“ALI” BARBA y los 21 ladrones. 1ª parte

He recibido una carta de mi querido Lord Hamilton of East Stafford, (Johnnie para los amigos). Lord Hamilton y yo tuvimos un asuntillo en  el verano de 1977 que, modestia aparte y según él me confesó, le hizo replantearse su orientación sexual. Hoy reparte su tiempo entre la cámara de los lores del parlamento británico y la cátedra de literatura moderna de la Universidad de Oxford. Dentro del sobre he encontrado una fotocopia de la portada del número de Granta dedicado a los mejores narradores jóvenes en Español y una tarjeta de visita de Lord Hamilton con el siguiente texto: “What the hell is this” (“qué demonios es esto”). Herida en mi patriotismo (mi patria es el castellano) y con el deseo de demostrar a mi viejo amigo que está equivocado, he gastado 16 euros (¡16€! señorita Valeria Miles, ¡16€!) y he leído todos los relatos, o fragmentos de novelas, de los “mejores” escritores jóvenes en castellano. Con todo el dolor de mi corazón he tenido, finalmente, que reconocer a ese hijo de la gran Bretaña que tenía razón. ¡Qué vergüenza!

La primera en la frente

La introducción -firmada por Aurelio Major y Valeria Miles, pero redactada por el primero- es de juzgado de guardia. ¿Cómo se atreven a insinuar que estos mocosos iletrados están en el camino para llegar a ser como los grandes  escritores latinoamericanos?:

Esta es una selección de autores, no de obras sueltas, y nos parece que todos están aún por publicar sus mejores libros. Sirva de contraste constatar que Cabrera Infante, Fuentes, Vargas Llosa, Donoso o Juan Goytisolo habían escrito alguna de sus obras fundamentales al cumplir los treinta y cinco años de edad, pero no así Saer o Benet, que las escribieron después.

¿“Sirva de contraste”? Pero, ¿esto qué es? Pues no les queda –en el mejor de los casos- poco por andar a estos chicos para llegar donde los maestros. Y digo en el mejor de los casos, porque, después de lo leído, dudo mucho que alguno llegue a algún sitio.

En esta “antología” se incluyen las obras de 22 “narradores” (menores de 35 años) en castellano. Hay 8 argentinos, 6 españoles, 2 peruanos, 2 chilenos, 1 colombiano, 1 uruguayo, 1 boliviano y 1 mejicano.

«What the hell is this»

¿Barba en Granta?

Me ha llamado mucho la atención encontrar el nombre de Alí Barba, digo, de Andrés Barba entre los jóvenes autores de Granta. Habiendo publicado ya cinco novelas, un ensayo y un libro de relatos en Anagrama, entiendo yo que este chico, a pesar de haber nacido en 1975, debería estar ya en otras cosas y no en una recopilación de escritores que acaban de empezar. Pero, bueno: por algo será ¿no?

De Barba se incluye El diluvio tras nosotros, un trozo de “una novela en curso”. Lo he leído y me he cabreado. ¡Ya está bien, Andrés! Esta vez Barba elige como gancho una actriz porno recauchutada que cuando la dejan de llamar para hacer películas, y obsesionada por la cirugía, se prostituye con la intención de  juntar dinero para la próxima operación. Otra vez el mismo truco y la misma decepción, Andrés.

Yo había leído las dos primeras novelas de Barba en Anagrama (2001 y 2004). Me dejaron buen sabor de boca, entendí que aquel chico prometía, pero luego debí perder el interés porque, de hecho, no leí las siguientes. Una cosa sí hay que decir: Barba, con 10 años más, está aún más guapo.

Intrigada por la fama que en algunos círculos ha adquirido este autor y en cumplimiento de mi deber como salvadora del libro, he leído de un tirón las cinco novelas que Barba ha editado con Anagrama. Ha sido duro pero ha valido la pena. Leídas todas juntas (898 páginas) se ve con toda claridad el truco de Barba.

