La Fundación Francisco Umbral ha puesto en marcha un nuevo premio literario (había pocos). Se trata de elegir el mejor libro escrito en castellano que se haya editado durante el año pasado, 2011. En El Mundo, que a través de Unidad editorial, forma parte de la fundación, dicen que esto va a ser como el premio Goncourt. Prudentes los de El Mundo, como siempre.
En las dependencias de la Fundación, en estos mismísimos momentos, están reunidos los miembros del jurado. Allí se encuentran D. César Antonio de Molina, D. Juan Cruz, Dña. Carmen Iglesias, Dña. Fanny Rubio, D. Santos Sanz de Villanueva, D. Fernando Rodríguez Lafuente, D. Carlos Aganzo y D. Manuel Llorente Machado. El libro elegido debe ser anunciado mañana día 18, en rueda de prensa que tendrá lugar en la Fundación Ortega- Marañón (C/ Fortuny, 53. Madrid). El/la ganador/a se llevará 15.000 € y una escultura de bronce de Alberto Corazón.
Esta vez no se nos escapa la exclusiva: la patrulla de Salvación, ¡TATACHAN!, ha conseguido colocar un pequeño micrófono en el centro de flores que hay sobre la mesa de reuniones de la sala donde delibera el jurado. Periodismo ético se llama esto.
Los bocadillos y las bebidas (sin alcohol, que ya se tiene experiencia de lo ocurrido en otros premios) se han acabado. Son las ocho de la tarde y los miembros del jurado quieren terminar ya: “total, para lo que nos pagan”. Comenzó la reunión, a las 12 de la mañana, con todos de muy buen humor. Después de ocho horas encerrados –no está permitida la salida para evitar filtraciones a los medios y presiones externas- y con un calor asfixiante (se ha roto la calefacción y la temperatura no baja de los 35 grados) los ánimos están ya bastante crispados. Disfruten de la transcripción de lo captado por el micrófono oculto:
-Juan Cruz: Pero vamos a ver, Fanny, ¿Cómo vamos a dejar el premio desierto? Sería un escándalo. La primera vez que se convoca, y no lo concedemos. No puede ser. Elijamos el menos malo, va.
-Fanny Rubio: Mira Juan, vamos a hablar claro. Hemos revisado una y otra vez la lista de los libros publicados en 2011 y son todos una mierda. Yo conocía muy bien a Paco. ¿Qué hubiera dicho Umbral de estar aquí haciendo el idiota como nosotros? ¿Tú te crees que Don Francisco Umbral se hubiera chupado ocho horas aquí encerrado para decidir cuál es el libro menos malo? Paco los hubiera lanzado todos a la piscina.
-Santos Sanz Villanueva: Yo opino que la variedad y la fragmentación de la narrativa española al filo del milenio es la consecuencia, ante todo, de la libertad de los creadores para escribir de lo que quieran y como quieran. Así que el espectador curioso y desapasionado, el que no se guía por ningún prejuicio excluyente, comprueba las innumerables posibilidades que tiene a su alcance. El escaparate de una librería en nuestros finales de siglo refleja un panorama bien tentador e imposible será que nadie deje de encontrar el tipo de texto del que gusta; al lado se alinean el relato mimético y la fantasía sin corsé, la novela tradicional, seguidora de los modelos de siempre, y el vanguardismo rupturista.
–Fernando Rodriguez Lafuente: ¡Santos, coño, al grano! ¿Qué libro es entonces tu candidato?
–Santos Sanz Villanueva: Bueno, verás. Resulta, sin embargo, que esa variedad tiene algo de espejismo porque la limita el auge arrasador de un puñado de subgéneros que, en última instancia, son los que predominan en una sociedad de consumo que obliga al escritor a inclinarse de manera más o menos consciente por las formas de mayor aceptación. Por qué o cómo surgen no es cuestión que podamos dilucidar, pero a ojos vistas se halla la preponderancia de un número tan limitado de esquemas narrativos que se cuentan con los dedos de la mano.
–Manuel Llorente (susurrando con los dientes apretados al oído de Carlos Aganzo, que está a su lado): agárrame, Carlos, que me levanto y le arranco los ojos. Si vuelve a soltar una de sus parrafadas, no respondo.
–Carmen Iglesias: Tranquilicémonos todos. Mantengo mi opinión de que no debemos cerrar las puertas a que el primer premio Francisco Umbral se lo lleve un ensayo. Yo, por ese motivo, propongo El linchamiento de Federico Jimenez Losantos. Me parece que Federico es un digno continuador de la obra de Francisco Um…
–Juan Cruz (interrumpiendo): ¡Y una mierda! Si tú votas por uno de La esfera, yo propongo uno de Alfaguara. Mi candidato es El puente de los asesinos, de Arturo Pérez-Reverte. ¡Con dos cojones! ¡Toma! ¡Chúpate esa, guapa!
