La honestidad es un valor o cualidad propio de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral. Una persona honesta es aquella que procura siempre anteponer la verdad en sus pensamientos, expresiones y acciones.
Uno de mis mejores amigos es un alto cargo dentro de una consejería de una importante comunidad autónoma. Mi amigo es además licenciado en derecho y funcionario de alto rango del estado español. Conoce, por tanto, perfectamente las leyes que rigen la administración pública. Un día, hablando de su trabajo, me contó que por su “negociado” solo pasaban contratos de importe inferior a 18.000 €. Reconoció que empresas privadas que realizaban grandes obras para la autonomía en la que trabaja fraccionaban la cuantía de lo que tenían que cobrar de la administración para de ese modo “bordear la ley”. Me explicó mi amigo que por debajo de los 18.000 euros cualquier administración pública puede contratar directamente con empresas, sin necesidad de convocar concurso público, sin tener que pedir presupuesto a otras empresas y sin obligación de hacer publicidad de dicho concurso. Cuando le manifesté mi total desacuerdo con esa práctica, mi amigo se sorprendió. Me dijo que no hacían nada que fuera ilegal. Me aseguró que ni él ni sus subordinados recibían soborno alguno. Llegó a contarme que incluso los regalos de navidad, “todos”, eran devueltos a las empresas contratantes. Defendió el fraccionamiento de contratos como la mejor manera de “agilizar” el funcionamiento de la administración pública y añadió, como argumento de peso, que “todos lo hacen”. “Si eres tan escrupulosa –me dijo- las cosas no marchan”.
Me he acordado de esta conversación meditando sobre las respuestas que he recibido de algunos conocidos de dentro del mundo editorial cuando les he pedido su opinión acerca de la última polémica sobre un premio literario. Me refiero al VI Premio Internacional de novela negra RBA, que se falló el pasado 6 de septiembre y que galardonó al escritor norteamericano Michael Connelly (125.000 €).
“No es un escándalo, son los métodos habituales de la industria editorial. Yo no me atrevería a decir que estaba dado. No precisamente este premio y con ese jurado. Lo que sí estaba claro que, de presentarse, tenía todos los puntos para ganarlo. Y lo que hicieron fue darle el empujoncito.”, me dijo una “insider” del sector del libro. “Estas cosas se hacen, pero normalmente los unos y los otros se callan”, añadió para terminar.
LOS HECHOS
1976: Blanca Rosa Roca (sobrina de Antonio Asensio, dueño y fundador del Grupo ZETA) entra en el Grupo ZETA como ayudante de redacción en la revista Interviu. [Blanca Rosa Roca es, además, licenciada en ciencias económicas]
1986: Se crea, dentro del Grupo ZETA, Ediciones B y Blanca Rosa Roca pasa a ser la directora de promoción, publicidad y prensa.
1989: Blanca Rosa Roca (sobrina de Antonio Asensio) es ascendida al cargo de Directora General de Ediciones B.
2001: Fallece Antonio Asensio y poco después despiden a Blanca Rosa Roca, su sobrina.
2003 (septiembre): Blanca Rosa Roca crea Roca Editorial con cinco socios más.
2004: Blanca Rosa Roca se lleva a parte del equipo de Ediciones B y a algunos de los autores, entre ellos Michael Connelly. Este autor americano de novela negra había publicado 8 títulos con Ediciones B (aquí).
2004-2012: Roca editorial publica 12 novelas de Connelly (aquí).
2011 (octubre): En uno de los días que van del 12 de octubre al 16 del mismo mes, en la feria de Frankfurt, se produce un contacto entre una ejecutiva de RBA editores y otra de la agencia literaria Carmen Balcells. El agente de Michael Connelly a nivel mundial es Philip G. Spitzer , pero los derechos los comercializa Little Brown (Hachette). La agencia de Carmen Balcells funciona como subagente en España. [Carmen Balcells fue fundadora de RBA, pero salió de ella cuando Altarriba y Rodrigo (la «A» y la «R» del nombre), los otros dos fubdadores, fueron fichados como directivos en Planeta. ]
2011 (diciembre): En Roca editorial reciben una comunicación, proveniente de la agencia de Carmen Balcells, en la que se les da la oportunidad de igualar la oferta de RBA por los derechos de Michael Connelly.
2012 (agosto): José Sanclemente, periodista, novelista y esposo de Blanca Rosa Roca (sobrina de Antonio Asensio), publica en su blog un texto (aquí) en el que anuncia, diez días antes del fallo, que Michael Connelly va a ganar el premio RBA de novela negra. [José Sanclemente ha publicado recientemente -marzo 2012-, en la editorial de su mujer (Blanca Rosa Roca, la sobrina de Asensio), una novela (aquí).]
2012 (agosto, día 6): Se concede a Michael Connelly el VI Premio Internacional de Novela Negra RBA. El premio incluye la publicación de su novela y 125.000 €. Dicen que este es el premio más cuantioso -para novelas de misterio- que se concede en el mundo.
