… Y LA CRÍTICA EN SU LINEA

Querido Jordi:

¿Cómo quieres que con la segunda “novela” de Claudia Apablaza (que la publicará, en este país ya todo es posible) me fie de tu presumible objetividad cuando le hagas la reseña (que se la harás), sabiendo que sois amiguitos y os vais a tomar copas juntos?
Ahora entiendo tu reseña de El diario de las especies en Revista de letras el 26/03/10:

En mi modesta opinión Diario de las especies se asemeja a esos diarios de navegación de los marineros. La embarcación circula por una supuesta red de redes donde la autora de un blog plantea varias problemáticas relacionadas con la novela, temas que trazan un perfil autobiográfico de infinitas voces mediante la inclusión de los comentarios de los visitantes del espacio virtual, que pierde esa condición al estar impreso en papel, transformándose en mero artefacto, forma de formas en el eterno camino hacia reconvertir la novela, género con un diccionario donde no existe definición de límite.

(…)

El eterno desfilar de nombres por la trama carente de trama es otro indicio del proceso formativo de la autora, devoradora innata con una prodigiosa biblioteca mental que aprovecha para lograr su objetivo y divertirse con sufrimiento por la multiplicidad de caracteres que aparecen entre los comentaristas del falso blog.

Cómo te gusta, amigo Jordi, eso de “artefacto”. Y qué moderno debes sentirte diciendo eso de que todo, cualquier cosa, puede ser novela.

Te voy a dar un consejo pues podría ser tu abuela: Apártate de ellos. Nos son buenos escritores y te arrastrarán en su caída. Tú eres buen chico y buen crítico, a veces. Lo último de Huoellebecq te quedó bien. ¿Lo ves? Deja de intentar salvar a tus contemporáneos, te acabará pasando lo que a la rana en el chiste del escorpión. Ya sabes. Dirán: “Es mi naturaleza”.

Qué bonita es la amistad.

Otras reseñas para mearse en las bragas:

Vicente Luis Mora. (el tío más moderno después del de la Nocilla)

Ibrahim B. (este no podía faltar siendo un texto de este tipo)

Guillermo Arroniz López (¿?)

Carolina Leon (Estado Crítico): “…manejado con valentía, sin red”. Valiente es el que escribe una novela de verdad, Carolina.

Bernardo Munuera (alias “blumm”) La manía de leer: “Es una novela que formalmente deslumbra.” ¿”Formalmente deslumbra”, blumm? Pero, ¿hemos leído el mismo libro, blumm? Te voy a dar un consejo, blumm: Ten cuidado con las reseñas, las carga el diablo.

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14 respuestas a … Y LA CRÍTICA EN SU LINEA

  1. Juan Ramón dijo:

    Sargento esto roza ya la falta de respeto, la verdad. Los post, por desgracia, también los carga el demonio, el hideputa del demonio. No se ría…

    • No me río, Juan Ramón. En verdad, lloro. Y lloro por el daño que se está haciendo al libro y a la literatura (algo para mí sagrado) publicando cosas como esta.
      Y lo peor no es escribirlo, o publicarlo. Que ya es grave. Lo peor es que los/las que deberían denunciar estos atentados contra el libro no lo hacen. Lejos de cumplir con su deber como críticos se dedican a jalear y ensalzar estas burdas trampas y engaños.
      Lo dicho: En el fondo lloro. Y mucho
      Un saludo respetuoso.
      La sargento triste

  2. Prefiero que me salve la Pantoja dijo:

    Menuda memez. Poco tiempo para escribir algo propio y corregir las erratas, ¿no?

  3. A. dijo:

    Margaret, estás hecha una petarda, vas de Echevarría y no llegas a Lector Mal-Herido.

  4. blumm dijo:

    Me ha molestado, Miss Sergeant que me diga eso de «mearse en las bragas». Visto así, sí es una falta de respeto que no esperaba de usted. Y lo digo aquí. Me ha defraudado, moza. Me ha defraudado porque me ha ridiculizado antes sus superiores y semejantes. Espero un castigo ejemplar. Y eso da vergüenza, y se pasa mal y uno piensa si de verdad mis palabras son para mearse en las bragas de algodón de una dama como usted. ¿O las tiene de esparto? Hay diferencias, sabe.
    Usted disculpe si mis impresiones -yo no sé escribir reseñas, no me dedico a escribir reseñas, no me gustan las reseñas porque la reseña suena a oficialidad- sobre mis lecturas -mías porque las elijo yo- no son de su agrado. A mí eso me da mucho igual por no escribir otra expresión menos amable.
    Pero solo entraba para expresar el «chafado» que me he llevado de usted. Ha hecho otro enemigo, joder. Qué ansias.
    Y sí, tengo que reafirmarme: Diario de las especies es diferente por muchos motivos. Antes arrancaban los autos con manivela; ahora, pulsas un botón y se escucha ¡run, run, pitipiti pun!

