EN DEFENSA DE LECTOR MAL-HERIDO, EL POBRE

Creo que es en uno de los libros de Olmos donde se cita esta frase de Umbral: “No lucha uno para llegar a ser profundo, verídico, útil o mejor. Se lucha por llegar a ser solemne”.
La frase tiene su miga, no se dejen engañar por la primera lectura. Con la coña que nos traíamos todos, y resulta que se trataba de eso.

Así terminaba Ignacio Echevarría su artículo (aquí) del viernes pasado en EL CULTURAL. Como somos muy obedientes, hemos leído varias veces (tres), no solo la frase de Umbral, sino el artículo completo.

La primera lectura, para qué negarlo, nos produjo satisfacción. Por fin alguien lo decía tan alto y tan claro como nosotras: Alberto Olmos solo procura, con sus cosas, ser celebrado  públicamente. Que le aplaudan por la calle, vamos.

La segunda nos dejó, además, un regusto amargo. El mismo mal estar que te causa ver como un grandullón da una paliza en plena calle a un pobre niño.

Y la tercera trajo consigo una sensación de perplejidad: ¿por qué Echevarría, un crítico de primera división, se ensaña de esa forma inmisericorde con un escritor de tercera regional? Que lo hagamos nosotras –en la medida de nuestras posibilidades-, vale, pero ¿Echevarría?

Hemos pasado todo el fin de semana pensando. Nos ha costado –la demencia senil hace ya estragos en nuestros cerebros- pero hemos descubierto el motivo de tan desproporcionado ataque. Echevarría no es tonto ni da puntada sin hilo. Vive de esto y lo que  ha hecho no es más que defender su pan de cada día. Lo que oyen. Me explico:

Ignacio sabe que la crítica literaria está atravesando por la crisis más profunda de su historia. Esto decía, también en EL CULTURAL (aquí), hace unas semanas:

Se habla mucho últimamente de la crítica literaria. Yo diría que más de la cuenta. Resulta mosqueante. Es un indicio inequívoco de que no le van bien las cosas. La crítica debería dar que hablar por sus actuaciones. Cuando se habla de ella genéricamente, reflexionando a coro sobre su estado, su función, sus limitaciones, las amenazas que se ciernen sobre ella, los retos que le corresponde afrontar y bla bla bla, mal asunto. No es sólo que se repitan hasta la saciedad los tópicos de siempre. Es que, por si fuera poco, se blanden con cada vez más condescendencia; como quien, junto al lecho de un moribundo, musita los reproches de toda la vida añadiendo, eso sí, que pese a todo era un buen tipo, y vamos a echarlo en falta.

También sabe don Ignacio que los lectores, a la hora de decidir qué libro leer, buscan consejo -cada día más-  en sitios diferentes a los suplementos literarios. Esto se debe, simple y llanamente, a que los críticos –él entre ellos- están perdiendo (si no la han perdido ya del todo) su credibilidad.  Los lectores buscan hoy ese consejo en blogs y redes sociales. Si Echevarría perdiese del todo su poder prescriptor, se le terminaría, como consecuencia, el negocio de las conferencias, el de los libritos (aquí y aquí), el de los talleres y el de los artículos. Perder las reseñas es lo que menos daño va a hacer a su bolsillo. Pero lo cierto es que son esas críticas las que lo hacen visible y con ellas consigue el  prestigio necesario para luego ganar dinero (no mucho, también es verdad) con el resto de chapuzas. Echevarría –equivocado- cree que él y el resto de críticos pierden lectores porque otros –blogs y redes sociales-  se los roban. No se da cuenta de que ellos, los críticos, con su falta de profesionalidad se han ganado a pulso lo que les está ocurriendo.

Por eso decidió dar la batalla. Eligió a Alberto Olmos por ser el más visible de los escritores con blog de crítica literaria. Lo de Pérez Andújar era para despistar. Atacando a Alberto Olmos está intentando minar la credibilidad de Lector Mal-herido y de paso (ahí está el asunto) del resto de blogs literarios. A ver si así recupera la audiencia perdida. Olmos no hace daño al bolsillo de Echevarría, pero Mal-herido y, sobre todo, el resto de blogs de crítica literaria, sí.