Connelly
LOS COMENTARIOS
Hemos preguntado a Gloria Gutierrez (Agencia de Carmen Balcells); a Lukas Ortiz (Agencia Philip G. Spitzer); a Lorenzo Silva, Paco Camarasa y Anik Lapointe (jurados del premio); Laura Santaflorentina (RBA) y a José Sanclemente (marido de Blanca Rosa Roca). La mayoría no ha respondido, y solo uno de ellos nos ha autorizado a publicar su respuesta. Se trata de Lorenzo Silva y a continuación hago un copia/pega para reproducir fielmente su texto:
Estimada sargento:
Nunca olvides que las fuentes siempre son interesadas, y en este caso la que invocas lo es especialmente. Mi versión es muy sencilla: me pusieron en la mano varias novelas y reconocí tras los seudónimos (no es difícil, si uno ha leído un poco) a tres autores excelentes, uno español, otro argentino y uno norteamericano (ergo, no era una justa entre un profesional y un puñado de mataos). Me las leí todas detenidamente y como cada año, sin ninguna indicación de la editorial, voté por la mejor, que era sin duda la de Connelly. Estoy dispuesto a defenderlo donde haga falta, con argumentos. Que alguien quiera desprestigiar un premio de la competencia por intereses propios no me hará avergonzarme de votar por el que creo que era el mejor.
Soy jurado de otros premios. He votado varias veces contra el criterio del editor. Sólo exijo, cuando se me propone formar parte de un jurado, tener esta posibilidad, que es la que me permite obrar en conciencia. Y en el premio RBA la he tenido los seis años en que he sido jurado.
Y por cierto, no me toca a mí defender mi honradez, sino al acusador sacar la novela mejor que la de Connelly, presentada al premio, que no ha sido galardonada. A eso espero. Si os vale mi sugerencia, no le déis más hilo a esta cometa y esperad a leer a Connelly. La novela disipará todas las dudas.
Abrazos
Lorenzo
CONSIDERACIONES
1.- ¿Miente Lorenzo Silva? Estoy convencida de que no lo hace. Las editoriales que convocan premios de este tipo guardan escrupulosamente las formas. Me consta que para este premio ha habido varios lectores profesionales que, contratados por la editorial, han leído gran parte de los manuscritos. Es cierto que se ha realizado una preselección. ¿Ha habido indicación expresa por parte de la editorial a la hora de votar el ganador? No, estoy segura. Ahora bien: ¿Estaría dispuesto alguno de los miembros del jurado –todos ellos profesionales del libro- a chafarle la jugada a la editorial? Estoy segura de que no. Por si las moscas, la editorial se preocupa de incluir a uno de sus ejecutivo –en este caso Anik Lapointe- en el jurado. No vaya a ser que un día se le revolucionen los miembros, que ya se sabe que un escritor es siempre un escritor y se le puede cruzar el cable en cualquier momento. Y, además, 125.000 euros son muchos euros.
2.- ¿Se presentaría a un premio en España un escritor americano que tiene 25 novelas publicadas (de las que ha vendido 55 millones de ejemplares) y lleva más de 22 años de carrera si no supiera a ciencia cierta que va a ganar? Estoy convencida de que no.
3.- ¿Lo de José Sanclemente y Blanca Rosa Roca es una rabieta? Si, sin lugar a dudas. Ellos hicieron lo mismo y con el mismo autor cuando se lo llevaron de Ediciones B. Pero esto es lo de menos. Lo importante es que se ha denunciado por escrito una práctica editorial, unos procedimientos, que todos conocíamos pero nadie se atrevía a poner negro sobre blanco.
CODA
Hace unos días se descubrió que un autor americano utilizaba un seudónimo para elogiar sus libros en Amazon y criticar los de otros autores que eran competencia directa suya. Otros escritores han enviado una carta a The Telegraph (aquí) denunciando tales prácticas. ¿Saben quién está entre los abajofirmantes? Pues nuestro amigo Michael Connolly. Qué cosas, ¿eh?
Actualización a las 18.06h. de 12/09/12
Laura Santaflorentina (comunicación de RBA editores) nos ha respondido:
«El premio al señor Michael Connelly le fue concedido el pasado 27 de agosto por unanimidad del jurado, no antes.»
***
Entrevista con
Diego Trelles Paz
“Ésta es una novela sobre la memoria política”
Le comparan con Mario Vargas Llosa, Roberto Bolaño y Cormac McCarthy… ¿Cómo se siente con una comparación literaria de este calibre?
La comparación me hace reír de nervios. Me honra tanto que me asusta. La agradezco sinceramente pero no puede ser real. Estamos hablando de tres extraterrestres, de tres autores que fueron determinantes para mí y que leí como con fiebre. Los tres escribieron más de un libro perfecto. Te nombro tres: Conversación en la Catedral, Los detectives salvajes y Meridiano de sangre. Podría tranquilamente nombrarte otros tres. Para mí, junto a Faulkner, Céline, Onetti o Rulfo, son modelos de todo lo que deseo como escritor.