La receta de “Ali” Barba

Es muy sencillo: 1.- nuestro autor elige un asunto escabroso que provoque, casi de forma automática, el morbo de los lectores. Prostitución en “La hermana de Katia”, Alzheimer en “Ahora tocad música de baile”, sexo y retraso mental en “Versiones de Teresa”,  crueldad infantil en “Las manos pequeñas” y violación de una retrasada mental en “Agosto, octubre”. 2.-  se hacen descripciones explícitas relativas al asunto elegido y 3.- Se aderezan esas descripciones con frases ingeniosas que suenen bien tipo: “Tampoco nosotras sabíamos qué hacer con nuestro amor, esa cosa pesada” (Pág. 35 de “Las Manos pequeñas” Anagrama 2008) o “un miedo sumiso y lastimoso, como la angustia frágil de romper alguna cosa” (Pág. 153 de “Versiones de Teresa” Anagrama 2006). Ya está. En las novelas de Barba no hay nada más. Ingredientes naturales y poca elaboración. Todo muy sano y muy fácil de cocinar.

Ingredientes básicos

Les copio a continuación 5 ejemplos (uno por novela) de las descripciones explícitas de asuntos escabrosos que son el eje de las novelas de Barba:

Pág. 167 de La hermana de Katia (Anagrama, 2001). Asunto: Prostitución.

   Habían entrado las dos en el cuarto de estar; Katia diciendo aquello y ella dándole la espalda. Cuando se volvió le vio en los ojos un brillo extraño, a medio camino entre la locura desquiciada y el dolor.

   “¿Quiere ver usted lo bien que la chupo?”

Parecía que iba a llorar pero no lloró, tenía en las pupilas una especie de película de cristal que daba a sus ojos una gelidez imposible y aunque todavía se pudiera ver, bajo aquello, su bonito color de siempre, el gesto contraído de la cara los hacía más fríos, casi inhumanos.

   “No, no quiero ver lo bien que la chupas”.

   “Oh, pues es una lástima, los hay que viajan desde Italia solo para una mamadita…”

Pág. 130 de Ahora tocad música de baile (Anagrama, 2004). Asunto: Alzheimer.

…la realidad de mis manos resbalando hasta la superficie convexa de tus nalgas, del recuerdo de mis manos abriéndote las piernas, el cuerpo, la realidad de Inés, el recuerdo de mí retirando una mano humedecida de tu olor y llevando los dedos hasta la nariz para olerte,…

…éstos son los pechos de una mujer de setenta y dos años, míralos, qué dirá Dios de tus pechos, Inés, qué hará Dios con tu desnudez si ni siquiera tú la comprendes ya, ni te tapas, el otro día viniste del cuarto de baño con un trozo de mierda en la mano y me lo ofreciste como se ofrece un regalo, con un gesto en el rostro que trataba de imitar una sonrisa, las bragas colgando de un tobillo, arrastradas con el pie por toda la casa, diré tus bragas, Inés, habrá que limpiarlas, habrá que comprarte otras,….

Pág. 194 de Versiones de Teresa (Anagrama, 2006). Asunto: retraso mental y sexo. (Teresa es deficiente mental)

…Decidió bajarle los pantalones a Teresa (….) plantando la rodilla en tierra, como quien desnuda a una niña que quiere orinar al borde de una carretera, más temeroso de los otros que de sí mismo, protegía con su cuerpo una desnudez que no podía ser vista por cualquiera y, disponiéndose así, la temía a la vez, pues eran los otros, no él, quienes de pronto resultaban peligrosos para Teresa, quienes podían hacerle daño, malinterpretarla.

Sus manos también le asustaban, unas manos que ahora estaban frías, húmedas, que desabrocharon el botón y la cremallera del pantalón de Teresa con una torpeza inusual, una torpeza a la que ella no parecía responder, pues seguía absolutamente inmóvil.

Quieres, preguntó.

Pero no era una pregunta.

Desde algún lugar absurdamente alto la luz caía sobre ellos con perfecta inclinación.

Quieres, dijo.

Bajó el pantalón hasta los pies, junto con las bragas.

El cuerpo de Teresa se iluminó, tan blanco era, perdiendo hasta su feminidad.

El sexo, blando, de un marrón pardo y amarillento, brillaba en el centro como una herida.

(…)

Fue él entonces quien se bajó los pantalones ante ella.

Una erección de la que casi no se había apercibido hasta aquel momento surgió como una desesperada, saltando desde su desnudez hasta la otra.

(…)

Se sintió entrar en ella como si ningún movimiento hubiese sido necesario, como si ni siquiera el leve gesto de dolor de Teresa lo hubiera hecho palpable.

Pág. 82 de Las manos pequeñas (Anagrama 2008). Asunto: crueldad infantil. Marina tiene 7 años y acaba de ser ingresada en un orfanato.

