Cuando alguien se hace famoso, en la tele o en el cine, rápidamente le hacen un libro. Como se trata de vender, -además de aumentar la fama del personaje- estos libros se suelen publicar en Octubre o Noviembre. De ese modo, cuando llega la época de hacer los regalos de navidad y la señora no sabe que comprarle a su marido, pues decide que este año, en lugar de la corbata, “le compro este libro de Buenafuente. Que mi Paco se troncha de risa con este chico tan simpático cuando sale en la tele”.
Cuando el personaje es realmente famoso quien edita es Planeta o alguna otra de las grandes. Pero si al elemento en cuestión lo conocen cuatro monos entonces el campo queda libre para las editoriales “independientes”. En este caso ocurren cosas como estas:
Ana Elena Pena es una chica muy, pero que muy, graciosa. Estudió Bellas Artes y, además de cantar y bailar, pinta muy bien. Es muy graciosa, ella. “Eso ya lo has dicho, Margaret”.
Pues esta muchacha, murciana para más datos, se ha hecho un nombre en el ambiente de Chueca y Malasaña, los dos barrios progres de Madrid. Tiene una foto, o varias, con Alaska y su novio, que conste en acta. Se dedica al café-teatro, al nuevo cabaret y esas cosas. Y lo hace muy bien. Además hace videos musicales. Vean: Nunca me han besado. (video de You Tube). En la página de su editorial, que la tiene, dice que es “agitadora de masas, de misas y de misses”. ¿No les decía yo que es muy graciosa?
Pues a esta chica, la “editorial” Melusina, que compite en estos momentos con Alfa Decay por ver cuál de las dos es la más moderna de la pandilla, le ha editado un libro en el que además de sus dibujos se recopilan sus “relatos”. ¡Alucina vecina! Por lo buenos que son me imagino que se trata de una selección, ardua y difícil, de entre más de 500 o 600 cuentos.
– Margaret no seas mala. Lo mismo la chica escribe bien, tiene una carrera.
– Como no sea en la media, Samantha. (perdón por el chiste fácil debe ser eso de que todo se pega).
Ahí va uno de los “relatos”. No se asusten, es corto. Se titula “Su polla”:
Su polla
Tenía una enorme polla. De manera que no se preocupaba absolutamente por nada. Podías verle sentado en un bar, rodeado de gente que reía sin parar, y él permanecía callado, absorto, con una sonrisita gilipollas que, sin embargo, le hacía parecer el rey del mundo. No era una persona brillante, en absoluto, no era chistoso, no era alto ni imponente, y ni siquiera era especialmente guapo. Pero tenía un rabo descomunal y era consciente de ello. ¿Qué otra cosa podría darle más confianza en sí mismo? Observaba con condescendencia a sus amigos, que intentaban atraer la atención de las féminas con disparatadas ocurrencias y profundas o estimulantes conversaciones, presumiendo de dinero, de coche, de casa, de trabajo, de porte, de simpatía o de principios morales. Les compadecía. Les sabía preocupados por vestir esto y lo otro, por curtirse en el gimnasio para lucir un cuerpo esplendoroso y fuerte, obsesionados por resultar inteligentes, ingeniosos, comprensivos, empeñados en conseguir cierto estatus social para llevarse las mujeres a la cama…Y todas estas penosas artimañas le hacían reír maléficamente por dentro. Bien, él no era especial de ningún modo, ni se esforzaba por parecerlo. Pero tenía el andar, el mirar y el sonreír de un triunfador, y esto le confería un encanto irresistible. Tenía una gran y hermosa polla. Y todos lo sabían.
A continuación, algunos de los títulos del resto de los relatos:
“La chica que se metía peces por el coño”
“Te invito una mamada”
“Mamadas de autora”
“Anecdotario menstrual: la madre”
Señores Jose Pons y Ana S. Pareja, directores de Melusina, ¿Qué es esto? ¿Cuál es el valor literario de estos eructos?
Hoy, para estar a tono, les vamos a invitar a un coctel llamado “Mamada”
Ingredientes:
(Para 1 persona)
- 10 cl de Tequila
- 6 cl de Amaretto
- 6 cl de Bayleys
- 4 cubitos de hielo.
Preparación
- Mezclar bien todos los ingredientes y servirlo bastante frio.
(este coctel también se puede tomar como “chupito” reduciendo las cantidades, claro. No se nos atragante, oiga)
Actualización 4 horas y media después:
Ana Elena Pena se hace eco de este «post» en su blog y recurre al feminismo barato para defenderse ella y a la editorial:
Como he dicho anteriormente, romperé una lanza a favor de mi editorial, Melusina., muy brevemente. No creo que «compita» por ser la más «moderna de la pandilla, sino que arriesga, publicando a mujeres cuyas voces son a menudo silenciadas, mal entendidas, o cuyo discurso se sale de lo habitual. Y lo hace porque cree en ellas. Mujeres valientes, inteligentes y luchadoras como ….
Querida Ana Elena: las que hoy tenemos más de 65 años sí que hemos luchado. Lo vuestro es hacer el bobo. Verguenza debería darte utilizar esos argumentos. Un respeto.
La sargento Margaret
no es la primera vez que estoy en desacuerdo con lo que pones en tu blog. Este libro cayó en mis manos casualmente gracias a mi hermana, y si bien al principio me impactó, luego empecé a cogerle cierto cariño. Obviamente, se trata de una selección de «cuentos» o como lo quiera llamar relatados desde la ironía, y no apto para todas las sensibilidades o gustos, pero no estaría mal que controlaras tu acritud tanto en esta como en otras entradas. No es muy profesional y puede denotar otras carencias.
Un saludo afectuoso de una lectora asidua.
Estimada Gilda:
No nos metemos con las ilustraciones de la sra. Pena, ni con sus actuaciones como artista de cabaret. Padría ser que hasta nos parecieran buenas y divertidas. Lo que no es de recibo es que le editen un libro de «relatos» para aprovechar su popularidad entre cierto sector del público.
Que actue todo lo que quiera. Que haga exposiciones de sus cuadros. Pero un libro no, por favor. Este tipo de publicación solo sirve para perjudicar a la literatura. Igual que no se deben encuadernar los sueños de Inka Martín (señora de Jacobo Fıtz-James, duque de Siruela) ni se deben publicar las carroñas de Belen Aranguren, no es correcto editar esto. Es una falta de respeto a algo sagrado como es el LIBRO. Si el señor Jose Pons («editor» de Melusina), que aquí abajo ha tenido el detalle de comentar nuestro «post», tuviera la más mínima consideración por los libros y , al menos, un poco de aprecio por la literatura, no haría estas cosas.
