SER ESCRITOR Y VIVIR CON CINCO EUROS AL DÍA

Está claro, desde hace unos años, que la principal fuente de ingresos de los escritores españoles no es -ni va a ser- la venta de libros. Digo que “no va a ser” porque la piratería ha llegado para quedarse y las nuevas generaciones de lectores continuarán comportándose en el futuro como hoy lo hacen los que tienen entre 20 y 35 años. La mayoría de los lectores de esa edad sólo cambian sus escasos euros por literatura cuando sale al mercado un Harry Potter o un Juego de Tronos.

Hoy –y sólo gracias a que las marujas seguimos comprando sus libros- viven del 10% los cuatro fabricantes de best-sellers: Dueñas, Sierra, Ruiz-Zafón, Falcones, Grandes, Pérez-Reverte y alguno más. El resto, los que estúpidamente dicen hacer “literatura literaria”, se tiene que buscar la vida arañando unas pesetillas de aquí o de allá. ¿De dónde? Pues hasta 2010 las CCAA y el ministerio de cultura organizaban eventos pagados (conferencias, talleres,…) y soltaban subvenciones. Pero eso se ha acabado, con lo que sólo quedan los artículos periodísticos (que se pagan cada vez peor), la docencia en los llamados “Masters de escritura creativa”, las traducciones, la lectura profesional y otras cosas sueltas y variadas como … montar crucigramas. La situación se ha puesto tan fea que muchos autores se han tenido que contentar con trabajos que no tienen nada que ver con la profesión: dependiente en tienda de ropa, vigilante nocturno, mamporrero de reses bravas… Lo malo que tienen esos empleos es que te apartan del mundillo literario y pierdes nombre.

Y es que la pelea por conseguir los pocos euros que sigue habiendo en tareas relacionadas con la profesión está siendo encarnizada. Tener un nombre, un prestigio, es cada día más necesario para conquistar esos trabajillos. Contra lo que se cree, es más difícil mantener un nombre que conseguirlo. Con la misma rapidez con la que Internet te sube en la cresta de la ola, te hace desaparecer en el olvido. Y si no tienes nombre o se te ha gastado, no se acuerdan de ti. ¿Por qué creen ustedes que hay tantos escritores colaborando gratis o casi con Jot Down o con Diario Kafka? Hay que mantenerse en el candelero como sea. Hace unos meses Javier Calvo, el escritor, publicaba en su blog un texto (este) diciendo que ya nunca más volvería a escribir sin cobrar. Calvo había fichado por Planeta y había ganado, con El Jardín Colgante, el premio Biblioteca Breve. No sabríamos decidir qué se le atragantó más, si los 30.000€ del galardón o las buenas críticas que recibió la novela, pero sí estamos en condiciones de afirmar que se equivocó. Su libro no le ha reportado los resultados que esperaba y como siga así se arriesga a que los pocos que compraron sus libros se olviden de él. ¿Quién es Javier Calvo? pregunta a mis espaldas mi desmemoriada amiga Daphne. Recomendamos a Javier Calvo que se deje ver aunque sea de gratis en algún sitio. Si quiere, le dejamos comentar en este blog.

Pertenecer a una generación literaria se ha demostrado que es una de las mejores herramientas para mantener vivo el nombre. En el siglo XXI una generación literaria no se constituye como antaño. Hoy habemus generación cuando Google da fe de ello. Ser miembro de una generación literaria como Dios manda te permite acceder a esos trocitos de fama que mantienen tu nombre arriba en el cartel y evita que editores, periodistas, críticos y el resto de escritores borren tu nombre de su agenda.  Así puedes seguir recibiendo las migajas del banquete. Migas de pan y migas de fama. Sin las segundas no hay de las primeras.

Nos preocupan los nuevos escritores que hoy, con veintitantos, comienzan su carrera. Nos gustaría que aprendieran de los errores y los aciertos de sus mayores en la profesión. Hay que comer todos los días y las ventas… Por ello vamos a hacer aquí de seguido una comparativa entre dos grupos. Unos lo han hecho bien, y por ello han constituido generación, los otros la han cagado.

