Es muy emocionante lo que está haciendo esta mujer por la literatura en castellano. A mí es que me se sartan las lágrimas. Es impresionante constatar el esfuerzo que hace por ayudar a los débiles y a los desprotegidos, a los que están comenzando. Que se aparten la madre Teresa de Calcuta y Vicente Ferrer, aquí está ella. No hay espectáculo más conmovedor que asistir al derroche de cariño con que trata a los recién llegados, a los escritores noveles (aquí, aquí, aquí, aquí……). No tengo palabras.
Ella, que ya ha triunfado, que podría olvidarse de los que ahora mismo están luchando, dejándose la piel, por ascender a la cumbre, ella, digo, aquí sigue, dale que te pego, al pie del cañón. Cualquier joven autor que necesite una buena reseña para su primera novela siempre encontrará su brazo tendido, su mano abierta y su cara amiga para con simpatía ayudarle a subir ese primer peldaño sin el que es muy difícil hacerse un nombre. Ella conoce lo que se sufre en los comienzos de una carrera literaria y sabe lo que se agradece una buena reseña de un crítico amigo, comprensivo e indulgente.
Fue fundadora de la Asociación de Jóvenes Escritores Españoles y la presidió durante ocho años. Luego creó La tormenta en un vaso, blog de reseñas que practica lo que ella llama “crítica positiva”, en especial con los autores españoles primerizos.
Pues la noticia, el acontecimiento, es que, ante la situación tan grave que vive la joven narrativa en castellano, nuestra benefactora ha decidido coger el toro por los cuernos y crear la Sociedad Protectora de Escritores Jóvenes.
«Besa a un joven escritor, necesita tu cariño», eslogan de la campaña de lanzamiento de la Sociedad Protectora de Escritores Jóvenes.
Les adjunto los objetivos de dicha sociedad benéfica:
1- Fomentar el buen trato a los escritores jóvenes y a sus novelas.
2- Propiciar las reseñas positivas e indulgentes de las novelas de este colectivo perseguido aplicando los principios de la discriminación positiva.
3- Informar, concienciar e inspeccionar para evitar el abandono y trato indebido de escritores jóvenes, así como difundir la idea proteccionista que nos mueve e implica a todos.
4- Denunciar las irregularidades que tengan que ver con la falta de cariño por parte de los editores hacia estos nuevos escritores.
5- Desarrollar proyectos con la finalidad del bienestar de los nuevos escritores y realizar actividades para financiar los fines sociales de nuestra entidad.
6- Gestionar el albergue municipal “El escritor alegre”, de Madrid, destinado a la recogida y mantenimiento de los escritores jóvenes abandonados y tener un control higiénico-sanitario correcto, e impulsar las adopciones (por parte de editoriales) de todos los escritores albergados.
7– Abrir nuevos albergues en todas las capitales de provincia de nuestro país.
8- Realización de campañas antiabandono, de concienciación ciudadana, de esterilizaciones, divulgación en los colegios, implantación del microchip, etc.
NOTA: La presidenta de la Sociedad Protectora de Escritores Jóvenes no pide -y nosotras lo hacemos encantadas- que demos las gracias al escritor Andrés Barba por ceder su cara desinteresadamente para la campaña de lanzamiento.
¿Y en los albergues habrá PS3? Lo digo porque si no hay liguilla Generation Offbeat de Modern Warfare como que paso.
Querido Vicente:
Se trata de que el joven escritor se sienta cómodo. Los albergues tienen maquinitas de juegos y ordenador con conexión a internet (y libre acceso a páginas porno) en cada habitación. Hay Jacuzzi y piscina. Pista de tenis y campo de futbol. Se recomienda (solo es una recomendación) aprovechar el tiempo para escribir, pero si los jóvenes que allí se alojan quieren enriquecer su bagaje cultural con el porno cibernético o con los juegos de marcianitos –como hacen habitualmente en sus casas- tienen libertad para hacerlo. Lo importante es que estéis a gusto. No se os va a obligar a nada. No sea que os traumaticéis. Que no tenéis costumbre, hombre.
Un abrazo
La Margaret
¿Traumatizar? A estas alturas, Margarete…, que a los 16 en el Opus nos obligaron a leer las Confesiones de San Agustín y el Historia Calamitatum del Abelardo. Imagínate. Así quedamos.
