ESCRIBIR BIEN / ESCRIBIR MAL

Terminé de leer Mrs. Bridge / Mr. Bridge de Evan S. Connell (Seix Barral, 2011) hace ya 5 días y no se me va de la cabeza. Como les conté en el “post” anterior, este libro recoge dos novelas: La primera, Mrs. Bridge, nos relata la ansiedad y el vacío que preside la vida de una madre de familia americana en los años cuarenta del siglo XX. La segunda da paso al punto de vista del marido, Mr. Bridge.

Me he acordado de que el relato de Alberto Olmos en la recopilación GRANTA de “los mejores narradores jóvenes en español” (Duomo, 2010) va de algo parecido. En este caso, se trata del vacío de una española casada.

Lo siento, es superior a mis fuerzas. Además, cumplo con mi deber. “Here we go”:

En la novela Mrs. Bridge de Evan S. Connell es muy difícil destacar una frase. Fuera de la novela, las palabras de Connell no dicen gran cosa. Por eso, tan aficionada como soy, no metí ninguna frase en mi reseña. Solo copié el inicio de la segunda novela, que siendo muy buena, no lo es tanto como la primera, escrita 11 años antes.

Como decía en mi reseña, Connell, sin necesidad de usar palabras como vacío, desolación o angustia, nos transmite perfectamente esos sentimientos. Y las conversaciones que mantienen los personajes, las que rezuman esas sensaciones tan profundas,  pueden ser simplemente sobre un pastel para el postre o sobre si se compran un Cadillac o un Chrysler. Connell no necesita hacer frases rimbombantes o bonitas para que lo que quiere comunicar quede claro. Connell con respeto, o mejor, con amor al lector/a permite que seamos nosotros los que saquemos las conclusiones. Por eso, el libro de Connell, si lo lee un republicano del Midwest, entenderá que Mr. Bridge es un ejemplo de lo que debe ser un hombre y si lo lee un demócrata de la costa oeste pensará que Mr. Bridge es un machista y un retrógrado. Leyendo a Connell una se siente inteligente. Qué cosas.

A lo que iba:

El relato de Olmos está también marcado (como las novelas de Pron y Zambra) por esas dichosas frases felices. Perece como si no confiando en nuestra inteligencia para comprender lo que nos ha relatado, o –creo, más bien, que es ésta la razón- sin seguridad en su técnica narrativa, necesitara hacernos un resumen. También puede ser que quiera adornar el texto para que un lector descuidado o sin experiencia opine: qué bien escribe. Si fuera ésta la razón, estamos ante una trampa. Si es la anterior, estamos ante una falta de pericia. Y si es la primera, ante una falta de respeto. En los tres casos tenemos delante un mal relato y un mal escritor.

El relato de Olmos se llama Eva y Diego. Ejemplos de frases felices:

Pág. 86

La vida estaba tapada.  

Pág. 86

A la construcción de este vacío.

Pág. 87

Soy un solar.

Pág. 87

La nada es el horror.

Pág. 88

No recordamos cuando no hicimos nada. No recordamos el aburrimiento. No viene en los mapas.

Pág. 89

Porque un solar, a veces, reclama su espacio.

Pág. 91

El consumo es el miedo a la muerte. Cada cosa que he comprado en mi vida es una apuesta por seguir viviendo.

(…)

El consumo es futuro.

Un buen escritor también tiene esas frases en mente, pero le sirven de simiente para construir su historia. Esas frases son las ideas que serán el motor que mueva el desarrollo de la acción, no deben formar parte, tal cual, del relato. Pero, claro, si solo tienes eso…

Me voy a las “novelas” de Olmos: En Tatami (Lengua de Trapo, 2008) es peor lo que nos encontramos, porque se fuerza el diálogo y se hace hablar a los personajes de forma inverosímil para que suelten la frase ingeniosa. Prefiero que los personajes de Olmos piensen a que hablen, da menos grima:

Pág. 32 y 33

–          (…). Pero pagan. Bueno, sus padres pagan. Y exigen y tú  eres apenas un sirviente, o una institutriz. No creo que Nabokov tratara mejor a sus institutrices que al ama de llaves.