Gracias por seguir este blog. Respetamos mucho, de verdad, tu opinón. Y te agradecemos que la expongas aquí.
Un cordial saludo
La sargento Margaret
Apreciada sargento Margaret:
Tan sólo unas líneas para corregir un error factual en, por lo demás, su estupenda reseña.
Ana S. Pareja es la editora de Alpha Decay. Es cierto que trabajó en Melusina, pero eso fue hace por lo menos un par de años.
Por cierto, gracias por la «Mamada». A lo mejor un día acabo editando el libro de cocktails de la Patrulla de Salvación.
Un saludo,
José Pons Bertran
Estimado José Pons:
Nos alegramos mucho de que te haya gustado el trabajito que te hemos hecho. Fíjate, a nuestros años, quién lo iba a decir. Ha sido un placer. No hay de que. Nosotras te agradecemos que hayas venido aquí a dar la cara. Solo una pregunta: Cómo se hace para editar, con una mano, a Fenollosa a Zambrana y a Emil Halk, y con la otra a Ana M Pena??
Un saludo.
PD: Lo del traspaso de Ana S. Pareja a Alpha Decay nos aclara las cosas que han ocurrido en esa editorial en los últimos meses: Pola O. , Ibrahim y Luna Miguel…
Gracias por la información
La sargento Margaret
«El libro está en peligro. Desde este blog, la sargento Margaret y sus amigas, estarán atentas a lo que ocurre en el mundo editorial en castellano para denunciar todo aquello que pueda hacer daño al libro….»
Por fin, una policia (auto-proclamada) eficaz para la edicion y el mundo literario.
Una pregunta: soy frances, tengo el derecho de escirbir (o probar) en castellano? Si no puedo volver a mi pais y indignarme de la lubricidad de Voltaire.
No sé como decir hasta luego, lo mas apropiado me parece :
«sir yes sir»
Estimado poules:
Claro que puedes probar con el castellano. Eres bienvenido en este blog. No sé si aprenderás mucho sobre el idioma de Cervantes, pero lo que sí podrás es conocer qué libros no debes ni tocar.
Un saludo cordial. Sin contacto físico que los de tu país, últimamente, son peligroso. Imagínate, nosotras, 4 viejecitas indefensas…
La sargento Margaret y sus chicas.
Eso de «sir, yes, sir» nos ha gustado. Nos hemos acordado de Richard Gere en «Oficial y Caballero». Que cosas…
Hola,
es que mi mama siempre me dijo de tener cuidado con las personas que saben para mi lo que no puedo tocar.
Despues utilizo una palabra complicada, totalitarimso, pero no sé si era en la misma conversacion.
Mejor que vuelva a mi pais para no contaminar la pureza de vuestra literatura
Cordialmente
¡dios mío! que alguien pare a ese monstruo! que nadie vuelva a dejarla tocar las teclas! tenemos que impedirlo! señoras indignadas, salgan a la calle!
Amiga o amigo «marimorena»:
No hay que parar a nadie. la libertad de expresión ampara a todos, incluso a los que no merecen que se les publique. Y eso está bien. Lo único que pretendemos es desenmascarar a los farsantes. Que escriban, que se les publique, pero que todos sepan lo que son y lo que hacen. Para eso estamos nosotras realizando esta abnegada e incomprendida labor. Que resplandezca la verdad.
Ya sabíamos que el camino sería dificil. Pero no nos rendiremos. No pasarán!!
Un cordial saludo.
La sargento Margaret
PD: Hay libros, de los de verdad, que podrías leer. Hay muchos.
Me permito intervenir
Creo haber leido algunos libros «de los de verdad», y una idea que sale de muchos es que esta tan preciosa «verdad» siempre resulta subjectiva.
Igual este axioma es otra trempa de varios autores que no merezcan la publicacion. Que pena, van a quedar muy pocos libros.
Un momento pensé que podria ser la autora (amiga de Alaska, imaginate!) que publico este comentario tan lleno de cordura, pero la ausencia de la palabra «Polla» o otra barbaridad se opone a mi teoria.
Cordialmente
¿y usted? ¿ha publicado algún libro? Tengo curiosidad…
Estimada/o marimorena:
No he publicado ningún libro. Ni yo ni ninguna de mis compañeras. Hemos leido muchos y muy buenos y por ello respetamos tanto a los escritores de verdad, a la buena literatura y a las editoriales «literarias» que ni se nos ocurre intentar publicar nada. Nosotras no sabemos escribir. No sabemos escribir un libro, quiero decir. Y por eso no nos metemos. Respetamos mucho los buenos libros como para cometer el intrusismo que otros practican.
Un respeto, por favor.
La sargento Margaret
El mundo no esta listo para vosotras, senoras. Tanto saber, tanta experienca sobre las defecaciones , partidas intimas, y porque son asquerosas. Como esos libros «basura», tendriamos que prohibir esas cosas.
Hay un libro que me gusta mucho (despues de la biblia claro), es el diccionario. Trata de definir palabras como «verdad», «subjectividad».
Espero que este blog se inspira libramente del periodismo «gonzo». En el caso contrario, el uso de «buenos libros», «Que resplandezca la verdad», de una manera tan arbitraria, solo nos confirma vuestra incapacidad a tener opiniones propias.
Cordialmente
Lo siento,
aparece que es la autora del libro…. supongo
¿Un poco caca-culo-pedo-pis, no? Que bueno, está bien, tiene que haber de todo. Las novelas malas (relatos en este caso) engrandecen las mediocres y elevan a la categoría de obras maestras las buenas. Todo el mundo sale ganando.
Me despistó lo de Ana Pareja. Llegué a pensar que estaba en dos editoriales. Lo de cierta gente no se justifica ni así.
Querido Carlos:
Como ves llegas en plena batalla. Coge ese bolígrafo «Bic» y únete a nosotras. La pelea es a brazo partido. Te hemos guardado un poco de gresca.
Tú lo has dicho: más caca,…
Y luego se las dan de perseguidas y marginadas porque no las dejan expresarse. Pobrecitas.
