para eso están, cuando están. Porque lo normal es que no estén.
        Un abrazo
        La Maggie Mae

      • Antieditor dijo:

        Habría sido mucho mejor rechazarlo. No lo dudo. No para el bolsillo de algunos, pero sí para la Literatura.

    • Lilí Marlén dijo:

      De acuerdo contigo, Antieditor. Solamente una apostilla: para lo que NO debería estar nunca, jamás, bajo ningún concepto un editor es para publicar libros escritos por unos y firmados por otros. En el mundo anglosajón, el negro suele aparecer en portada, bajo el nombre de la estrella, aunque en letras más pequeñas. Aquí no aparece. Los publicadores españoles parecen no darse cuenta de que si el negro firmara, el producto final sería mucho mejor. Es muy simple: nadie se esmera escribiendo algo que no va a firmar. Una cosa es ser negro y otra cosa es ser tonto pero los editores negreros españoles se piensan que es lo mismo. ¿No será que los tontos son ellos?

    • Vale, antieditor, muy bien. Pero ¿dónde está la frontera entre el trabajo del buen escritor y el trabajo del buen editor? Más: ¿Cuántos buenos autores se han perdido por culpa de una mala primera página?
      A lo que voy: En España, en muchas editoriales, ante la avalancha de manuscritos, se deja la primera criba en manos de becarios mal pagados y peor motivados (se puede comenzar en una empresa mal pagado pero bien motivado, pero eso ocurría antes). En muchas editoriales españolas los «ejecutivos», los directores o subdirectores editoriales, no ponen sus dedos sobre un manuscrito (físico o digital) desde hace muchos años. Ahora ya son jefes y el trabajo «sucio» que lo hagan los becarios, o peor, los lectores profesionales subcontratados, o sin contrato.
      Si un manuscrito es malísimo hay que desecharlo y no ocupar con él un tiempo que puedes dedicar a otro que lo merece. Pero todos sabemos que hasta el mejor escritor necesita que otro lector (con experiencia) le dé una segunda opinión que puede mejorar en mucho su libro.
      Una de las cualidades del buen «editor», que destaca Korda, es la del «ojo clínico». Es decir, la capacidad de encontrar un diamante en bruto en un manuscrito que en una primera lectura parece malo. Igual que el traumatólogo que, despues de haber visto muchos meniscos rotos, sabe diagnosticar lo que hay de patológico dentro de una rodilla y cual es el mejor tratamiento, el profesional de la edición adquiere ese «ojo clínico» después de haber leído muchos manuscritos y de haber arreglado bastantes de ellos.
      Yo echo en falta -en el mundo editorial de hoy en España- ese ojo clínico. Pero, sobre todo, lo que creo que falta son ganas de trabajar. Que pasar 10 horas seguidas intentando arreglar un manuscrito es un «trabajo de esclavos», como dicen algunos.
      Un saludo
      La Margaret

      • Antieditor dijo:

        Estoy de acuerdo, Margaret. Confieso que no me dedico (perdón por hablar de mí) a arreglar textos que mi ojo clínico haya podido detectar como diamantes en bruto. Edito en mi tiempo libre, como segunda dedicación. No por negocio, pues, sino por gusto. Sin duda hay libros que muestran un potencial estupendo, que avisan de un gran escritor, y que pueden dar un salto a la perfección con unos consejos expertos o inteligentes. Ese tipo de trabajos, creo, se pueden producir cuando estamos ante un escritor primerizo. Mi condición de editor amateur y con poco tiempo, curiosamente, no me impide leer originales, eso que no hacen los editores profesionales. Pero no me permite «trabajos de esclavo»: arreglar manuscritos de personas que no son escritores, pero que tienen un buen argumento o una cara conocida y prometen un éxtio comercial tras horas y horas de remiendos o rellenos. Un saludo.

    • gergua dijo:

      tu no hablas mas que baba

  2. Jonan dijo:

    Yo, como lego en el tema, me pregunto: si cada libro , pongamos por caso una novela, que se publica, pasa primero por la criba de un comité de lectura, por la de un responsable editorial, que decide si seguir p’alante o no, por las de un «editor» que limpia, pule y da esplendor (y en ciertos casos, por lo visto, se inventa la mitad del libro),por las de un «publicador» que sólo lo saca a la luz si considera rentable hacerlo… y aún así, la mesa de novedades es a veces para echarse a tembler… ¿cuanta mierda que no conocemos se queda entonces por los vericuertos del camino? ¿Y qué coño hacen los escritores, al cabo de todo esto, si elt rabajo se lo hacen los demás? ¡Lorenzo, devuelve los millones!

    • El problema, querido Jonan, es que en las editoriales españolas quedan cuatro señoras o señores que saben hacer (mejor: que quieren hacer) la labor de editar en el sentido que le da Korda. y esos 4 o 5 señores dedican su tiempo a corregir el último libro de la Dueñas o el de Ruiz-Zafón, osea los que van a dar dinero. Pero no hay nadie (ni parte del presupuesto dedicado a ello) para «editar» lo último de Pron o de Olmos. Yo estoy convencida de que si un editor como dios manda se hubiera sentado durante un mes con, por ejemplo, Carlos Pardo (el de «Vida de Pablo», Periférica), y le hubiera dado unos cuantos buenos consejos y le hubiera ayudado a construir mejor sus personajes y a diseñar con un poco de cabeza el argumento, «Vida de Pablo» hubiera sido una buena novela, la gran novela sobre la última generación de jóvenes, los que están sufriendo la crisis. Esa novela que después de 5 años de crisis aún nadie ha escrito. Carlos Pardo es un diamante en bruto, pero le hace falta un buen editor para pulirlo.
      La sargento Margaret
      PD: ¿POR QUÉ NO SE HA ESCRITO ESA GRAN NOVELA QUE NARRE LA VIDA DE LOS JÓVENES ESPAÑOLES Y EL IMPACTO QUE SOBRE ELLOS HA TENIDO LA CRISIS? 1º porque no hay un buen autor de menos de 40 para escribirla y 2º porque no hay un buen editor de más de 50 para editarla (como dios manda).

  3. Estimada Sargento Margaret:

    Disculpe el comentario que dejé en la entrada anterior (que, si no ha leído, le pido que no lo haga, o que lo olvide). Lo cierto es que, con la presente entrada, ha ganado mi total consideración y, si de mí dependiera (y conociera el escalafón, que no es el caso), le ascendería un grado.

    Lo que si puedo hacer es solicitarlo a quien corresponda y, por mi parte, mostrarle me gratitud sincera.

    • Te ruego, amigo Alberto, que no solicites mi ascenso, no sea que me lo concedan. la guerra contra los impostores del libro hay que librarla al pie del cañon. Solo desde la trinchera se puede hacer algo. Que no me asciendan a oficial porque en ese caso, estoy segura, me convertiría en algo parecido a uno de esos directores editoriales españoles que van del coctel del último premio a la última presentación en la fnac sin parar ni cinco minutos para leer un par de páginas. No por favor, que no me asciendan.
      Cuando derrotemos a los malos, te dejo que me invites a un gin tonic.
      Un abrazo
      La Sargento Margaret
      ¡¡NO PASARÁN!!
      ¡¡VENCEREMOS!!

  4. Peter Folgier dijo:

    De cómo CB, fue engañado por CB

    Casos Famosos de Editing en la Historia…. Corría el año 1965 y MVLL presenta su CASA VERDE a quien fuese su editor…

    El editor:

    – Mira, Mario, lo he pensado mucho y creo que si coges, acepción española, y cortas, mezclas, y pegas los tiempos, los espacios, las voces, vamos que no se sepa quién habla ni dónde ni cuándo y todo ello en un simple párrafo sin puntuar, claro, pues, a lo mejor, conseguimos que nadie se de cuenta de, bueno, tú ya entiendes, además hay precedentes, creo que en los libros surrealistas, pero no me hagas mucho caso, a lo que íbamos, nadie será capaz de decir que no le guste porque no la entienda, así de snob se está volviendo el personal…. Tanto indio y tanta selva y tanta puta y sus clientes, ni metiendo monjas, créeme no interesan más allá de Loreto…

    -Pero…

    -Ni pero ni limas, lee, ya me dirás cómo vas a hacer tragarse una historia con unos tipos y tipas, y con unas peripecias con más meandros que el Amazonas, de quienes después de todo, créeme, nadie, ni tú mismo te acordarás dentro de un año, bueno, si te quedas sin ideas, siempre puedes rescatar a algún personaje, aún a costa de hacerlo aparecer cuando ya debía estar muerto… como reclamo, no sé, de algún premio, estoy pensando que ese tal Lituma tiene posibilidades. ¿qué me dices, lo hacemos?

    Una Señora escuchaba muy atenta detrás de la puerta, y sonrió para sí, el resto es Historia.

    • Jonan dijo:

      «La casa verde»: la peor novela de Vargas Llosa (perdón: MVLL). Si es el resultado de los consejos de un «editor», más valdría que hubiese caído en manos de un «publicador».