–          ¿Nabokov es el que escribió ese libro tan guarro sobre una niña?

–          Nabokov es el que escribió una obra maestra sobre la imposibilidad del amor. El libro guarro sobre la niña deberías escribirlo tú.

[Las negritas son mías]

Pág. 68

–          Anatomía aparte. Aprendí que el cansancio no existe, solo existe la desmotivación.

Pág. 70

–          (…). Entre Tomoko y la colegiala se trazaba una línea fulminante y eléctrica: la línea del deseo, tendida entre el miedo y el imposible. Cuanto más irrealizable era el deseo, menos dolía. Eso aprendí, Olga.

Pág. 84

–          Todo esto es tremendamente zoológico.

–          (…). Las palabras están podridas.

–          Las palabras nos hacen humanos. (…)

Pág. 99

–          (…). Lo único natural es la inercia, y la inercial del deseo nos lleva finalmente al sexo, no las palabras ni el protocolo.

Todo esto que he destacado pertenece a diálogos entre personas, personas humanas, oiga.

En El estatus (Lengua de Trapo, 2009)…

–          Mira Margaret. Que ya es muy tarde. Yo lo dejo.

–          Es cierto. Además, no vale la pena. ¿Un copazo antes de dormir?

–          Hecho.

Solo una cosa más. Como hay gente para todo, si usted disfruta con el ingenio de Alberto Olmos puede entrar en su Formspring. Hay función a diario. Una de las últimas preguntas:

¿Serías capaz de matar a una persona?

 Responde Olmos: “Hombre, no.”

¿Qué les decía? ¿Es o no ingenioso el chaval? De verdad, estoy muy cansada. ¡Qué burradas tuve que hacer yo en la vida anterior para merecer esto!

¡NO PASARÁN!

¡EL LIBRO VENCERÁ!

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31 respuestas a ESCRIBIR BIEN / ESCRIBIR MAL

  1. blumm dijo:

    No, no, no. No le bailo el agua con esta entrada, Miss Sergeant.
    No, aquí no lleva razón. Olmos no es una bola de mingo. Olmos, Alberto, sabe escribir novelas, y post, y artículos, y relatos. Olmos me conquistó con A bordo del naufragio que, entre otras, quedó finalista con Bolaño. ¡Nenas, Bolaño! Apuntadlo por ahí. Tengan vagina para leerlo: ABDN son sus siglas.
    Olmos no, por Dios. Dejad a Olmos tranquilo. Olmos y Gutiérrez son dos grantas de verdad. Y escritores.
    No, pardiez, no me sean hórridas con él.
    Aquí lo que deben hacer es denunciar los libros escritos por mandrias.
    ¡Olmos no, joder! ¡Dejadme a Olmos tranquilo, coño, que me vuelvo atorrante!
    (Esto es un llanto)

    • No vale nada, blumm. Se le ven los trucos por todos los costados. En cuanto se mueve un poco se le nota donde tenía el conejo escondido. Lo del los diálogos forzados y artificiales de Tatami es de juzgado de guardia. Y lo del relato Granta no tiene perdón. Escribir: «El consumo es el miedo a la muerte» para describir el porque una señora es compradora compulsiva es tratarme como a una idiota, a mi como lectora. Si supiera o quisiera trabajarselo me diría lo mismo sin darmelo tan masticadito. Lo que pasa es que no sabe o no tiene ganas de trabajar como trabaja un buen novelista como Connell, o como….
      Un abrazo

  2. Me, and you... dijo:

    Es que usted cree que hay una sola forma de hacer literatura; ese es el problema. Por cierto, que Zambra se acerca bastante a esa forma que describe (lo que le falta es escribir los «tochos» que a vd. le gustan). Entonces, y aunque ni mucho menos los considero del nivel de Olmos, usted debe considerar a escritores como Houellebecq, Céline o Bernhard pésimos, ¿no?

    De todas formas, entonces, debería leer Trenes hacia Tokio.