Un abrazo
LA SARGENTO MARGARET
NO PASARÁN!!!
Reseñas como esta son las que hacen que los lectores lean y compren los libros, no aquéllas tan, tan tan sesudas y hartizas…
Vamos a incluir el libro en el presupuesto de junio, que este mes ya no podemos, ¡joer!
Amigo Bernardo:
Me alegro de que te diviertas en nuestro blog. A nosotras el tuyo, la manía de leer, nos gusta mucho.
Ten cuidado con este libro pues salpica
La sargento Margaret
Amigo Poules:
Ana Elena Pena es la que firma como autora. Si además ha tenido que utilizar un negro (no para lo que tú piensas querida, un «negro» en literatura es otra cosa), entonces ya alucino.
Un saludo
La sargento Margaret
Gracias por esta leccion sobre el principio de «negro» en la literatura. Alexandre Dumas olvido de decirmelo.
Mi falta de cultura me da cada dia mas miedo.
Lo del «negro» se lo explicaba a Ana Elena, por lo de las pollas y las mamadas, ya sabes.
Un saludo
es verdad, ocupada que esta a practicar felaciones… seguro que no sabe nada de literatura.
Al contrario, tu, quien sabe todo de la literatura, igual no sabes mucho de otras cosas…
No ha publicado ningún libro. Pues no me cuente más.
Un saludo
Que cosas. la verdad es que tienes razón, «marimorena». Me siento como una idiota. Con lo facil que es publicar un libro, debo ser muy tonta pues no he publicado ninguno. Me voy a poner a escribir la primera chorrada que se me ocurra. Algo muy así… por ejemplo: sobre mi vida de sufridora ama de casa, o sobre lo dura que es la existencia de la espectadora de culebrones mexicanos…Y se lo voy a mandar a José Pons Beltrán de Melusina que tiene una colección llamada UHF donde me lo publican seguro. De ese modo mis amigos ya no pensaran que soy tonta.
Gracias por sacarme del pozo de la ignorancia.
La sargento Margaret
(No veo todos los comentarios pero los recibo por email)
marimorena dice: «No ha publicado ningún libro. Pues no me cuente más.
Un saludo»
jooooder con el comentario!! Es decir, que la literatura, señoras, a ver si nos vamos enterando, no es cosa de lectores sino de escritores. Los lectores son esos gilipollas (perdón) que se gastan el dinero para hacer felices a esos grandes genios que son los escritores. (Definición de escritor: el que escribe no, el que publica, coño, que se lo tengo que decir todo).
Este momento ha sido impagable, de verdad.
Mary Margaret: tunea una foto, saca una teta y publica tu poemario en Gaviero y así luego ya puedes desautorizar a todo cristo que diga lo que a ti no te gusta.
Amigo Carlos:
Te voy a hacer caso. La verdad es que ya lo tengo todo casi hecho. Me voy a escanear la teta derecha que luce más. Y el poemario lo relleno en un par de horas y queda chulísimo.
Te ruego que te pases por la página de Melusina y pinches en la colección llamada UHF «Ultra high frecuency» textual. pincha en los libros de chicas como Itziar Ziga. Te vas a partir. Yo, masoquista que soy, me he metido hasta en su blog . Aparece una foto en la que, con el palo de un chupachups, se mide la profundidad del coño. Es cierto. Pues eso deben ser las nuevas escritoras del siglo XXI.
La sargento Margaret
um…Esto se anima, no veo otra más que participar, pero no me gusta la gresca. Como bien señalas, Sargento, soy una chica muy graciosa y ahora prefiero practicar con el xilófono a discutir sobre el libro. Supongo que no has leído otros textos que se incluyen al final donde no hay tanta cacaculopedopis, pero entiendo que este es tu personaje cascarrabias en la blogosfera y no hay más que hablar (al fin y al cabo, eres Sargento y yo no llego ni…ni a bedel del cuartelillo). Es una pena que lo que hacemos ahora te parezcan bobadas y que lo que hicieras tú cuando eras joven sí te pareciera feminismo. En cualquier caso, el salto generacional está ahí y entiendo las discrepancias.
Seguramente, en un universo paralelo, la Sargento Margaret y Ana Elena Pena comparten té con pastas y discuten sus desavenencias, pero en este luchan a muerte por defender la LITERATURA con mayúsculas. Bueno, la Sargento lucha por ello. Yo no. Yo sólo pinto, canto, dibujo y escribo con más o menos acierto. Pero «hago» .
Y he tenido la suerte de publicar, bien por graciosa, por simpática, por famosilla, o porque sencillamente al editor le ha parecido bien. No veo que sea un crimen y en esta vida tiene que haber de todo y me parece genial que todo el mundo exprese sus vivencias y puntos de vista porque siempre son enriquecedoras aunque no las compartamos personalmente.
No quiero enrollarme, pues como decía…tengo que hacer mis cosillas.
Un abrazo, Sargento Margaret, ni siquiera Clint Eastwood sería capaz de imponer tanto respeto como usted! Pardiez!
Querida Ana Elena:
Escribir está muy bien. Yo llevo un diario desde hace 45 años, pero no se me ocurre publicarlo. Y no lo hago porque soy consciente, despues de haber leido a muchos y buenos escritores, que nadie, depués de leer lo que yo he escrito, va a ser mejor persona, o se va a divertir un rato o va a cambiar. Tengo muy claro que lo que yo escribo en mis cuadernos no tiene interés literario. Por eso no publico.
Tú cantas, bailas, pintas. Perfecto, continua. Pero te ruego que seas respetuosa con algo tan serio como la literatura. No te metas en esto, deja que los escritores de verdad publiquen.
Sigue con tus cuadernos y, en las fiestas, se los lees a tus amigos. Escribir es bueno. A mi me relaja mucho y me hace liberar la ansiedad. Te recomiendo que escribas más. Pero deja de publicar. Anda.
Un beso
La sargento Margaret
Estimada sargento:
Me ha costado un poco decidirme a escribir esta pequeña carta, pues es la primera vez que me dirijo a una sargento y eso impone, no se vaya a creer. Me encanta leer sus escritos, tan humorísticos y tan justos.