    • Gracias, amigo Peter, muy buena tu aportación. Un buen ejemplo, sí señor. Vuelvo a lo mismo: no todo el mundo sirve para ser editor. Un grande como MVLL precisa de un gran editor. Por eso -entre otras cosas- la profesión de editor es tan importante. Korda, en «Editar la vida», cita el caso de Gottlieb del que fue compañero. Gottlieb editó «Trampa 22» de Joseph Heller. Dice Korda que el manuscrito original parecía un rompecabezas de tanto recorte pegado o grapado, de tantas correcciones con lápices de distintos colores etc… El libro terminó siendo una maravilla gracias al trabajo de Heller y al de Gottlieb. Pues eso.
      Un abrazo
      La Margaret

    • Saulovitch dijo:

      M.V.LL. dejó escrito un libro, publicado, creo, en 1971, titulado «Historia secreta de una
      novela» en el que explica someramente cómo nació «La casa verde». Nos cuenta que intentó escribir a la vez dos novelas, una ambientada en Piura, donde había estado primero con 9 años y más tarde con 16, que fue cuando conoció de verdad la casa verde de Piura. La otra novela estaba ambientada en la amazonía y en Iquitos, que visitó siendo estudiante universitario. Se hacía un lío, nos dice, escribiendo las dos novelas al mismo tiempo, hasta que se dió cuenta de que era una sola novela con dos ambientes. C.B. intentó presentar esta novela al Premio Formentor, parece que no llegó a tiempo, o hubo alguna dificultad.
      Las tres primeras novelas largas de M.V.LL. son lo mejor de su producción: La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en la catedral. Y añadiría aquí La fiesta del Chivo.
      Me llevo una enorme sorpresa al leer el texto de Peter Folgier, debo creer que sus fuentes informativas (la Señora que escuchaba detrás de la puerta y sonrió para sí) son absolutamente fiables. En todo caso, los consejos que le pudiera dar C.B. dieron un excelente resultado, a mi me sigue pareciendo una de las mejores novelas de este escritor, que ganó el premio de la Crítica en 1966 y el Premio Internacional Rómulo Gallegos en 1967.

      • Anónimo dijo:

        Saulovitch, por qué denigrar el humor. A las novelas que citas agregaría Pantaleón… y La tía Julia. Por algo esta última es la más aprecia en los Estados Unidos, sinónimo de calidad y razón irrefutable en este país tan palurdo. Y por eso VLL es quien es, porque tiene al menos 7 grandes novelas (agregaría La guerra del fin del mundo, y una pequeña obra maestra, Los cachorros).

      • Jonan dijo:

        Der acuerdo con Anónimo: «La ciudad y los perros», «Pantaleón» y «La tía Julia»… Y tal vez «La guerra del fin del mundo» y «La fiesta del chivo»… Joder, qué bueno es el tío… o era, antes de apoyar a UP yD y decir chorradas sobre doña Espe la Lideresa…

  5. jose dijo:

    Pues yo estoy con Antieditor (al menos en parte). Una cosa, es que con la experiencia que tiene el editor ayude a corregir ciertas partes del texto, o cambios en los capítulos que ayuden a que el libro funcione mejor. Pero si hay que reescribirlo, casi mejor que el editor publique su novela y le devuelva el infumable original al escritor, por que si no sabes escribir para que te metes.

    Yo lo que hecho en falta en españa, no es que los editores aprecien a Ken Follet, si no la falta de escritores que naden entre dos aguas. En españa hay muchísimo aspirante a Pynchon o a David Foster Wallace, y también hay bastantes aspirantes a Follet o Grisham, pero no hay (o al menos yo no he sabido verlos) gente que quiera ocupar el nicho de Shriver, Koch o Tsiolkas, es decir escritores cuya materia de inspiración sea la vida de la clase media, con sus problemas y miserias, que busquen temas incómodos o controvertidos, que no tengan la estructura ni la temática de bestsellers, pero que aun así tengan un potencial de lectores amplio

    • Estoy de acuerdo, jose. Ese tipo de escritor falta en España. Pero también faltan de casi todos los otros tipos. En el desierto, ya se sabe, no hay de nada.
      Un abrazo
      PD: Perdón, pero estoy muy cabreada.

  6. Anónimo dijo:

    Hombre, debe haber editores de todo tipo: que disfruten Ken Follet y que disfruten DAFW, si no, no habría existido DFW, que a final del día tampoco que vendiera tan mal.
    Creo que los editores a la Ken Follet no hacen tan mal su trabajo porque ahí están Dueñas, catedrales y vientos varios. Creo que quienes fallan son los literarios, que creen encontrar un DFW en cada blog o twitter en que les chupan la polla.

    • Ire dijo:

      Yo trabajé de forma esporádica como lectora cuando estudiaba, para Gallimard, por cuatro chavos para ayudarme a pagar el piso. No sé cómo funcionan las editoriales de aquí en ese sentido ni si sigue habiendo lectores. Nos decían el público al que estaba dirigido el texto y que hiciéramos un informe sobre diversas cosas: posibilidad de llegar al objetivo, corrección lingüística, adecuación a la intención del autor… cosas no demasiado diferentes a las de un comentario de texto habitual, a varios lectores el mismo texto. Si, por ejemplo, el texto presentaba deficiencias serias de expresión se valoraba si valía la pena hacer un trabajo de pulido posterior porque la idea seguía siendo buena o si no. Lo que sí pasaban todos los textos seleccionados era una segunda lectura, por parte del editor que acabada de darles el visto bueno o los desechaba definitivamente, y finalmente pasaban por un corrector de estilo para acabar de pulir defectos de expresión, básicamente. La mayoría no llegaban a publicarse, aunque algunos pocos sí.

      Pero otra cosa son los textos que proceden de escritores ya consagrados. Aquí prima más el nombre y la necesidad de cumplir con un calendario – publicar una obra cada año de preferencia – Supongo que aquí el trabajo del editor ya es más importante, aunque no lo sé.

      • Saulovitch dijo:

        No sé si viene a cuento, pero me parece interesante recordar que el escritor de relatos de mayor renombre hoy en los USA es Raymond Carver, que tiene cientos de imitadores en todo el mundo y que murió en el año 1988. Carver publicó un libro de relatos bien conocido titulado «De qué hablamos cuando hablamos de amor». Su editor, Gordon Lish, lo mutiló, lo modificó y lo publicó con ese título. Años después la viuda de Carver, la poeta Tess Gallagher, publicó la primera versión de ese libro (se lo había prometido a su marido) bajo el título de «Principiantes». Resulta muy fácil comparar una y otra versión y los sabios dicen que es mejor la versión de Gordon Lish que la original. Carver siempre aceptó las decisiones de su editor. Las variaciones que Gordon Lish introducía sobre el original eran fundamentales, resulta increible para un profano como yo que el autor aceptara tales modificaciones sobre su texto original sin decir ni media palabra

      • ¿Dónde está el Gordon Lish español?
        Somebody there?

      • Ire dijo:

        Se me ha olvidado decir que cuando hablo de ‘editor’ hablo de un equipo que trabajaba para el editor.

      • Anónimo dijo:

        A mí me gusta más Principiantes que la versión de Lish. Y los trucos de Lish son tan imitables que por eso Carver tiene cientos de imitadores en el mundo. Con todo, Carver, en versión de Lish, sigue siendo un genio. Lish, como escritor, es mediocre.

      • anonim dijo:

        Ya me parecía a mí raro que nadie hablase de Gordon Lish.
        Por si alguien no había leído el artículo de Baricco al respecto, aquí va:
        http://www.revistadossier.cl/detalle.php?id_dos=55

      • Lansky dijo:

        siguen existiendo los sufridos lectores, al menos en unas cuantas dedicadas al ensayo y la no ficción, pero creo que en las literarias también, aunque no en todas

  7. Pingback: En España hay muchos "publicadores" y pocos editores

  8. Lansky dijo:

    Amén a Korda y gracias a tí, Sargenta, por mostranos algo tan aparentemente obvio como la diferencia entre editar y publicar, pero me quedan dudas y no sonretóricas: ¿por qué los editores en el sentido que reivindica Korda no son todos escritores? Otra es que, como señala más arriba alguien, un editor tan ‘mañoso’ destroce, por ejemplo, la Casa verde de aquel Vargas Llosa que tenía ese inmenso talento que ya perdió. Yo creo -y eso lo dice antieditor más arriba- que un buen editor es aquel que sólo publica los libros que merecen la pena y rechaza el resto aún a riesgo de dejarse alguna joya, igual que la buena arquitectura hoy por hoy y visto lo visto es la que no se construye. Creo finalmente, que Korda se reivindica y se exculpa, como todos. Como autor, yo aun editor así no lo querría cerca, pero como lector quizás sí, no lo sé.

    • Pues mi opinión, amigo Lansky, es que con un buen editor (al lado) en el comienzo de las carreras de muchos de los autores españoles que hoy tiene entre 30 y 40, el fruto hubiera sido mucho mejor. Porque tontos no son. Les hubiera hecho falta un buen editor (mitad capataz-mitad madre) que, con puño de hierro y guante de seda, les hubiera marcado el buen camino de la buena literatura. Ahora ya es tarde -creo- para muchos de ellos.
      La sargento M.