Generación Nocilla (según la wiki): Vicente Luis Mora (1970) y Jorge Carrión (1976), Eloy Fernández Porta (1974), Javier Fernández (1970), Milo Krmpotic (1974), Mario Cuenca Sandoval (1975), Lolita Bosch (1978), Javier Calvo (1973), Domenico Chiappe (1970), Gabi Martínez (1971), Álvaro Colomer, Juan Francisco Ferre (1962), Germán Sierra (1960) y Agustín Fernández Mallo (1967).

Los que no: Andrés Barba, Pablo Gutiérrez, Sonia Hernández,  Javier Montes, Elvira Navarro, Andrés Neuman, Alberto Olmos, Pola Oloixarac,  Patricio Pron, Santiago Roncagliolo, Alejandro Zambra.

«El poeta pobre» de Carl Spitzweg (1839)

REGLAS BÁSICAS PARA LA CONSTITUCIÓN DE UNA GENERACIÓN LITERARIA

1ª Regla

Es necesario un escritor o un periodista que escriba un artículo en prensa que sirva de fundación y de pistoletazo de salida del movimiento.

La Generación Nocilla tuvo (aquí), artículo de Nuria Azancot en EL CULTURAL, su pieza fundacional. El otro grupo lo intentó con la revista Granta pero no salió bien (aquí y aquí) y Milo Krmpotic (perteneciente al grupo enemigo) torpedeó el proyecto desde su tribuna (aquí).

2ª Regla

Hay que tener buenas relaciones en alguna universidad americana. A los españoles (aún unos garrulos) nos sigue impresionando eso de que alguien enseñe en una universidad americana.

La Generación Nocilla, gracias a Julio Ortega y luego a Juan Francisco Ferré, ha montado casi una sucursal en la Universidad de Brown. A ella mandan cada poco a sus miembros para que incrementen su prestigio a ojos de los españoles, tontitos que somos. (aquí) Vicentito Luis Mora, el último.

Muchos de los integrantes del segundo grupo ni hablan inglés.

3ª Regla

Ayuda mutua. Dos miembros de la misma generación nunca se critican. Al revés, se ensalzan día sí y día también. ¿Alguien ha leído una mala reseña de un miembro de la Generación Nocilla a otro? Todo lo contrario. Lo último esta misma mañana (aquí). Agustín Fernández Mallo ha agotado todos los elogios hablando del último libro de Fernández Porta en EL CULTURAL. Le ha faltado llamar guapo a su compañero de performances. Se hubiera notado mucho.

Los miembros del otro grupo hacen lo contrario. Pron pone a parir a Olmos (aquí). Olmos se cisca en Pablo Gutierrez.

4ª Regla

La literatura que saque a la luz la nueva generación debe ser lo suficientemente efectista como para parecer una gran innovación, una revolución.

La Generación Nocilla consiguió convencer a la mayoría de entendidos (modernos) del mundo del libro de que lo suyo era nuevo de verdad.

El otro grupo, con su autoficción de andar por casa y las teorías de Olmos (aquello de que la literatura del siglo XXI solo debe hablar de ideas y que trabajar personajes y argumentos es una pérdida de tiempo), no convenció a nadie de nada.

5ª Regla.

Es importante (son 100 puntos más) que los miembros de una generación literaria moderna cultiven, además, la poesía. Este género es fácil de escribir, ocupa poco tiempo (¿verdad, Agustín?) y sigue dando mucho prestigio entre los críticos.

En la generación Nocilla muchos autores se dedican a los ripios. En el otro grupo, que yo sepa, ninguno.

6ª Regla.

Es necesario un líder que gracias a sus múltiples habilidades  (y escándalos) no deje de generar noticias.

El líder de la Generación Nocilla es Agustín Fernández Mallo, y el del otro grupo Alberto Olmos. ¿Está claro?

