Siempre que un cursi –aunque sea miembro de la Real Academia Española de la Lengua– escribe algo relacionado con la guerra, utiliza primero la palabra “guerra”, y luego, para no repetir, “contienda” y “conflagración”. Además por ese orden. Y, en este caso, en el mismo párrafo (aquí).
Luis María Ansón, esta mañana, en EL CULTURAL:
La neutralidad portuguesa durante la II Guerra Mundial y la posición del dictador Salazar favorable a los aliados en contraste con el dictador Franco, germanófilo acérrimo, convirtió a Lisboa en centro del espionaje internacional y en refugio de los que huían de las atrocidades de la contienda y de los que aspiraban a regresar. Concluida la conflagración, muchos de ellos se quedaron. Estoril y su entorno fue el lugar elegido.
Si el cursi es también un sectario, escribirá a continuación:
Gracias a la lucidez, a la sagacidad, al patriotismo y al espíritu de abnegación de su padre (don Juan), el gran vencedor de aquel enjambre de pasiones desatadas en el Estoril de los años dorados, fue Juan Carlos de Borbón que se convirtió en Rey de España y desde hace cerca de cuatro décadas encarna la Monarquía que siempre defendió su padre contra la dictadura y que se ha convertido en un símbolo de libertad, de democracia y de prosperidad en todo el mundo.
Nota: las negritas son mías.
Todo esto se incluye en un artículo de opinión titulado Estoril, los años dorados. Así se llama también el libro que ha escrito Ricardo Mateos Sainz de Medrano y ha publicado La esfera de los libros (aquí).
A pesar de Luis María Ansón y de La esfera de los libros, el volumen de Ricardo Mateos está muy bien. Léanlo, pasarán un buen rato y aprenderán sobre un momento de la historia muy interesante y del que no se ha escrito mucho.
-Mira, Daphne, que me fastidia a mí lo de recomendar algo de La esfera de los libros.
-Pero aquí no somos sectarias, mi sargento. Por eso, si un libro es bueno, lo decimos y punto. Nosotras siempre con la verdad por delante.
También en El Cultural:
Parece que Ricardo Senabre, que últimamente andaba un poco blandito, está empezando a recordar lo que significa ser un crítico literario. Comprobamos que el verano le ha sentado bien: demoledor -la semana pasada- con Puertolas (aquí) y muy duro -hoy- con Cercas (aquí). Va usted por buen camino, don Ricardo. Siga así y a final de curso le pondremos buena nota.
-Si a la postre va a resultar, querida Daphne, que los críticos literarios son como los toros bravos. Que cuando el picador les dá un buen pullazo, mejoran y se les puede sacar una faena más lucida.
-Qué cosas, mi sargento.
OTRO ASUNTO: SOBRE LA DIFERENCIA QUE HAY ENTRE BESTSELLERS Y LA GRAN LITERATURA
El Domingo pasado, en el suplemento XL Semanal (aquí), leímos una interesante entrevista con Ken Follett, el autor de bestsellers. Hacia la mitad de la entrevista, el escritor respondió, de forma muy honesta, a una pregunta clave y valiente. Y, de paso, dejó claro lo que diferencia un libro superventas de una gran obra, de un clásico.
Lo que tenéis que entender, queridos chicos -y esto lo digo yo, la sargento-, es que esa diferencia no descalifica automáticamente a los bestsellers, no los margina a la estantería de los libros malos. Hay momentos para cuestionarte sobre los grandes temas y otros para divertirte con trepidante acción o con sentimientos primarios y facilones.
Esto respondió Follett:
XL. ¿Cree que a Shakespeare le gustarían sus novelas?
K.F. Mucho me temo que no [se ríe]. A él le gustaba jugar con el lenguaje, sus obras están llenas de figuras literarias y manejaba muy bien la ambigüedad. Shakespeare hace pensar al lector, mientras que yo soy más simple, procuro que te concentres en lo que estoy contando y que no necesites leer dos veces una frase. No, no creo que le gustara Ken Follett, aunque en sus obras hay mucha acción, están llenas de tramas y misterios y de personajes fascinantes y únicos como Hamlet; mi favorito. He visto la obra más de 40 veces.
MÁS
Gran entrevista en Jot Down (aquí) con Gumersindo Lafuente sobre periodismo en la red. Es decir: sobre el futuro del periodismo.
Hola a todos!
Atendidas la circunstancias de la situación actual* dentro de nuestro panorama literario, los críticos van a dejar de sentirse obligados a mostrarse condescencientes.