Su novela es muy cinematográfica. Están claras las referencias al cine negro estadounidense, a Martin Scorsese y a Quentin Tarantino, entre otros. Además, las escenas se encuadran como planos y la narración transcurre a 24 fotogramas por segundo. Sus estudios de cine se cuelan en su literatura… ¿Qué le aportan estos recursos de esta otra disciplina a la narración?
Sí, el cine está muy presente en mi literatura. Estudié y escribí sobre cine. Trato de ver todo lo que puedo. El cine de gángsters es mi género favorito. Martin Scorsese está presente, de alguna u otra forma, en mucho de lo que he escrito. El otro que siempre está es César Vallejo. Ya desde El círculo de los escritores asesinos tenía clara la necesidad de plantear algunos momentos como puestas en escena y también de enfocar los hechos desde distintos puntos de vista. En Bioy intenté ser un poco más radical. Por un lado, está el capítulo de los gángsters que está narrado de manera trepidante y, además de las referencias, posee algunas de las fórmulas del mismo género aunque adaptadas a la realidad de Lima. Por el otro, hay cierta voluntad experimental donde se juega con la idea de que, detrás de lo descrito por los narradores, hay una cámara oculta observando.
Bioy es una novela por tres historias que confluyen, de tres formas, incluso de narrar. ¿Por qué esta polifonía de voces y disgregación narrativa? ¿Qué le permite esta libertad estética y formal para su trabajo?
Bioy es una novela que imaginé desde el inicio como la suma de tres pequeñas nouvelles de distintos géneros literarios. Era un reto. Quería que cada una tuviera una voz diferente pero también una historia, una composición y un planteamiento distinto. Lo que las une son los personajes, el hecho criminal que inicia la novela y la trama policial que la va estructurando. La planteé así porque quería hacer una novela que recorriera, incluso históricamente, la época más dura y violenta del siglo pasado en el Perú y, para ello, requería de varias historias que confluyeran, finalmente, en una. Bioy es una novela entretenida, con mucha acción, con un humor muy negro y que incluso se lee rápido pero es, a la vez, dura porque ésta es una novela sobre la memoria política.
Asimismo, de su novela han alabado su “osadía estética”. Experimenta con el género, la forma y el lenguaje. Cuéntenos más sobre este juego literario que despliega ante el lector.
Creo ser un lector exigente. Suelo leer poesía. Me parece difícil llegar a ser un narrador completo sin hacerlo. La poesía, que es quizás la más perfecta de todas las artes, puede darle una calidad plástica y cierto lirismo al lenguaje narrativo. Esta novela me demoró cinco años de trabajo y una de las razones principales tiene que ver con el lenguaje. En Bioy hay muchas voces y muchos narradores y tiempos verbales que van cambiando. En cuanto a la forma, Bioy, con sus saltos temporales, con los cambios de punto de vista, con la polifonía y con ese intento de abarcar un momento histórico relativamente largo del país, es lo más cercano que he estado de una novela total. Me parece curioso que lo diga porque en el prólogo de El futuro no es nuestro hablaba de la novela total del boom como algo obsoleto. Mi única defensa es que la forma te la va dictando la novela, nunca al revés.
Usted utiliza varias y distintas voces narrativas en Bioy, aunque todas ellas parecen hablar de lo mismo: la violencia, la relación entre víctimas y verdugos, el dolor, la locura. ¿Intenta con esta novela desnudar el lado más oscuro de todos nosotros? ¿Cree que como sociedad deberíamos hacer una reflexión de nuestra relación con los mecanismos de la violencia?
La violencia en Bioy es catártica. Decía que es una novela sobre la memoria porque considero que la memoria es el bien supremo de cualquier país. No puede haber reconciliación si nos olvidamos de lo que vivimos, si nos olvidamos de las víctimas, si amnistiamos a los culpables pensando que esos son los costos del progreso. Sin memoria todos vamos muertos.
Una de los planos es una reflexión de la sinrazón de la guerra civil entre Sendero Luminoso y el Ejército Nacional del Perú. ¿Una cuenta pendiente con su propio país?
Siempre me ha interesado el tema político. No es algo nuevo para mí porque está presente en mis libros anteriores. Lo que no me interesa mucho es la literatura proselitista. En Bioy busqué reflejar la violencia irracional usando la misma violencia en muchos casos. Es una novela que indaga en lo que nos ocurrió y, por eso, por la importancia de la mirada que registra, el cine es tan importante en ella. Víctimas y verdugos hubo de ambos lados, deudos también. Me propuse contar algunas de esas historias no siempre de manera realista. En el fondo, aunque mucha de la violencia de Bioy recrea la violencia física que vivimos desde los ochenta en el país, para mí siempre ha sido claro que la pobreza, el racismo y la discriminación pueden ser formas sutiles y muy crueles de violencia y todas persisten.
Premio de Novela Francisco Casavella 2012
El Premio de Novela Francisco Casavella, con una dotación de 6.000 euros, tiene la intención de apoyar las nuevas voces de la narrativa española y rendir homenaje a la memoria del autor de novelas tan importantes como El día del Watusi y Lo que sé de los vampiros, a su pasión por la escritura y a su convicción de la vitalidad de la novela y su capacidad para descifrar la esencia de la realidad y su misterio.
