Después de publicar la semana pasada el “post” Quema un libro en el que denunciábamos una muy bonita forma de celebrar la “Noche de los libros”, ofrecimos a Gonzalo Escarpa, sumo sacerdote del cotarro, la posibilidad de ejercer el derecho de réplica. Siempre lo hacemos, con todos los presuntos implicados.
Esta madrugada (debe leer mucho este “agitador cultural”) hemos recibido respuesta. A continuación, por su interés, la reproducimos íntegra. Tiene interés, digo, porque es un buen ejemplo de cómo piensa esta nueva hornada de intelectuales españoles. ¡Dios nos pille confesadas!
Destaco la frase del final: “para acabar, manifiesto de nuevo mi más profundo pesar por el desagrado que la quema ha provocado en ustedes, ya que, siendo el objetivo de su dignísima misión, según usted misma, «limpiar de suciedad el mundo editorial en castellano» (…), deberíamos, en mi opinión, celebrar el hecho de que en realidad nuestra misión es exactamente la misma, ya que el 90% de ese mundo del que usted habla merece sin duda ser pasto de las peores llamas”.
Nos preguntamos, perplejas, cómo sabe Gonzalo, que nació en 1977, que el 90% de lo editado no es bueno. ¿Le ha dado tiempo a leerlo todo?. En el caso de que así sea, que todo es posible: ¿Cómo tiene la poca modestia de considerar que casi todo es malo? ¿Quién es Gonzalo Escarpa?
¡Por favor Gonzalo!: Dinos lo que se salva de la quema. Que se aparten Harold Bloom y George Steiner, ha llegado Don Gonzalo Escarpa.
La carta de Gonzalo:
querida sargento,
sabrá usted disculpar mi retraso a la hora de responder a su amable misiva, debido más a la tarea autoimpuesta de resolver los entuertos que la quema de libros provocó que al pasmo generado por la lectura del triste post que me envió en su momento.
tristeza es lo único que me produce dicho post, por los siguientes motivos:
– más allá de la recomendación de hacer arder una sección de mis extremidades inferiores, encuentro varias descalificaciones de dudosa catadura, pero ni un solo argumento en contra del evento en sí, al parecer suficientemente escandaloso (no sé aún por qué) como para proferir extraños exabruptos, también escasamente argumentados.
– por otro lado, parece hacerse mención contundente y clara de mi nombre, pero se utiliza en dos ocasiones un plural sospechosísimo, como si detrás de mí se escondieran cientos de esbirros o, más aún, como si yo mismo no fuera individuo, sino más bien legión, con poca precisión gramatical, en todo caso.
– hago una breve pausa para celebrar, eso sí, la aparición de mi llamada «mano siniestra», pues, efectivamente, soy zurdo.
– y sigo, perplejo: dejando de lado el uso del diminutivo a la hora de escribir mi nombre (muy bien traído por la poesía popular, pero escasamente expresivo en este caso), cuál no fue mi sorpresa al comprobar que «no aprendí nada en la Fundación Antonio Gala». maravilla de las maravillas. si usted, o ustedes, me pudieran explicar qué es lo que debería haber aprendido allí exactamente, me harían un favor de proporciones bíblicas, se lo aseguro.
– en cuanto a la transcripción de uno de mis poemas, no puedo sino agradecerles su difusión y, en este caso, dar rienda suelta a mi curiosidad para ahondar en los motivos que les llevan a descalificarlo. se trata de una cuestión métrica? o no sólo puramente formal? les disgustan por algún arcano motivo los encabalgamientos abruptos? será un placer entablar un diálogo fructífero con ustedes.
– ya que aluden a la originalidad y la creatividad, les pregunto: les parece el no va más el uso de la paupérrima lexicalización «un poquito de por favor»?
– como se pone usted, muy amablemente, a mi servicio, le ruego que me detalle los motivos que, más allá de la mímesis sin sentido y la crítica bellaca, le han llevado a descalificar el acto de la quema de libros. en cuanto a mi persona o mi poesía, es usted dueña de preferir el as por las mañanas y los versos de pemán en sus noches más íntimas y marciales. hay muchos como usted, no se preocupe! no está sola!
para acabar, manifiesto de nuevo mi más profundo pesar por el desagrado que la quema ha provocado en ustedes, ya que, siendo el objetivo de su dignísima misión, según usted misma, «limpiar de suciedad el mundo editorial en castellano» (como si el «mundo editorial», y no las ediciones, pudiera ser «en ruso» o «en latín»), deberíamos, en mi opinión, celebrar el hecho de que en realidad nuestra misión es exactamente la misma, ya que el 90% de ese mundo del que usted habla merece sin duda ser pasto de las peores llamas.
sin salir de su asombro, se despide, melancólico y taciturno,
gonzalo escarpa
RAE:
escarpa.
(Del it. scarpa).
1. f. Declive áspero del terreno.
Saludos, sargento.
