-Parece mentira, Margaret.
-Te juro, Daphne, que solo me tomé con ellos un par de copas.
-Ya serán unas cuantas más si te han sacado la clave para entrar en nuestro blog. ¿Qué más les has contado? Oye, y otra cosa, no habrás dejado que te…
-Pues la verdad es que no me acuerdo de nada, querida Daphne. Lo único que te puedo decir es que he dormido relajadísima. Hacía años.
-Menos mal que a tu edad ya no…
Soy Daphne. ¡Qué vergüenza! Les cuento: la sargento Margaret se fue anoche de juerga con unos editores, Cómplices, la emborracharon (fácil) y, entre otras cosas, le han robado la clave para entrar en Patrulla de Salvación. Se nos han metido hasta la cocina y han aprovechado para dejar el texto que pueden leer a continuación sobre los motivos que los llevaron a editar Correspondencia (Thomas Bernhard y Siegfried Unseld, su editor). No se alarmen. Estamos reforzando las medidas de seguridad para que esto no vuelva a ocurrir.
Correspondencia. Thomas Bernhard / Siegfried Unseld
Me hice editor para publicar este libro… y unos cuantos más. Cuando decidí emprender este proyecto (Cómplices) llevaba ya una mochila repleta de títulos y autores, principalmente germánicos y anglosajones, que tenían que constituir nuestro catálogo inicial. Entre estos últimos estaba el imprescindible Thomas Bernhard. En catalán existen ya varios títulos publicados pero algunos de sus libros esenciales siguen sin traducirse, pues venga, sacaremos Mestres antics (Maestros antiguos), una diatriba especialmente divertida sobre el arte, el amor y la muerte con Austria como inevitable escenario. ¿Y en castellano? No, en castellano está ya todo traducido, excelentemente traducido, por Miguel Sáenz. Pero algo quedará. Diría que no.
Y de repente un día me tropiezo en la red con la edición alemana de la correspondencia entre el autor y su paciente editor. Pido el libro, lo leo, me emociona: un estudio arqueológico de la vida editorial en la Europa culta de la segunda mitad del siglo xx. Una joya para amantes de Bernhard y para rastreadores de las peripecias del gran editor literario que fue Unseld. Hablo con la agencia literaria. Sí, los derechos siguen libres. Los quiero. Bueno, tendrás que convencer a Miguel Sáenz, si no lo hace él no hay contrato.
Oye Miguel, mira, que somos una pequeña editorial, que acabamos de empezar, con mucha ilusión y tal y cual… Pausa al otro lado. Intercambiamos un par de correos. De acuerdo, deja que lo piense, aunque lo que de verdad me haría ilusión es traducir ese otro libro que estáis preparando, El último enemigo de Richard Hillary. Sí, publiqué un artículo sobre esta obra en la Revista de Aeronáutica, en 1959. ¡Uau! Lo que pasa es que ese trabajo ya está asignado a otra persona. Bueno, venga, haré la selección y la traducción de Bernhard y te prepararé un prólogo para el libro de Hillary. Mil gracias. Un placer.
Jordi Iglesias
Nota: Iker Seisdedos en EL PAÍS, sobre este mismo libro, hace unos días. (aquí)
Ya que estamos, les voy a hacer un poquillo de promo. Muy recomendable y barato el Elogio de la estupidez de Jean Paul que lo han sacado hace nada. Entre ésta y Diario de a bordo del aeronauta Giannozzo publicado el año pasado por Gallo Nero Menéndez Pelayo estaría pegando botes. A ver si se animan y desentierran la traducción de Alianza de La edad del pavo, que ya sabemos que lo de La logia invisible y Titan es imposible.