Caso Práctico: Lo que no se debe hacer. Generación Nuevo Drama, o cómo Juan Soto Ivars y Sergi Bellver intentaron montar su propia generación. Menos mal que ahí estaba el bueno de Carlos Tongoy (aquí) para abortar de raíz el proyecto.

Si en 2007 La Medicina de Tongoy y Patrulla de Salvación hubieran estado en activo, la Generación Nocilla no habría llegado a cobrar naturaleza. Hoy ya es tarde. Para que vean ustedes la importancia de la labor que realizamos. De nada.

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37 respuestas a SER ESCRITOR Y VIVIR CON CINCO EUROS AL DÍA

  1. Visto lo visto, la próxima será la «Generación Carpanta» (aunque los de menos de 40 se estrujarán los sesos para entender qué leches significa el palabro…)

  2. DrJ dijo:

    Jaja, brillante lo de hoy!
    Vamos a ver, si a Javier Calvo, no le dan los 30 mil leuros del Biblioteca, pues no sé a quién se los van a dar. Hombre Fresy Patinete y Lunita, incluso Olmos, le pueden comer los bajos literarios a más gente, aún, o incluso a algún preboste de Seix o Alfaguara. Pero ya se han dado un par de hostiones con Timadori López Lamadrid y claro, como que no.
    Un par de datos: la generación Nocilla, la lanzó Vicentito Luis Mora. Su primer puesto digital ( a dedo, enchufado) fue la Obra Social de la corrupta CAJASUR, la de los curas. Desde allí, con pasta, eran los años del ladrillazo, se hinchó a organizar y pagar Congresos de esto y de lo otro, invitando a periodistas, compadres y aspirantes. En una de esas fotos, aparece ya el ínclito Fernández Mallo, que le comió la tostada. Ahi estuvo bien Alfaguara. Se dieron cuenta de que Mallo no decía nada, pero no paraba de hablar. Le gustaba un micro o una cámara más que un bolo en la universidad de Brown. Y, sobre todo, en plena sociedad del espéctaculo, hipnotizaba: era una presencia extraña, feo, pop, y encantado de conocerse a si mismo. Rasgo preciso de la postmodernidad. La fealdad pop que ensalza un yo consumista para restañar el narcisismo herido.
    En cuanto a que se terminó el pastel de las subvenciones y tal, cierto. Quedan los de siempre. Ya digo, Vicentito Luis Mora enchufado a dedo, en plan la Irenita Zoe: 100.000 euros al mes en MArrakech por twittear y darle al skype con los colegas. No está mal. Un gran ejemplo a seguir.

  3. DrJ dijo:

    100.ooo euros…al año, se entiende, enchufadete en el Instituto Cervantes. Aunque todo se andará. Si algo endógeno vírico no lo impide, éste acaba de Arzobispo de Córdoba o Jaén con toda seguridad. Sin renunciar a la Visa Oro, claro. Eso nunca.

  4. julian bluff dijo:

    «… y por supuesto, y aunque sé que me van a llover las hostias por decir esto, en cuanto se deja de pagar a los colaboradores desciende en picado el nivel de exigencia de lo que se publica» (Javier Calvo).

    Frase, por tanto, del propio Javier Calvo extraida del post de su blog personal al que se hace alusión en el artículo.

    «…desciende en picado el nivel de exigencia…» (extracto del anterior extracto).

    ¿El nivel de exigencia de quién? ¿quién es el que pone ese nivel, y dónde?

    ¿Los críticos literarios de los medios? ¿hasta donde llega la capacidad de discriminación de estos intelectuales? ¿hasta dónde su valentía para decir lo que realmente piensan? ¿cómo han forjado su pretendida autoritas?

    ¿Los grandes editores? ¿los pequeños? ¿hasta donde llega la capacidad de discriminación de estos amantes de la literatura? ¿hasta dónde su fiabilidad como garantes de la verdadera valía de la obra escrita? En el caso de las grandes editoriales ¿se han leído a fondo sus responsables el fondo de catálogo extranjero anterior a los «ochenta’s» de su propia casa?

