ANTONIO J. RODRÍGUEZ (hoy) TIENE RAZÓN

-Mi nombre es Margaret, la sargento Margaret, y soy alcohólica.

-¡Margaret!  ¡¿Qué estás diciendo?!

-Pero… ¿Qué haces tú aquí? ¿No es viernes? ¿No estamos en la reunión de…?

-Estamos a miércoles, mujer. Y te encuentras en el cuartel de la Patrulla.

-Uy, perdón. Vuelvo a empezar: me llamo Margaret, pero no es mi nombre real, es un seudónimo, y lo que quería contarles es que cada día le encuentro más ventajas a esto de usar un nombre falso. Como decía (aquí) me permite ser objetiva y hoy lo he comprobado de nuevo.

Me explico.

Acabo de leer un artículo (aquí) de Antonio J. Rodríguez (alias Ibrahim B. y autor de Fresy Cool, Mondadori, 2012)  y me ha gustado mucho. Aporta un punto de vista nuevo al análisis de las causas de  la crisis de ventas del libro en España y denuncia con valentía y claridad una palpable equivocación (o pillería –esto lo digo yo-) de las editoriales en su estrategia comercial.

Pues decía que me alegro de ser un nombre ficticio, de no ser nadie, porque de ese modo, aunque este chico me insulte a menudo (tenemos amigos comunes, Antoñito), puedo –teniendo más claro que nunca que mi objetivo es únicamente salvar el libro- reconocer la valía de lo que ha escrito y darle la enhorabuena.

En este mundillo literario español donde abundan los egos inflados (lo más tóxico), las sectas y las cuadrillas, les reto a ustedes a que intenten recordar la última vez que, estando enfrentados dos escritores (o dos lo que sea) , uno de ellos reconoció el mérito del otro por un artículo, una crítica o un libro. A que no se acuerdan. Yo tampoco. ¿Ven lo bueno que es no ser nadie? Ser la sargento Margaret me permite hacer algo que casi seguro no haría con mi nombre real.

Les copio aquí un extracto del artículo de Antonio J. Rodríguez sobre lo que él llama las “imperdonables incoherencias publicitarias en la industria del libro”:

…la omisión de la publicidad, que cualquier otro mercado consideró necesario para distinguirse, lleva mucho tiempo pagando sus consecuencias. O desde luego cabe preguntarse qué no habría hecho un Bernbach o un Saatchi con los autores y sellos que nos agradan. Y si la publicidad es sociología rentable, entonces sólo podemos lamentarnos de no haber sacado partido a las enseñanzas de Bourdieu y sus secuaces. En su defecto, la literatura optó por limitarse únicamente a las palabras de los críticos como argumento de venta, obviando que la publicidad cargada de texto, desastrosamente desapasionada, dejó de ser útil hace más de un siglo. Ninguna crítica puede transmitir el significado de pertenecer a esta o aquella comunidad de lectores, y los valores culturales que, más o menos conscientes, cada tipo de lector y consumidor representa.

Nota: las negritas son del autor.

Enhorabuena, chaval. Hoy lo has bordado.

Ah, se me olvidaba: el artículo lleva como título (valiente) “¿Quién Se Ha Llevado Nuestra Pa$$$$$ta?”. Antonio, yo te puedo dar algunos nombres.

OTRO ASUNTO

La revista Jot Down publica una entrevista con Fernando Sánchez Dragó (aquí). Nosotras también entrevistamos, hace unos meses, al GRAN escritor (aquí).

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26 respuestas a ANTONIO J. RODRÍGUEZ (hoy) TIENE RAZÓN

  1. Ire dijo:

    Bueno, yo no le veo la relación. Antonio J. olvida que si precisamente el Sonar es un modelo de festival exclusivo es porque se basa en una publicidad muy dirigida y en el boca-oreja. Eso hace que quien compre una entrada crea pertenecer a un público selecto, cuando en realidad su cartel acostumbra a ser de lo más ecléctico y abarca todas las franjas de edad y todo tipo de público.

    Pero es que hay que ser muy buen publicista para ello.

    • Yo de música electrónica no entiendo nada, querida Ire. Lo que si sé es que la industria editorial (de libros) no se ha gastado ni un duro en publicidad. 4 pesetas pagaron y creo que no llega. Las editoriales con eso de que el libro es un producto cultural que requiere vías especiales de comunicación y distribución (trampa) se han ahorrado una pasta y se han llevado (los dueños y los accionistas) unos márgenes altísimos en beneficios. De este modo tenemos lo que denunciabamos hace tiempo aquí:
      1.- Unos productores (editoriales) que desconocen totalmente a sus compradores (lectores).
      2.- Unos lectores que faltos de información (porque las editoriales no se preocupan de comunicar con ellos), terminan comprando lo que su compañera de trabajo lee, sea lo que sea. Me refiero aquí a aquello que decíamos de que una lectora de «El tiempo entre costuras» no sea consciente de que «Ana Karenina» es una novela que, seguro, le va a hacer disfrutar.
      Puntos 1 y 2 son culpa de las editoriales.
      Un beso
      La sargento
      PD: Por favor, que se entienda que cuando hablo de gastar dinero en publicidad, no me refiero solo a poner anuncios. Estoy hablando de comunicación en el sentido más amplio.