Importante información la tuya, querida Alejandra.
Seguimos en la lucha.
!NO NOS RENDIREMOS!
!NO PASARÁN!
La sargento Margaret.
Hace años leí una pintada que cambió mi vida. «El bosque es de todos. Quema tu parte» Bueno creo que decía exactamente «capullo, quema tu parte».
Creo que Gonzalo tiene algo de razón. Es mejor y mas silenciosa la idea de quemar libros que mi método de estrellarlos contra la pared del salón a las 4.00 de la mañana. Si te limitas a quemarlo (el fuego relaja) te evitas tener que darle explicaciones a tu vecino(a)sobre ese ruido a huevo chafado contra la pared. Jamás me he atrevido a contar la verdad sobre el origen verdadero del ruido. Confieso que mi primer libro estrellado contra la pared fue «Donde el corazón te lleve» .
Sr. Javier:
Don Paco Umbral, que en paz descanse, contaba que su jardinero estaba indignado porque se encontraba en la piscina masas informes de papel que atascaban la depuradora. Umbral, aquellos libros que le parecían muy malos, la mayoría, según contaba en aquella época, los lanzaba a la piscina de su «dacha» después de las 10 primeras páginas.
Pues mire usted!! Nos parece mal la solución de Escarpa, horrible la de Umbral y muy fea la suya, Javier.
Los libros no se merecen ese trato.
Además hay muchos niños sin escolarizar en Sudamérica que agradecerían que alguien se sentara con ellos, con esos libros que usted lanza contra la pared, y les enseñase a leer. Es solo una idea que le doy para ocupar ese tiempo libre que usted tiene. Ese que ocupa zascandileando por esos blogs de dios.
Un saludo
Querida Margaret:
Si, estoy de acuerdo. Creo que intentaba decirle que «quemar los libros es mejor solución» No digo que sea la mejor, simplemente mejor que la mía y además si quemas las naves no hay retorno. Con mi método de lanzar contra la pared, existe el efecto «boomerang» y el libro puede volver a tus manos.Gustosamente enseñaría a leer a esos niños del hemisferio sur pero desgraciadamente vocalizo fatal y no se decir la letra «R» de modo que mi labor sería contrapoducente.
Gracias por sus consejos.
Siempre suyo.
javier
PD. Que hay de los TENTACULOS???
Pues me sigue pareciendo mal.
Tenga cuidado con el efecto «boomerang» no sea que en lugar de a las manos le vuelva a la cabeza.
Respecto a los «Tentaculos» me tiene usted intrigada. A ver si va a ser un alter-ego que se pasea por el twitter ese (que nosotras no sabemos lo que es, demasiado moderno para estas viejas) soltando esas cosas.
Un saludo don Javier
La sargento Margaret
Adorada Margaret:
Lamento insistir en que fue Vd. la que decidió escribir en este blog. «Tentaculos». Estoy seguro de que por mis palabras habrá deducido mi admiración por Vd.
Es la segunda vez en mi vida que me contestan y eso que me he dejado algunas neuronas en intentar ser creativo(está claro que o mis neuronas necesitan un descanso o simplemnte no existen).
Desgraciadamente, ahora tengo que ocuparme de los asuntos de mi padre celestial.
Gracias es vd. muy gentil y mi necesidad inagotable de cariño ha tenido hoy su pequeña recompensa.
Javier Confucio
Javier, hijo.
Si yo se que a ti en el fondo los libros te gustan mucho. Lo que te pasa es que eres un poco travieso por falta de atención. Tu mismo lo dices: necesitas cariño.
Aquí en este blog tus abuelitas te cuidarán y te atenderan siempre que quieras. Como ves contestamos a todos. Somo abuelas y sabemos lo solos que os podéis sentir.
Lo de los «Tentaculos» es muy posible que lo escribiera yo. No te digo que no. lo que ocurre es que a causa de este alzehimer galopante que me llena ya no lo recuerdo.
Pero tú tranquilo, tumbate aquí, junto a la mesa camilla y cuentame eso de que en el patio del colegio no quieren jugar contigo. Como es posible? Con lo bien que tu juegas al futbol.
Un beso candoroso y protector, hijo
La sargento Margaret
celebro que se publique aquí esta carta mía. algunas de mis dudas quedaron despejadas en comunicaciones posteriores con las responsables de este blog.
con lágrimas en los ojos celebro la candidez y la ortodoxia de las mismas.
mientras queden ancianas orondas y seguras de que la palabra de bloom es la palabra de dios, javier marías seguirá vendiendo suficientes ejemplares, y la fiera literaria, crítica y contracrítica, alicia bajo cero y otros colectivos similares serán tan solo anécdotas. larga vida al mercado, pues.
cuidense, patrulleras.
Los libros también se pueden reciclar ( los de papel). Y si se publicita de manera efectiva, a lo mejor hay gente esperando en los contenedores para adquirirlos (pensamiento ingenuo).