Vamos con el asterisco:
[*Consagrados de segundo nivel. *Bombazos de autores desconocidos sin excesivas dotes para el oficio. *Fiascos con las nuevas esperanzas. *Adocenamiento rotundo de los de cuarenta tacos. *Dispersión del seguimiento por parte de los conocedores/compradores de libros gracias (ellos probablemente emplearán: «por culpa») de INTERNET. *Menor capital circulante (sí, menos «pasta»). *Disminución del contacto «vis a vis» (cockteliano, no se malinterprete) entre ellos y los escritores]
Si sigue adelante esta deriva, sería factible que de aquí a un par de años pudiere haber comentarios en este blog -y similares- por parte de los, hoy, críticos oficialistas. Como uno más. Uno cualquiera de los que ahora entramos a pintar la mona. Yo mismo, por ejemplo.
Los tiempos no han dejado nunca de cambiar; ya lo proclamó, hace la tira de años, el señor Robert A. Zimmerman. 😉
Yo hubiese escrito: «… don Juan Carlos de Borbón, que se convirtió en Rey de España y desde hace cerca de cuatro décadas lleva viviendo del cuento, gracias al teatrillo o pantomima que nos montaron el 23-F, cuando, si no se hubiera cagado por la pata abajo, habría apoyado un golpe militar (como iba a hacer en principio) y hoy viviríamos en una dictadura o una República, según…»
En cuanto a Ken Follett, otra cosa no, pero honesto respecto a las limitaciones de sus libros, siempre lo ha sido. Total, tampoco creo que los escriba él.
De la Lógica, interna en la casa de Doña Verdad, de la cosas.
Al excelentísimo Seor Senabre le preocupan cosas muy extrañas. La verosimilitud perdió la batalla en el momento y hora en que autornarrador se fundieron en un mismo marasmo, todo por mor del posesivo sin sustancia y la loa del yo transfigurado en único sustantivo, como lente y prisma de una realidad cuya caleidoscópica representación arrasa infaliblemente toda buena historia, como la verdad a la noticia.
Asunto grave este: ¿Cómo creernos algo cuando Caperucita cita a la Beauvoir y se comporta como la Esteban?
Incluso la mentira tiene sus reglas.
Que sí, que ya sabemos lo bien que escribes, lo listo que eres y lo bien que te lo montas, Henry, pero ¿podrías hacernos el favor, Henry, de no ser tan pedante, Henry, en cada uno de tus comentarios, Henry? Muchas gracias.
Sí, sí, por Dios, que se suicide el Henry, que se suicide y nos alegre el día.
Parafraseando a Follett, Ken: No, no creo que les guste Henry, a él le gusta jugar con las palabras, hace pensar al lector, mientras que Benoit & Bermejo son más simples, procuran que te centres en atacar al imaginado oponente, desviando la atención sobre amigos y negocios, no necesitamos leer dos veces sus frases.
Mi pedante Henry:
La oscuridad es un camuflaje que utilizan los mediocres para parecer brillantes. Malo es el escritor que exige de su lector una relectura para comprender el texto. «Entender» y «pensar» no son lo mismo. ¿Por qué no nos comentas en latín? Así, además de leerte varias veces, tendríamos que traducirte de una lengua muerta.
Y Benoit no es simple. Tiene tanto ingenio que no necesita parecer solemne, ni varias lecturas, ni demostrarnos a todos que ha leído mucho.
No te enfades, Henry, pero en ocasiones resultas más cursi que ese de Estoril.
Un abrazo
La ocasión la pintaban calva.
Deduzco que así, sí, lo entiende. Por cierto, sus insultos y descalificaciones están traídos por los pelos del desconocimiento exacto del artificio de la ofensa. No se apure, no me enfado ni me mueve a la ira casi nada.
Yo lo agradezco. Cada vez que comenta mi querido Henry tengo la impresión de estar en un blog literario y no en una casa de putas. Y ya saben ustedes lo que me van las putas, ¿a que sí? Salute.
Lo de Gumersindo lo dices con ironía, ¿no? Porque en esa entrevista no se habla de periodismo en momento alguno y Gumersindo si algo ha demostrado es ignorar por completo lo que ello significa. No negaré su rol de gurú y su perfecto empleo de neologismos en el lenguaje, pero de hacer periodismo, de destapar noticias, de ejercer ese cuarto poder fundamental para la democracia, creo que no tiene puñetera idea.
Gumersindo Lafuente es las persona que más sabe en España de edición digital de periódicos y lo ha demostrado en EL MUNDO y en EL PAIS. Si lees la entrevista completa podrás entender que Lafuente no tiene que saber de «destapar noticias». Lo que propone es bastante sensato. Cuando dice que «Orbyt» y «Kioskomas» o como se llamen, no es más que repetir las antiguas ideas, tiene toda la razón. -me refiero a las ediciones de pago en internet de los anteriormente citados diarios-.
Leete la entrevista, anda.
G.L. no es un «gurú»
La sargentotototo
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Sargento, ¿ya leyó la columna de Patricio Pron esta mañana? El pobre maniaco habla de las carreras literarias, el mismo que tuvo a Juan Cruz como padrino de su boda.