    La exigencia esta… ¿no será del público lector?. Me temo que no. Lamentablemente el relativismo puesto en boga por la generación de intelectuales (o medio medio) de los ochenta a fin de proveerse de una coartada para poder deslegitimar a otras generaciones de intelectuales anteriores, abrumadoramente más brillantes que la suya, ha terminado sirviendo para dinamitar entre el público lector el menor atisbo de exigencia, cualquier alarde de sibaritismo y hasta los propios gustos personales de cada cual y hoy en día a ese público lector -o se le hace directamente imposible- distinguir entre la calidad de Oriana Fallaci y la de Mariolina Venezia (en su día, premio Llibreter) (vean que no voy de farol esta vez).

    Conclusión: que como no hay «nivel» maribel, Javier, nadie va a poder, Javier, discernir si este desciende, o no, en función de que los que escriban (cobrando) sean Andujar, Amat o incluso el mismo usia o que lo hagamos una sargenta borracha o un puto paria como un servidor (por todo el papo, en este caso). Lo ven… está en mi naturaleza… al final no he podido resistir mostrarme moderadamente irónico. Moderadamente, Javier, sólo moderadamente. 😉

    • ¿Hubo intelectuales en los ochenta?

      • julian bluff dijo:

        En cuanto a la «alta cultura». Creo que pocos. Y en su mayoría «carrozas»: Lain, Marias (Sr.)… No controlo demasiado sobre este asunto, la verdad.

        Pero hubo actitud y una contracultura o cultura alternativa de cierta solvencia. O poseedora de una cierta gracia, al menos, en su vertiente más pop. «La Luna», «El Paseante», «Dezine…» «Vibraciones». Una verdadera «movida» je, je… en el ámbito del pop, con aspiraciones de verdadera difusión popular: Onda 2 Radio 3 La edad de oro y la Estación de Perpignan en la Televisión Pública. Compactos de Anagrama rulando a tope. Ajoblanco. El gran Paco Umbral. Terenci y su erudición. Autores con aspiraciones wildeanas como Villena …

        Algo hubo, hombre ¡algo hubo!.

  5. bisturi dijo:

    Sargento… ¿qué le pareció el jardín colgante? me gustaria conocer alguna pincelada de su opinión

  6. Anahata dijo:

    Se empieza a añorar a Umbral o Cela; personajes a menudo despreciables pero sin duda mil veces más cultivados y con más recursos en cualquier comparecencia pública que todas las páginas escritas por estos catetos wannabe.

    Por desgracia, creo que el problema es más profundo. De base: en España la literatura es un pasatiempo, no un oficio. Y con ello englobo a editores, libreros y al público también.

    Un ejemplo: encontré hace poco una entrevista a Sarkozy (no puedo estar más en contra de él) donde le preguntaban sobre sus gustos literarios. El tío demuestra haber leído más que muchos de los profesores que he tenido. ¿Alguien imagina a un político español leyendo algo que no sea el Marca?

    Pues así todo. Viva instagram y los post-tuits.

  7. EEM dijo:

    Me temo que están mal tus cálculos. Siendo muy optimistas:

    1 año y medio de escritura + medio año de corrección, trabajo con la editorial, presentaciones, firmas y entrevistas y servicios varios de mancebía = 900 €

    900 € / 370 días = 2,43 € brutos al día

    Pero a esto en realidad habría que descontar:

    Viajes de ida y vuelta a cargo del autor para un par de presentaciones (300 €) + Alojamiento a cargo del autor de 2 noches (120 €) + Manutención a cargo del autor (100 €) + Transporte a cargo del autor en autobús o metro para las entrevistas que vayan surgiendo (40 €) = 560 €

    900 € – 560 € = 340 €

    340 € / 370 días = 0’91 céntimos al día

    Al escritor medio de este país no le queda ni 1 € al día para vivir de su trabajo. Si lo comparamos con cualquier otra profesión, la peor pagada, la más clandestina, incluyendo a inmigrantes sin papeles y a los editores con menos sueldo España, el escritor es el que menos gana de lejos. De lejos, lejos, lejos.