    • El problema, querido Me & You, es que con la coartada de las «nuevas formas de novela» se cometen graves crímenes contra el libro. Madera de Boj (CJC) y La casa verde (MVLL) fueron en su momento novelas experimentales, pero en ellas se veía un trabajo impresionante con la forma, un afan por transmitir un mundo interior y exterior, una estructura elaboradísima… Al final el lector, con las dificultades lógicas al comenzar la lectura, disfrutaba con buena literatura.
      Pero lo que se hace hoy en castellano (Olmos, Zambra, Pron) no es más que aire. Eso no es literatura, ni «literatura literaria» como le gusta decir a tu amigo Olmos. Eso no es más que un «upgrading» de una redacción de COU aderezada con lecturas mal digeridas.
      Un abrazo
      La sargento Margaret

  3. Anónimo dijo:

    Por sus gustos, estimada Sargento, me parece que se ha equivocado con los libros que ha pillado de Olmos. Alberto Olmos es muy versátil, lo que lo hace, entre otras cualidades, un escritor muy atractivo. Si lo de usted es la prosa escueta, lea Trenes hacia Tokio, si lo de usted son las estructuras elaboradas, lea El talento de los demás. Aunque bueno, a priori sabemos que no le van a gustar. Y apoyo al señor Blumm, lea a Pablo Gutiérrez y nos cuenta. O a Álvaro Colomer y a Jon Bilbao.

    • No, mire usted, esos autores que me recomienda pueden ser muy buenos, no se lo discuto, pero no lo voy a comprobar. Me esperan muy buenos libros en mi mesilla de noche («Bella del señor» de Albert Cohen y «La versión de Barney» de Mordecai Richler, que me lo ha recomendado un buen amigo, entre otros) . He pasado unos dias (perdón, horas, que por suerte son cortitos) horribles leyendo a estos «grandes» autores (Pronzambraolmos) y no puedo más. Todo lo que me suene a nueva narrativa en español, a los grantitas y esas chorradas, lo siento pero, me pido no. Soy ya muy mayor para que me sigan tomando el pelo.
      Un saludo
      Gracías por su recomendación
      Maggie Mae

  4. Antonio dijo:

    Alberto Olmos apesta. Basta del bluff Olmos, por favor. Otra mentira Granta como Pablo Gutiérrez y Elvira «yo también me gané el Jaén con la novela que ya le había entregado a la editorial» Navarro. Lo que me sorprende, Sargento Margaret, es por qué no se atreve a hablar del «affaire» Granta: Lucía Puenzo, Yushimito del Valle, Oliverio Coelho y Rodrigo Hasbún (se rumorea que también Sonia Hernandez) ya habían fichado por la editorial cuando un jurado «imparcial» decidió que eran los mejores narradores en espanol. Después la editorial los publicó con la etiqueta Granta y así consiguió vender 500 ejemplares y dos resenas para cada uno, que no habría conseguido sin la revista inglesa porque a esos cuatro no los conoce ni Dios. No le parece que tendría que hablar de eso algún día? Saludos.

    • Tomamos nota, Antonio, de lo que cuentas, lo de Lucía Puenzo, Yushimito del Valle, Oliverio Coelho y Rodrigo Hasbún. Lo vamos a investigar a fondo y si encontramos pruebas fehacientes de que es como dices lo publicaremos aquí.
      Un saludo
      La patrulla de salvación

      • josemari dijo:

        Hombre, más que investigar por investigar habría que leerlos. Y si son una puta mierda, criticar su literatura, que eso es al final lo que cuenta en este mundillo y lo que este blog visiblemente aporta (y bien que así sea, ya hacía mucho que se echaba en falta algo de esto por aquí). Por lo demás, moral o inmoral, la gente ya no recuerda lo que supuso en los 60s el proyecto Balcells-Barral, ¿o sí? ¿o se pondremos remilgos en que Barral premiara a VLL teniendo los derechos de su novela? Al final, eso solo lo justifica el texto, y bien que tuvieron cojones Barral y la Balcells en publicar en España autores que viniendo de Latinoamérica renovaron estructuras novelescas y, en casos específicos, la lengua castellana. Si a Puenzo, Yushimito del Valle, Coelho o Rodrigo Hasbún no los conocía ni Dios (dudo que así fuera en sus países), bien que lleguen y se divulguen, si desde luego valen la pena. Eso es lo que creo. Las inquisiciones gratuitas, movidas por el chismorreo y la pataleta, no aportan nada. La lectura y la crítica lúcida, sí. Venga, enhorabuena por el blog Sargento. Agur.