La leí, querido amigo. Pronporromponpon hace lo contrario de lo que predica. Patricio, después del tremendo fracaso que vivió en sus comienzos en Argentina, se prometió -como la Escarlata O`Hara de «Lo que el viento se llevó»- aquello de: no volveré a pasar hambre. Y a partir de ahí se dedicó a trabajar en su carrera. Y eso es lo más importante que hay, hoy, en su vida. Y hay que reconocer que lo de promocionarse, lo de edificar su carrera, lo está haciendo requetebien.
Un beso, amigo
La sargenttotootot
Joder Sargento, a tus filias y fobias les falta coherencia. Dos becarios con su web son armas de destrucción masiva y un tipo que entró en el diario de referencia en este país y lo ha convertido en poco más que un acopio de notas de prensa y sensacionalismo al estilo The Sun te parece un ejemplo. Porque vamos, yo soy muy fan del Comidista, pero ya me dirás tú que tendrá que ver con el periodismo. Lo que pasa es que es muy fácil coger un grupo lleno de talento y una estructura sustentada en el negocio en papel y con ello hacer una página web potente. Nos habla de ingresos de publicidad para la web, y ¿qué pasa con los del papel? Descienden porque no hay otra o porque llevan años quitándole valor a lo que en él había al volcar todo el contenido gratuito en la web. Y sí, es un gurú. A los gurús se les reconoce por el fracaso en la práctica de sus teorías supuestamente avanzadas a su tiempo. Y este hombre, por mucho que suba la audiencia en web, ha fracasado una vez más. O ha triunfado haciendo que ahora mismo esta sea la noticia más leída:
http://elpais.com/elpais/2012/10/05/gente/1349430539_032886.html
…claro que eso ya se sabía antes de la aparición del digital: el deporte, el corazón y las mujeres desnudas dan mucha audiencia. La pregunta entonces que uno se hace es, ¿Y por qué no pusieron tiempo ha a una mujer desnuda en la contra. Yo te lo digo, por rigor, por prestigio, por la confianza en sus lectores, algo que han perdido. Y con ello han hecho que yo pierda las ganas de comprar un diario al que le falta contenido de calidad y revisiones estilísticas. Pero claro, eso no es culpa de los periodistas, eso es culpa de aquél que les obliga a escribir simultáneamente en papel y digital, al mismo tiempo que conversan con los lectores, suman adeptos en Twitter y escriben en un blog. Así es muy difícil hacer periodismo Sargento. Y así es imposible que yo me gaste el dinero cada día en un periódico.
Y cierro ya con la frase que ha hecho famoso a Gumersindo y que tan bien define su amor por elperiodismo: ‘Uno de los factores para elegir periodistas son sus seguidores en twitter’.
http://www.prnoticias.com/index.php/periodismo/559/20112899
lo deprimente es que El Cultural, como de todos los otros suplementos, se molesten en ocuparse de soseces como las de Puértolas y otros, para recordarnos que son soseces, en lugar de cumplir con su presunta misión de localizar lo bueno y nuevo que se está publicando, en editoriales pequeñas.
Antieditor, te felicito. Eso es exactamente lo que estoy esperando de todos los «culturales» que andan por el mundo y que tan difícil es de encontrar. Que se dejen de una vez de soseces, gilipolladas, tonterías y demás y nos descubran las verdaderas obras que son tan interesantes y que nunca aparecen en sus reseñas.
No sé, Margaret, si la edad y la ubicación no son ficción, si te acuerdas de un escritor y crítico que, antes que vosotras, ya desnudó con clarividencia las carencias de la entonces «joven narrativa española», algunos ya a punto de ser unos carrozas que se ganan las habichuelas como pueden; escribía en el suplemento -no me acuerdo del nombre- del Diari de Barcelona, cuando era propiedad del Ayuntamiento, y se llamaba Dimas Mas. A su lado, palidecen las críticas más feroces que ahora podáis reseñar…
Hubiera convenido pulir, dice. Menudo cachondo el Senabre. Me gustaría verlo en la piel del escritor.
Me ha sorprendido lo de Follet. Mercenario pero honrado. Hasta dan ganas de leerlo y todo.
En la piel debe el escritor meternos a los demás, sus lectores, toda vez que no existe la escritura espejo; desde el momento en que no se puede ejercitar el enunciado desde la mera traslación, el ejercicio de escribir no puede dejarlo todo a la inferencia del lector. Senabre sólo advierte de la posibilidad de errores en la cadena.
No se puede escribir inspirado por Baudolino. Cosas más graves se calla pues no osa mentar al padre de tanta crónica de mocedades heroicas.
Saludos VD,
Pues anda que esto aparecido hoy en El País: «La novela ‘Teoría de las catástrofes’ (Editorial Algafuara) ve la luz…»
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/28/actualidad/1348864707_286687.html
Lo que te decía, Sargento:
http://www.eldiario.es/zonacritica/pais-periodismo-crisis-cebrian-prisa_6_55704433.html