«La valentía de una apuesta tanto estética como argumental que enfrenta sin tapujos a los bárbaros, que baja a los peores instintos para retratar virtuosa y dolorosamente la sinrazón que durante muchos años ha gobernado la lucha armada –policial y militar también- en Latinoamérica. Supongo que alrededor la violencia era tanta, ha sido tanta, que Trelles ha optado por apuntar a la raíz de tantísimos conflictos. Es tan limpio en su crudeza que logra hermosura. Ha llevado la mirada de Vargas Llosa en La ciudad y los perros a un lugar aún más radical, como los tiempos, tan salvajes y sofisticados en su maldad. Si Vargas Llosa tuviera treinta años y sus orígenes fueran otros pero la potencia narrativa la misma, podría haber firmado este libro. Despiadadamente iluminador.»
GABI MARTÍNEZ
«Bioy de Diego Trelles Paz, es una novela deslumbrante, una valiente inmersión en los mecanismos de la violencia, narrada con vigor y con un lenguaje de extraordinaria riqueza y fascinante sonoridad. Deudora de la mejor narrativa hispánica, pero a la vez osadamente innovadora, Bioy es una apuesta triunfadora por la gran literatura en un momento en que parece que todos temblemos ante nuestra propia sombra. »
JOAN RIAMBAU
«Por fin, un heredero de Bolaño decididamente salvaje. Más interesado en los retos formales y en adentrarse en el estudio de la violencia que en seguir alimentando la imagen del escritor como héroe.»
GONZALO TORNÉ
El autor
Diego Trelles Paz nació en 1977 en Lima, Perú. Estudió cine y periodismo de la Universidad de Lima y es doctor en literatura hispanoamericana por la Universidad de Texas en Austin. Ha ejercido la crítica musical y cinematográfica en distintos medios peruanos. Publicó el libro de relatos Hudson el redentor (Lima, 2001) y la novela El círculo de los escritores asesinos (Barcelona, 2005) que ha sido traducida al italiano. Su antología de nueva narrativa latinoamericana, El futuro no es nuestro (2009), ha sido publicada en 8 países y formó parte del proyecto El libro que no puede esperar una campaña publicitaria a favor de la lectura que se llevó dos León de Oro en el Festival Internacional de Cannes en Francia.
http://www.diegotrellespaz.com
De su novela anterior El círculo de los escritores asesinos se ha dicho
«La calidad de la novela y el buen hacer literario de su autor son, en mi opinión, indudables.»
Lluís Satorras, Babelia, El País
«Trelles Paz es un autor de primera línea rompiendo aguas. Insisto su concepción de la palabra literaria es esencialmente artística… La escritura solo traía desgracia se lee en El círculo de los escritores asesinos. Será verdad pero la desgracia de Trelles Paz es un estallido musical. Y nos gusta.»
Nadal Suau, Bellver, Diario de Mallorca
«Lo primero que sorprende de este libro es la solvencia narrativa de su autor a pesar de su juventud… Una novela ambiciosa, de las que se agradece encontrar de vez en cuando.»
Care Santos, El cultural, El Mundo
«Hay que felicitar al autor porque nos ofrece una novela inteligente, de intriga, de calidad narrativa y que deja la literatura de Perú en primera fila.»
David Estrada, Turia
«Una novela sorprendente. Y un tanto canalla.»
Guillermo Urbizu, El semanal digital
Bioy
«1986
Enferma, hambrienta, delirante. Asqueada hasta la náusea por el olor de su propia mierda. Los pantalones hediondos pegados a la piel. Las piernas laxas contraídas contra el abdomen en posición fetal. El torso desnudo y tembloroso bajo una toalla sucia y, entre sus antebrazos, coloreados por hematomas, los pechos robustos cuelgan de lado, aún melosos por el rastro de esperma.
Ya ha sido violada. Una vez. »
A través de planos y voces distintos que confluyen brillantemente en una obra salvaje y radical, Bioy construye un complejo mosaico sobre la violencia, el horror y la degeneración humana, en la que, sin embargo, consigue abrirse paso una frágil historia de amor.
La primera parte de la novela recorre la guerra civil entre Sendero Luminoso y el Ejército Nacional del Perú, desde los ochenta hasta prácticamente la actualidad. Terriblemente cruenta y pura, narra los primeros años de Bioy en el Ejército y vemos el proceso de cambio del protagonista, que pasa de víctima a verdugo.
«Cuando se ha develado la máscara de piel que cubre nuestro interior sanguinolento y tenemos que aceptar que los hombres sólo somos órganos y huesos y vísceras a punto de pudrirse, no hay Dios posible. La deidad se oscurece, la fe desnuda su artificio, los humanos se descubren como criaturas medrosas educadas para negar con vigor su inevitable caducidad .»