      • Ire dijo:

        No hace falta saber de música electrónica, querida Maggie, ni decir tonterías como lo de los DJ’s. ¿¿New Order y Lana del Río?? Precisamente dos de los que más llenaron.
        Para hablar de lo que sea hay que saber ni que sea un poquito.

      • Ire dijo:

        Del Rey, no del Río, que no me gusta nada.

  2. viruela dijo:

    enhorabuena! (suscintamente)

  3. Qwerty dijo:

    lo de AJR es frustración porque su libro no lo petó como él quería _y ahora le echa la culpa a la editorial_ como hizo antes Carrión en su FB_ El calor te ha ablandado la sesera_ Emilia.

    • No te niego, amiga/o Qwerty, que yo tambien percibí al leerlo cierto olorcillo a cabreo. Sí es posible que Antoñito -convencido como está de haber escrito una obra maestra («Fresy Cool»)- piense que si se hubiera publicitado un poco más su libro, habría multiplicado por 100 sus ventas. [Para alcanzar la cota de los 100.000]
      Pero eso no quita rezón a lo que dice.
      Un abrazo
      La Margaret

  4. Sr. Bonilla dijo:

    Que se queje de la falta de promoción de la editoriales Antoñete precisamente es deplorable. ¿Qué quiere? ¿Que hagan publicidad de Fresy Poo en el descanso de los partidos de La Roja? Quizás deba intentarlo como rapero, la otra expresión de su genio.

    http://elgransurmano.com/el-mundillo

    • Ire dijo:

      Ah! que no lo había pillao! Claro! Es que él se considera el DJ alternativo de la literatura y estrella del «Sonar» literario! Ahora sí tiene sentido, claro. Supongo que eso justifica su personalísima interpretación de las cosas.

  5. Ire dijo:

    Tampoco habría que olvidar que normalmente la gente que traen los del Sonar suelen ser bastante representativos de los diferentes sectores de público a quien se dirigen y de una calidad notable, como mínimo las ‘estrellas’.

    Saludos

  6. Ire dijo:

    Y toda la verdad del Sonar, que Antonio J. debe conocer, como Ravalero de toda la vida que es, viene de hace algunos años, cuando nació, que sí que era un festival alternativo de verdad, es decir, raro, raro, en el que podías encontrar auténticas joyitas que no conocían ni en su casa. Pero ese modelo era evidentemente insostenible y se ha ido transformando hasta lo que es hoy, un festival en que la entrada más barata cuesta 50 eurillos, y que sobrevive básicamente gracias a hipsters, indies y nostálgicos que pagan el pack de más 100 que cuesta. Pero hay que reconocerle la gracia que ha tenido en saber preservar la supuesta exclusividad y el esfuerzo que hace en traer a gente con cierto renombre o que suenen, y que justifica la pasta que se invierte en él, que no está nada mal, gracias a una publicidad inteligente, cierto.

  7. Benoit dijo:

    ¿El Sonar es lo de las chonis chunda chunda?

  8. juan dijo:

    La publicidad es un maldito cáncer. No hay nada tan espantoso en el hecho de vivir en una gran ciudad como que te estén intentando vender tropecientas cosas a cada 4 pasos.
    Ahora más que nunca los buenos productos se vendan solos. Se me ocurre Pablo Gutiérrez, por ejemplo, creo que en Lengua de Trapo están muy contentos. O el tío de La piel fría, creo que antes tampoco era muy conocido. Y tú misma, Margaret, me parece que no conseguiste los lectores que tienes poniendo carteles en la calle.
    Seguro que hay más y mejores ejemplos, yo de esto no sé mucho. En cine hay casos espectaculares de éxito al margen de la promoción: Mary & Max, The man from earth…

    Un saludo.

    PD: El artículo del chaval este no puede ser más pesado y pedante. Siempre con tantas ganas de demostrar lo cultureta que es que da el mismo asco tenga razón o no.

    • Ire dijo:

      Cierto. Y que precisamente él se queje de la falta de publicidad, cuando ha salido hasta la saciedad en suplementos ‘culturales’, programitas de la tele, etc. como motivo para la falta de ventas tiene muchas narices. Si te descuidas te pasará un camello por el ojo de una aguja.

      • sol dijo:

        Ay, pobre Ire, igual te piensas que tus fracasos se deben a la «falta de publicidad». Pobre mujer.

      • Ire dijo:

        Yo no tengo fracasos, sol. Y tampoco soy pobre. Mis papis tienen bastante pasta, y donde no llego yo llegan ellos. Pero gracias por interesarte por mí.