  5. blumm dijo:

    Justamente son esos tres autores (Olmos, Bilbao y Colomer) de los que recuerdo con pelos y señales las tramas de sus libros. Y de esto hace ya años de su lectura.

    Aquí se trata el tema del canon. Mi hija lee libros infantiles y no le de usted un libro de Balzac porque pensará que es una mierda. No tiene capacidad para valorar a Balzac.

    Tampoco se trata de valorar a Olmos, Bilbao, Colomer y a Gutiérrez por capacidad para entender sus novelas. No, no se trata de eso. El asunto es el canon (su norma literaria) gustos y ganas para leer «vanguardia». Bueno, he escrito «vanguardia» como podía haber escrito «ruptura». Es cíclico el tema y en las artes plásticas es tan patente…

    No he leído a todos los jóvenes escritores (casi cuarentones todos) pero su prosa tiende a engranarse en nuestros asuntos, en lo cotidiano, dentro de nuestro días. Sus tramas son cercanas, cálidas, empatizan. Me resultan así: relaciones familiares, suicidio, infelicidad, miseria, moral, estatus, anhelos vitales. Ellos hace literatura con estos temas.

    Lo mejor que puede hacer para no generalizar, Miss Sergeant, es definir un canon, su canon.

    Defina su canon. ¿Qué valora usted de una novela? ¿Por qué? Vamos a subir el nivel de crítica.

    Porque no creo que le guste generalizar, ¿verdad? Tome nota de estos títulos y cuénteme, de verdad. No quedará defraudada:

    1. A bordo del naufragio, de su querido Olmos.
    2. Los bosques de Upsala, de Álvaro Colomer.
    3. Padres, hijos y primates, de Jon Bilbao.
    4. Nada es crucial, de Pablo Gutiérrez.

    Escribir una novela es difícil. Llevo intentándolo 40 años y aún no lo he conseguido.

    Me parece -es mi opinión- muy poco serio denigrar así a un escritor. Antes de eso debería leer toda su obra y después piar como los pollos.

    Le propongo una cosa: pregunte a esos autores quiénes son sus referencias literarias. Quedará estupefacta.

    ¡Suerte, Miss!

    • Estimado Blumm:
      No creo oportuno meternos a definir un canon. Yo no soy nadie para hacer tal cosa. Y respeto mucho a los que los elaboran. Defiendes la narrativa joven en español y yo la ataco. Hay excepciones, por supuesto.
      Definir qué es una buena novela es imposible. Lo sabemos. Además tu criterio será diferente al mío y al de mi vecino. Casi cada uno tiene su propia manera de juzgar lo que lee.
      Pero hay algo en lo que estoy segura de que coincidimos: Una obra de ficción (novela o relato) debe conseguir de la manera que sea (con buen argumento o con buenos personajes o con descripciones detalladas o con humor o….) que el lector abandone su realidad y se meta en otra realidad ficticia, la que le propone el autor. El lector debe aceptar el trato que le pone delante el escritor, cierto, y dejarse guiar por él. Pero el autor debe cumplir su parte del acuerdo. Si el lector, cada 10 minutos, piensa que lo han estafado, que el autor no cumple las clausulas del contrato, malo.
      Para que el lector abandone su realidad debe haber un buen trabajo del autor. El ejemplo que uso para criticar a Olmos, Mrs. Bridge de Evan S. Connell no es una novela tradicional. No tiene argumento, se compone de epígrafes cortitos, algunos solo de 9 líneas. Pero durante su lectura dejé mi apartamento y me instale en una silla en medio del “living” de la casa de los Bridge y allí pase 3 días intensísimos, mirando, disfrutando, sufriendo.
      Lo de Olmos con el cuento Granta es lo mismo que si alguien viene y me dice: “¿sabes? Hay mujeres casadas que se sienten solas y vacías y se gastan una pasta en el Corte Inglés”. Ya está. Bueno, eso y cuatro frases chulas. Ya está. Y lo de “Tatami” pues un pajillero que le gusta mirar a su vecina. Y “eso es todo, amigos” como decía Bugs Bunny.
      Con Olmos (como con Zambra o con Pron) no consigo salir de mi puta realidad, No hay manera. Cada página pienso: “Aquí está la estúpida de la Margaret comiéndose lo que, en el mejor de las casos, es un pastiche insufrible”. Pues eso.
      Que escribir novela es muy difícil lo sé también. Por eso yo ni lo intento. Pero otros, que tampoco saben, no deberían meterse.
      Yo estoy segura de que si en la época de Cela o Umbral hubiera existido Formspring, Twitter y los blogs, ellos los usarían. Cualquier manera de promocionarse era buena. Puede que se los actualizasen una secretaria o un becario, pero los tendrían. Ellos estarían escribiendo para construir una obra, unas novelas que si las comparamos con las de estos chicos…
      Un saludo
      Maggie