La segunda parte se trata de una novela de gángsters, al más puro estilo Martin Scorsese, ambientada en Lima. Trelles Paz describe a un Bioy Cáceres convertido ya en criminal y se cuenta a través de la voz de un policía infiltrado en la banda de Martillo, Charly y El Cholo. En peligro constante, el joven Humberto escribe un testamento en vida para su familia… mientras, como en Una tarde de perros, de Sidney Lumet, vive en el límite.
«Quien, como yo, ha visto películas de policías infiltrados, recordará esa escena en la que el protagonista tiene que matar a alguien por lealtad al delincuente. El delincuente ve al infiltrado como a un hijo. El infiltrado se sensibiliza, pierde casi por completo la perspectiva. El asesinato es la prueba de lealtad del hijo al padre y, sin embargo, un descuido mágico le permite al primero no consumarlo. El condenado escapa y no vuelve a aparecer y el padre confía tanto en el hijo que prefiere no averiguar si lo traicionó. En la ficción funciona estupendo. Creo, sin embargo, haber dicho antes que la realidad es más astuta que la ficción y siempre gana. Esto, que puede sonar a tontería o a juego de palabras, yo lo comprendí cabalmente ese día.»
En la tercera parte, el autor experimenta. Prácticamente cual zona liberada de la misma obra, Diego Trelles Paz se adentra en la mente de un asesino.
Finalmente, a modo de grand finale, el escritor cierra todos los frentes abiertos de esta novela circular en la que Trelles Paz intenta desnudar la parte más oscura de todos nosotros.
«Era una estupenda chica, Elsa, no se merecía lo que le pasó. Pero aquí en el Perú siempre ha sido así con los inocentes, con los que están en el medio, con los que parecen invisibles y son como fantasmas y se mueren y se pierden y se vuelven locos y nadie se pregunta por qué se fueron ni adónde se fueron y a nadie le interesa si van a volver… ¿verdad señor?.»
La novela de Trelles Paz bebe de lo mejor de Mario Vargas Llosa, Roberto Bolaño y Cormac McCarthy. Se adentra en sus imaginarios para reinventarlos, y a través de herramientas cinematográficas –las escenas se encuadran como planos, los protagonistas tienen un primer plano y la narración transcurre a 24 fotogramas por segundo- para atisbar la historia de su país como camarógrafo. Detrás de la cámara, describe, sin medias tintas, la realidad ante él: el horror de la guerra, la dureza de la sierra peruana, la locura de la guerrilla, el poder del mal, la relación entre víctima y verdugo, el dolor y la venganza.
Para ello, sin pelos en la lengua, se recrea ante la vida y la muerte, describiendo con detalle el paso de una a otra, sea como sea. Poniéndose en la piel de cada uno de los personajes y como narrador omnisciente cuando la narración lo requiere, Trelles escribe una novela polifónica de un conflicto armado que narra la historia de un país, incluso de un continente; y de una sociedad latinoamericana, estigmatizada por la violencia.
«Un animal se ha comido a otro, ¿es que no se trata todo de eso? En algún momento alguien me comerá a mí y no espero su piedad o su clemencia pero al parecer ustedes no entendieron: aquí no hay culpables ni inocentes, no hay bueno, malo o regular no hay una puta mierda, todo es lo mismo. Si Dios existe, escuchará nuestros rezos. Si no hay nada, si estamos completamente solos en este mundo, será el azar quien decida quién y cuándo y dónde. Nunca el cómo. El cómo siempre está de nuestro lado. Es lo único de esta oscura niebla que nos pertenece.»
En el título se habla de honestidad y en el texto (interesante, como siempre), se habla de honradez. Y no es lo mismo.
http://www.comunsinsentido.com/2012/07/cuando-la-honradez-y-la-honestidad-se.html
Sargento, si su amigo encarga de un negociado, entonces es un jefe de negociado. Y eso no es ningún alto cargo, sino cargo de clase media-baja. Los altos cargos empiezan de director general para arriba.
Mi amigo usa la palabra «negociado» con ironía. Por eso la he entrecomillado, no solo porque la haya pronunciado él.
La Margarettttte
Y ahora, al rebufo, si fueran todo lo avispados que deberían, en Tusquets tenían que estar frotándose las manos porque iban a ponerse las botas vendiendo libros y libros de John Connelly, el irlandés, el Connelly bueno, que escribe mejor que este.
Pero para fetén fetén, y dentro del agradable mundo de los Connelly, la Jennifer, a la que este post rinde -lo del premio y tal no son sino excusas de nuestra tierna y armarizada Maggie- un más que merecido homenaje. 😉
¿Sabes lo que me ha ocurrido, querido bluff?
Me he dado cuenta -para mi desgracia- de que todos los implicados en este asunto son bastante feos. El asunto es feo y los personajes también. Por ese motivo, harta de tanta fealdad y necesitando respirar aire fresco despues de varios días metida hasta las cejas en este barrizal, he decidido incluir la foto de esta chica tan bella. No hubiera resistido meter la foto de cualquiera de los implicados, hubiera terminado por vomitar. Creo que mis lectores merecen algo agradable entre tanta cosa/persona fea.
Qué feo es todo en el mundo editorial, ¿verdad?