      • Antieditor dijo:

        Creo, Margaret, que un editor fetén, o sea un antieditor, contribuiría a mejorar a esos autores «jóvenes» sin editarles ni un párrafo: con algo tan sencillo como rechazar sus manuscritos con honestidad, con un «no me ha gustado» y poco más. En lugar de con la fórmula «nos desaconsejan nuestros asesores su publicación a pesar de sus indudables méritos».

      • Será que hoy me he levantado con buen pie, pero me resisto a creer que no hay nada aprovechable entre todos esos chicos de entre 30 y 40 años. No es posible. No toda la culpa de la triste y «joven» narrativa española que estamos sufriendo en este comienzo de siglo la tienen los autores. Los editores comparten la culpa. Que de toda una generación no haya salido ni uno (ni una) demuestra, además de baja calidad en los que escriben, nulo esfuerzo en los que editan
        Un saludo
        La Maggie

      • Carolo dijo:

        Sargento Margaret, cuando tenga un rato, y si me permite el atrevimiento, le ruego que me explique qué significa «el buen camino de la buena literatura»… Porque, veamos, desde cuándo la «buena» literatura ha ido por «buenos» caminos?

  9. El articulo, espléndido. Pero a mi me toca un editor tocagüevos y revuelvetextos como el que propugnáis y hecho correr, cual alma que lleva el diablo, con mi original bajo el brazo. Nunca he soportado «editores» que con una lectura creen saber más sobre el texto que quien lo ha parido, tras infinidad de lecturas frontales, laterales y al bies… A mi me han rehecho y recortado originales, incluso premiados, en mis comienzos, y siempre fue para empeorarlos. (Lo mío es la Literatura Infantil). Prefiero publicadores, aunque sean tan necios e iletrados como suelen serlo hoy.

    • Amigo Braulio: hablo de un buen editor. Un señor que sin entender de lo tuyo (en este caso literatura infantil) se mete a cortar y pegar, es directamente un imbécil, no un editor.
      Un abrazo
      Gracias por pasarte
      La Margaret

    • Martín Kodak dijo:

      Braulio, desde el momento en que poner «hecho correr» por «echo a correr», créeme, NECESITAS un editor, un corrector y un buen profesor de ortografía y gramática, por mucho que te hayan publicado.

  10. e7ili dijo:

    No entiendo es aquello que dice usted de:
    «Un director editorial que solo disfruta de David Foster Wallace, Gaddis y Bernhard, y que al tiempo aborrece de Dueñas, Ruiz-Zafón, Follet y Clancy, no puede contribuir a que su empresa gane dinero. Eso tenemos en España.»

    En España tenemos Dueñas, Ruiz-Zafones, Javieres SIerras, Pérez- Revertes, Lorenzos SIlvas, Posteguillos y Matildes Asensis a tutiplén.
    Por un tubo.
    Escritores con ambición literaria nivel ESO, y que solo aspiran a entretener y llegar a un público muy amplio.
    ¿Queréis aún más?

    ¿Empresas que ganen dinero? ¿A eso se reduce una editorial? ¿Sabéis que si esa regla se hubiese cumplido siempre, la mayoría de vuestros autores favoritos no hubiesen llegado a publicar, en el mejor de los casos, más de un libro?

    Por otro lado… ¿esta es vuestra idea de «salvar la literatura»?

    Un saludo.

    PD: 100 % de acuerdo en la necesidad de la labor de un editor, sobre todo en los primeros años de un autor. Un buen editor puede hacer que un buen libro sea muy bueno. EN cambio, la labor de edición no puede convertir, de ninguna manera, un mal libro en un buen libro. La esencia, la proteina, tiene que estar ya ahí. El editor, o la labor de corrección, solo tiene que saber dirigirla, potenciarla, limarla.

    • 100% de acuerdo con tu postdata
      La Maggie Mae

    • Jonan dijo:

      Olé, olé y olé. Aplaudo hasta con las orejas.

    • Lansky dijo:

      yo también estoy de acuerdo con la posdata, el problema es que a veces no quede ni la proteina, porque el editor, con mucha más cultura que el narrador principiante y quizás menos talento, puede que se equivoque o imponga sus…gustos

      • e7ili dijo:

        Alberto Olmos, por ejemplo, uno que presume de: 1) corregir muy poquito, 2) apenas le cambian una coma sus editores( según él), sería un gran escritor si se esforzase y no se creyese tan genial en el primer borrador. Pero, claro, corregir una novela 20 veces… es perder el tiempo, siendo ya un genio.

        A Faulkner no le convencía «El ruido y la furia» después de tropecientas versiones.
        DFW mutiló cerca de 500 páginas de «La Broma Infinita» (en un principio eran 1700 páginas).
        Algo que parece tan casual y sencillo como el «Menos que cero» de Easton Ellis necesitó de un año de corrección, tras consejos varios de un profesor, al que le enseñó el manuscrito. AL principio el libro ni siquiera estaba narrado en primera persona. Easton Ellis no había cumplido ni 20 años.

        Escribir un libro en sí no necesita tanto tiempo. Lo que tarda es que el libro encuentre su sitio, es decir, que diga lo que tiene que decir, y encuentre la forma adecuada de hacerlo.

        La literatura es una cosa que necesita una inversión inhumana de tiempo y esfuerzo. Los escritores de verdad hacen todo eso y más… y por puro placer.

      • Interesante idea e7ili, entender la labor de editor como podador. Borrar, que a veces hace tanta falta. Y recolocar, emplear un enfoque diferente.

        Y también supongo que el editor puede ofrecer alternativas cuando se llega a un punto muerto.

  11. Faltan unas variables.
    – El autor que se deje.
    – El autor que pueda pagarlo por su cuenta.

    Yo me dedico a eso. Es trabajo de esclavos y hasta diría que cobro barato para el curro que es. Al final acabé de negro. Más dinero y menos quebraderos de cabeza.

  12. Muriel dijo:

    Sargento Margaret:
    Debate no tradujo «Another Life: a Memoir of Other People» de Korda, sino que publicó la traducción que hizo Fernando González Téllez.
    Muriel

  13. Anónimo dijo:

    Romanticismos.
    Hay de todo. Escritores grandes como Onetti, García Márquez o Bolaño eran famosos por la limpieza de sus manuscritos. En algunas ocasiones el editor puede acertar; en otras, puede destruir un original.
    En España varias editoriales, grandes, medianas y pequeñas, editan. ¿Por qué cree, Sargento, que algunos autores escribían tanto mejor hasta que cambiaron de sello?
    Si los anglosajones editan tan bien, ¿entonces por qué publican tanta mierda? Y no me refiero solo a los bestsellers, sino también a lo que nos quieren vender, y varios paletos despistados compran, como literatura.

  14. Isabel dijo:

    Editing. Trabajo en la sombra. Invisible. Este blog es una maravilla…

  15. popeya dijo:

    Esto está interesantísimo. Gracias a todos.

  16. Facundo Quiroga dijo:

    Como decimos en los llanos, «La culpa no es del chancho (con ínfulas de escritor), sino del que le da de comer».

  17. VD dijo:

    Te recomiendo La historia de la literatura como provocación de Jauss, Mímesis de Auerbach y Pasión intacta de Steiner.

    Y no te lo digo como VD. Te lo digo como el profesor de literatura que soy.

    Cuéntale todo esto a los poetas a ver qué te dicen. Un editor es bueno cuando lee poesía. Para todo lo demás, Panhispánico de dudas, Torrego, Corripio y compañía. Es lo primero que aprendes cuando publicas.

    • Antieditor dijo:

      ¿Corregir, reordenar, mutilar, editar a los poetas? Ésa es buena. No digo que no se deba, sino que ni se dejan ni sé de nadie que lo practique o lo intente.

      • Ire dijo:

        Porque ‘la poesía está en todas partes’, hombre ; ) A ver quién es el guapo que se atreve a mutilar un verso de una estrofa de tres.

      • VD dijo:

        No vendes ni un libro, eso sí, pero tiene dos ventajas la poesía: uno, los editores miopes no te tocan los huevos; dos, te ahorras muchísimos lectores de plástico.

  18. EEM dijo:

    Hay algunos que parecen estar completamente en Babia. Supongo que se hacen los tontos, porque me resisto a creer que de verdad se pueda serlo tanto.

    ¿Hay alguien en la sala que no diferencie, por ejemplo, las funciones y las capacidades de un entrenador y un jugador? ¿Alguien aquí le diría a un jugador que si necesita a un entrenador por qué cobra un sueldo? ¿Alguien sería tan estúpido como para decirle a los entrenadores que sean ellos quienes corran tras la pelota, quienes se golpeen en el ring, quienes hagan piruetas en el agua? Cada uno es bueno en lo que hace.