  6. Pingback: Tres eran tres | sigueleyendo.es

  7. Antonio dijo:

    Josemari: ¿»Las inquisiciones gratuitas, movidas por el chismorreo y la pataleta, no aportan nada»? ¿Para qué lees este blog entonces?

    Y por favor, Sargento Margaret, basta de comparar a Zambra y a Pron con Olmos. Zambra y Pron recién empiezan, pero Olmos ya tiene una trayectoria consolidada como espantalectores. Un saludo.

  8. Me, and you... dijo:

    Mira, Margaret, voy a dejarme de tonterías, yo he leído dos libros de Olmos: «A bordo del naufragio» y «Trenes hacia Tokio», y ambos me parecieron muy buenas novelas. Tú le das «A bordo del naufragio» a un chaval medio de 18-20 años y estoy seguro que se queda flipando. Tal cual. «Trenes hacia Tokio» es más plana, con frases sencillas, más fría si se quiere, hasta que de repente, el cúmulo de situaciones y detalles desborda los sentimientos y emociona. Otra cosa es que leas libros de Olmos con prejuicios establecidos de antemano que no estás dispuesta a cambiar, lo juzgues como a un gran maestro de la escritura; posiblemente porque hizo alguna reseña negativa de un libro escrito amiga o conocida (o tal vez tuya). Ahí ya no entro, pero tu juicio queda invalidado. Y aunque no fuera así, y es real que a ti no te gusta o pienses que escriba mal, para eso estamos los comentaristas, para rebatir (las loas, panegíricos, alabanzas, etc. se lo dejo a los demás).

    Después mencionas e incluyes, o eso me ha parecido interpretar, a Olmos como representante de una nueva «vanguardia», cuando precisamente lo que ha tratado de hacer siempre es huir de «generaciones, grupos, etc.»; dejando bien claro que él va por su cuenta. Sí, lo escogieron en Granta, ha dado conferencias, ha vendido más ejemplares, ha tenido más publicidad gracias a ello: quizá fuera porque realmente piensan que es uno de los mejores escritores «jóvenes» de habla hispana. Lo siento (por ti): pero su trayectoria lo avala. Olmos no ha salido de la nada: se lo ha ganado, a paso de tortuga, sin prisa pero sin pausa. Y no tengas dudas que si leo otra novela suya y no me gusta, lo diré o expresaré si tengo ocasión, como lector independiente y con juicio propio.

    Sobre Zambra: creo que tiene un potencial enorme, sin duda, se puede ganar la vida como escritor. la sensibilidad que tiene, cómo hace bailar las palabras de forma que parezca un sueño, argumentos que flotan,… eso es algo especial. Zambra si sigue así, no tengo dudas, se convertirá en un grande.

    Por último: me gustaría también incidir que hasta los mejores, los más grandes escritores, tienen horrendas novelas, o cuanto menos, de calidad discutible, y te cito un premio Nobel (que «per se» no es garantía de nada, también es cierto), Heinrich Böll, y su «¿Dónde estabas, Adán?» (al menos a mi me lo pareció). Y Böll es uno de mis escritores preferidos.