Mira que no paramos -las chicas de la Patrulla- de fregar y barrer, pero….
La Margaret
Los premios literarios son lo que son, y en españa más que en otros lados. Aquí vienen siendo concursos donde se premia al escritor que la editorial que va a publicar quiere, es decir, la relevancia de la novela va a ser, con casi total seguridad, cero.
Y se ve muy claro en casos como el Planeta, en su fase en que les dio por premiar a escritores de prestigio reconocido, casi invariablemente, las novelas premiadas son obras menores en la carrera del autor.
Un premio por concurso, siempre va a estar bajo sospecha, y bajo mi punto de vista, su función principal debería ser, descubrir nuevos autores que aun no han tenido ocasión de publicar. Vamos, justo lo contrario de lo que pasa.
Los premios que sí gozan de cierto prestigio como el Pulitzer o el Booker (por nombrar dos), son todo lo contrario, se hace una criba sobre novelas ya publicadas (y que por tanto ya se han sometido a la crítica y al público) y sobre ellas se selecciona (o no, véase el último Pulitzer) finalistas y ganadores. Un premio de ese estilo siempre va a gozar de ciertas ventajas (independientemente de que luego se esté de acuerdo con los premiados o no), ya que desde el momento de las nominaciones, cualquiera está capacitado para opinar, ya que esas obras están en las estanterías. Y el premio cumple, aparte de la función de alimentar el ego del ganador (o nominados), la de promocionar las ventas de la obra ganadora, cosa que siempre está muy bien.
Y todo hay que decirlo, el Booker es tremendamente divertido, tiene de todo, su long list, su short list, charlas y fiestorros promocionales, y hasta las casas de apuestas entran en el asunto. Vamos, que los británicos sí que saben como hacer promo de los nominados sin resultar un coñazo
Yo sólo sé, que el tal Connelly, por lo que se ve en la foto, está como un tren. Y le queda el tanga que no veas….
Ya podían ser así todos los escritores, caramba. Y las escritoras.
….y los editores. Y las editoras. Y los agentes. Y los libreros….
HOla Patrulla de salvación, respecto al post sobre la honestidad en el mundo editorial agradeceros los comentarios y mi biografía tan detallada (aunque os ha faltado añadir que soy licenciada en economía) y sobre todo el que repitais cuatro veces que soy sobrina de Antonio Asensio, relación que siempre he llevado con mucho orgullo y me gusta que lo recuerden.
Por cierto la foto debería ser de Michael Connelly , no de la actriz Jennifer Connelly
Querida Blanca:
¿Lo hemos repetido 4 veces? El Alzheimer, ya sabes. Lo de Jennifer ha sido intencionado. Este asunto es tan feo y hay tanta gente fea implicada en él, que necesitábamos -como respirar- poner un toque de belleza. La foto de Michael Connelly ya ha salido demasiado en la prensa. De eso ya os habéis ocupado los editores.
Te agradezco -de verdad- que te hayas pasado por aquí a comentar. Tomamos nota de la licenciatura en ciencias económicas y lo vamos a incluir en el «post». Si hay alguna inexactitud en la historia del asunto «Roca-Connelly-RBA» te agradecería que nos lo hicieras saber para corregirlo. Nuestro correo es:
margaret.salvación@gmail.com
Un abrazo
La sargento Margaret
Bueno, bueno, bueno… ¡Es que no me lo puedo creer! ¡Los premios literarios están amañados! ¡Las editoriales «dirigen» a los miembros del jurado! ¡Las editoriales se «roban» a los autores! ¡Las agencias intervienen en los galardones! ¡Dios bendito… jamás lo habría sospechado! Alabemos al Señor por contar con la Patrulla de Salvación, que nos pone al corriente de los arcanos del mundo literario.
¡Alabaré, alabaré,
alabaré, alabaré,
alabaré a mi Señor!
Juan vio el número de los redimidos
y todos alababan al Señor,
unos cantaban, otros oraban
pero todos alababan al Señor
¡Alabaré, alabaré,
alabaré, alabaré,
alabaré a mi Señor!
¡Somos tus hijos, Dios padre eterno,
Tú nos has creado por amor,
te alabamos, te bendecimos,
Y todos cantamos en tu honor.
¡Alabaré, alabaré,
alabaré, alabaré,
alabaré a mi Señor!
¿Y tú eres el que te has venido dedicando a llamarnos tontos a los demás? Ejeeeem…
Pues ya que se pasa BLanca Rosa Roca por aquí me gustaría saber si vale la pena presentarse a su premio de novela negra L’H Confidencial. La cuantía del premio no es la misma así que, a lo mejor, lo puede ganar un don nadie como es mi caso… ¿o tampoco?
Lo dicho dicho está y no hay más que decir. Sólo tres puntualizaciones:
1. Margaret, te lo dije y lo repito: he votado, y más de una vez, contra el criterio del editor convocante de un premio. Los honorarios del jurado están muy por debajo de mi precio, así que no tengo ningún miedo ni reparo en chafar nada, y quien me invita como jurado lo sabe. Y lo que acaso te sorprenda es que ese editor contra el que voté ha vuelto a llamarme. Lo que no voy a hacer es votar contra la novela que creo mejor por fastidiar a nadie. No tiene sentido.