“El juego es muy fácil”, repitió. Luego levantó la almohada y allí apareció una barra de labios, colorete, un lápiz de ojos. “Cada noche una de vosotras será una muñeca. Yo la pintaré y será una muñeca. Y nosotras la miraremos y jugaremos con ella. Ella será buena con nosotras y nosotras seremos buenas con ella.”

(….)

“La muñeca estará quieta y no podrá hablar. Será muy blanca y muy dulce y llevara puesto este vestido. Será como nosotras, pero en muñeca; ella sola no podrá vivir.”

(…)

“Hay que quitarle toda la ropa.”

“¿Las bragas también?”

“Sí, las bragas también. Y luego hay que ponerle este vestido, porque este es el vestido de la muñeca.”

(…)

Por eso un día robó un cuchillo del comedor y cuando llegó la noche dijo: “Ahora hay que ver la sangre de la muñeca con el cuchillo sagrado.”

(…)

Posó el cuchillo sobre la pierna. La muñeca tembló y se encogió en un respingo eléctrico. Lloró una única lágrima pesada. Gimió:

“¡Ay!”

Pág. 100 de Agosto, octubre (Anagrama, 2010). Asunto: violación de una retrasada mental, Marita, a manos de una pandilla.

   “Chúpame la polla, Marita, enséñales a todos estos lo bien que lo haces. Como el otro día, ¿te acuerdas?”

(…)

   “Te va a doler más si te pones así”, dice Rivero.

   Le quita las bragas.

(…)

Pablo gime al terminar y es Tejas el que se agacha. Se repite la operación, pero tarda mucho más esta vez. Marita, cada vea que alguien termina, se baja tímidamente la falda sin moverse.

Andrés Barba

Han dicho:

Mercedes Monmany: “Andrés Barba es un hijo de Henry James moderno con una capacidad rotunda y perfeccionada de elaborar extraños e inquietantes mundos interiores. Una complejidad que se vuelca sobre lo inasible e incomprensible de la condición humana puesta al límite de ella misma”.

Cuando le dieron el Premio Torrente Ballester de Narrativa se dijo: “hay una maestría psicológica en el tratamiento valiente y comprometido de un tema tan delicado”.

Casualidades: M. Monmany fue miembro del jurado que le otorgó el Torrente a Barba y del que ha hecho la «selección nacional» Granta.

Novelas buenas para el cine

La literatura –la buena- tiene algunas  ventajas sobre el mejor cine. En lo referente a la construcción de personajes desde el punto de vista psicológico, un buen libro siempre será más completo que la mejor de las películas. Una buena novela siempre se adentrará mejor en la espesura que un film. He leído todas las novelas de Barba y en ellas, repito, solo hay hechos escabrosos y frases felices. No hay una buena historia, no hay personajes y, desde luego, no hay profundización en la psique de personajes tan complicados, a priori, como los que utiliza.

Para un buen lector (no necesariamente morboso) es muy atractivo un libro que te promete el relato de cómo funciona la mente de una actriz porno que varias veces operada de estética se prostituye, o una vuelta por las interioridades mentales de un adolescente que viola a una retrasada. Pero en las novelas de Barba eso no se encuentra, y por eso decepcionan. Lo de Barba no pasa de ser un buen guion para el cine. Vuelvan a leer los extractos de más arriba e imagínense la película. A que la ven con facilidad. Las buenas novelas no se pueden llevar al cine, -siempre falla algo-, las de Barba están listas para ser filmadas.

¿Por qué, entonces,  dice eso Monmany?: ¿“elaborar extraños e inquietantes mundos interiores”? ¿Qué “mundos interiores”, Mercedes?

Nabokov y Dostoievski

Nabokov, con su novela Lolita, también se metió en un asunto escabroso como es la pederastia. Pero en el libro del ruso/americano no se contiene ni una descripción explícita del asunto. A Nabokov no la hacen falta. No las necesita porque su libro está lleno de la psicología de sus personajes. En Lolita puede uno adentrarse en la mente de un hombre que practica sexo con una menor. Barba, por desgracia, como no sabe describir a sus personajes en toda su complejidad mental, se tiene que servir del morbo para hacer atractivas sus novelas.

Las dos primeras novelas de Andrés eran un quiero y no puedo. Por eso tenían algo. Barba lo intentó. Las tres últimas son un sé que no puedo. Y Barba lo sabe porque ha leído a Dostoievski.