    PD: Por si me vas a responder otra vez con «un beso largo» citaré a Bukowski (que según tu criterio, también era un pésimo escritor, ¿no?): «Besarse es más íntimo que joder. Por eso nunca me gustaba que mis novias besaran a los hombres. Hubiese preferido que se los jodiesen».

    • Bukowski fue un grandísimo escritor y así lo reconocimos aquí en un «post» de 13 de mayo de 2011. Bukowki, como buen escritor, consiguió crear su mundo. Fue capaz de elaborar una estética literaria (gracias a personajes, argumentos y forma) identificable por todo amante de la literatura, los comics o la cultura popular en general. Igual que hoy se dice eso es Kafkiano o aquello ”es de una película de Berlanga”, hay situaciones o, sobre todo, ambientes, que son «de Bukowski».
      Dices que no deberíamos incluir a Olmos en la «vanguardia» (es él el que se sube a cualquier tren barato, hacia Tokio o hacia donde sea, siempre que le dé nombre) Pero estoy de acuerdo en que ya lleva 6 novelas y mucha mili. Ya le ha dado tiempo a generar su mundo, a que su prosa se reconozca como exclusiva y propia. Cuando Muñoz Molina (te gustará o no) llevaba ya 6 novelas estaba a años luz del nivel de Olmos. Como ya dije aquí, cada nueva novela de Olmos parece la primera.
      No te mando un beso. Te deseo lo mejor, un buen orgasmo. Disfruta y que seas feliz
      Margarita

  9. Me, and you... dijo:

    O sea, que lo que criticas a Olmos es que sea versátil, que para ti, no tenga una voz, un mundo, un estilo reconocible. Es lícito, tampoco estoy en disposición de decir si me parece una afirmación acertada o no (porque sólo he leído dos de sus novelas): pero tengo claro que la versatilidad no siempre tiene que ser algo malo. Y que las novelas que te he citado son buenas novelas.

    Igual que a ti no te interesan las nuevas generaciones, a mi tampoco Muñoz Molina, Almudena Grandes, Millás y resto de «bestsellers» o «pseudobestsellers» españoles; no sé si son buenos o malos. Sí he leído algún artículo de Muñoz Molina, que por cierto, me han parecido aburridos. Espero que escribiendo novelas sea mejor (según mi criterio).

    • Querido/a Me & You:
      Ser versatil, o no, no tiene que ver con crear una obra seria. Antonio Muñoz Molina, que respeto que no te guste pero uso como ejemplo por ser español y contemporaneo, tiene en su obra de todo: novela negra, memorias, novela y hasta un folletín. De este escritor se podría decir que tras publicar «Beltenebros» constituyó el país literario «Muñoz Molina». Ese país, cada obra nueva publicada por el autor, expande sus fronteras y cada vez se hace más grande. Dentro de poco, de seguir por el camino que lleva, en 2 o 3 libros más, se convertira en el mundo «Don A. Muñoz Molina». Pocos autores han llegado a constituir «mundo», algunos se han quedado en «país» y muchos no han pasado de provincia o pueblecito. Cela, Gala, Umbral y Delibes son «mundo», Olmos no pasa de habitación, la suya.
      Antonio Muñoz Molina agranda su país a cada libro gracias a su ambición, gracias a que se desafía. Se olvida de todo lo escrito anteriormente y se la juega a todo o nada, con dos cojones (uy, se me ha escapado). Su última novela, «La noche de los tiempos», es una obra de arte por eso.
      Esto es lo que echamos de menos en Alberto Olmos. Pero no se lo reprochamos. Si Alberto no es ambicioso literariamente puede seguir así. Pero que no se venda como la última maravilla. Cuando los americanos lean el relato de Olmos -que ya está en inglés en la página de Granta- ¿qué van a pensar de lal iteratura española?
      Un saludo
      Margaret

  10. franny dijo:

    Si no fuera porque no está muy bien escrito, diría que esto es otro blog de Alberto Olmos. Qué obsesión, por Dios! Tengo un poco la sensación de que te has leído la Poética de Aristóteles, que coges un libro, pones la Poética al ladito y marcas con lapiz bicolor y regla en tu cuaderno de la carrera (¿teoría de la literatura y literatura comparada?) lo que no se ajusta a la plantilla. ¡Lo que te estás perdiendo, lo que uno se deja siempre atrás por la estrechez de miras!