2. A ver, aclárense, ése que dicen algunos que es el bueno, el irlandés, es John ConnOlly (para estimarlo tanto, no parece que lo hayan leído muy bien, si no se han quedado ni con el nombre). Y el que ganó el premio es Michael ConnElly. Que la gente que entre aquí se va a liar.
3. No entiendo, Margaret, tu alusión a la gente fea. ¿Puedes decirme quién es? Creo que conozco a todas las personas aludidas y no veo a nadie feo. Despachar esas etiquetas, y hacerlo lanzando la piedra y escondiendo la mano, no es elegante.
A los que en otros lugares de este blog lanzan, anónimamente, acusaciones que no pueden probar, mi indiferencia más absoluta. A ver si aprendemos a dar la cara y a no tocar de oído, que hay mucho gallina y mucho bocazas suelto.
Querido Lorenzo:
Si por un momento pudieras dejar de ser el escritor profesional que eres, salir del mundo literario en el que estás sumergido y mirases con claridad, sin condicionantes, con la limpieza de un lector, ese mismo mundo, verías muchas cosas que hoy no puedes ver. Si con los ojos del hombre inteligente y despierto que eres pudieras observar desde la distancia del no iniciado lo que está ocurriendo, verías que hay mucha gente fea en el mundo editorial en castellano.
Permíteme que yo, que solo soy un ama de casa que disfruta de la lectura como de ninguna otra cosa, te cuente lo que veo. Tómate unas vacaciones, descansa. Si lo hicieras puede que dentro de unos meses vieras las cosas de otro modo. Piénsalo.
Gracias por venir aquí a dar tu opinión.
Un abrazo
La sargento Margaret
Invariablemente aquellos que se creen alguien en La República de las Letras, termina insultando a los anónimos. Señor mío, no se crea tan importante, créame si le digo que gozo de un panorama cultural en el que usted no es nadie, ni con nombre de estrofa poética. No recuerdo haber leído nada de usted, ni recordarle en nada que realmente me interese, y de verdad, de ser vos tan necesario, a buen seguro ya habría dado con usted, ni siquiera me molestaré en buscarle en Google, pues me encontraré con una entrada en Wikipedia, que no artículo, no seamos exagerados, escrita por usted donde se contará su vida y milagros.
“Gallinas y bocazas” que no cobran un duro, mire por donde, seremos eso y mucho más, pero las arenas del olvido le enterrarán por igual a usted, que de ser algo diferente a uno más que se cree la hostia en verso porque todo cuanto dice y escribe es de una calidad tan superior que debe firmarlo. También el papel higiénico tiene marca, y sirve para lo que sirve, así que menos humos….
Disculpe Sargento, si ofendo.
Henry Làmonde du Malé
Media Barcelona sabía lo de Connelly en mayo. RBA contrató a Connelly y le pagó 125,000 euros prometiéndole el premio. Ese anticipo es mucho mayor que el cobra normalmente (el que marcan las ventas, claro). Anik Lapointe quedó con editores de Roca (en mayo) para que, por favor, no dijeran nada, Obviamente no fue así y lo dijeron. Que la novela fuera la mejor de las presentadas, señor Silva, es lo de menos. La cuestión es que la editorial contrató a un precio sobredimensionado ese libro por las garantías de que el premio iba a ser para él. Sargento, cada vez que le escribe un autor se amilana. ¿Lorenzo Silva miente? Si no lo hace, es de una ingenuidad insultante.
Roca no hizo lo mismo. No montó un premio amañado, al que se presentaron decenas de ilusionados candidatos, para robar un autor. Las relaciones entra autor y editor son personales. Connelly quiso seguir con sus editores, en otra empresa pero con los mismos editores. De hecho, con el mismo anticipo. Fue lealtad al editor.
Ninguna editorial pagaría más de 20 millones por el premio y arriesgarse a que el jurado salga rebelde. Usted Sr. Silva, o es connivente o es usted de una estulticia supina. Santaflorentina, le deben de pagar bien para que mienta por RBA. ¿O es que la moral se compra barata?. Y usted Sargento Margaret, basta que le escriba un autor para que moje el salvaslip.
Estimada Fernanda:
Creo que en mi «post» dejo bastante claro lo que opino de este asunto. ¿Me parece un asunto feo? Feísimo. Lo que ocurre es que las editoriales han perfeccionado el método y los procedimientos hasta tan punto, guardan las formas de tal manera, organizan una ceremonia teatral tan bien diseñada, que se lo ponen fácil a los miembros del jurado para que, sin mentir, sin sentirse deshonestos, terminen siendo utilizados como marionetas al servicio de un fin púramente comercial. Por eso digo que Silva no miente y lo mantengo. Lo que ocurre es que si yo hubiera sido miembro de este jurado, sabiendo lo neurótica y escrupulosa que soy, posiblemente no me sentiría , ahora mismo, muy a gusto dentro de mi cuerpo. Solo eso.