    Carver, sin su editor, no sería nada. Pero su editor, evidentemente, no es Carver.

    PS. Y si hay muchas grandes que hacen editing, muchas. Olmos ha tenido la mala suerte de caer en Mondadori, la peor en estos momentos de su propio grupo editorial.

    • Jonan dijo:

      Se me ocurre una cosa, leyendo tu comentario: lo mismo que hay «ataques de entrenador», cuando un míster trata de ser original y coloca a un defensa central de delantero o viceversa, o se empeña en el doble pivote, trivote o cuatrivote… ¿no pueden existir los «ataques de editor», cuando a uno se le pone entre ceja y ceja que debe mejorar un manuscrito a costa de destrozarlo, si hace flata? ¿y que ocurre cuando su víctima es un pobre escritor aún virgen, que se muere por publicar su novelita y se encuentra con que la condición es que el editor pueda meter mano, podadora o cortacésped, y si no, pa casa, que hay muchos esperando? ¿Que hará entonces nuestro escritor/a bisoño /a (editorialmente hablando)? ¿Aceptar, retirar su manuscrito, ofrecer el uso y disfrute de su cuerpo pero no de su obra? ¿Qué harían ustedes, mesdames et messiers?

      • Pues mira, Jonan, si se trata de un autor primerizo (1ª ó 2ª) novela, y el editor tiene experiencia y le avalan otros libros ya publicados que han dado buen resultado (no solo comercial), yo, en el lugar del escritor, me dejaría meter mano. Hasta el refajo, si hace falta.
        De todas maneras las cosas no son así en la mayoría de los casos. No es blanco o negro, lo tomas o lo dejas. Lo habitual es hablarlo y explicar el uno lo que quería contar y el otro por qué convienen ciertos cambios o cortes. En esa conversación, siempre enriquecedora, se llega por lo general a un acuerdo bueno para las dos partes. El editor casi nunca se comporta como Rajoy a la hora de aplicar los recortes.
        Un abrazo
        Margaret

      • Ire dijo:

        Por lo poco que yo sé, al menos lo que conozco, el equipo de edición solo entraba a trabajar en serio en un primer manuscrito si el texto era realmente bueno pero había problemas importantes de coherencia, desarrollo, etc. El resto de obras publicables se publicaban después de la revisión con algunas modificaciones, pero no sustanciales. Pensad que el volumen de manuscritos que entra en una editorial grande es inmenso y el tiempo es oro. Si tenían que dedicar demasiados esfuerzos a dejarlo presentable lo desestimaban, aunque hubiera algo que brillara ahí. En estos casos se le sugerían indicaciones al autor, por si quería hacerlas él mismo, y se le proponía volver a presentarlo.

      • Jonan dijo:

        Estimada Ire, sargenta y demás: después de leer el post (muy interesante hoy, por cierto) y los numerosos comentarios, sobre todo éstos vuestros, me parece que ya he pillado el intríngulis del asunto de la edición, al menos en España. A saber: se trata de que si eres un escritor novel, sin padrino ni perrito que te ladre, ya puedes escribir como el mismísimo XXXXX (aquí, cada cual que ponga a su escritor favorito), y además, tener visos de ir a resultar más comercial que YYYYYY (aquí, poner al escritor de best-sellers que más rabia os dé). Y no esperes guía ni consejo sobre tu novela, que las editoriales tienen mucho trabajo, con las gran cantidad de ilusos que les mandan sus manuscritos fotocopiaos o, peor aún vía e-mail. Ahora bien, a pesar de ese ingente trabajo, falta de medios, etc, sí que hay que dedicarle tiempo a algunos casos singulares, a los que que hay que corregir, recortar, aconsejar, animar y evaluar con mimo y cariño, como si se tratara de bonsais en plena época de floración. ¿Y por qué, porque se vislumbra que estos rara avis van a convertirse, presumiblemente, algún gran éxito comercial o literario de la editorial en cuestión? Pues puede que sí, en algún caso. Pero uno, que es un mal pensao, sospecha que se debe más a la hispánica tradición de precipitarse en ayuda del que viene avalado por la sombra de alguien más poderoso o por un compromiso ineludible. O sea, que tiene más enchufe que Iberdrola. Sólo así se explica la pérdida de esfuerzo y tiempo en convertir potenciales bodrios en bodrios absolutos.
        P.D. : para el que piense que el que escribe esta diatriba es uno de esos autores ignotos resentidos porque sabe que su manuscrito se pudre en el cuarto trastero de alguna editorial española, repetiré, porque creo haberlo mencionado ya alguna vez, que el oficio de un servidor es el de tornero-fresador. Y no va de coña.
        Gracias a everybody por vuestra paciencia.

    • Anónimo dijo:

      En Mondadori editan las novelas hasta la extenuación: Ahí está Hilos de sangre para demostrarlo.

  19. Sin nombre propio dijo:

    Si los editores son mejores escritores que los escritores, que se dediquen a escribir, y así pueden firmar los libros. De momento, en España, lo único que te aporta firmar un libro es que los contertulios tienen un nombre propio al que denigrar. Todos sabemos muchísimo de literatura, hasta que tenemos que poner la primera línea en un papel en blanco y dejamos de saber. Pero seguimos sabiendo siempre lo que han de hacer los demás.

    • Jonan dijo:

      Hombre, claro, en eso y en todo, que esto es España… de momento.

    • iaireland dijo:

      No es lo mismo, ni por asomo, escribir que editar o trabajar sobre un texto ya escrito, y el talento para una de esas dos cosas no implica necesariamente talento para la otra (de hecho, muy a menudo sucede lo contrario). Un buen editor seguramente no será mejor escritor que el escritor, pero desde luego será mejor editor.

      Buenísimo el post, por cierto, ya he comprado el libro en amazon para el kindle.

  20. Isabel dijo:

    Por supuesto que hay muchas grandes que hacen editing. Trabajo en la sombra. Invisible. Un trabajo precioso, aunque no se pueda vivir de él y NADIE lo valore.

  21. Rusta dijo:

    Me ha encantado la entrada. A mí me gustaría ser editora y de momento hago mis pinitos analizando autopublicaciones y manuscritos que me pasan algunos autores que quieren tener una opinión antes de enviarlos a las editoriales. Básicamente, intento darles consejos sobre aquellos puntos que a mi parecer flaquean, sobre cómo hacer un comienzo o un final más atractivo y cuestiones de este tipo. La mayoría de los que he leído no eran publicables ni con cien revisiones, pero algunos tenían potencial y me han servido para darme cuenta de que incluso los buenos autores necesitan una visión externa para terminar de pulir su libro.

    La parte negativa del asunto es que el oficio del editor es bastante desconocido en general, y por eso hay autores que no toleran que se les diga «Creo que esto quedaría mejor de otra manera», lo consideran un atentado contra su obra. Ya no lo digo por mí, sino por entrevistas de autores primerizos que al parecer se negaron a ser publicados por ciertas editoriales porque les obligaban a hacer cambios. Hombre, comprendo que editores también los hay buenos y malos, pero aun así me parece que el escritor debe ir con la predisposición a dejarse ayudar, sobre todo si está empezando.

  22. Isabel dijo:

    Por favor, no denostéis el papel de los lectores editoriales. Algunos, además, hacen la labor de editing. Sin embargo, algunos editores/as nos les hacen mucho caso. Craso error. Hace un año aposté por un autor desconocido. No era alta literatura, pero era un escritor digno, con enorme potencia literariol y comercial (palabra mágica). La novela merecía ser publicada y sin editing. La pena fue que la gran editora («mujer de» otro «gran editor») argumentó que la novela no transcurría en Barcelona. Pues bien, esa novela de dicho autor desconocido fue publicada por otra gran editorial catalana que edita en castellano. Un autor desconocido, no mediático y al que no hacía falta cambiarle nada. La satisfacción que tuve al saber que otros corroboraban mi «pronóstico» fue enorme. Algunos/as valoramos al escritor y no su número de seguidores en facebook o su proyección mediática prefabricada.
    Margaret : gracias por este blog.

    • Jonan dijo:

      ¿Que no transcurría en Barcelona (perdón: BCN)? ¿Hay alguna editorial que sólo publica novelas que transcurran en Barcelona (perdón: BCN)? ¿No sirve Hospitalet o Tarragona? Hombre, si aún me dijeras que tienen que transcurrir en Bilbao, lo entendería, pero así…

    • Antieditor dijo:

      Qué cierto. Hace más de diez años le llevé una novela a Basilio Baltasar, entonces al frente de Bitzoc. Era una novela en la que la ciudad era muy protagonista. Unos días después me dijo que hiciera un experimento: si la reubicaba toda en Barcelona, él la enviaría a algunos editores amigos, porque estaba seguro de que les seduciría. La idea era sencillamente de bombero. Ni lo intenté.

