JOSÉ MARÍA GUELBENZU: Crítico, Lector, Escritor y Editor. (Segunda parte y última).

Continúa la entrevista con José María Guelbenzu. En esta segunda pare (y última) tratamos las otras dos facetas literarias de nuestro personaje: Escritor y editor.

Tercera parte: Escritor.

16.- Hemos leído con asombro y con placer El amor Verdadero, Siruela 2010. La elegimos para nuestro club de lectura hace 5 meses. Nos parece una gran novela. El tiempo la pondrá en el lugar de honor que merece. La generación que tenía veintitantos o treinta y pocos al inicio de la transición, la tuya, la mía, (recuerda que tengo 65 años) es el personaje central de la novela. Terminada la lectura, me quedó un regusto muy amargo pues los personajes, casi todos, y principalmente la pareja central, han traicionado sus ideales de forma rotunda. Los jóvenes hoy no tienen referentes éticos en las generaciones anteriores. Se les ha enseñado el “Todo es mentira”, el “Todo vale” y aquello de “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”. Yo culpo de este desierto moral/ético en que vivimos a la generación de la novela, la nuestra. ¿Estás de acuerdo? Yo, te lo aseguro, me siento culpable.

No estoy de acuerdo con tu conclusión y tampoco con tu visión de los personajes. No creo que Clara se traicione en ningún momento, es la más firme. Y no creo que haya deshonestidad en Andrés (que viene marcado por su padre). Lo que sucede es que todos los personajes han sido protagonistas de un cambio en el que han visto el poder, incluso han podido tocarlo, pero no lo han hecho suyo y al final se les ha escapado de las manos. Por eso la sensación agridulce que deja la novela, pero también por eso Clara y Andrés han merecido el amor como última forma de salvación personal, ya que la colectiva los ha superado. ¡Ah! y los jóvenes de hoy tienen referentes éticos. Hay una tendencia en nosotros a creer que cuando éramos jóvenes teníamos más valores y éramos más “inquietos”. No es cierto, el tanto por ciento de inquietos de mi universidad era una minoría, como ahora.

17.- En la novela El amor Verdadero hay dos partes, así lo vemos, separadas por la muerte del dictador. La segunda parte es triste y oscura mientras la primera es luminosa y alegre. En la primera parte hay amor en la segunda no. ¿la verdad del Amor, con mayúscula, es que no existe? ¿Existe solo el amor romántico, el de las princesas, y pasados unos años no queda nada?

¿Qué en la segunda parte no hay amor? Lo que hay es el verdadero amor que sobrevive gracias a la voluntad de esfuerzo y de superación. La segunda parte es adulta, dura y difícil, naturalmente, pero ahí es donde se juega el asunto. Lo luminoso es una época en la que los problemas tienen intensidad, pero no relieve.

18.- El anillo que la niña Clara, de la mano de Cadavia (una especie de mago), pone en la boca de Andrés es un pequeñísimo detalle mágico dentro de una novela 99% realista. Es un pequeño detalle pero para mí tiene mucho significado. Lo veo como una confirmación a mi conclusión una vez leída la novela. Me refiero a que de forma natural el amor no existe y que necesita “magia” para aparecer. Es decir: el amor es un artificio. ¿Es eso lo que quisiste transmitir con tu libro?

El anillo es simbólico de la duración, como en los cuentos populares los zapatos de hierro que han de desgastarse como símbolo del tesón. Yo no defiendo que el verdadero amor dure toda la vida (la novela se titula “El amor verdadero”, no “El amor duradero”), pero para extenderme como yo deseaba en la novela prefería valerme de un amor de “toda una vida”, expresivamente más valioso. Pero hay más: ¿Cadavia es realista? ¿Los paseos por los tejados con los ladrones de Madrid son realistas? ¿El trío de bohemios es realista? ¿Los nombre de los personajes –Mateo Perdiz, Julieta Romeo, etc.- son realistas? ¿Asmodeo es real? La novela sí es realista, pero todos los elementos que acabo de citar no lo son porque quiero que sirvan al lector para poner distancia, para que éste recuerde de cuando en cuando que está leyendo una ficción, que literatura y vida son líneas paralelas que nunca se juntan y que, sin embargo, una ficción es la representación de una idea, la que dota de sentido a una obra.

19.- En tu novela El amor verdadero das a entender que una cosa es la lealtad y otra la fidelidad. Un amigo mío engaña a su mujer habitualmente y cuando se lo recrimino me dice que él es leal a un proyecto de vida en común pero que eso no tiene nada que ver con la fidelidad. ¿Qué te parece?