    Tendríamos que buscar a niños explotados en algún suburbio de la India para encontrar algo (económicamente) comparable.

    ¿La culpa? De los escritores. Por permitir que los editores se meen en ellos.

    • Rusta dijo:

      ¿Y la culpa no podría ser también de que en España se lee poco? No sé, no soy una entendida en la materia, pero supongo que si hay menos lectores, es de cajón que habrá menos ventas y no se podrá pagar mejor a los escritores.

      • EEM dijo:

        No. Eso también, pero no.

        La culpa es procede de que el escritor se lleve un miserable 10% – 7 % de la venta del libro que ha creado él (sin hablar de la falta de transparencia de las ventas) y cobre exactamente 0 € por sus labores de corrección, de asistencia, por sus días de firmas, por sus horas de viajes, por prestar su imagen, por hablar en prensa, en radio, por semanas y semanas y semanas de trabajo extra. Mientras que el maquetista cobra un sueldo al mes, el corrector cobra un sueldo al mes, el responsable de prensa cobra un sueldo al mes, el editor cobra un sueldo al mes, el traductor cobra un sueldo al mes, el administrativo cobra un sueldo al mes, el responsable de derechos cobra un sueldo al mes, el impresor cobra un sueldo al mes, el distribuidor cobra un sueldo al mes, el comercial cobra un sueldo al mes, el librero cobra un sueldo al mes… Todos viven del autor, mientras el autor tiene que vivir de otra cosa, porque con suerte cobra 900 € cada dos años, menos los gastos que, por supuesto, corren a su cargo.

  8. Esther dijo:

    Sargento, creo que no todos los autores escriben pensando en vivir de sus libros. En mi experiencia como periodista he conocido a bastantes, y la mayoría eran conscientes de la realidad. Y de cómo los tiempos estaban cambiando a peor. Otra cosa, como dices, es que lo intenten. Que tontos no son, digo yo. Hay que diferenciar entre querer ser autor y querer triunfar como autor. Algunos escritores, de esos que se gustan a sí mismos y están encantados de haberse conocido, querían triunfar, ya fuera en literatura, en la tele o apareciendo en ciertos saraos benéficos mensuales. No es lo mismo. Yo a esos no los llamo escritores. Y pienso que tú tampoco. Entonces, ¿por qué siempre hablamos de ellos como si fueran los únicos? Sigo pensando que no todos los autores quieren ser «nocillos» o similares. Sigo creyendo que ciertos autores tienen un compromiso con la escritura. Y que ese compromiso exige que tengan que trabajar haciendo cosas que no tienen nada que ver con la literatura o el periodismo literario. Trabajos que te permitan, como al resto de los mortales, pagar las facturas de la luz y cierto espacio para escribir -o intentar escribir-.

    Igual es que al centrarnos tanto en estas generaciones, en sus batallas internas y demás, olvidamos que hay más autores. Otra cosa no, pero en este país de pandereta, escribir escribimos todos -o lo intentamos-.
    Quizás sería bueno que releyéramos a Hemingway y su «París era una fiesta», que en España se acaba de reeditar. Ahí se comprueba que si de verdad uno quiere escribir, se apaña como sea y con el dinero que sea. Y si quedan dudas me ofrezco a hacer un trabajo de investigación sobre autores que no llegan a fin de mes y siguen sacando tiempo para contar sus historias. Lo que pasa es que esos son menos interesantes y dan menos juego. Que otra cosa no, pero los nocillos, juego dan.
    Saludos!