      • Jonan dijo:

        Estimado Antieditor: lo que cuentas es tan penoso que te creo a pies juntillas. Así nos va, con tanto memo suelto…

  23. Isabel dijo:

    Jonan si tú supieras «los argumentos» de algunos para dar un sí o un no…Cualquier excusa es buena. Lo que la editora quiso decir es que no era un Zafón.¿Queda claro?. Aunque me gustó más que lo que Zafón hace últimamente…Simplemente era un autor No mediático y no se apostó por él…

  24. McCarthy & Jaeggy dijo:

    No sé que editor está detrás de Open City de Teju Cole pero es un caso clarísimo de un libro muy trabajado en la sala de máquinas. Cuando lo lea la sargento le volverá a bajar la regla.
    Avisados quedan.

  25. Pingback: Editar

  26. Una dijo:

    Sucedió de verdad, a finales de los 90. Yo era lectora de Espasa. Me encargaron el informe de un mamometro de más de 600 páginas con letra de cuerpo 11. Era una novela histórica. Empecé a leer un viernes. Esa noche, pensando en las primeras páginas me costó mucho trabajo conciliar el sueño. Al día siguiente, y al otro, seguí leyendo sin pausa, sin reparar en que tenía que comer para seguir leyendo. Se titulaba «La zahúrda dorada». La firmaba un tal Domínguez Perela. En el informe detallé que se trataba de una obra maestra. Lo era. A mi jefe, el asesor literario le pasó lo mismo. Tenía que convencer a la editora de que la publicara y nos reunimos para encontrar argumentos convincentes. Según me contó más tarde, la editora no llegó a leerla entera -se limitó a hojearla en los aviones- pero decidió publicarla, sí, con dos condiciones: reducirla a la mitad y cambiarle el título. El autor, primerizo, aceptó la propuesta. No supe nada más de la historia pero a Dios pongo por testigo que, si llegó a publicarse, la mutilación de esa novela era un atentado literario, un delito artístico perpetrado por una analfabeta que ejercía de editora.
    Esa es la edición en España.

    • Muchas gracias, amiga «Una». Muy interesante lo que nos cuentas. Por desgracia casos así, como este, ocurren muy a menudo. Por eso estamos nosotras aquí, luchando contra el MAL.
      La sargento

  27. Hélio dijo:

    Interesantísimo debate. Como escritor siempre he necesitado una segunda, tercera y sucesivas opiniones, especialmente porque mis novelas son fragmentarias en su mayoría, además de mantener varios registros y voces. Al contrario que juzgar un cuento, mío o ajeno, algo que me resulta relativamente sencillo, juzgar una novela mía me resulta imposible. No sé ni si pierdo al lector ni dónde lo pierdo; ni si lo que quiero que entienda como un salto con un significado concreto lo entiende así. Al final recurres a tres o cuatro buenos lectores cercanos a ti y eso suele acabar bastante mal: cada uno te dirá una cosa. He probado con un lector-editor free lancer con un resultado interesante. Algunas cosas las acepté de buen grado y otras no, pero como balance de cara a la obra diría que mereció la pena. Lo malo es que esa inversión nunca se recupera.
    Y es que en esta discusión se están mezclando especialidades (por no llamarlas mercados) de muy diferente tipo. Las editoriales «literarias» no pueden permitirse el lujo de editar en sentido estricto todos sus títulos, por un lado y, por otro, parece sensato que respeten en la medida de lo posible la voz de ese autor que han elegido. En cuando a las otras, las que buscan los súper ventas, es lógico que editen a conciencia. Se trata de un producto de consumo, a veces incluso con una cierta calidad literaria, pero siempre favorecerán la historia sobre la técnica.

  28. Lansky dijo:

    Epicuro era un genio, eso seguro. ‘´Publicó’ en vida según sus coetaneos más de 300 manuscritos, incluyendo 30 tratados de física (en el sentido de entonces), morales, del amor, sobre los dioses…(Diogenes Laercio cuenta esto, no era precisamente contemporáneo suyo). Debido a la saña con que fue perseguida su obra por los siflos de los siglos amén, hoy sólo podemos disfrutar de 3 cartas y cuarenta máximas, una suerte de papelitos como los microgramas de Robert Walser, incluyendo al famosa a su discípulo Meneceo sobre ética en la que le pide que le mande queso. ¿Epicuro no tenía editor? Tuvo tantos como los que intentaron preservar su obra menguada, y tantos más como los que la destruyeron, incluyendo la Iglesia Católica y sus censores. Sin embargo, Epicuro es más importante que Bolaño (autor que me gusta, auqnue según qué). ¿Que qué quiero decir con esto? Es posible que hoy en la Red haya un Spinoza, pero quizás quede ignoto salvo para cuatro gatos que seguimos su blog, por ejemplo. La pervivencia o la desparición, el afloramiento o la inmersión de una obra maestra -las otras no cuentan- no es inevitable ni fruto sólo de su valor; es como la extinción/aparición de especies en la evolución biológica, fruto del azar y la necesidad (Monod). Supongo que no estaréis de acuerdo.

    P.S.- He aprendido mucho leyendo el post y los comentarios, más incluso que charlando con mi amigo Tino Bértolo con el que casi nunca estoy de acuerdo, pero al que debo mucho de mi vicio de lector (como autor, de no ficción, menos). Estoy seguro de que todos en casi todo lleváis razón.

    Saludos

    • Yo sí estoy de acuerdo, Lansky. Por desgracia, lo que dices es cada día más verdad.Cuantos más editores de verdad (en el sentido que Korda le da a al palabra) tuvieramos entre nosotros, menos grandes escritores (en potencia) se perderían. Como cada día hay menos editores (los que se enfangan en el manuscrito), cada año está peor pagada esa actividad y los que de verdad editan se están haciendo viejos, pues en el futuro -cercano- tendremos un puñado de «publicadores» que sacarán los libros de la Belen Esteban de turno y reeditarán los 5 o 6 clasicos long sellers tipo Dominique Lapierre/Larry Collins. El mínimo esfuerzo. Siempre habrá algún locatis que antes de caer en la depresión profunda (fruto de su trastorno bipolar) lanzará una editorial independiente con su novia de antes de ayer. Pero eso y para de contar. Ese es el futuro/presente que nos espera.
      Un abrazo
      La Margaret

      • Jonan dijo:

        Te lo pongo peor, sargenta/ o : lo que se hará (si es que no se está haciendo ya) es deslocalizar esa labor de «edición» a algún país con los sueldos más bajos, para que salga todo aún más baratito…

      • Ganas me han dado de borrar tu comentario, querido/a Jonan. Te lo digo porque seguro que algún editor español, que entre coctel de premio literario y presentación del último libro de vampiros folladores, se puede haber pasado por aquí, está anotando la idea que acabas de dar para presentarla ante el comité de dirección. Ya veo al presidente de la editorial ante el consejo de administración presentando esa idea -la de la exteriorización del «editing» a un tercer país, como si fuera un «call center»- para abaratar costes. Escucho los aplausos de los accionistas.
        Se me ocurre una novela de esas que les gustan a los escritores modernos: un negrito de Guinea Ecuatorial tiene encima de su mesa un montón de manuscritos (o su ordenador lleno de archivos «word», tanto fais), se dedica a corregir lo que unos jóvenes parados españoles han escrito en sus largos momentos de ocio. La novia del negrito es esclava sexual del dictador que gobierna con puño de hierro el país desde hace decenas de años (meter aquí con la herramienta copia/pega varias páginas de «50 sombras de Grey»-para lo erótico festivo- y un par de capítulos de «La fiesta del Chivo» de MVLL para lo del dictador «womanizer») Al final el joven «editor» ecuatoguineano se convierte en un gran escritor y se enfrenta al dictador, lo derroca y se pone en el poder. Hay un capítulo final en el que vemos que nuestro protagonista se ha dejado llevar y se ha transformado en un Hugo Chavez, estilo Caracas.
        Para quien quiera mi idea de novela, se la regalo.
        De nada.
        PD: Perdón, se me ha ido la olla. Es lo que tienen las resacas de gin barata. me voy a cambiar -cuando tenga posibles- al whisky de Malta

      • Jonan dijo:

        ¿Por qué «negrito» y no «joven editor africano»? A ver si los que necesitamos que nos editen lo que escribimos somos los demás…

      • Ire dijo:

        Yo no podría asegurar que no se haga ya. Si se hace con traducciones y correcciones – en India a sueldos de risa pero con una calidad incluso superior en ocasiones a la de aquí – por qué no.

  29. Lansky dijo:

    Lavagulin de 16 años, con eso te bastaría, mis sargento/a. La idea así en bruto de la trama está muy bien, ojalá se quede en eso, porque la novela ‘desarrollada’ sería tediosa como tantos b.s. Yo haría que al dictador derrocado se lo comieran cocodrilos y al editor/negrito la amno en un intento altruista y desesperado pro salvarlo, la novia, que está buenísima, emigra a España sy se covierte en actriz porno y un elemtno esencial de la trama china de blanqueo de dinero de las pelis del Nacho ese…

    Por cierto vargas Llosa tal como tu lo escribes es 1090:MVLL, aunque sería mejor escribir MXC, o sea, me cago en tó

  30. Luis dijo:

    Sargento querida, te daría el nombre de la editorial donde trabajo -grande, por cierto, en sus dimensiones de negocio y en su línea editorial- donde los editores se dedican verdaderamente a editar, es decir trabajar los manuscritos con los autores, mejorar el texto, pulir los personajes, dar ideas para el desarrollo de las novelas que se proyectan desde la editorial, sugerir finales…y desaparecer luego. No todo está perdido en nuestro mundo editorial español.