Siga poniendo en evidencia a los farsantes, tenemos tantos, todos ellos creyéndose intocables intérpretes de nuestro tiempo… ¿Cómo han podido prosperar de esta manera tantísimos majaderos? Parece raro pero el mundilllo cultural es dado a estas corruptelas: la idiotez erigida sobre trabajados altares y mucho bobo postrado alrededor. Es mucho más fácil hacerse el interesante que ser interesante.
Le agradezco su labor. No flaquee, por favor, pues queda mucho por hacer.
Amigo Cantábrico:
Agradecemos tus palabras de apoyo. Como ves hay mucho que limpiar.
Un saludo
La sargento Margaret
Seguiremos publicando, siento darte malas noticias. En breve, de hecho, sacamos una plaquette de poesia junto a otras escritoras valencianas. Y lo que te rondaré morena. Pero no sufras… simplemente, agàrrate a un tomo de Vargas Llosa y olvida que existimos. Tuya siempre….. Anita
Querida Ana Elena:
Cuantas páginas escribiste ayer? Cuantas horas estuviste el viernes, sola delante del ordenador, intentando componer un relato?
La sargento Margaret
Sargenta
ke ingenua pensar ke el koño de itziar ziga se puede medir kon 1 palito de xupaxups. lo ke usaron era pajas – las ke se usan para beber- muy parecido a lo ke hacian las feministas en los 70′ kon especulos, o es ke a tus 65 añitos y despues de tanta lucha lo has olvidado? esta pequeña rabieta kontra escritoras de melusina pareces 1 pokito sexofoba kari…. y ke tiene todo esto ke ver kon komo escriben?
Mi amiga Itzi piensa que eres un tío… Me decepciona la idea de que seas un escritor frustrado de treintaytantos en vez de una señora cascarrabias. ¿por qué has elegido precisamente el texto de la polla? Ahora ya esto me empieza a dar un poco de risa y hasta pienso en borrar la entrada del blog… ha perdido toda magia.
Pero a la vez, me genera cierta confusión…pues siempre he sentido una morbosa atracción por los losers. Sargento, estoy excitada.
A mí me gusta mucho el libro de Ana Elena. Evidentemente no es un libro de Gorki, ni lo pretende. Tiene muchas cosas bonitas a su manera y me encanta.
Si lo sacan en el blog es porque debe tener cierta entidad a sus ojos. Buena señal
Abrazos
Sexofobia no, Cris se llama feminismo rancio, ese que en cuanto una vedette o una puta se meten a escribir pone el grito en el cielo porque, como ya sabemos todxs, las pobres víctimas serviles de la masculinidad son solo eso, víctimas, y como tales no pueden discernir, han perdido el seso, pobrecitas…
A mí me hace mucha gracia que las feministoides nos critiquen, lo hacen dejando que veamos su miedo a lxs monstruxs, sin darse cuenta. Lo hacen desde la certeza de que palmarán y nosotras nos quedaremos, a encharcar su mundo, a pervertir sus ideas desfasadas, a follar sobre sus tumbas.
La metáfora de este blog (patrulla, sargento) es descarada, eso es lo único que me gusta, que al menos deja bien claro de qué va el rollo. Otra cruzada para que dejemos de preocuparnos de nuestro sexo y nos pongamos a escribir «literatura de verdad». Van listas.
Me encanta el libro de Ana Elena. Aunque he leído que debería dedicarse a cosas menos serias que la LITERATURA, y que debería continuar con sus pinturitas. Igual es en otro blog dónde se le pide que no se acerque al mundo del ARTE o la INTERPRETACIÓN o la MÚSICA. Me gustaría leerlo. Igual se plantea en algún foro que por favor, como debe hacer toda mi generación de immediato, deje de reivindicar desde su cotidianidad o evidenciando desde la ironía de sus famosillos shows las relaciones igualitarias y empiece a quemar sujetadores (pero rapidito, porque luego hay tener la ropa y la comida lista para los hijos varones). Tengo 30 años, y Sra Sargento, o como se haga llamar ud., he leído un montón de guarradas. Y creo que por fin las guarradas salen de la boca de una mujer, y eso me encanta. Y además no se adaptan a la definición que Ud. o muchos otros, principalmente varones, nos dicen que tiene que tener. Y eso me la pone más dura todavía.
Un debate apasionante, sin duda. No se os puede dejar solas, chicas, que la liáis parda a la primera de cambio.
Mira, Mary Margaret, hace muchos años, como mas de veinte pero menos de treinta, un profesor de religión que yo tenía, cura de profesión, tuvo la genial idea, haciendo gala de un falso progresismo, de impartir, en su asignatura, clases de educación sexual. Yo era ya por entonces de erección fácil, como mis compañeros (cosas de la hormona) y el día que comenzó la instrucción (un acontecimiento que fue convenientemente publicitado y que registró lleno absoluto (ni gripes, ni peritonitis, ni pepinos en vinagre)) todos ocultábamos nuestro nerviosismo con un montón de risas flojas, no tanto por aprender lo que ya sabíamos como por ver a un sacerdote bastante gilipollas (esto es una apreciación objetiva) y con pinta de pederasta (otras) mostrarnos las bellas artes del amor. Ese día esperaba yo ver, como poco, dos vaginas y una penetración. Pues bien, nada mas lejos de la realidad. Cuando el silencio fue absoluto empezó la clase y ni vaginas, ni penetraciones, ni claro, condones pinchados. Lo que nos contó el buen padre durante esa clase y sucesivas (pocas; aquello fue un estrepitoso fracaso por la carcajada ininterrumpida que fue cada sesión) eran cosas como que los niños, a los pocos meses de nacer, gustaban de jugar con sus caquitas. Aprovecho para recordar que la clase era de educación sexual.
A estas alturas ya sabrás por donde voy.
Tienes que dejar, Mary Margaret, a los niños jugar con sus caquitas. Ya llegará el día (o no) que tengan relaciones de verdad. La LITERATURA, con mayúsculas, no es algo a lo que se llegue a través de la ciencia infusa. Yo ya sé que a ti, como a mi, lo que nos molesta es que se publiquen todas estas cosas que son mas bien dignas de un blog de corte punk y que le hacen flaco favor al prestigio literario. No temas. De estos libros nunca se habla demasiado bien ni demasiado tiempo y sirven para poco más que para llenar un curriculum. Y luego no te olvides de que hay editores a los que les gusta el arte que es un recién nacido toqueteando sus excrementos.