    • Ire dijo:

      Toda la razón, Esther, pero no solo aquí sino en todas partes. Ningún escritor se plantea vivir de la escritura cuando empieza, o ninguno de verdad, vamos, joven o no. Algunos de los que tienen talento y mucha suerte acaba consiguiéndolo, pero la mayoría siguen haciendo de ‘mamporreros de reses bravas’ – jaja, me ha encantao, Maggie-. No sé quién se ha encargado de hacer correr el bulo que hoy se podía vivir de la escritura tan ricamente. Ni hoy ni nunca. O puede que interese hacer creer que eso es posible. Así no pensamos en otras cosas.

    • Querida Esther Ginés:
      Cuánto me alegro de verte por aquí el mismo día en que en EL CULTURAL la agresiva e implacable Care Santos elogia tu novela. Es una pena porque tu libro no es malo. La próxima pide que te la reseñe otro crítico.
      Un beso
      La sargento Margaret
      http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/32373/El_sol_de_Argel

    • gfpst dijo:

      Qué raro, alguien que se expresa claramente y con razón.

  9. DrJ dijo:

    Juas, juas.. Sargento, eres la caña.. Esther, no tenía el placer. En principio, te veo aptitudes y mucha actitud. La foto de perfil no es manca. Si, nacida en el 82, has tenido ya oportunidad de conocer a multitud de escritores, mal vamos. El llegar a fin de mes, se come cualquier aventura literaria. La novela no escrita es la economía personal de cada quién. Nadie cuenta la verdad. Suele ser bastante terrible, Menos cuando un artista o aspirante dice «trabajo de teleoperador». Ahi, empiezo a creérmelo. Los caminos son pocos y hay demasiados enchufadetes y serviles. Lo de Hemingway, muy bien: París era una fiesta. Y bien que explotaron ese mito todos los del boom latinoamericano. Era obligado el paso por París, aunque fuera para contarlo. La mayor parte de los que conozco, tienen solucionado el tema por vía pareja sentimental: suele ser ingeniera, funcionaria, o persona práctica convencida de estar junto a un ser de excepcionales dotes. La vida no va de cosas reales, sino de creerte esto o lo otro. Si te lo crees, que más da que sea real? Por ejemplo, Elvira Lindo a mi me parece una trepa cultureta mari. Pero la chica publica en El País y va como de jipi. Ella cree que le pagan por eso, por decir lo que piensa. No por ser una trepa. Lo mismo vale para Muñoz Muermo Molina.
    Insisto: sigan los pasos de Vicentito Luis Mora. Búsquense un enchufe en el Cervantes, y a vivir. Luego usted le cuenta a sus lectoespectadores que usted es autor, o pintor, o persona del renacimiento. Y a vivir como una celebrity.

    • Dr.Diable dijo:

      Pero esto es así Dr.J, por lo menos desde que Gracq escribió aquello de que en cuanto faltas del escaparate date por muerto: o lames culos o tragas mierda; o juegas o te joden; o te estás calladito y con el piquito cerrado o te entierran vivo, porque como digas lo que te salga de las bolas, adiós, como le ocurrió a Viñó, quien murió jugando a no jugar. Pero hay que tenerlos muy cuadrados para decir adiós, o ser, en su defecto, un nihilista de puta madre. Y no veo yo muchos lectores de Turgueniev en la sala de prensa española, con todos mis respetos.

  10. Dr.Diable dijo:

    «Si en 2007 La Medicina de Tongoy y Patrulla de Salvación hubieran estado en activo, la Generación Nocilla no habría llegado a cobrar naturaleza.»

    Voy a ejercer de abogado del diablo, nunca mejor dicho.

    En absoluto. Generación Nocilla es Afterpop de Porta y Pangea de Mora. Ni más ni menos. Sin Mora y Porta no hubieran llegado a nada. Toda generación necesita críticos que la respalden teóricamente (Wilson y los modernistas, Damaso y Gerardo Diego y la G27, Ruskin y los prerrafaelistas, los Schlegel y la Escuela romántica, el siglo de Luis XIV y Voltaire, Alcuino de York y el Renacimiento carolingio, la Pléyade alejandrina y Licofrón, hay lista para aburrir). De ahí su éxito. Otra cosa es que perdure, pero no llegaremos a verlo, por desgracia.