Pero, Barba es muy guapo

Pero eso sí: Andrés Barba es muy guapo. Y ahora, ya con 36 años, aún más.

Soy consciente de que después de leer esto unos cuantos viciosos se acercaran a la librería a comprar las novelas de Barba. De nada, señor Herralde. Pero espero que nadie vuelva a decir/escribir que Barba es un gran novelista que sabe desentrañar como nadie la psicología de personajes complicados. Que no lo vuelva a leer. ¿Oído?

Esto – lo siento- se ha alargado demasiado. Mañana les cuento mi opinión sobre el resto de la pandilla basura, perdón, de los grantas en castellano.

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26 respuestas a “ALI” BARBA y los 21 ladrones. 1ª parte

  1. franny dijo:

    Tenéis muchísima menos gracia que los clones de Intereconomía. Que ya es decir.

  2. Daniel dijo:

    Es un comentario áspero el de hoy, Sargento. Tendré que leer a Barba para comprobar la psicología de sus personajes. A mí me paso esto con Pudor, de Roncagliolo: todo el tiempo veía la película. Aunque no he hecho mucho caso a las críticas a Santiago.
    Un abrazo

    • Estimado Daniel:
      No estamos aquí para pasar un buen rato. Estamos en guerra y muchos no se han dado cuenta. Nuestro deber es denunciar las trampas y las imposturas de algunos escritores. Si queremos tener en castellano una literatura decente, como hoy en terminos genenrales se puede considerar a la anglosejona, hay que limpiar el patio de aficionados a trucos y farsas.
      Un saludo militar
      La sargento

  3. Anónimo dijo:

    No sé si fue mucho o poco, pero a todas luces Barba ya ha dado todo lo que tenía que dar. Su caso no es un ejemplo de fidelidad a un proyecto narrativo, sino de comodidad, falta de imaginación, miedo al riesgo y pereza.

  4. Ana Anónima dijo:

    Un tufillo al retrasado de Rafael Reig lo inunda todo.

    Doble A.

  5. Ana Anónima dijo:

    Rn otras palabras: que la sargento es Reig, carajo.

  6. Jose O. dijo:

    hola
    he descubierto hace poco el blog y me gusta mucho lo que pretende, la verdad es que no conozco ningún autor joven de los que comentais porque suelo leer más a los muertos, sobre todo ahora que estoy estudiando filología. Estoy con la primera parte del Quijote para clase y como comprenderás no me voy a poner con Rebeca Ros; espero que lo entiendas, es por mi salud mental.
    Ya sé que el objetivo del blog es airear y no de crítica, pero ¿qué opinas de Ray Loriga?

    un saludo hermosa.

  7. Ire dijo:

    El problema, Maggie, es que de la misma manera que no se puede convencer a nadie de que algo es bueno si al lector no se lo parece tampoco se puede hacer lo contrario. Es decir, que habrá gente que considerará esto ‘lo más’, seguramente porque para ellos lo es, y otros que no podrán dejar de pensar – como me viene pasando a mí desde hace un tiempo demasiado largo ya – ‘pues vaya, y…?’. Es una cuestión de educación lectora, y ahí poco se puede hacer.

    Pero está bien manifestar la propia opinión. Si no, esto al final va a parecer Guantánamo.
    Besos

    • Ire dijo:

      Y solo añadir que lo de la educación lectora no tiene nada que ver ni con la cantidad de libros que hayas leído ni con la edad, sino con la avidez intelectual. Alguien de 50 años puede quedar satisfecho con cualquier cosa y alguien de 15 verlo a la primera. Pero eso sí es innato.

  8. De Barba (y Montes) leí «La ceremonia del porno» y con eso se me quitaron las ganas de catar las novelas. Cómo no decir nada en 200 páginas. Eso sí, unas cuantas comparaciones muy a la remanguillé y algunas bonitas frases de ésas que dan a entender que el tema sobre el que uno escribe lo es todo y a la vez no es nada. Eso sí, Premio Anagrama.

  9. Lujo dijo:

    Hola,
    Soy fan de este lugar de la red…me río, y aprendo que no es poco. 😉

    Me he quedado pensando si la sargento Margaret, (más maja que un sol), es Rafael Reig…..Uy, noooo por favor….. snifff

    Una recomendación para Jose O.: no pierdas el tiempo con Rebeca Ros o Rus y las de su «pelaje»…te puede dar un ataque de mala sombra im-presionante. ;P

    Por favor, Patrulla de Salvación…el día que se mencione en este magno lugar algo sobre las «reionas de la romántica española», (lo vi el otro día en una página de FNAC), os vendrán las hooligans a montones. Estad preparados para todo.