    • Dejando a un lado su forma de escribir, Antonio J. Rodríguez tiene razón (y mucha) en una cosa: las editoriales, durante estos últimos 20 o 30 años no se han gastado un duro en publicidad. Han dejado toda la promoción de sus libros en manos de los críticos literarios. Eso ha generado una situación aberrante y de ahí viene, en parte, el bajísimo nivel de la crítica literaria de este país. Por eso se enfadan tanto los editores cuando un crítico (un día, solo uno, que se levantó el plumilla de malas) pone a parir uno de sus libros. Les siente así de mal porque no tiene otra vía de hacer saber al lector (que cada día entra menos en las librerías, en las pocas que quedan) que su libro es el que le va a gustar el que le conviene leer.
      Eso ha generado que la crítica literaria oficial pierda su objetividad y libertad para realizar su trabajo. Es cierto, y vaya esto en descargo de los críticos, que soportar la presión de saberse el único canal de comunicación con el comprador que tienen las editoriales, tiene que ser duro de llevar, debe hacerle temblar a uno la mano cada vez que por la cabeza pasen las ganas de decir la verdad sobre un libro malo. Pero que se tranquilicen porque ya cada día son menos los que leen sus reseñas y las editoriales los necesitan (a los críticos) cada vez menos.
      Yo voy más lejos que Antonio J. Rodríguez. La publicidad se identifica con el anuncio coñazo que nos aparece en la página de internet y que no nos deja ver la noticia o el video. Yo considero que hay que hablar de comunicación, un proceso del que la publicidad solo es un paso. Las editoriales españolas tampoco se han gastado un duro en comunicación.
      La comunicación es un proceso de dos vías: 1.- del lector al editor y 2 del editor al lector. En una buena comunicación, como la que hace cualquier empresa seria, hay –como pasos básicos e imprescindibles- que: 1) investigar mercados, 2) segmentar esos mercados, 3)definir “targets”, 4) elegir y diseñar los productos en función de los pasos anteriores, 5) publicitar mis productos y 6) investigar la satisfacción del comprador.
      De todo esto, en las editoriales españolas, nada. Todo lo que hacen es pagar a Nielsen para que les mande la lista de los más vendidos y las cifras, “That’s all”. Porque estos pasos cuestan dinero. Es verdad que hoy las editoriales no están ganando mucho. La mayoría, pierde. Es cierto. Pero en décadas anteriores, sobre todo en los 80’s, los márgenes que se ganaron fueron extraordinarios. Entonces, si hubiera habido gestores inteligente, era cuando se tenía que haber invertido en todo esto de la comunicación.
      Si se hubiera hecho, hoy las editoriales sabrían algo de sus clientes y no se sorprenderían tanto cuando un libro que consideran bueno vende poco y otro que consideran (ellos) malísimo vende 1.300.000 copias, como es el caso de “El tiempo entre costuras”. Y lo mejor: si se hubiera invertido en comunicación el público lector estaría mejor educado y sabría elegir mejor.
      De estas cosas quería yo hablar y lo de Antonio J. Rodríguez me ha dado pie.

      • Ire dijo:

        Maggie, la publicidad sirve de poco si el producto que intenta vender no acaba de satisfacer al consumidor potencial. En lo que sí te doy la razón es que muy probablemente los editores se equivocan en el producto a publicitar, seguramente porque no hay ningún estudio de mercado real detrás que confirme o desmienta sus intuiciones, y luego pasa lo que pasa. Pero no me digas que no hacen publicidad, por favor. Mondadori es el ejemplo paradigmático.

        Y luego está lo inexplicable del asunto, como libros que se convierten en imprescindibles sin que haya ninguna campaña de promoción detrás, y que una vez que ya se han convertido en superventas son publicitados. El problema que veo es que se intenta identificar la literatura como un bien de consumo más pero se olvida que se rige por otros parámetros. Alguien habrá que se compre un libro por la portada para enseñarlo en el metro, para que todos vean lo guay que es, pero en general la cosa no funciona así.

  9. Arantxa dijo:

    Entonces, ¿has reconocido por fin en este post que eres un escritor?

    • Querida Arantxa:
      Cuando escribí «dos escritores» pensé que alguien llegaría a la conclusión a la que tú has llegado. Por eso metí a continuación ese «o lo que sea» en cursiva y entre paréntesis.
      No soy un escritor. Ni tampoco una escritora. Soy una mujer que ama los libros. Nada más.
      Un beso y gracias por leernos.
      La Margaret

  10. Arantxa dijo:

    Pero eso, y los amigos comunes, y la imposibilidad de decirlo con tu nombre verdadero, hace pensar que perteneces al mismo mundillo contra el que tanto cargas. No será esto una vendetta personal, no?

    • Querida Aratxa:
      ¿no ves que lo estoy elogiando?
      Este chico, como Olmos y Pron, cuando no escribe ficción, lo hace bien. El problema lo tienen todos estos con los argumentos, la estructura y los personajes. Por eso, en sus teorías sobre la nueva novela, se cargan todos esos asuntos y dicen que una novela moderna solo debe contener ideas.
      Así nos va
      Un beso
      La sargento.
      PD: Una puntualización. Pron escribe bien lo que no es ficción si se descargan sus textos de toda la verborrea que les mete.

      • Inspector Bermejo dijo:

        A ese chico, Patricio, alguien debería haberle aconsejado que se cambiara de apellido: cada vez que dices «Pron» parece que te estás tirando un pedo. Demasiado onomatopéyico.

  11. Serpiente dijo:

    Sesudo análisis que a nadie se le había ocurrido. NO.

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