Pinchando aquí pueden leer un interesante análisis realizado por el catedrático de Literatura Española Germán Gullón en el año 2006 sobre los escritores españoles que rondan la cuarentena. Les destaco algo:
Hace años las primeras novelas de un autor ni siquiera se reseñaban, mientras que los escritores nacidos en torno a los años sesenta ven sus primeras obras, con las que debutan en el mundo de la literatura reseñadas en la prensa y premiadas. Casi todos los escritores importantes cuya edad ronda la cuarentena ganaron uno o varios premios de narrativa. Enumero sólo los premios mayores, porque casi todos ellos recibieron otros menores, para ofrecer una idea de la extensión del fenómeno y su impacto en esta generación: Antonio Álamo (Premio Lengua de Trapo, 1996), Lola Beccaría (Finalista Premio Nadal, 2001 ) Juan Bonilla (Premio Biblioteca Breve, 2003), Luisa Castro (Premio Biblioteca Breve, 2006), Juan Manuel de Prada (Premio Ojo Crítico de Narrativa, 1996; Premio Planeta, 1997; Premio Primavera, 2003), Lucía Etxebarría (Premio Nadal, 1998; Premio Primavera, 2001; Premio Planeta, 2004)), Belén Gopegui (Premio Tigre Juan, 1993), Pedro Maestre (Premio Nadal, 1998) Luis Magrinyà (Premio Herralde de Novela, 2000), Fernando Marías (Premio Nadal, 2001; Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, 2005; Premio de Novela Ateneo de Sevilla, 2005 ), Antonio Orejudo ( Premio Tigre Juan, 1996; Premio Andalucía de Novela, 2000), Sergi Pàmies (NH Hoteles de Relatos, 2000), Juana Salabert (Finalista Premio Nadal, 1996), Marta Sanz (Premio Ojo Crítico de Narrativa, 2001; Finalista Premio Nadal, 2006) Lorenzo Silva (Premio Ojo Crítico, 1998; Premio Nadal, 2000; Premio Primavera, 2004 ), Eloy Tizón (Finalista Premio Herralde de Novela, 1995). Dejo fuera de esta nómina al narrador con más galardones, Javier Cercas, que ha ganado numerosos y merecidos premios dentro y fuera de España, y cuyo éxito llegó no precisamente mediante la propaganda que supone recibir un premio literario, sino por el famoso boca oído.
Parece como si los escritores de hoy ya no se hacen, sino que nacen con el certificado de calidad entre los dedos. Si pensamos en la historia de la novela advertimos que la mayor parte de los grandes novelistas que han sido no conocieron el éxito así de rápido, muy al contrario, algunos serán reconocidos después de muertos. Antes hacía falta que el autor publicara varios libros; hoy el editor quiere rendimientos inmediatos, y los autores también.
Qué pereza me dan todos estos nombres… Me conformaré con colocarlos de tal manera que Dickens, Bulgákov, Woolf, Kafka y mis demás amadas se sigan viendo más. Por si acaso vende 😉
Hoy se fabrican los escritores.
Faulkner me parece que vendió 800 ejemplares en 13 años de El
ruido y la furia . Hasta que le llegó lo que le llegó .
Si ya lo ha dicho vd. muchas veces , mi sargento , una cosa es la literatura y otra vender libros .
Ahora los jóvenes son muy listos , y como el índice de analfabetismo funcional aumenta exponencialmente , y los inteligentes » de verdad » pasan de la literatura , no hace falta leer a Dostoievski pra tener un máster de Económicas , mucho menos leerlo por gusto ; los 4 que junten dos frases pintureras deben pensar : Si yo triunfo visto el patio , a mí los millones , que entren las cámaras .
Me lo figuro , pero me puedo equivocar .
Si no sabes posar, es que no vales para escritor.
http://www.notodo.com/libros/3148_antonio_j_rodrguez_fresy_cool.html
Pensamiento débil, pensamiento nocilla… todo viene a ser lo mismo.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador…
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
Vivimos en la plenitud de los tiempos.
Joder, no tiene desperdicio: «La verborrea completamente libre de prejuicios, presiones y premios de la nueva juventud literaria española (y casi global), criada, primero, en cyber cafés, y más tarde vía smartphones y abocada de lleno a la cultura social media está destruyendo, en parte (y menos mal), lo que conocíamos como narrativa clásica: plana, celosa de celebraciones y aplausos, muy enclaustrada en un formato prototípico»
Ya la descripción de la obra muestra una evidente debilidad mental: «Fresy Cool es una maravilla por donde lo mires. Un yogurt griego, un pisotón de Pepe, un beso de Arnaldo André, una canción de Bonnie ‘Prince’ Billy, un vómito de Burroughs»; se dice todo esto, una acumulación de imágenes que se dirige al plano sensorial y emocional, pero ni una palabra dedicada al análisis literario concreto y real. Menuda crítica.
«Huele a sangre y gloria lo de este jovencito».
Madre mía…
Felicito a Alan Queipo por haber escrito tres párrafos sobre un libro que no da ni para medio_ Hoy una adivinanza_ ¿En qué libros están «inspirados» mucho pero mucho mucho «La mano invisible» de Isaac Rosa y «Alma» de Javier Moreno? Se aceptan apuestas_
Es la crítica «literaria». Como si te dan a analizar un poema de Aleixandre y respondes con un poema surrealista.
Y va el profe y seguro que te suspende, el muy cavernario.
“La mano invisible” de Isaac Rosa está muuuuuuuuuy inspirada en «el apocalipsis de los trabajadores» de Valter Hugo Mae y “Alma” de Javier Moreno le debe piernas, tronco, cabeza y brazos a «Autorretrato» de Édouard Levé_ Chicos_ disimulad más, que ya se os nota mucho_ Y los editores de Lengua de Trapo y de Seix Barral que espabilen, que sus autores les meten unos plagios que te cagas y se los tragan con patatas_ Qué raro que la PdeS _que se las da de informada_ pase por alto cosas así_ ¿O es que serán amigos de la casa?___
Digo yo que esto de los premios se debe más bien al (ab)uso puramente propagandístico que se da a los certámenes des de las editoriales. Mucha trampa, esto es lo que hay. La calidad de las obras es un problema a parte.