  11. Vale, Blumm, ya te vale. Acababa de terminar de preparar mi lista para la biblioteca y ahora he tenido que anotar por culpa de tu comentario también el de Alberto Olmos. A ver que pasa con ese naufragio…

    Margaret, me ha gustado eso de salirse o no de la puta realidad. Es una buena manera de saber cuando un libro funciona o no. Tengo que decirte que con «Trenes hacia Tokio» sí lo hice. Meterme en el libro quiero decir. Otra cosa ya son los detalles: es verdad que la mayoría de los escritores la cagan en los diálogos y quizá por eso cada vez hay menos.

    Creo que es imposible decidir qué es lo que hace bueno a un libro. Supongo que el tiempo (sobrevivirlo) o la intemporalidad de los personajes. Demasiadas cosas. Un ejemplo de una de ellas, por hablar de algo. Ahora estoy leyendo «Memorias del subsuelo» de Dostoievski y el personaje protagonista es fantástico. Absolutamente genial. No sabrías, si no fuese por el escritor, cuándo fue escrito ni a qué momento histórico se refiere exactamente. Habla de cosas universales. Quizá es mucho libro de dios para compararlo con la literatura actual. Los personajes son en su mayoría estereotipos que se circunscriben a un momento histórico muy concreto amén de que los temas tratados tiene un efecto bastante limitado.

    Pero lo dicho, son muchas cosas y sobre todo son muchos criterios. El otro día me acusaba Elvira de que yo iba por ahí creyéndome que mi criterio era el mejor. Claro, no te jode. No voy a tener como mejor criterio el de mi vecino, que no se ha leído un libro en su puta vida o el de Elvira, a quien no conozco de nada y bien pudiera tener como referente a Corin Tellado.

    Vuestro criterio me gusta, hermanísimas, porque soléis argumentar bastante bien.

    Abrazos,

    • Amigo Tongoy:
      Estoy de «nueva narrativa» y de «las nuevas formas de novela»… hasta los mismisimos. Cuando cojo una novela quiero meterme en ella y perderme. Quiero llorar, gozar, reirme, vibrar. Quiero que me ocurra lo que a mi amiga Samantha, que siendo joven y leyendo «Cumbres borrascosas» (de una de las Bronte), la llamó su madre a cenar y respondió, totalmente metida en la novela,: «Cállate vieja bruja». O que me pase lo que a Daphne, que se subía la falda en las escaleras como si llevara una de aquellas faldas largas de época que rozaban el suelo. Estaba leyendo uno de aquellos maravillosos libros de caballeros y princesas.
      Echo mucho de menos todo aquello. Seré una cursi, pero aquello era ficción.
      Un saludo
      La sargento Margaret.

  12. William Ronis dijo:

    personalmente, lo único de Olmos que estoy dispuesto a (re)leer son algunas de las mejores entradas de Mal-herido. Ah, qué tiempos aquellos en que Mal-herido no tenía rostro! (¿por qué lo hiciste, Antonio José, por qué?). Pero leyendo su muy negligente y patética reseña, pobretona y ramplona e injusta en grado sumo de Felisberto que podéis ver en M-H, se me quitan las ganas. Qué bajón has dado, Juan!
    Sargento, estoy con usted. No he leído todavía Los hermanos Karamazov, ni todos los volúmenes de Proust. Mientras me quede un clásico por leer no leeré a los grantitos y compañía, Está claro.