Lo de las maquinitas (pareces mi abuela) están muy bien, mujer. Ponte en mi lugar: doscientos gafapastas hablando de DFW. O me pongo a matar rusos en el Call of Duty o bidón de gasolina, caja de cerillas, y a la mierda con el chiringuito con todos dentro, sonando el Stabat Mater de Vivaldi de fondo, interpretado por el genio de Jarousky. Pero a Ben Clark lo rescatamos que es un puto crack del encabalgamiento y la metonimia.
Te dedicas a meter terror y sacar provecho del miedo ajeno, has naturalizado a tal punto tu método que ya ni siquiera observas la diferencia entre jugar limpio y jugar sucio.
Hasta que no recibís la piña no parás!! Ya me las tenés al plato Margarita!! dejate de joder con los críos y los segundones ponete a laburar en serio nenita. Lo único que demostrás con estas lecturitas melifluas es tu poco vuelo, tu recelo en el conteo de moneditas y distribución de vueltos, tu constancia en el cotilleo y la pavada, tu berretin de bataclana manipuladora. Hasta el personaje de la vieja se te cayó, margarita: ahora te llaman Margot!!
¡Aaaah! ¡Qué rabia! No los consideran los dioses son.
JUAS.
Llámala Emilia.
Pero lo que hace Care es muy poco español. Aquí lo habitual es que un escritor consagrado (o al menos asentado) escupa sobre todo aquel que intente hacerse hueco (en la vieja tradición de Cela).
Por otro lado, aunque las críticas de Care no sean muy útiles de cara a decidirse por un libro, no es lo peor que puede hacer un crítico ni de lejos. Destrozar un libro (o película) que ni siquiera se ha leido (o visto) me parece bastante más detestable
Tanto daño hace una cosa como la otra, querido jose. La crítica literaria debe servir (desde la honestidad más escrupulosa) para que el autor valore y contraste lo que ha escrito y, en consecuencia, corrija los defectos y mejore su prosa. También debe ser (la crítica de calidad) una herramienta que el buen lector tiene a su disposición para orientarse en el sobredimensionado mundo de la edición en Español. Por eso elogiar -o destruir- por sistema es tan perjudicial.
Un saludo
La sargento
Esta vez te voy a dar la razón. Las malas críticas ayudan. Por un lado, te das cuenta de que hay algo de verdad en todo ello y te pones las pilas para que no vuelvan a joderte, y por otro, que nueve de cada diez críticos no tiene ni puta idea de hacer un comentario de texto en condiciones. Todo son ventajas.
Con la cantidad de timos que hay por denunciar en el mundo literario y escritores consagrados por los motivos más peregrinos, menos por los que debería (su calidad), ¿por qué siempre terminas escribiendo sobre los mismos, estimada Meg? Ya sabes que no hay peor odio que el del converso, ¿tienes un oculto pasado?
Al menos no será una cabeza hueca como los aludidos.
Es lo que tiene: de ninyo te educan en la pedagogia del «refuerzo positivo», y luego acabas como acabas…
¿Los jóvenes escritores son una especie aparte? ¿Necesitan una reivindicación y un cariño y una indulgencia especiales, a lo mejor porque rara vez un Joven Escritor-como si de un gremio se tratara-asombra al mundo con su calidad, o lo pone de acuerdo sobre ella(véase el caso Luna Miguel y su novio Ibrahím Antonio)…?Pareciera que ahora ser joven y por ende vulnerable les haga merecedores de un tiento exclusivo, cuando lo que debe recompensarse son los frutos, no las ganas y esperanzas que compartimos todos.
Ya decía Nelson Rodrigues, cuando le preguntaban qué recomendaría a los JE(Jóvenes Escritores) simple y llanamente:»Envejezcan, envejezcan».
No hay que ser viejo para aprender, pero tampoco vale alegar la juventud para exculpar lo irregular. Por tanto todos estos «padrinos» de los jóvenes con sus iniciativas originales e inútiles, me parece que contribuyen a la imagen del panorama español como mucho de negocio, promoción y propaganda, y poco de literatura de la verdadera.
Pues no habrá carcamales con talento que no tuvieron su oportunidad, y cuyo trabajo no fue nunca apreciado en su justa medida….
Esto es justo lo que hacía falta: una perrera para escritores.
¡Y la inyección letal para todos!