De todos modos las cosas caen por su propio peso. Uno puede leer el texto de la enorme polla y luego, por comparar, puede leer un poquito del comienzo de «Rimbaud el hijo» de Pierre Michon:
«Dicen que Vitalie Rimbaud, de soltera Cuif, mujer del campo y hembra perversa, sufridora y perversa, fue la autora de los días de Arthur Rimbaud. No sabemos si renegó primero y padeció después, o si renegó del padecimiento que la aguardaba y en ese reniego persistió; o si el anatema y el padecimiento, asociados en su mente como los dedos de la mano, se superponían, se alternaban, se hostigaban, de suerte que, entre sus dedos negros que se irritaban con el contacto mutuo, Vitalie trituraba su vida, y a su hijo, a sus vivos y a sus muertos.»
La diferencia entre un texto y otro es la diferencia entre jugar con la caquita o echar un buen polvo. No entender esto es no entender nada.
Querido Carlos:
No he podido responder los comentarios de este fin de semana porque me han vuelto a dejar a los nietos y he pasado sabado y domingo cambiando pañales y dando potitos. Una pringada, ya lo sé.
Estas chicas tan agradables me han llamado: «sexofoba», «feministoide» y «rancia». Han llegado a decir que soy un tio disfrazado de mujer y que escondo un «escritor frustrado». Una chica que firma como Diana y que tiene un blog llamado «pornoterrorismo» (al que te prohibo que entres -tu eres muy joven- pues habla de cosas como el «fisting vaginal», que no soy ni capaz de imaginar) me ha dicho un montón de cosas que no he entendido porque en lugar de «que» escribe «ke».
Pues pensaba yo responder a estas amables y educadas visitantes, pero, al abrir el ordenador, me he encontrado con tu comentario y me veo incapaz de responder de mejor forma. Perfecta tu respuesta. Gracias.
Firmo debajo de lo que dice Carlos, el de «La medicina de Tongoy»
La sargento Margaret
Disculpa Margaret, podrías decir en qué momento he usado «ke» en lugar de «qué»? Esta «punk» es filóloga hispánica y aunque la LITERATURA (esa que llamas seria) no se merece ninguno de mis respetos sí lo hace la ortografía.
Disculpa, pero es tan estúpido compararme con Rimbaud como compararte a tí con Brad Pitt. O con Rimbaud mismamente. Ibas a salir perdiendo igualmente. Por esa misma regla de tres, que los feos no sean portada de revistas (da cosa mirarlos), que los que no canten como María Callas no editen discos (¡qué vergüenza!) , que los que no pinten como Velázquez dejen de pintar,
(y que los que NO sean rubios, altos y arios vayan a una cámara de gas, ya puestos).
Bueno, suerte con vuestro propósito de conseguir ese mundo editorial ideal que siempre habéis soñado, denostando a quienes, desde vuestras sillas de jueces implacables, no merecen formar parte él.
Seguramente me queda mucho por aprender, de grandes literatos y señores mayores como ustedes, pero no me faltan ganas. Así que, gracias por ese empujoncito a modo de pulla. Quizá lo necesitaba.
Estamos haciendo cola para entrar en una discoteca. La sargento, a mi espalda, comenta los muy horteras zapatos del tipo que se encuentra a punto de entrar. Se pregunta dónde se los habrá comprado, da por sentado que el sujeto carece de novia y comenta el disgusto que sentiría su señora madre de verlo calzado así (el mal gusto suele también saltarse una generación). Eso tiene gracia.
Estamos haciendo cola para entrar en una discoteca. Junto a la puerta, la sargento le dice al tipo de los zapatos horteras que nanay, que él no entra en la sala. ¿Por qué? Por su calzado y porque le da la gana a ella, que no trabaja ahí pero a fin de cuentas tiene el sentido de la estética muy desarrollado. Eso no tiene gracia: a nadie le gustan los porteros de discoteca.
Estimado Milo J. Krmpotic (mjk):
Según tu argumento deberíamos todos aplaudir la publicación del próximo libro de poemas de rima libre de Belén Esteban, o la aun remota en el tiempo (el pobre autor va a frase por día) edición de la próxima novela naturalista de Paquirrín.
En un tiempo en que los medios de comunicación (críticos y periodistas culturales) han dejado de señalar lo que es bueno y lo que es malo en lo referente a libros, en que las librerías y el papel prescriptor del buen librero están en vías de extinción y en que las editoriales unas para sobrevivir, otras para forrarse, han olvidado los más mínimos criterios de selección, en un momento como este, digo, alguien debe decir algo. Para eso estamos nosotras, la Patrulla de Salvación, aquí ejerciendo este desagradable e incomprendido trabajo. Pero no estamos desanimadas. La batalla nos insufla nuevos ánimos, el olor de la sangre da nuevos bríos a nuestras monturas.
Ya tenemos nietos y cuando, en unos años, quieran elegir el tipo de libros que les apetece leer se van a encontrar, si las cosas siguen por estos derroteros, con que no hay manera de diferenciar la buena literatura de la basura. Hoy es fácil diseñar una bonita portada ( la del libro de Ana Elena Pena es “chuli”) y no es complicado ni costoso montar una campaña de promoción que disfrace un libro de lo que no es. En este escenario, es necesario que alguien haga el papel del “whistleblower” (Tranquila Ana Elena que ya estás pensando en lo de siempre. No es eso), alguien que llame la atención sobre conductas si no ilegales si deshonestas. Juego limpio, por favor.
Por ese motivo es tan perjudicial lo que hacéis, tú en compañía de otros, en la revista “literaria” “Que leer”. Yo esperaba que en esta nueva etapa las cosas cambiasen. Solo habéis continuado la línea anterior de la revista. Sois, con la dirección de Antonio Iturbe y contigo como redactor jefe, los voceros de los superventas de las grandes editoriales. En la época anterior de la revista todas las reseñas tenían 5 tinteros llenos de tinta negra. Hoy solo tienen 4 tinteros. Sois unos críticos durísimos, los autores os deben tener pánico.
Utilizando el lenguaje de las chicas que últimamente vienen a verme por las tardes: Hay que echarle más cojones a eso de la crítica literaria, hombre.
Por lo demás te agradezco mucho tu visita.
PD: Tus libros son muy buenos, todo hay que decirlo.