    No sabía quien era el señor del post…….después de lo leído……no es necesario nada más.

    Abrazos.

    • Jose O. dijo:

      No eres el primero que dice lo de Rafael Reig , que mas da quién sea ¿no? a mí me hace más gracia imaginarme una sexagenaria, lo que importa aquí es lo que se dice.

  10. Ire dijo:

    ¿Pero cómo va a ser ése? No creo que sus ganas de notoriedad sean tan grandes como para rebozarse – más- en el barro. Aunque nunca se sabe, eso es cierto.

    • Comeclavos dijo:

      No me fio de los griegos ni cuando hacen regalos.

      SI que importa quien hace las críticas. Puede ser que la sargento M (o quien sea) defienda al libro, la buena praxis y la subjetividad cuando se trata de sus mazazos, pero por lo que parece no lo hace por amor al arte, aunque lo pregone.

      Aun así, yo sigo leyendo. Trato de separar el grano de la tendenciosa paja y disfruto por momentos.

      • Jose O. dijo:

        Claro que importa quién escribe porque las opiniones son subjetivas y uno tienes sus filias y sus fobias, y el mundo literario es un mamoneo. Pero me parece una pérdida de tiempo estar intentando saber de qué va cada uno. La literatura no es un oasis, va en concordancia con lo que vivimos en estos tiempos. Se puede rastrear los premios en que ha sido jurado Luis García Montero, por ejemplo, y verás que es un circuito en el que se los van dando unos a otros. Por eso es mejor leer a los clásicos, que ya no pueden hablar.

  11. Lujo dijo:

    Sorry, pero lo del sr. Reig lo decía por un comentario anterior……Palabrita que no tengo ni idea y ni sé quien ese señor; ¡de menuda me estoy librando! 🙂

    Comparto la opinión de Jose O., en mi opinión, acertada y coherente.

    Saludos

    Pd1: Sargento Margaret no se enfade conmigo ya que formo parte de su nutrido club de fans. 😉
    Pd2: ¿Es pecado capital que me guste Martin Amis?

    • Comeclavos dijo:

      Pecados capitales son la lujuria, la pereza, la ira, la gula, la soberbia, la avaricia y la envidia.

      Lujo de mis amores, algunos insensatos incluirían el fornicar con animales, pero la mayoría encuadramos tan grotesca actividad entre las filias sexuales mas cuchufleteras. Asi que…ancha es castilla!

      El leer a Mr. Amis es complejo, si se trata de una novela si traducir y con escasos conocimientos del inglés. Por lo demás, es tan pernicioso como leer a Conie Willis o a Katherine Neville, pero nunca pecado, que cada cual lea lo que le venga en gana, siempre y cuando lo haga con salud mental. No hay pecado en leer hasta al Sr. Reig, ese que nombrabas, mira bien lo que te digo.

  12. Tomás dijo:

    Mejor se le da levantar faldas y si es de alguna de algún amigo, mejor, excitación y tristeza.

  13. Paula dijo:

    No es pereza..es vacio. Su pluma es dramatica…no por morbosa..que de explicita aburre…sino porque refleja la amargura interior de alguien que necesita permanentemente sentirse admirado …
    Sí es guapo…insultantemente guapo…con una estetica «descuidadmente» estudiada hacen de él, el topicazo de bohemio….de ahi que sea más habitual encontrartelo en revistas sobre moda que en publicaciones serias. Su facilidad de labia se refleja en bellas descripcioens minuciosas…pero su obra no avanza…..esta estancado en la obsision de publicar unas novelas opuestas a las ideas con las que en su día comulgó.

  14. Jo, qué mal hemos leído a Nabokov. Si lo que sobra en Lolita es exuberancia, hombre, y referencias al hecho. ¿Qué se hace con una prosa imaginativa y hermosa? Sí, vale, pero que me diga que en Lolita, ay madre:

    All at once we were madly, clumsily, shamelessly, agonizingly in love with each other; hopelessly, I should add, because that frenzy of mutual possession might have been assuaged only by our actually imbibing and assimilating every particle of each other’s soul and flesh; but there we were, unable even to mate as slum children would have so easily found an opportunity to do so.

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