–Cesar Antonio Molina: permitidme que intervenga y ponga sosiego. Como ministro de cultura he participado en consejos de ministros -perdón por la redundancia, pero me encanta repetir que fuí ministro- mucho más alborotados. Os voy a proponer a todos una solución de consenso. Soy consciente de que mi carrera literaria podía haber ido por otros derroteros. Pero debéis considerar que de alguna manera la tuve que sacrificar –mi obra literaria, digo- en gran medida cuando acepté ser ministro para servir a la cultura y al castellano. Por ese motivo, y solo como solución de consenso y para poder irnos a nuestras casas, propongo que se me conceda el premio por mi libro publicado en Pre-textos, Cielo azar. Es un libro de poesía que, de verdad de la buena, me ha salido fenomenal. Mirad un ejemplo. La completud:
perder
olvidar
igual belleza
lo que tuviste
lo tienes
porque quisieras tenerlo
sin caricias
carecer de todo
la completud
–Carlos Aganzo: Esto ya es de coña. Mira, haced lo que os de la gana, pero yo me quiero ir a mi casa.
–Juan Cruz: Ministro, con todos los respetos. No podemos salir de aquí otorgando el premio a alguno de nosotros. Perdona, pero no puede ser.
–Santos Sanz Villanueva (arriesgándose a que alguien lo ate, lo amordace y lo cuelgue de la lámpara, como si fuera Asuranceturix, el bardo de Asterix): Pero convertida en literatura neta mediante un somero puñado de recursos. Uno, habilísimo, consiste en el punto de vista del narrador, que se desliza desde la perspectiva enjuiciadora del autor mayor hasta la percepción ingenua del pequeño protagonista y testigo. Otro, primordial, radica en la recuperación de aquellos hechos con una eficaz mezcla de proximidad afectiva, distanciamiento y suave ironía, según convenga a las distintas situaciones. Y uno más, el de mayor originalidad, basado en una impecable técnica para convertir una anécdota vital en una especie de cuento, sobre todo por el modo de tratar el desenlace del episodio con un final sorprendente, revelador o paradójico.
Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Nota de la Patrulla de Salvación: Sentimos mucho comunicarles que perdimos la conexión en el momento en que uno de los miembros del jurado –no sabemos quien- cogió el centro de flores donde estaba el micrófono y se lo arrojó a don Santos Sanz Villanueva a la cabeza. No hubo que lamentar víctimas.
De todos modos, y solo por satisfacer nuestra ludopatía, vamos a hacer nuestra apuesta: El ganador va a ser: El ruido de las cosas al caer de Juan Gabriel Vazquez (Alfaguara, 2011).
Yo digo que se lo dan a Marías. ¿Dónde hago la apuesta? Que me voy a llevar una pasta…
De ganar vuestras apuestas (Marías, Vázquez), el premio nacería muerto. Para hacerse un nombre, el premio tiene que apostar, o bien galardonar novelas «oficiales» cuando lo merezcan, no cuando sean medianitas, como es el caso.
ains… cómo me he reído, Patrulla. ¿Quién dijo que no se puede estar de guardia y de buen humor a la vez? Como ganéis la apuesta… Un abrazo!
Hilarante y creo que mas real de lo que querríamos admitir…
Jajaja… sois muy grandes.
La verdad es que yo no leía a Umbral porque creo recordar que no entendía nada… supongo que era culpa mía, pero este post me ha servido de venganza.
No dejo de seguiros..
Yo opino que se lo van a dar a ‘Don Quijote de la Mancha’ de un tal Miguel de Cervantes. Y estoy convencido de que nadie va a impugnar el fallo. ¿Quién coño se toma ya en serio las bases de la mayor parte de los premios? Los premios literarios funcionan cada vez más como la justicia en Ciudad de México. Primero buscamos al culpable (en este caso al ganador) y luego fabricamos meticulosamente las excusas para meterlo en la cárcel (en este caso para darle 15.000 eurazos). Y si hay que resucitar al manco de Lepanto pues se resucita, y si hay que cambiar la fecha de publicación del Quijote pues se cambia… Cosas peores se han visto… And the winner is El Quijote…
Mi apuesta es «El tiempo entre costuras.», una novelita que no hace daño, correcta. Si ensayo, Marina. Si poesía, yo, claro, que los poetas tenemos el ego subidito. Si teatro… ¿Alguien habla de teatro en este país?
Bueno, ya está. Me voy a mirar el programa de Cosmopoética para ver en qué se gastan mis dineros este año.
¿No funcionaba la calefacción y entonces hacía calor? ¿35 grados? ¿En enero? ¿Ven como a ustedes no les salen bien los chistes?
Manuel Longares, Premio Francisco Umbral al Libro del Año (y no Juan Gabriel Vásquez): ¿véis que bien informadas que estáis, chicas? Y después queréis que os tomen en serio: tenéis menos credibilidad que Alberto Olmos hablando de literatura.
«De todos modos, y sólo por satisfacer nuestra ludopatía, vamos a hacer nuestra APUESTA: el ganador va a ser El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vázquez (Alfaguara, 2011)».
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