La guerra, como la política, hace extraños compañeros de cama, dirán ustedes. Pero hoy, y sin que sirva de precedente, estamos al lado de Juan Malherido (más mal herido que nunca, el pobre,  después de la paliza que le propinó ese abusón) y del resto de blogs de crítica literaria. Tranquilo Alberto que ya estamos llegando con las tiritas, la mercromina y el agua oxigenada.

Un asunto que no tiene nada que ver con lo anterior:

Interesante artículo publicado el  viernes pasado en La Nación. Alicia Dujovne Ortiz (aquí), utilizando el último libro de Schiffrin como hilo conductor, comentó el estado del mundo editorial. “El dinero y las palabras” es el título.

Les dejo solo dos frases:

«He dicho alguna vez que al dejar de lado nuevos títulos sin gran esperanza de venta, estábamos pasando del infanticidio al aborto -se burla Schiffrin-, puesto que se desechan contratos a los que ya no se considera financieramente válidos. Hoy ya hemos llegado a los métodos anticonceptivos: se hace lo posible para que esos libros no entren de modo alguno en el proceso de producción.»

 “En Francia, las editoriales independientes producen un tercio de los 38.000 títulos publicados por año, pero el total de sus ventas sólo representa el uno por ciento.”

 

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22 respuestas a EN DEFENSA DE LECTOR MAL-HERIDO, EL POBRE

  1. anónimo dijo:

    Un escritor (Olmos) que menciona a Saer y Di Benedettio y los califica de miniaturistas sin nada que decir me parece indefendible. O poseedor de una profunda ignorancia literaria. De la guerra prefiero la tregua.

  2. Pingback: Trinidad

  3. julian bluff dijo:

    Se entera el triple Olmos que Echevarria. Y si contamos que es mucho más joven, habrá que concluir, que se ponga como se ponga Maggie (y esta noche, multa al canto; ya lo verán) que la victoria de este último sobre el primero sin, por el momento, haberle pegado un solo teclazo a la polémica, es de las que hacen pupa. Yo que el Echevarría lo dejaba estar. Al loro, sargenta, ¡que es de oro!.

  4. julian bluff dijo:

    ¡Horror, error! Hablo de la victoria (dialéctica, obviously) de Olmos sobre Echevarria aunque con lo de los últimos y los primeros y todo el lío que supone meter una subordinada ¿se dice así? entre medias, me ha llevado a aturullarme y ponerlo al revés. Disculpas sentidas.

    • Chuff Chuff dijo:

      ¿Quieres decir que Olmos gana porque es más joven? ¿Por qué ha leído menos que Echevarría? ¿Por qué aún no ha hecho todo el ridículo que promete?

      • julian bluff dijo:

        Digo, y mantengo, que en todos los órdenes de la vida en los que de lo que se trata es juzgar lo realizado por un tercero, la solvencia de las opiniones la da la acumulación de experiencias vividas sobre lo que se opina. Presuponiendo que Malherido y Echevarria se dediquen a leer como cosacos (que parece que lo hacen) debería Echevarria, por ser mayor, tener un criterio más depurado a la hora de juzgar obras ajenas que Malherido, y como a mi juicio no lo tiene de manera notoria (y aquí introduzco el elemento «subjetivo» que podría desbaratar todo mi discurso) concluyo que, como crítico literario es más fiable el segoviano. Bueeeno ¡y qué cojones! es que además te ries más con él; y… no lo olviden, caballeros… el sentido del humor es el predictor de la inteligencia.
        O, al menos, eso pienso yo. ¡Abrazos!.

    • Nigredo dijo:

      ¡Pero que victoria? ¿Se ha puesto a bramar o a chillar como una niña de peli de horror? Por favor, un poquillo de seriedad. Es cosa de ponerse, entre medio, las medias.

  5. VD dijo:

    La cosa promete, Margarete. 5 a 1 a que la cosa no acaba aquí. No hay dos sin tres.

  6. Anónimo dijo:

    Ah! Todo claro, Julián. Coincido contigo, Olmos hizo polvo a Echevarría. Además, como críticos, Malherido y Echevarría tampoco que sean tan distintos, salvo que uno es más divertido que el otro.

  7. julian bluff dijo:

    Y ¡ojo al dato!, como decia Butano, que si no se me entiende lo que escribo eso es indicio total (¿alguna queja del adjetivo, pedazo de kitschs?) de que voy camino de convertirme en una figura de relumbrón en el hipoagorgérico panorama narrativo hispánico de este infriccionante tercer milenio

    • Clown dijo:

      Con todos los respetos, estimado Julian Bluff, pero es que no le entiendo la mitad de sus frases. Como dice usted debe de ser muy bueno pero esa sintaxis es para revisar.