    Fernández Porta o Vicente Luis Mora pueden ser muchas cosas, pero de tontos no tienen un pelo, ojo. También hay que destacar la labor de Calvo como traductor (muy buen traductor, por cierto), y sus experimentos a lo Burroughs y Foster Wallace como escritor, lo mejor de la generación, sin duda. Poco podríais haber hecho, me temo, a menos que escribieseis un ensayo teórico poniendo al descubierto ciertas imposturas de las que son responsables (la falacia de la vanguardia, el desconocimiento de la historia literaria y la ausencia de una reflexión ontológica que defina qué es literatura más allá de la mera palabrería sofisticada). Lo cortés, Margarete, no quita lo valiente. Que sus ensayos no convencen ni a cierto sector ortodoxo de la crítica ni tampoco a la Academia, de acuerdo; pero eso no quiere decir que sean imbéciles, ni mucho menos. Por lo pronto, es de lo poquito nuevo de Teoría de la literatura que ha salido en España en los últimos diez años; y fíjate hasta se agradece, que así nos divertimos los chaponcetes como yo generando polémicas absurdas que al 90% de los mortales les suenan a chino mandarín. Ya conoces el lema de todas las mafias elitistas: mantén cerca a tus amigos, pero más aún a tus enemigos.

    En cuanto a cobrar o dejar de cobrar, con citar a Melville llega. No digo más. Creo que con el ejemplo de Melville es más que suficiente.

    Saludos.

  11. Carrie dijo:

    Decir que Olmos es el «líder» de los Granta es una estupidez: a Pron y a Zambra los publican en Estados Unidos, en Alemania y Dios sabe dónde más y a Olmos lo publican…en Segovia.

    Además, ¿cuáles son los soldados de Olmos? Un mexicano mongoloide y un novio que tuvo en su juventud: Guzmán Rubio y Soto Ivars. Hasta Sergi Bellver tiene más predicamento.

    (Qué pena que se «borrase» mi comentario sobre los veinte gramos diarios de cierta persona que está detrás de este blog.)

  12. …ya pero es que Javier Calvo, además, es un excelente traductor. ¿Conocen a David Foster Wallace?

  13. Carrie dijo:

    Agrego: a Barba lo publican en Francia, a Roncagliolo en Inglaterra, a Neuman en Brasil. A Olmos…en Segovia.

    (Tampoco es que los Nocillos anden muy sobraos: a Carrion y a Mora ya no los publican ni en Berenice. Propongo sección «¿Qué fue de…?» para contar su historia.)

    • EEM dijo:

      De hecho, Neuman publica en todo el mundo.

      http://www.schavelzon.com/autor/andres-neuman/

      Y en EEUU en la misma editorial de Susan Sontag, Nadine Gordimer, Tom Wolfe, Jonathan Franzen o Vargas Llosa.

      Creer que Olmos es alguien es perder la perspectiva.

    • jose dijo:

      Eso iba a decir yo, la lista Granta, será todo lo chunga que se quiera, pero abrir, abrió algunas puertas (igual por que las listas granta de autores anglosajones sí que eran interesantes y por eso coló ésta).

      Yo sigo diciendo que para tener prestigio hay que tener lectores. Los escritores minoritarios tienen lectores, y la mayoría de estos chicos, no los tienen. Y además no los tienen, por que son como los profesores chungos de universidad que se creen que cuantos más suspenden su asignatura más prestigio tienen (cuando lo lógico es pensar que la imparten como el culo y por eso la gente no alcanza el nivel). Del mismo modo, da la impresión de que para algunos escritores, el que no los lea ni su padre, es causa de orgullo y satisfacción (o quizás sea una excusa para superar la frustración del escaso interés que genera, que también puede ser)