    Te diría casos llamativos como el del autor, de renombre, que mandó su manuscrito, al que se le dió ideas para desarrollar la novela de otra forma, y después de reescribirla- el autor, que otras veces alardea que no toca ni una coma de sus originales, cuando aquí le aligeramos capítulos enteros- la editó con otro sello y ganó un Premio Nacional.

    Te diría, querida y admirada sargento Maergaret, que son editores que trabajan aquí tienen una clara vocación de editar, aman su trabajo artesanal. Como no soy editor -aunque me hubiera gustado- puedo elogiar a otros sin empacho.

    • Anónimo dijo:

      Bueno, pues ese escritor, cuando publique su siguiente novela (si no es que está ahora en la mesa de novedades), echará en falta los consejos de sus antiguos editores. Quizás la novela anterior fue buena, pero la nueva será, o es, malilla.

  31. Carolo dijo:

    Editorial busca editor altamente cualificado, con experiencia en el ramo y conectado al gusto popular para hacer «editing» de los clásicos. Porque más vale tarde que nunca.

    [Nota: Antes de ayer, en el club de lectura de la biblioteca de mi pueblo, 25 personas adultas concluyeron que «El Quijote» era aburrido y que le sobraban muchísimas páginas.]

  32. viruela dijo:

    Llevo una semana intentando rematar un puñetero soneto que se me ha atragantao… si el primer verso he logrado terminarlo en «or», en el cuarto no consigo colocar mas allá de un «ón»… el primer terceto consta de un endecasílabo y dos alejandrinos que no hay manera de encajar, oiga… bueno, la cosa iba del «hecho nacional» y ha derivado en una orgía de frambuesas… ejem… algún editor por ahí que me eche una manita, aunque sea al cuello?

  33. Antieditor dijo:

    Desnudo porque muero de calor
    trituro un manuscrito demencial
    y salen llamas de mi monitor
    y corro a por el tubo de Hemoal.

    El bodrio que escribiera el gran autor
    que se ha llevado el Premio Nacional
    yo lo apañé a machete sin dolor
    creyendo que el mamón era legal.

    Pero aquí sigo en bolas, me atrinchero
    bajo una lluvia gruesa de diamantes
    en bruto, que mastico y con esmero

    reduzco hasta la pulpa. Es lo primero
    para encontrar talentos, no tunantes.
    Y tengo el ojo clínico de un mero.

    • Anónimo dijo:

      Ja! Excelente!

    • julian bluff dijo:

      Un haiku chungo, que a estas horas todavía no anda uno para rimas

      Manuscritos pueriles
      Secretarias fondonas
      ¡Ay, ese Pimgus que me bebí el domingo!

    • ¡¡GENIAL!! Muchas gracias, Antieditor, por dejar ese ripio (el el mejor sentido de la palabra, no te ofendas) en este cuartel.
      Un abrazo
      La Margaret
      ¿Lo ves, viruela, lo importantísimo que es contar con un «editor de guardia»? Como las farmacias.

    • Jonan dijo:

      MUY MUY MUY BUENO, amigo Antieditor… me ha encantado sobre todo la rima consonante en -al: demencial / Hemoal / Nacional / legal… con esas cuatro palabras se puede hacer un soneto sobre cualquier cosa, desde el premio Planeta, la operación Emperador o la política educativa del ministro Wert… Chapeau!!!

  34. Lansky dijo:

    ¡Cuanto talento! Algún pragmático (¡vade retro!) dirá que desperdiciado, pero qué va.

  35. julian bluff dijo:

    Lo sé, lo sé (de oidas) Pingus en con «n» y no con «m». Disculpas por el «lapsus clavi».

  36. sudaca dijo:

    Siempre ando viendo las mismas cosas, lo sé. Pero por qué hablar de un mercado de 500 millones de personas cuando los editores españoles se pasan por el forro a los lectores americanos. Es cuestión de preguntarle a cualquier mexicano o argentino cuánts veces en su vida se subió a un autobús o se sintió un gilipollas. De todas formas, mientras en el cuartel general de travessera de gracia sigan mutilando autores americanos en nombre de la buena edición, algún día por el sur, finalmente, la gente cogerá los taxis y todos serán buenos leístas y hablarán la gran lengua de Valladoliz.

    • Jonan dijo:

      ¿Pero no se escribe Vayadoliz? ¡Che, qué boludo que soy!

    • Amigo «sudaca»:
      Las editoriales españolas tienen en los puestos estratégicos (en este caso, los que deciden lo que se publica o lo que no) a gente tan intelectual, tan pagados de sí mismos, tan elitistas al fin y al cabo, que no manchan sus manos -qué ordinariez- con eso llamado técnicas de venta o marketing. Lo primero que debe hacer una empresa que vende es conocer a su cliente y saber qué satisface sus necesidades. Las editoriales españolas no venden en latinoamérica porque no saben ni como respiran los lectores de aquellas latitudes. Los directores editoriales de nuestra «publicadoras» conocen a los escritores que se han venido a vivir a Barcelona o Madrid, nada más.
      Así nos va, que hablamos la misma lengua pero parece que editorialmente hablando vivimos en galaxias diferentes. Todo por culpa de los editores. Se conforman con vender, al otro lado del charco, libros de texto, eso sí.
      Un abrazo
      La Maggie

      • Lansky dijo:

        Sudaca y Margaret:

        Que se lo digan al ‘Jesús del Gran Poder’ alías Polanco, que en paz descanse para alivio de tantos, a Octavio Paz , que ídem, y al grupo Santillana y Prisa en pleno, ya verás si saben o sabían hacer negocio en América (y mutilar escritores sudaca, claro, una cosa no quita sino que se añade a la otra).

        Por cierto, Sudaca, yo tengo preciosas ediciones piratas de montones de libros editados en España, perdón, en Cataluña, originalmente, con sus portadas y todo. La fotocopiadora, gran invento poco reconocido ahora con lo virtual y tal.

      • Joe dijo:

        Cuando Lara y demás jefazos se quejan amargamente de la piratería del ebook, lo que de verdad temen es que se les chafe el negocio en toda América, donde la expansión del castellano en países como Brasil o Usa no ha sido acompañada con la publicación masiva de títulos como refuerzo por el exagerado coste que conlleva (según ellos han declarado muchas veces). Sin embargo la utilizan como justificación de la caída en las ventas sin reconocer su cada vez peor gestión, que a todo de lo que se queja la Sargento habría que añadir, por ejemplo, el lamentable estado de la distribución y gestión del fondo editorial.

    • EEM dijo:

      En España siempre se han leído bien a los sudamericanos, especialmente después del boom. Hemos crecido con Borges, Cortázar, Ribeyro, Monterroso, Rulfo, Carpentier, Sábato, Fuentes, Bioy Casares, Ocampo, Allende… Y todavía hoy hay aquí cierta querencia por conceder premios y publicar a escritores latinos antes que españoles (piensen en editoriales como Periférica, o Atalanta, entre muchas otras, pero también en Anagrama y Mondadori hasta hace muy poco). Por supuesto, se leen con fruición a otros más nuevos como Juan Villoro, Jorge Volpi, Bolaño, Fresán, Claudia Piñero, Juan Gabriel Vásquez, Roncagliolo, Neuman, Tryno Maldonado, Antonio Ortuño, Samanta Schweblin, Alan Pauls, e incluso Pola Oloixarac, Alejandro Zambra, Patricio Pron… Ahora dígame qué novedades españolas llegan allí. ¿Cuántos escritores españoles de menos de cincuenta años conocen?

      Basta ya de victimismo. La situación es justo la contraria. Aquí se llegan a publicar incluso a autores latinoamericanos mediocres sólo por el prestigio de ser de la tierra de los grandes. Los lectores los quieren y los conocen. Y allí se ningunea completamente todo lo español, en una burda estrategia para quitarse de encima competencia. Cada día que pasa son más xenófogos.

      Por otra parte, desde hace unos años Alfaguara está dirigida por la bogotana Pilar Reyes. ¿Alguien recuerda un periodo más nefasto y en que se haya conectado menos con el mercado?

      Lo siento, a otro perro con ese hueso.