    • Estimado blumm:
      Tú puedes escribir un blog por pasar el rato. Me parece bien. Yo lo hago por un motivo muy serio. Yo estoy aquí (que maldita la gracia que me hace a mí leer estos libros y escribir sobre tanto subnormal) para defender la Literatura (con mayúscula). Repito: nosotras, cual samurais, hemos consagrado nuestra vida a una tarea superior. No estamos aquí para hacer amigos. Tenemos un cartel en la sala de operaciones de nuestro cuartel que dice: «La que quiera un amigo que se compre un perro». Pues eso.
      De todos modos no deberías tomartelo así. No quiero imaginar el infarto que sufrirás si algún día publicas algo y recibes una mala crítica. Te noto un poco crudo, poco curtido. Un poco de entereza por favor.
      Estoy de acuerdo contigo, hoy, en que Diario de las especies es diferente. Yo aun diría más, muy diferente.
      PD: Uso, para tu info, «White cotton panties» como lo escriben los fetichistas que buscan porno en la red.
      Un beso, príncipe. No te enfades
      La Margaret.

  5. blumm dijo:

    Usted no sabe la piel que gasto. No se preocupe por mi desnudez, de verdad. Usted agárrese bien, con guitilla de esparto, esas magníficas bragas que tiene que echar a lavar, ahora que se la hemos manchado. No me sea guarra, ¡pardiez!

    No me enfado, faltaría más. Solo me ha molestado y lo digo con cara, nombre y apellidos. De frente, casi siempre.

    Pero esto me divierte y porque estamos en viernes, los zagales están viendo la película de la semana y yo acabo de cenar.

    Pero me voy a mis libros. Tengo encima de la mesa «Constatación brutal del presente», de Javier Avilés. Intuyo, solo intuyo, que será otro punto y aparte en mi «devenir» como lector. Después Walser, seguir con él, Pirandello, peinarle la prosa, Juan Ramón Jiménez , Nabokov, y planteándome la relectura de ABDN -créalo-. Tengo a tanto autor en gana: relecturas de Montero Glez, iniciarme en Aparicio Belmonte, seguir con más de Pablo Gutiérrez, agotar la lectura de lo publicado por Álvaro Colomer, Jon Bilbao. Alba Cromm también la tengo en lista y un ensayito de Javier Moreno, Bluelephant. Hay tanto que leer, tanto bueno y tan poco tiempo que…

    No le engaño. Encima de la mesita de noche también tengo a Montaigne. A mi derecha la poética de Aristóteles, que hay que leérsela con más frecuencia, Miss Sergeant. Séneca, esos sí son clásicos de verdad. Eran griegos, romanos, macedonios…

    Y tiene que creerme. También estoy con el catálogo de Ikea. No sabe usted lo bonito que quedará el cuarto de uno de mis hijos.

    Sigo leyendo, pero no se preocupe por mí. Tengo costra de marinero. ¿Se acuerda de Alsen Bert? Tiro de él en estos momentos.

    Sí, yo ya me leí El idiota, del gran Dostoievski. Coja tiempo y carrerilla: anímese a leerlo.

    Un saludo.

    • Gracias, blumm, por las sugerencias.
      Permiteme solo una «dica» (te lo digo en postugues que suena menos presuntuoso): Lo de Alba Cromm ni lo intentes, de verdad. Tienes buenos libros, ya los estoy viendo, como para perder el tiempo en eso.
      Un abrazo de tu amiga
      La sargento Margaret

  6. Pingback: Diario de Especies de Claudia Apablaza « La Critipedia

  7. ¿Cómo pueden los críticos escribir tantas gilipuerteces leyendo semejantes basuras sin que les explote la cabeza por tanta contradicción?

    Yo creo que no han leído libros buenos y flipan con estas morrallas.

  8. Erik dijo:

    Con lo cortica que es la vida y la de libros por leer…

  9. Santiago dijo:

    Uff, antes de leer esto pensaba que estaba solo… he visto una entrevista a Claudia, esta «escritora» y he quedado sorprendido de su… cómo decirlo… superficialidad, y no llegaba a creer que ha publicado algo. Le preguntan qué autores recuerda de su infancia y responde que leía Caperucita roja y «cosas así», luego qué fue lo primero que escribió y dice que «plagié una novela de un autor que no recuerdo… eran aventuras…», la verdad es que es peor que escuchar a una quinceañera tarada.
    Es guapa sí. Y caigo en la cuenta de que debe tener amigos que quieran «ayudarla». Yo lo haría.
    Gracias Sargento, por decir la verdad. Saludos desde Chile!

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