La sargento Margaret
No, no creo que mi simbólico argumento fuera por ahí: entre tolerar (que es lo que sugiero) y aplaudir media un abismo. La prescripción y el desenmascaramiento son necesarios, y por eso leo con interés este blog. Pero no puedo estar de acuerdo con la forma de censura que supone señalar qué debe ser publicado y qué no. Ana Elena Pena tendrá sus lectores y bien está que los tenga. Usted, sargento, a su nieto, como a nosotros, puede recomendarnos que no perdamos el tiempo con ella. Se lo agradecemos y en nuestra mano queda decidir si le hacemos caso. Y, caso de no hacérselo, si al final le damos la razón o no.
Respecto a Qué Leer, la cuestión supera con creces lo que aquí pueda exponer. Quizá si nos centramos en las dos acusaciones principales… Respecto a lo de «voceros de los superventas», hay un aspecto práctico y otro teórico. Comencemos por el segundo: desde el momento de su concepción, QL ha pretendido llenar un hueco en el panorama de publicaciones culturales de este país. No creemos en el elitismo exclusivista que tantas veces ha acompañado al hecho literario; sí, que la lectura de entretenimiento merece el mismo respeto que su variante más elevada y que cualquier lector debe poder reconocerse en nuestras páginas. En ese sentido acompañamos al mercado, a la actualidad editorial, desde una apertura de miras que busca abarcar en vez de discriminar. Por ello, en QL puede encontrar a Dan Brown, pero también a Rosa Montero, pero también a Javier Marías, pero también a Don DeLillo, pero también a Max Frisch, etc. Y, volviendo al aspecto práctico, la desafío a que edite una revista que sobreviva mes a mes publicando monográficos sobre el ‘Ulises’ de Joyce y ‘Tiempo de silencio’. Sea como fuere, me cuesta considerar esta política como «perjudicial». Sencillamente porque cierto tipo de literatura jamás será mayoritaria, por muchas portadas y páginas que todas las revistas de este país le dediquen.
Respecto a las críticas, confunde usted las etapas. Precisamente porque entendí que había un exceso de tetratinterismo, que no se publican tantas obras maestras cada mes, promoví el cambio que rige hoy día en la valoración de nuestras reseñas: en efecto, la catalogación más alta (5) se concede bastante menos que los 4 de antaño. Y es posible que los autores no nos teman pero… ¿de verdad hace falta que entre en juego el miedo? ¿No es el crítico leñador tan nocivo como el que se entusiasma con todo? En lo particular, porque en el fondo cada reseña es un mundo, confío plenamente en el criterio de colaboradores como Antonio Lozano, Alberto Olmos, Cecilia Blanco, Ricard Ruiz, Carles Barba, Elvira Navarro, Recaredo Veredas, Gabi Martínez, etc. Y, en lo general, asumo parte de la culpa en cuanto a lo positivo de la media mensual: cada título puede ser noticia por diferentes motivos y, por cuestiones de espacio, prefiero ahorrarme la obviedad de que el best seller de turno no se halla a la altura del Quijote. No es cosa de cojones, de verdad.
Finalmente, gracias por el juicio acerca de mis libros. Se hace lo que se puede.
Milo J. Krmpotic, querido mio:
Hay un trozo de tu comentario/respuesta que a mí, abuela y madre, me ha llegado al alma. Me he dado cuenta que somos unas desaprensivas. Dices: “la desafío a que edite una revista que sobreviva mes a mes publicando monográficos sobre el ‘Ulises’ de Joyce y ‘Tiempo de silencio’.” Destaco lo de “sobrevivir mes a mes”. Tienes razón, retiro lo dicho anteriormente. No sé si tú y Antonio Iturbe, tenéis bocas que alimentar. Pero estoy segura que el portero de la revista, la secretaria de dirección o el maquetador tienen un bebe, o dos y solo pensar que la revista tenga que cerrar y dejar a esos niños sin alimento, “me se” abren las carnes. ¿Quién sería el desalmado que hiciera una mala reseña al último libro de Ken Follet? Pues no tienen mala leche las de Mondadori. Para que se encabronen y nos retiren la publicidad. Quita, quita. No quiero que recaiga sobre mi conciencia el hambre de esos bebes. Ni hablar. Olvídate de lo que te he dicho sobre las reseñas. Seguid así que hay muchas familias que dependen del buen hacer de vuestros críticos. Además el castellano da mucho de sí, ya lo sabes tú. Siempre se puede escribir para que parezca una reseña profesional y que las de Planeta ( menuda es Pilar Lucas, ¿verdad, Milo?) o las de Mondadori no se enfaden.
Perdona la confianza de llamarte “querido mio” pero me has enternecido con tu respuesta. Fíjate que hemos hecho una colecta, y bajo ahora mismo a comprar todos los ejemplares de “Que leer” que hay en el quiosco de la esquina. ¿Prefieres eso, o que te mande 3 cartones de leche? He tenido pesadillas, esta noche, con los llantos del bebe de vuestra secretaria de dirección.
Cuidaros mucho, hijo.
La sargento Margaret
Querida sargento,
No sé si ese trozo le ha llegado al alma o es que se trata del único madero al que ha podido aferrarse. Tanto da: nada hay más poderoso que el prejuicio. Obviamente, señora (madre y abuela) mía, Qué leer es un negocio. Obviamente da de comer a varias personas (aunque tarde y a menos de las que yo desearía, también es cierto). Pero ello no implica que nos pasemos el día bajándonos los pantalones. Mi desafío ponía el acento en ese aspecto, pero sumado a la frase siguiente pretendía señalar que la alta literatura es minoritaria y que minoritaria seguirá siendo si las publicaciones culturales nos instalamos en la exquisitez. Así que soy yo el que se emociona cuando un lector que nos compra por Ken Follett (dignísimo autor de best sellers) se entera de la existencia de Max Frisch (grande de las letras suizas y, a la que nos descuidemos, universales) leyendo nuestra Galería de clásicos. Monte usted una revista y conviértala en un gueto, tiene nuestra bendición. Pero, si la monta y decide bajar un poquito el listón, verá que en realidad uno «sobrevive» sin todo el mamoneo que nos adjudica: simplemente no tenemos tiempo de sentarnos al lado del crítico para tutelarle en la redacción de una reseña que parezca «profesional». Tenemos a una serie de profesionales por los que pongo la mano en el fuego y sus juicios van a misa (es más, desde redacción, las únicas recomendaciones que solemos dar es que se quite algún tintero de los inicialmente propuestos si la crítica no nos parece tan positiva). Por lo demás, el trato con Mondadori siempre ha sido excelente y yo no he tenido relación personal con Pilar Lucas. ¿Quiere seguir proyectando? Confieso que me divierten los diabólicos tejemanejes que desde el exterior nos adjudican: la verdad tiende a lo prosaico.