      Si uno se lee las sinopsis de las novelas de Kevin Powers, Karen Rusell o Tea Obhert (todos menores de 35) se da cuenta de que cuentan algo, tras lo que escriben hay una historia (que luego la contarán mejor o peor). Hay intención de llegar a un lector, quizás por eso aunque en las listas de ventas americanas abunden los Brown o Grisham, tampoco es raro encontrar con alguien que escribe «literatura literaria», y premios como el National Book Award (y mira que las novelas nominadas suelen tener temáticas deprimentes) o el Pulitzer, impulsan las ventas. Aquí es leerse la sinopsis de un escritor joven, y tener la impresión de que te están tomando el pelo

  14. Esther Ginés dijo:

    Hola de nuevo, Sargento:
    he escrito otras veces por aquí, ya lo sabes, y lo volveré a hacer aunque salga una reseña pésima sobre mi novela, no te quepa duda. Uno no elige al crítico que reseña su novela, al menos yo no lo he hecho 🙂
    Un saludo para todos.

  15. María dijo:

    ¿Vicente Luis Mora ganó el Andalucía Joven a los 35 años? Qué joven más largo.

    • jose dijo:

      Esa es una de las ventajas de ser escritor, se es una joven promesa hasta los cuarenta (como poco).
      El resto dejamos de ser jóvenes a los 26, pero los escritores son una clase aparte

  16. Senderodefríoyamor dijo:

    Y digo yo -que soy periodista y voy a publicar mi segunda novela-, la palabra ahora mismo no vale nada. Cero. Zero. Null. Ahora sí que se cumple el dichoso refrán: vale más una imagen que mil palabra. Por supuesto. Una imagen vale desde 200 euros (por el fotógrafo más novel) hasta 20.000 euros por un fotógrafo-estrella. A ver quién te paga eso por mil palabras… Nos dedicamos a un medio en extinción y la sociedad/el negocio de la imagen nos ha ganado la partida. Es la realidad. ¿Qué podemos hacer? Dedicarnos a otra cosa y a la literatura como… ¿hobby? ¿lucha? ¿afición secreta? O como bien dice el post, fundar una GENERACIÓN. Creo que eso será lo más práctico..

  17. DrJ dijo:

    sendero, sigue el camino de Vicentito Luis Mora,,,un buen enchufe en el Cervantes, cien mil euracos al año, y luego publica lo que quieras…

  18. Youknow Youknow dijo:

    En su agitada expedición moralista (que no estética ni literaria a juzgar por sus opiniones), la chistosa irresponsable de esta bitácora debería comenzar por no mentir (por cálculo y mala fe) o desorientar a los lectores (por ignorancia o descuido).
    En el prólogo al número 11 de Granta en Español cualquiera puede leer:
    «Redactamos este prólogo sin que estos novelistas y cuentistas sepan quiénes los acompañan en el número…»
    «…en un empeño muy concreto para encontrar la puerta de entrada al reconocimiento de los centros del poder literario, es decir, para sobrevivir como escritores, se han enarbolado variopintos manifiestos desde hace casi dos decenios que emulan los procedimientos y estrategias del oportunismo ideológico. El tiempo se ha encargado muy pronto de revelar sus insuficiencias y hasta su puerilidad: ¿hace falta repetir que así se aspire a interrumpir o interferir colectivamente la tradición literaria (McOndo desde Chile, Crack desde México, Nocilla desde España), el talento es exclusivamente individual…»
    Por lo tanto afirmar que los escritores que el número de marras recogió constituyen una «generación» (malograda) en el sentido de movimiento, no sólo es falso sino una tergiversación interesada cuando no un rebuzno. No constituyen ni siquiera una promoción. 

  19. Minerva suelta dijo:

    Jo. Seguro que sabéis que el Biblioteca Breve lo gana Rosa Regás y no lo queréis decir. Jo

  20. Tommy dijo:

    ¿No hubo un grupo de escritores que montaron una generación de coña o algo así parodiando las modas de las generaciones? Me suena que Carlos Salem estaba metido en eso.

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