    • Chuff Chuff dijo:

      Eso, Julián, que no te entiendo pero te comprendo, o que no te comprendo, ni comparto tu opinión, pero bueno, eso, que sí, que vale.

  8. Dr J dijo:

    Patrulla, un 10 (diez).
    He pasado por las mismas fases y preguntas que ustedes se hacen.
    Estoy totalmentge de acuerdo.
    Echevarria ya me pareció un poco bastante singer in the morning con toda la máquina de hacer billetes llamada post-bolaño.
    Creo que uno de sus últimos grandes pelotazos.
    Vale, ahora están con Luis Goytisolo, un poco en plan libraco a lo 2666, a ver si lo colocan.
    Sale a buen precio y es un buen objeto fetiche.
    Pero me pareció de cobarde absoluto el garrotazo a Olmos.
    Aún estando de acuerdo, absolutamente desproporcionado.
    Cada vez más creo que los instalados (cada vez quedan menos) de la industria cultural, reseñan según les haya sentado el último gin-kas (para los amantes del teatro, sigan las reseñas de Marcos Ordóñez: dependen de las copas tomadas, si eran invitadas, si la actriz estrella se acercó a pelotear, si los chicos de Animalario invitaban,etc, etc).
    Anda el tema tan desmelenado, que lo próximo será un Rodrigo Fresán despotricando de la novelita de Javier Calvo: tranquilos, antes conoceremos el rostro de Pynchon. Pero todo se andará.

  9. Sixette dijo:

    ¿Y si se fantaseara menos con motivaciones personales y se prestara atención al contenido del libro y de la crítica? ¿Sería como darle importancia a eso llamado literatura?

  10. Madurita dijo:

    Estimada Sixette, eso que tu propones, es un absoluto coñazo: el contenido del libro y eso que se llama Literatura.
    El libro de Olmos, es ilegible, un coñazo.
    Lo que escribe Echevarria, un coñazo: siempre desde unos aires de superioridad autoinmune que apesta.
    La Literatura, un coñazo.
    Te recuerdo que lo escrito, en orígen, estuvo ligado a ritos, comercio, cosa funeraria, festiva, elegías, rimas, etc.
    Ahora estamos inmersos en el marketing de la industria cultural.
    Descojonarnos un poco de todo esto, del personaje Olmos, del personaje Echevarria (los dos aspiran a la misma solemnidad = euritos = cling cling caja…) es una manera de desenmascarar la farsa.
    Las Letras? Aa, ellas se escriben solas…

    • Nene Cato dijo:

      En algunos comentarios yo clicaría un posmodernoide «me gusta». Como en este.

      Madurita, a sus pies. Aunque, bueno, creo que por ahí hay algún libraco, yo qué sé, algún poema, una o dos historias que aún son capaces de cogerme por las solapas y darme un buen aventón. Literatura que voltea. Sí. Pero esto lo dejamos -almas de cántaro y procrastinadoras- para otro rato, que ahora estábamos con las idas y venidas de la invectiva y ahí yo le doy la razón.

      Saludazos.

  11. Madurita II dijo:

    Nene, me alegra la tarde.
    En realidad, soy un Madurito con barbita.
    Si tu finalmente ser jovena pos-moderna, deja aviso q qdamos en el Café Comercial.
    El otro día estaba el Pérez-Reverte en una mesa seduciendo con su Ego-attack a una funcionaria..!

  12. ami plin dijo:

    Pues yo después de leer lo de Echeverría, me dije: «ya es hora de leerle a Olmos pagando», pero me he pasado esta tarde por el fnac (soy de provincias) y nada. Lo de la segunda lectura no lo cojo.

  13. J.R. dijo:

    Somos tierra de escritores , la vanidad se ha convertido en el valor máximo de los cervantillos y la mayoría son unos alienadores. El caso es que como entres en un blog de estas luminarias y

    les lleves la contraria o hagas la más mínima critica te trollean de mala manera y no solo la nueva y sabia ola sino casi todos, para curarme en salud ni me planteo leer nada de ellos, aunque hay adictos para todo no me creo que se los lea como presumen

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