Me parece que si es el resultado de un acuerdo entre dos personas, el de prescindir de la fidelidad, es cosa de ellos. Ahí no hay lealtad o no lealtad, sino fidelidad a una palabra dada. Si lo hace engañando, me parece que no hay lealtad ni fidelidad. La fidelidad es una virtud perruna, la lealtad es humana. Y ha de quedar claro que la lealtad implica también el enfrentamiento en un desacuerdo, precisamente por eso: por lealtad.

20.- Mi amiga Daphne dice que hay un trozo de la novela El amor verdadero donde eres sexista. Cuando los personajes centrales están en la universidad, te refieres al tremendo daño psicológico que el amor libre causó a las chicas que lo practicaron. ¿Y a los chicos no? ¿El amor libre fue una equivocación? ¿Qué otros errores irreparables cometió esa generación?

Yo sostengo que afectó más a la mujeres porque, en general,  no iban con la intención de “aprovechamiento” que llevaban los hombres; ellas, hasta donde yo vi, buscaban con ingenuidad una equiparación de sexos y de derechos que los hombres traicionaron mayoritariamente por echar un polvo; el daño psicológico estuvo en el engaño, en la utilización miserable de la debilidad de unos sentimientos decentes.

21.- Tus personajes femeninos están muy bien resueltos psicológicamente. La Clara de El amor verdadero es casi una de las amigas que conocimos hace 30 años. Incluso la Mariana de Marco tiene una verdad que tira para atrás. ¿de dónde saca un hombre toda esa información? Y no me digas que es solo el buen oficio de escritor. Tú tienes algún otro secreto. Cuéntalo.

No hay secreto. Simplemente, que me he interesado mucho por las mujeres, por ver cómo piensan y reaccionan, cómo hablan, qué sienten estando mucho más pegadas a lo terrenal que los hombre (hablo en general, claro). Me interesa mucho más hablar con mujeres que con hombres en lo que a la vida se refiere. Algo se me ha debido pegar.

 

Tercera parte: Editor.

22.- En su último libro, Aguirre el Magnífico, Manuel Vicent te sitúa, jovencito, en la antesala del despacho de Jesús Aguirre en la editorial Taurus que luego tu dirigiste. ¿Cómo era Aguirre? ¿Qué editor fue?

Demasiada pregunta para una sola respuesta. Es un asunto bastante complejo.

23.- En el caso hipotético de que en 10 años todos los libros sean electrónicos, ¿desaparece la labor del editor?

No, en absoluto. Los libros necesitarán de canales de credibilidad con los que seleccionar a sus lectores, lo mismo que hoy. Esos canales son los editores. La imagen de una editorial es importante como factor de confianza para el lector. Teniendo en cuenta que en el ciberespacio habrá millones de cenutrios ofreciendo sus libros por libre, un editor, una marca, un canal de credibilidad será más necesario que nunca.

24.- ¿Tienes lector de e-books?

No.

25.- Cuándo fuiste editor en Alfaguara (1982-1988), ¿cuáles eran los criterios de selección para los autores que se publicaban en la casa?

Se buscaba por áreas idiomáticas un autor (alguno más, claro, si era de lengua dominante) con la intención de publicar lo más importante de su obra. Se hacía política de autor. La elección era objeto de grandes discusiones y análisis literarios porque había que decidir entre publicar cosas sueltas de muchos o el grueso de la obra de  alguno y éste fue la línea elegida.

26.- De las nuevas editoriales llamadas independientes cítame, por favor, el nombre de tres que te parezca están haciendo un buen trabajo.

Hay varias, pero podemos hablar de Libros del Asteroide, Impedimenta, Nórdica o Periférica sin miedo a errar. Pero, insisto, hay muchas; hoy en día lo literario está en sus manos y, desgraciadamente, la precariedad económica también.

27.- ¿Ves futuro, con la irrupción de los e-books, a las librerías de toda la vida. Te ruego la máxima sinceridad.

No lo sé. Tengo dudas, pero me cuesta creer que los buenos libreros, los verdaderamente prescriptores, lo que tienen una clientela que confía en ellos, no tengan futuro dentro de lo que antes llamaba líneas o canales de credibilidad.

28.- El mercado tiende a la desintermediación. Para nosotras es un gran error. ¿Qué opinas?.

De lo antedicho se desprende que es un grave error, pero el hombre es el único animal que tropieza las veces que haga falta en la misma piedra.

 

ÚLTİMA PREGUNTA:

Para terminar una pregunta tonta: Si un potentado te entregara 20 millones de euros y te dijera que solo los puedes utilizar en el mundo del libro y tus días tuvieran 12 horas más ¿qué harías con ese dinero?

Montar una editorial exquisita.

Muchas gracias, José Maria Guelbenzu, por tu sinceridad y por tu paciencia.

 

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