    • Estimado Mr. Ronis:
      No deje de leer los H. Karamazov, su vida combiará. Le envidio por ser virgen en lo referente a los Karamazov Nosotras no lo somos. También le digo que dependiendo de la edad que usted tenga leerá un libro distinto. No es lo mismo leerlo antes del treinta años que después de los cuarenta. Ya me contará. Acuerdese de que por muy viejos que lleguemos a ser nos marcharemos sin leer muchos buenos libros. En ese caso, como perder tiempo en grantitas y chorraditas varias?
      Suya afectuosa
      La Margaret

  13. blumm dijo:

    Olmos no defrauda, Tongoy. Ese libro marca como el hierro a la res. Con 23 años… dime si no es genialidad escribir eso a los 23 años.
    ABDN deberían reeditarlo. No sé a qué esperan los editores independientes (qué risa eso de independientes) a pelearse por él.
    Recomiéndeme usted uno, Tongoy.

  14. ABDN lo acabo de coger en la biblioteca, que no se diga. A primera vista no ha tenido muchos lectores y eso que es gratis. Será por eso que no lo reeditan.

    ¿Recomendar? ¿Yo? No, que va, no me atrevo. Le diría que «El pato Salvaje» de Ibsen, que lo más del mes pasado, pero no me haga mucho caso porque estoy de bajón por las últimas lecturas (desastre con «Stradivarius Rex» y alguna más) y me aferro a lo seguro. De ahí Dostoievski. Necesito aire.

    Saludos,

  15. Juan Carlos dijo:

    Tanta publicidad a Olmos me parece altamente sospechosa. Más que detractoras parecéis su gabinete de márketing. Os lo digo porque la cosa ya huele un poco.

    • Mira que se lo dije al resto de las chicas. «No podemos llamarnos La Patrulla de Salvación. Si el próximo libro de Olmos se va a llamar Ejército Enemigo, va a ser muy evidente que estamos aquí solo para promocionar su venta». Pero ellas empeñadas.
      Nos has descubierto. Nos paga Mondadori. Nos paga una pasta, que lo sepas.
      Olmos no sabe que su editorial nos paga para ayudarle. Psss. No se lo cuentes.
      Ahora que ya nos quitamos la careta, rogamos a todos los que nos leen que compren el libro. Si no se vende, Mondadori dejará de contar con nosotras para próximos lanzamientos. Porfaaaa
      – Margaret, también es una putada que como primer encargo nos toque Olmos. Nos podían haber encargado el nuevo de Sampedro, por ejemplo.
      – Claro, qué lista. Para libros como ese, no hace falta este jaleo que hemos montado. Ese libro se vende sin necesidad de ayuda. El de Olmos me da que ni con ayuda, pero confiemos en las velas a la virgen.
      – Margaret, me gusta pensar que somos una forma vanguardista de marketing. A nuestra edad.

  16. Sorpresas dijo:

    Tras el ridículo de Gonzalo Torné y sus serios problemas de ortografía y sintáxis básicas, del error de traducción en ¡el título! de la novela de Naipul, de los cuentos (malos) de Elvira y de Mercedes que quieren hacer pasar por novela y de los infames libros de Cantavella, ¿qué sorpresa nos tendrá deparada Mondadori?

  17. Cesar Bruto dijo:

    Vosotras seréis las publicistas de ese punto mas yo hace mucho que no tiro un dinero que no tengo ; de muñoz molina leí dos novelas y eran tan mediocres como sus artículos, no niego que los personajes de plenilunio sean casi reales sino que se lo reprocho y me pregunto que sentido tiene competir con la realidad del telediario en sus mismos términos; umbral me gustó de guaje pero cuando empezaron a gustarme Valle, Borges, Cortázar , Espinosa, García Calvo, umbral desaparecio de mi horizonte y con él los demás enanos de la venta, siempre amenazando con que bajan y aspirando sólo a subir a primera division, por mi que les den la liga y la copa que jamás me importó el fútbol.

  18. Primero imitas el estilo canalla de Lector Malherido, y luego te metes con Olmos con sus propias armas. Esto es el colmo de lo retorcido. Y a los escritores de verdad, como siempre, nos ninguneais. ¡Por mí podéis iros a la mie…!
    (Aunque mi opinión sobre Alberto Olmos es buena, como sobre Elvira Navarro, eso que quede claro.)

  19. Antonio dijo:

    Acabo de leer la nueva ¿novela? de Olmos. Merece post, merece…

  20. Alberto Olmos es un solar.

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