Un saludo
La sargento
Pienso muy bien todo lo que digo, Margaret, y además conozco el asunto mejor que quienes están pontificando, juzgando y, si no te entiendo mal, incluso sentenciando sobre la fealdad de otras personas (por cierto, no has concretado, y cuando uno no concreta acaba faltándole a todo el mundo). No necesito ningunas vacaciones para ver lo que sé de primera mano. Medita tú si tienes razones fundadas para denigrar a personas a las que me temo que no conoces. Y si motejas a alguien de algo, no lo hagas al bulto, y exhibe tus pruebas. Otra cosa es simple ruido.
Por cierto, no nací como escritor profesional. De hecho, he vivido mucho más tiempo fuera que dentro. Ni tuve nunca ningún asidero en el mundillo, ni es con eso con lo que un escritor hace su camino, creo que conviene recordarlo a los despistados que creen otra cosa.
Lo dejo aquí porque no quiero polemizar con nadie. He dado la cara, como hago siempre, y que cada cual saque sus conclusiones.
Abrazos
Lorenzo
A ver, Fernanda, Margaret, qué parte no habéis entendido de: «he votado contra el criterio del editor, y aviso a quien me invita a ser jurado de que me reservo ese derecho». ¿En qué clase de marioneta te convierte eso, que no lo veo por ninguna parte?
Ah, y los ilusionados participantes ya saben que a ciertos premios van a concurrir escritores de fuste, tal y como están las cosas. Lo que deben hacer es contar con ello y escribir una novela que sea mejor y tenga la fuerza suficiente. Y esto no es ciencia-ficción. Lo hizo en el pasado premio Abogados de Novela de Martínez Roca un señor que se llama Borja Martínez-Echevarría, que se llevó 50.000 euros (ganando a reputados autores que también concurrían, y yo no hablo de lo que me han contado, estaba allí y leí los libros). Y la novela, encima, se ha vendido bien. Los jurados y los editores lo que desean es que el premio lo gane la mejor novela posible. Lo otro es pan para hoy y hambre para mañana. Y que la de Connelly fuera la mejor, no es lo de menos. Si no lo hubiera sido, para empezar no habría contado con mi voto.
No siempre pensando mal se acierta. Y ahora sí hago mutis. No tiene sentido insistir más.
Abrazos
Lorenzo
Jaja! tanta excusatio… Autan, te pique lo que te pique…
Yo soy de los que piensan que si una novela tiene algo y un escritor tiene algo sale adelante. Pero también por tener ese algo no quiere decir que sea buena literatura. Ayer leí Escupiré de Boris Vian y de literatura cero patatero. Es un best-seller muy bueno, tiene ese algo que engancha al lector y no lo suelta. Pero ahí se queda. Una cosa es una buena historia, muy provocadora como la de Vian, y otra cosa una buena obra, como La Náusea de Sartre o El extranjero de Camus. En ese sentido estoy de acuerdo con Henry pero hay algo de verdad en lo que dice Lorenzo.
Dice Lorenzo como si acabara de tomar café con él, será impresión mía, pero es como una escena de «Uno de los nuestros…»
Yo me buscaría un Goodfellas más conocido o menos quemado, a este ya se le nota el porqué se le invita a juzgar premios, cuando el hedor nos llega, la disculpa no lo disipa.
Con fruicción para mi Adorado VD.
Que a nadie le quepa duda de que las novelas que ganan los premios literarios son las mejores presentadas a la final y por eso la eligen sus jurados. Es muy simple: las editoriales presentan al jurado una novela de mediana calidad que quieren que sea la ganadora y otros cuatro truños infectos con los que se pretende que no hagan sombra al futuro ganador. Por tanto, para el jurado es difícil no decantarse por el ganador. No hay más que esto.
Hay un par de trucos para saber si un premio está amañado y hay un par de trucos para tener muchas opciones de ganarlos si no están amañados. Pero esos son secretos profesionales que no se desvelan así como así.
Pues voy a hablar con la autoridad moral que da el ser seguidor de Connelly desde que no le conocía ni su madre: el premio, a estas alturas, es una broma. Desde las dos primeras novelas -vamos a ser generosos y llegar hasta «El vuelo del ángel»-, que sí tenían nervio, garra y pulso, la cuesta abajo y sin freno ha sido indudable. De negro, sus obras ya no tienen casi nada. No confundir el negro con el policíaco, por favor, aunque a veces se puedan solapar. Y que uno de los miembros del jurado sea Lorenzo Silva y no haya tenido esto en cuenta ya me parece sospechosísimo.A mi el actual Connelly me deja el mismo poso que un episodio de CSI (serie de la que soy seguidor). Un entretenimiento de magnífica factura y nulo poso o recuerdo.
Y lo dicho, todo el asunto del premio, a estas alturas, me parece, policiacamente hablando, de lo mas sospechoso. Hay oportunidad para el crimen, razones para el mismo , los sospechosos estaban presentes en el lugar y a la hora del mismo y hay arma homicida. ¿Qué pensaria Hyeronimous Bosch?