Un saludo,
Querido Sargento: ayer no pude escribir. Estuve todo el dia follando. Supongo que recuerdas todavia como se hace eso (gratis,digo).
Ya no me divierte entrar aqui, agradezco mensajes de Gilberto y tal (me quieren mucho, soy muy simpatica), pero este es un blog de pataleta infantil de seniores con bigote y no tiene importancia. Se que eres un tio y lo que te une o desune a Melusina. Tu obsesion no es la literatura, estas obsesionado con quien publica y quien no, y tambien te quejas de Luna Miguel, etc. Um…pica, pica… (y disculpa, este teclado no tiene acentos)
Os deseo lo mejor, chicos. Yo estoy mas ocupada en hacer cosas que en criticar lo que otros hacen o dejan de hacer. Vigila tu karma y veras como un dia todo sera en tu vida tan bonito como un anuncio de compresas. lalalalalala…
Un abrazo
Querida Ana Elena:
Si pasaste el día haciendo eso, te disculpamos. Eso es muy sano. Además con los instrumentos que gastan tus amigos debió ser muy divertido. Pero hoy, ponte ya mismo a escribir que ya sabes que le has prometido a tu editor aquella novela de al menos 300 páginas para después del verano.
Hija mia, que gloria. Nosotras, ya ves, a nuestros años, de aquello ( de lo del fornicio) ni nos acordamos. Lo de gratis es porque paguemos o porque nos paguen?? No me imagino a nadie pagando por nuestros cuerpos. Bueno, quizás alguno de esos que entran en vuestros blogs, un poco raritos ellos.
El señor Milo j. Koprovic ha metido un comentario defendiendo tu libro hace unos minutos. Voy a responderle con unos argumentos que espero ilustren tu cacao mental.
Un abrazo de este no hombre.
La sargento Margaret
Oh, no… No puedo defender (o atacar) lo que desconozco. Simplemente quería ilustrar lo necesario que resulta comentar con sentido crítico y, sin embargo, el peligro de erigirse en juez para dictaminar lo que debe o no existir.
Y es Krmpotic’, pero no se preocupe, está uno acostumbrado.
Me parece estupendo que la señora Pena hace bien en pasarse todo el día follando. Eso es distinto a intentar jodernos a los demás con sus idioteces y encima cobrarnos por ello y restregarnoslo sin pudor (eso seguro que lo hace estupendamente también). Ah, esa mezcla tan rancia de petulancia, malditismo y exhibicionismo… , lo curioso es que este tipo de personas no creen que haya nada que merezca respeto menos lo que ellos hacen: unos académicos antes de tiempo, pues. La Pena es tan tonta que cree que escandaliza. Una moza malcriada, eso es lo que es. No hay otra cosa.
Yo no creo ni me creo nada. Eso lo dices tú, y con bastante «petulancia». Puedes seguir insultándome y maldiciéndome sin conocerme de nada, llamándome tonta, malcriada, exhibicionista, etcétera… Hazlo si eso te hace sentir bien, que lo dudo. Al fin y al cabo, cada uno se está definiendo aquí tal y como es 🙂
besitos
Hablando de respeto, parece que la Sra Pena tiene mas claro lo que significa.
Yo al contrario me da puto igual, pero no me riesgo a imaginar como eres. Que miedo…
Y soy tonto, sin verguenza ni educacion (eso es para que no pierdas tiempo a decirme como soy).
desloguéate con mi cuenta, anda…
Aparece que he publicado sin cambiar de cuenta, asi que parece que Ana publico este comentario. Despues de haber follado todo el dia, queria divertirme un poco, y no veia mejor opcion que ver las tonterias de este blog. Tambien soy muy romantico y me gusta defender mi novia….
Siento la confusion y gracias por divertirme
Y, por otro lado, lo siento, pero no puedo sentirme culpable por todas aquellas personas a las que sí les ha gustado mi libro. Al fin y al cabo, eso es lo que cuenta. Esto es una democracia, no la puerta de una discoteca como decía mjk.
Soy una chica normal, sin pretensiones de ser una estrella a lo Lady Gaga. Estudié una carrera sin mucho futuro (bellas artes). Malvivo haciendo esto y lo otro, pero vivo, y llevo mucho tiempo publicando relatos aquí y allá. Ahora he tenido la suerte de encontrar una editorial a la que le gustó mi propuesta.
Eso es todo, fin del cuento.
No me estoy haciendo millonaria vendiendo libros. No pretendo ser una súperventas como Stephen King ni nada por el estilo. Y he obtenido hasta ahora mucho más cariño que improperios.
Eso es «chuli» ❤
mi amante debe haber escrito desde su ordenador sin acentos con mi cuenta. Ya me defiendo solita, en serio, si me quereis, irsen
Olvidé decirte, Ana Elena, que también posees una notable finura y que eres bien rigurosa en tus análisis. Pena de adolescencia, Ana Elena.
ya te digo. Aún me salen granos
Hola Milo, ¿qué tal? Si me permites…. yo creo que no es tanto dictaminar lo que debe o no debe EXISTIR como defender lo que tiene un valor dentro de lo que todos damos en llamar literatura. Desde los blogs, como desde las revistas, digitales o no, lo único que se hace es discriminar y la calidad de las críticas, si me permites, tienen el mismo valor cuando uno no sabe quién o qué (si estos son intereses económicos) está detrás de ellos. Defiendo desde hace tiempo la crítica no profesional y cada día con más entusiasmo porque ya no puedo fiarme de la otra. Cuando en enero Quimera dijo que lo mejor del año era aquello que habían escrito sus colaboradores y con total desvergüenza argumentó que lo decía y lo creía porque eran escritores afines a su estilo, lo que tenía que haber ocurrido es lo que no ocurrió: que cerrasen el chiringuito y todos a la calle. Merecían cerrar porque habían demostrado que ya no eran de fiar, porque su opinión de críticos no atendía a criterios objetivos e imparciales. No conozco los detalles de la revista «Qué leer» pero ya imagino que será algo del estilo pero referido a literatura comercial. Lo digo como lector de ambas revistas. Con este panorama lo único que nos queda es erigirnos como jueces y dar valor sólo a nuestra opinión y la de otros sobre los que no recaiga la sospecha. Esto, unido a que no somos imbéciles y alguna experiencia tenemos como lectores, nos permite en ocasiones darnos cuenta de que detrás de ciertos textos se ocultan otros similares.