      • Hay un caso muy curioso y que ilustra -espero- lo que estamos discutiendo. La escritora Laura Martínez Belli. Esta chica nace en 1975 en Martorell (Barcelona, España) y siendo niña se marcha vivir en Panamá. Vuelve a España en 1988 para estudiar ciencias de la información, pero en 1995 se vuelvea ir para residir en Mexico, donde tiene su residencia desde entonces. Esta chica acaba de publicar su 3ª novela y es nº 2 de los más vendidos en Mejico. La anterior tambien fue best seller (en MeXico). La edita PLANETA MEJICO. En la web de Planeta España no hay ni rastro de ella y en La Casa del Libro solo se puede adquirir un e-book de una de sus novela a 3,50€.
        ¿Tan separados estamos?
        ¿Lo que vende tanto allá no va a vender acá?
        La sargento

        Info de Marinez Belli en la web de PLANETA MEXICO aquí abajo:
        http://www.editorialplaneta.com.mx/descripcion_libro/10119

    • EEM dijo:

      Otra cosa. Cuando aquí se publica a un argentino la boludez sigue siendo una boludez, la pieza, pieza, la canilla, canilla, el saco, saco, y la concha de su madre, la concha de su madre… ¿Me lo ha parecido o estabas sugiriendo que se mutilaran los textos españoles y las palabras autobús o gilipollas se sustituyan por otras? Porque habría que ser muy imbécil.

      • Peter Folgier dijo:

        …estoy con vos, EEM
        Compartir la misma lengua, o casi, no convierte en interesante todo lo que en ella se escriba, no vale vivir cien años al sol de la edad, de otros…

        Ejemplo: Alguien debería haber mutilado salvajemente Los Pesquisadores Indómitos, ni harto de Tequila homónima es tragable, lo diga echevarría o su santa tía María. Alguien tenía que decirlo.

        No sé quien está detrás de la entrada en Wikipedia, pero es la mejor evidencia del verborreico sentido (espacio infinito) de la novela. El Ulises al lado de esta es un prospecto de metamizol.

  37. Antieditor dijo:

    Me alegra que os haya gustado. Muy amables. Me costó un buen rato, pero las ideas son mérito de este exitoso post.

  38. Jonan dijo:

    Enhorabuena, apatrulleras/os: veo con agrado que este post ha superado los 100 comentarios (vale, más de uno y de dos son míos…), lo cual indica que habéis acertado con un tema que interesa al personal. Yo, modestamente, haré aportación de mi granito de arena, una vez más: al que le interese, es de lo más recomendable leer la conversación entre Giulio Einaudi y Severino Cesari, publicada por Anaya & Mario Muchnik (¿quién, si no?) en el año 1993. Vale que no es un «editor» como de los que aquí se ha hablado, pero sí que habla de la labor editorial de Calvino y Vittorini, sin ir más lejos. Bocato di cardinale, adquirido en la sección de oportunidades de El Corte Inglés por un precio irrisorio. Serán bodoques…
    Por otro lado, confieso que cada vez tengo una idea más confusa del mundo editorial , sobre todfo en España: por un lado, parece ser un ecosistema perfecto y autorregulado, donde se publica lo que se tiene que publicar, se edita antes lo que se tiene que editar, se desecha lo que se tiene que desechar… y luego las listas de éxitos se nutren sólo de los títulos que ya era previsible fueran a ser un éxito, mientras que la de «fracasos», bueno, pues ídem… Por otra parte, está la visión de un mundillo de inútiles, pelotas, lameculos y enchufados, por no hablar de los editores esnobs y alejados del gusto de la calle, donde si aciertan es por chiripa o porque se limitan a traducir (mal, claro está) los éxitos editoriales de otros lugares. Vamos que,más que en manos de unos profesionales del libre mercado editorial, parecen una caterva de funcionarios holagazanes, enchufados y aprovechaos, como enla peor pesadilla de un MVLL o de su musa, la Juana de Arco del liberalismo español, doña Esperanza la Lideresa… Perdón por hacer mención a la sórdidez de la política en un blog dedicado a la excelsitud de la Literatura, pero es que me quita el sueño pensar que la librepensadora más significativa de nuestro país, (después de Rosa10,claro), la Dama de Hierro de los 3000 años de Historia Hispánica, se ve ahora relegada a un triste puesto funcionarial, en el que ha de sufrir no sólo a los vagos de sus compañeros, sino sus propios 8aunque justos) recortes…. Sufro aún más desde que sé que doña Esperanza consiguió su puesto en Turismo en el año 1976, cuando su señor tío era el Director General del asunto… ¡qué tragedia neoliberal, madre! (para que luego nos quejemos de los apaños del Premio Planeta y demás… un juego de niños, vaya).

    • Benoit dijo:

      Digamos que hay que tomarse el fracaso con más deportividad, amiguitas pilinguis. Saludos a la asamblea de majaras.

      Revuelta en el frenopático:
      al hombre del tiempo ahorcaron
      por haber informado:
      «Granizos, rayos, truenos
      y viento huracanado».
      ¡La asamblea de majaras
      se ha reunido!
      La asamblea de majaras
      ha decidido:
      Mañana, ¡sol!
      El hombre del tiempo
      les plantó cara:
      «¡Mañana hará el tiempo
      que a mí me dé la gana!».
      Revuelta en el frenopático:
      al hombre del tiempo ahorcaron,
      y todo por haber jugado
      al Telediario.
      ¡La asamblea de majaras
      se ha reunido!
      La asamblea de majaras
      ha decidido:
      «Mañana, sol.
      ¡Y buen tiempo!».

      • Ire dijo:

        Benito! Kortatu? Cuántos recuerdos! Era de mi hermana y lo llevé a una fiesta de fin de curso del cole y hasta la profe lo bailó. Nos lo pasamos chupi. Gracias por recordarme esos momentos. Qué se habrá hecho de ellos?

  39. Carolo dijo:

    «Un encuentro con César Aira»
    Craig Epplin (University of Pennsylvania) y Phillip Penix-Tadsen (Columbia University)
    (http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v15/epplin.html)

    […]
    CRAIG EPPLIN: ¿Cómo son las exigencias de las editoriales? ¿La diferencia, por ejemplo, entre trabajar con Alfaguara y Eloísa Cartonera?
    CÉSAR AIRA: No es trabajar. Yo escribo mis novelitas y las guardo y cuando alguien me pide una, saco una, se la doy. Algún editor de la editorial me hace alguna observación de que hay alguna cosa y la corregimos. Pero nunca es más que una palabrita acá o allá. No, acá no existe esa figura que los norteamericanos tienen, de editor que corrige y cambia. Cuando traducía, muchas veces traducía estos libros de autores muy importantes, de mucha venta, los grandes bestsellers. Se publicaban simultáneamente en Estados Unidos y acá, y entonces nos mandaban los manuscritos, o uncorrected proofs, y ahí muchas veces había correcciones manuscritas del editor. Estaban muy bien hechas, nuestros editors profesionales lo hacen muy bien porque a veces sacan un párrafo de acá y lo ponen veinte páginas más allá y es perfecto. Sí, pero eso sirve solamente para la novela comercial, para el bestseller porque el bestseller tiene que funcionar bien, como una máquina que tiene que funcionar bien. Entonces, objetivamente se puede ver qué mecanismos hacen que funcione mejor. Pero no, la literatura propiamente dicha, no. Porque la literatura, la mía por lo menos, está basada en caprichos, la inspiración.

  40. Lansky dijo:

    “Escribo todo lo que se me ocurre,
    publico todo lo que escribo
    y sobre todo:
    cobro todo lo que publico”
    Ramón Gómez de la Serna.

    Feliz él, y yo garantizo que si hubiera publicado menos aún sería mejor, igual que Umbral, como Cela, como tantos,.Ahora ¿es sólo el editor el que tiene que decidir eso o vendría bien que fueran más autoexigentes los propios autores?

    Irreprochable secuencia en cualquier caso y sobre todo el último punto

  41. Jonan dijo:

    Atención, apatrulleras/os, que el Mal-herido se ha metido en vuestro terreno. Y viene a decir que el libro éste del Korda es una p… mierda. ¿Algo qué comentqar, para solaz del respetable ´(no en mi caso) público).
    Por cierto, Lansky, tienes razón: si de la Serna se hubiera limitado a sus primeras greguerías, Cela a «La colmena» y Umbral a… bueno, a nada, la Literatura en su conjunto (si es que existe algún engendro semejante) se lo hubiera agradecido.

  42. Anónimo dijo:

    Curioso: malherido y Aira vienen a decir básicamente lo mismo. Algo de su oficio sabrán.

  43. Pingback: La (in)visibilidad del editor | verba volant, scripta manent

  44. Beer Bell dijo:

    Lo de Olmos es para vomitar.

    Como ahora está con complejo de huérfano (porque nunca ha tenido un editor de verdad) va y la paga con los que más odia en el mundo: los que consiguen vender libros.

    Él, que cuando llegó a Mondadori se creía que ya iba a vender cientos de miles de ejemplares y no desperdiciaba ocasión para diferenciarse de la plebe que vendía 500 copias o los que seguían siendo zarapastrososo lenguatrapistas, él, arremetiendo contra los bestsellers.

    Él, que sólo ha sido capaz de escribir olvidables novelitas imperfectas, o perfectamente olvidables novelitas, no tiene otra cosa que jactarse de escribir Ꮮiteratura frente a esos otros que escriben ˢᵘᵇliteratura. ¿Pero no se da cuenta de que lo suyo no es gran literatura sino libritos prescindibles?

    Él, autor de «Ejército Enemigo,» la novela que debería ser el ejemplo por antonomasia de editing needs. Por Dios, ¡unas tijeras ya!

  45. Sisi Emperatriz dijo:

    Tengo una teoría. Alberto Olmos habla así porque nunca se ha leído.

    Como un día se le cruce un cable y le dé por corregir lo que escribe, de la primera lectura no pasa, se retira del oficio para siempre. Seguro, tiene pinta de ser un tío honesto. Dices esas cosas porque todavía nunca se ha leído, en serio.

  46. Jonan dijo:

    Que Olmos sea un escritor mediocre no quita para que en esta ocasión tenga más razón que un santo: no es lo mismo la labor de un «editor» para un best-sellers que debe funcionar como un reloj (aunque sea made in China, en vez de suizo), que una novela «de autor», que, presumiblemente (no siempre) la ha corregido ya él mismo una y otra vez. por poner unos ejemplos extremos, no es lo mismo Harold Robbins o Falcones o incluso maría Dueñas, que Italo Calvino o Nabokov… bueno,claro, nadie es lo mismo que Nabokov

    • No estoy de acuerdo porque incluso al mejor autor le viene bien escuchar (al menos) otro punto de vista, el de alguien con conocimiento y experiencia. Pero centrémonos en el caso de la literatura «joven» en castellano que Olmos parece querer abanderar. Siendo tan mala la calidad de lo que se ha publicado en estos últimos 10 años -ya son muchos libros y todos horribles-, ¿no sería bueno que aunque los autores corrijan 23 veces lo escrito, alguien les eche una mano a ver si los encarrila en el camino correcto?
      Los autores pueden tener una ortografía impecable, haber leído toda la literatura de calidad publicada hasta el momento y conocer al dedillo la teoría de cómo se escribe una novela (no obstante muchos de estos chicos se ganan unas pesetas como profesores de cursos de narrativa), pero si les falta ese «plus», lo que solo un buen editor conoce, nunca sacarán buenos libros al mercado.

      Digo.
      Un saludo
      La Margaret

      • Jonan dijo:

        En tu respuesta, la palabra clave es la última: mercado. y no lo digo con desprecio, al contrario.seguramente, la mayoría de los libros que yo leo se encuadrarían en lo que Olmos califica de «best sellers» o que podría llamarse «literatura de evasión» frente a la de «calidad (los términos son míos, para entendernos). Pero eso no quita para que una cosa sea lo que ese mercado demanda o puede funcionar dentro de él y que seguramente un buen editor conoce y otra cosa ( u otro caso), la novela de un escritor que la ha corregido 23 veces, como tú dices (y, repito, no creo que sea el caso de las de Olmos): en este caso, una de dos, o es tan mala que ni el mejor editor la puede salvar, o es tan buena que si un editor pretende corregirla o encarrilarla, seguramente el que no tenga ni idea de lo que hace sea ese editor. O el que no tenga ni idea sea «el mercado», que también pasa.

      • Lansky dijo:

        1)La mejor corrección para esas novelas horribles que mencionas arriba, margaret, es no editarlas. Hay mucho que releer para que se inunde el mercado con títulos prescindibles, aunque, claro, de eso se trata, de mercado y no de ‘gestionar’ buena literatura 2) Yo sí estoy de acuerdo con al distinción de Jonas entre editar o hacer editing con best sellers y obras, digamos, autoexigidas. ·)Finalmente ¿por qué despierta tantos odios Olmos?

  47. Anónimo dijo:

    Bien, ¿y quién corrige y edita a los editores? El problema está en que los editores (algunos, no todos, por suerte) no tienen la formación ni la capacidad para redactar un post. ¿En verdad queréis que editen al nuevo Nabokov?

    http://chinatown.megustaescribir.com/2012/10/23/la-buchmesse-tradicion-y-actualidad/

  48. Inspector Bermejo dijo:

    -Sargento,¿qué es «lo que solo un buen editor conoce»? (Debe de tratarse de algo esotérico, inaccesible para el común de los mortales, pero si lo sabe, díganoslo y así nos enteramos todos.)
    -Jonan, ¿desde cuándo «evasión» y «calidad» están reñidas? Para conseguir que el lector se «evada» hay que ser muy bueno escribiendo.

    • Jonan dijo:

      De acuerdo totlmente, he utilizado esos dos términos solamente a efectos prácticos, para no extenderme demasiado. Si lo prefieres, diré: «literatura destinada a un públicvo masivo, en la que prima la historia y los personajes sobre la visión del autor» y «»literatura destinada, en principio, a un público más minoritario, en la que interesa, sobre todo, la particular visión y estilo del escritor»…. seguro que habrá a quién no le guste tampoco esta definición, pero que se le va a hacer…
      Y, a modo de ejmeplo, para que veais que tampoco estoy en contra de la labor editorial, diré que acabo de leer una novela de intriga histórica (o histórica de intriga) titulada «El lector de cadávers» de Antonio Garrido. Que me ha gustado bastante y recomiendo a los amantes del género, por cierto. Pero, una de dos, o el sr. Garrido tiene una capacidad extraordinaria para escribir de una manera lípida y supereficiente (lo que es posible, pero no probable), o ha habido dspués una labor editorial notable para conseguir tal resultado. Lo que yo, como lector, le agradezco a Espasa o Planeta… pero no sé si me gustaría que hicieran lo mismo con Nabokov, por seguir con el ejemplo de siempre. O con Thomas Pynchon. O incluso con Olmos.
      Un saludo.

    • Lansky dijo:

      ‘Evasión’ y ‘calidad’ no están reñidas, pero sí frecuentemente disociadas: no se suelen encontrar juntas muy a menudo, y la razón, creo yo, es debido al propósito tan distinto que guía al que escribe. De hecho, a mí los best sellers al uso no me evaden, más bien me cabrean, pero Le Carre o Simenon sí, pero claro, es que resulta que son muy buenos, vaya, evasión y calidad unidas (como también hay pretensiones pomposas aburridas y sin calidad en la literatura, jajaja, ‘seria’)

      Mis diculpas por contestar por Jonan, que es muy posible que no opine lo mismo que yo

      • Ire dijo:

        ¿Evasión y calidad no es lo mismo? No puedo estar más en desacuerdo. La literatura es evasión. Pero cuidado, que evasión no significa dejar la mente en blanco y pegarte unas risas lo más tontas posibles. En ese sentido un best-seller (más vendido) no tiene por qué ser necesariamente malo. Dostoievski lo fue en su momento.

      • Jonan dijo:

        No es que esté en desacuerdo contigo, Lansky (¿es por Meyer?), sino que en cuanto he puesto lo de «evasión» y «calidad» ya me he arrepentido: lo he hecho más por abreviar que por otra cosa y ya ves…. De todas formas, sí pienso que la literatura de «evasión» o best-sellers o como queramos llamarlo puede tenr calidad: antes he puesto un ejemplo de un libro que acabo de leer y que cumple esos requisitos. pero también esa literatura aparentemente «fácil» puede ser no sólo un truño (con perdón) sino, peor aún, tremendamente aburrida, lo que iría en contra de su propia concepción. Yo, por ejemplo, no he sido nunca capaz no ya de acabar sino casi ni de empezar una novela de ken Follett… como mucho, creo que lleguéhasta la página 200 o menos aún, de «Los pilares de la Tierra». Y la dejé por aburrida. Lo mismo me ha ocurrido con John Grisham.
        Por otro lado, estoy de acuerdo con Ire: si algo te interesa o te parece que tiene calidad, también te divierte y te evade, aunque se trate de la crónica de un depresivo encerrado en su casa mientras mira los azulejos de la pared del cuarto de baño, o algo así… (por no dar nombres y que alguien se sienta ofendido).

      • Ire dijo:

        Ahora nos entendemos, Jonan. Ken Follet, o Dan Brown, a mí me resultan aburridísimos. No logré pasar de la página 20 ni con uno ni con otro. En cambio El perfume me resultó de lo más entretenida. Tampoco habría que buscar tratados filosóficos en todo lo que leemos ni tragarnos las pariditas de turno como si fueran lo más.

  49. Sisi Emperatriz dijo:

    Otro que se suma… http://www.elboomeran.com/blog-post/539/12726/patricio-pron/un-lenguaje-nuevo-y-plausible/ ¿Hay en las primeras líneas de Pron una provocación a Olmos?

    ¿Os leen todos pero no lo reconocen?

  50. Grande Marlaska dijo:

    Alberto Vázquez Figueroa es un escritor muy normalito. Pero dentro de 100 años se recordará mucho más a Alberto Vázquez Figueroa que a Alberto Olmos. Eso seguro.

  51. Estimada Margarita:
    Tentado estoy de solicitar su degradación; tengo la sensación de que se le está sometiendo a un ritmo abusivo.
    Afirmo, sin dudarlo, que es excesivo para mí.

    Saludos

  52. Muy buena informacion gracias

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