Querida Medicina de Tongoy, me he pasado por tu blog. Me parece interesante y creo lo visitaré con asiduidad (a ver si se me pega algo, dirás tú). Me he desilusionado un poco con la entrada de Rosa Montero porque pensaba comprarme su último libro, pero lo haré igualmente. Supongo que coincidimos en Amelie Nothomb, igual hasta puedo pedirte consejo (¿qué tal «Grotesco»?)
Pero puedes seguir odiándome igualmente, no pasa nada :p
@Medicina,
Hola. Primero, a las palabras de la sargento me remito: «Lo que no es de recibo es que le editen un libro de ‘relatos’ para aprovechar su popularidad entre cierto sector del público. Que actue todo lo que quiera. Que haga exposiciones de sus cuadros. Pero un libro no, por favor.». Así que debo citar a Mourinho: ¿Por qué? Que escriba lo que le dé la gana y felicidades si se lo publican y, entre quienes lean su libro, felicidades a quienes lo disfruten y mi pésame a quienes, siguiendo las ideas de la sargento, «piquen». Pero ahí sí, ahí es donde está en nuestra mano, desde el papel o desde lo digital, comentar, juzgar, prescribir… Porque no encontrará en mí a un enemigo de «la crítica no profesional»: sigo con interés no pocos blogs (suelo visitar el suyo, sin ir más lejos) y, de hecho, algún fichaje para nuestra sección de críticas he realizado en el mundo cibernético.
Me disculpará, algo más allá, si le comento que, en cambio, poco valor le encuentro a la descalificación de nuestra sección de críticas a partir de su imaginar que pecamos donde otros pecan (si es que lo de Quimera fue pecado: me perdí ese número). A mi respuesta precedente me remito para no hacerle leer dos veces lo mismo. Simplemente añadiré que la presunción de culpabilidad es una obscenidad y que, según donde plantemos las estacas, nos encontraremos con un millón de jueces de jurisdicción limitadísima y practicidad sencillamente nula.
Un saludo,
¿Odiarte? ¿Y porqué iba yo a odiarte? Si no te conozco de nada…. Lo único que sé de ti es lo que he leído y no acostumbro a juzgar a la gente sin conocerla. Pero sí puedo juzgar sus textos y eso es lo que he hecho. Pero créeme: no es nada personal.
Gracias por el cumplido. Me alegra que te guste y espero verte mucho por allí.
Si tienes oportunidad de ojear el de Rosa Montero deberías hacerlo antes de gastarte el dinero. Es que es muy poco imaginativo, de verdad, y decepciona bastante, aunque sé de gente a la que le ha gustado. Trata de robar unos minutos en alguna Fnac o de cogerlo en la biblioteca.
Respecto a Amelie… ¿»Grotesco»? ¿Es suyo? ¿Seguro que ese es el título? De Amelie podré hablar mejor dentro de un par de meses, que será cuando acabe de leerlo todo. Esto me recuerda que tengo sin publicar el comentario de «El viaje de invierno», uno de los que más me gustó. Es muy divertido.
Un saludo,
no, «Grotesco» es de Natsuo Kirino, y me lo han dejado. Es un tochaco… De la Nothomb me gustó mucho «Anticrista» y fue el último que leí. También había tanteado comprarme «Purga», pero por lo de la economía me lo pienso mucho. Rosa Montero estuvo en la Fira del Llibre de Valencia, soy muy fan suya, pero me entró la vergüencilla y no me atreví a ir a que me firmara porque sólo tengo libros suyos antiguos y me daba cosa no ir con el nuevo.
Perdona el chiste pero me lo has puesto a huevo: «Después de haber follado todo el dia, queria divertirme un poco..».¿?¿?… ¿follaste con un erizo o qué? Quizá deberías probar otras posturas…
jajaja!! No entiendo lo del erizo… ¿?
Mi novio, que es joven y romántico a la par, y entra a defenderme porque le da demasiada importancia a estas cosas de internet. Escribí ayer desde su ordenador y se quedaron grabados mis datos. Y hoy ha escrito un post logeado con mi nombre.
(L) Por otro lado, no pincha mucho. Es imberbe. Pero muy cuqui
mierda! ahora pillo lo del erizo y la diversión!!
No creo que opinar que un libro determinado no debería haber sido publicado sea algo que tenga que ver con la censura. Son miles los que no deberían ser publicados en España. Ese exceso de publicaciones es lo que resulta contraproducente para los buenos editores y los buenos libros pues terminan todos ellos (salvo muy pocas excepciones) formando parte de las devoluciones, lo bueno junto a lo detestable. Eso sí que es injusto. No me gusta esa actitud relativista del «habrá a quien le gusten». Claro. Eso lo sabemos todos. Pero llegados a este punto hay que arriesgarse (qué poco riesgo hay en nuestros tiempos, aclarando que eructar no es un riesgo sino una marranada) y tratar de hacer justicia a la labor de los editores. Tirar de las orejas a los que cuelan mercancía averiada y hablar sin contemplaciones de aquellos libros penosos que no deberían haber salido del magín de sus autores.
Otra cosa es la època que nos ha tocado vivir. Buena para los transplantes de órganos aunque buena también para la proliferación de farsantes en las letras y en las artes (también en otras ramas de la actividad humana). Bien tratados en general por los medios de comunicación, por penosas que hayan sido sus creaciones. No es lo mismo el autocontrol que el pensar que todo es respetable y que todo ha sido fruto de un esfuerzo (haga gimnasia o si puede folle durante todo el fin de semana como A.E.P., aunque a esta aún le queda todavía tiempo para escribir; no sé como lo hace).
Hace unos días, un amigo ante la dura crítica de un libro aparecida en un periódico, me comentó en tono apenado: ¡qué cruel ha sido el crítico, a su autor le ha costado un esfuerzo! Un concepto de la compasión lamentablemente equivocado.
sueño con una entrada sobre el libro de Bienvenida Pérez