¡¡QUÉ ASCO!! ¡¡QUÉ ESCÁNDALO!! JANE AUSTEN RIDICULIZADA

Ya no se respeta nada. Todo está permitido, claro, y ocurre lo que ocurre. Tengo ganas de vomitar. Se ha producido un sacrilegio, una ofensa contra la Literatura (sí, con mayúsculas). La Patrulla de Salvación va a llevar este caso ante el Tribunal de Estrasburgo y, si no nos hacen caso, ante el de La Haya. Esto no va a quedar así. Vamos hombre. Nos van a oír.

Ayer día 28 de enero se celebró el 200 aniversario de la publicación de Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. La noticia apareció en casi todos los medios de comunicación y cada uno intentó, en la medida de sus posibilidades y siempre con respeto, rendir su homenaje a la gran escritora inglesa.  

Pero EL MUNDO –no podía ser otro- la tenía que cagar. Desde hace unos días se puede ver en su página web un especial (aquí), llamado “200 años en femenino”, que en principio no tiene mala pinta. Pero hoy, emocionada como estoy con todo lo que tiene que ver con la Austen, me he metido a leer la entrevista (aquí) que Silvia Grijalba le hace a la autora (que ya “tiene 238 años”) y si no me traen las sales, acabo en urgencias. Me parece de juzgado de guardia poner esas tonterías en boca de la señorita Austen y más si está muerta. Un respeto, por el amor de Dios.

¿Qué sabe Silvia Grijalba de Jane Austen? Lo que ha escrito deja entrever que ha asistido a la proyección de la película protagonizada por Anne Hathaway, Becoming Jane, y que se ha leído lo que la Wikipedia dice de Austen. Con sólo eso, cualquier colegial hubiera escrito la entrevista ficticia que firma la señora Grijalba. Supongo -sólo supongo- que también ha leído, al menos, las dos novelas más conocidas de Austen, pero claramente no las ha leído en inglés. ¿Hubiera respondido la gran dama de la novela inglesa de este modo -más parece Isabel Preisler en el HOLA- si la hubieran entrevistado? La idea era buena, pero debía haberla puesto en práctica alguien que realmente conociera la vida, obra y tiempos de la autora. Creo que tenemos una deuda muy grande con Jane Austen y que lo último que merece es una chorrada como esta que además está mal redactada.

Con la nariz tapada –y para que no se vuelva a repetir- les copio aquí algunas de las tonterías escritas por Silvia Grijalba:

 Silvia Grijalba.- ¿Esa melancolía de su obra, ese sufrimiento por el amor no fraguado, tiene algo que ver con la experiencia propia o es un recurso literario?

Jane Austen.- Creo que cuando uno escribe siempre, por mucho que luego cree una ficción para hacer todo más verosímil, se basa en experiencias propias. Incluso usa la literatura para de, alguna manera, exorcizar la propia vida o crear un final feliz que nunca existió. Poco antes de escribir ‘Orgullo y prejuicio’, viví un desengaño amoroso que me marcó durante toda la vida. El chico se llamaba Tom Lefroy y era el sobrino de unos vecinos. Fue a pasar una temporada con ellos y terminamos pasando mucho tiempo juntos. A los dos nos apasionaba el teatro, la literatura y nos enamoramos locamente.

Silvia Grijalba.- Qué opina usted de esa pasión que sigue levantando su obra y su mundo actualmente. De los club de fans, los ‘tea parties’ que se organizan con gente disfrazada de los personajes de su novelas…

Jane Austen.- Es un honor, me parece maravilloso que ese mundo que creé hace tanto siga estando vigente. Pero creo que el desamor, las diferencias sociales (aunque ahora sean de otra manera y son más económicas), la pasión y ese ambiente sofisticado y un poco decadente que ya se ha perdido, sigue atrayendo. A la gente le gusta vestirse como mis personajes y viajar en el tiempo. Alguna vez he ido disfrazada a uno de esos ‘tea parties’ que se organizan en Inglaterra, sin que nadie supiera que era yo, y lo he pasado de maravilla.

(…)

Jane Austen.- Hay quien dice que Bridget Jones sería un personaje de mis novelas y a mí me parece un insulto. Esa chica tan ordinaria, tan poco sensible, jamás podría salir de mi cabeza. La gente, hoy en día, dice muchas tonterías.

Qué poco respeto. Qué basura.

Silvia Grijalba, escúchame bien: cuando eras periodista de la movida tenías cierta gracia, recuerdo que te leíamos. Ahora intentas reconvertirte en escritora ¿seria? de novela. Ofendiendo de este modo la memoria de Jane Austen no me parece que vayas a llegar muy lejos. Tú veras…

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26 respuestas a ¡¡QUÉ ASCO!! ¡¡QUÉ ESCÁNDALO!! JANE AUSTEN RIDICULIZADA

  1. Zombi dijo:

    Esta entrevista la tenía que haber hecho Amy Martin, que ésa sí que controlaba la wikipedia.

  2. Porno dijo:

    Ahora Cristina Fallarás insulta a otra profesional del periodismo mejor que ella, Silvia Grijalba.

    • No soy Cristina Fallarás y no he insultado a nadie. Sólo he dejado claro que hay que ser respetuoso con los escritores que lo merecen.
      Un saludo
      Margaret

    • Mira, pues por una vez voy a contestar a estos pesados de las identidades. Yo no suelo escribir sobre compañeros, ni periodistas ni escritores, si no es porque me ha gustado mucho muchísimo lo que hacen o porque se meten conmigo. O, en raras ocasiones, porque creo que mi apoyo puede servirles para algo. Silvia Grijalba es amiga mía. Margaret, sea quien sea, me cae muy bien. Nada más que añadir.
      Cristina Fallarás.

      • Dr. Diable dijo:

        Que conste que después de leer tu novela, Cristina, entra la duda. Ginebra, Leonard Cohen, mujeres, hombres, hombres, mujeres, la madre, los críos, gente que dice que eres tú, Margeret haciendo excepciones entre los zambrapronolmos (comos nos llama a los jovenzuelos) cuando es un martillo de herejes, ya sabes. Ahora bien, lo de Leopardi no encajaba y la atmósfera postapocalíptica de tu novela menos. Pero nunca se sabe. Hay trols y villanos muy puñeteros y retorcidos (me incluyo, por qué no). Está claro que los de Quimera no se van a sacar las cosas de la manga. O sí. Intenet y literatura es sinónimo de casa de putas. Cualquier escritor, hasta uno de primera regional, lo sabe.

  3. Porno dijo:

    Sí, me has convencido.

  4. Fletcher Marriot dijo:

    Yo creo que la sargento esperaba que la efeméride fuera celebrada más bien un comentario del tenor de lo que sigue:

    En el personaje de Emma destaca “el amor hacia uno mismo”, que tiene un encanto ambiguo por cuanto “nos disgusta y nos resistimos a él, sin embargo nos atrae, siempre y cuando vaya acompañado de un poco de gracia o de fuerza creadora”. “Pero efectuamos una clara distinción entre nuestras reacciones ante el amor hacia uno mismo en los hombres y en las mujeres. Ninguna mujer hubiera sido capaz de conseguir el perdón que con tanta buena voluntad otorgamos (tras la debida condena) al amor hacia sí mismos que sentían Yeats o Shaw, por ejemplo. […] el amor hacia uno mismo forma parte de la vida moral de todos los hombres.” […] “Emma tiene una vida moral igual a la de un hombre” y no con carácter especial “sino de una manera natural, como una cualidad a ella inherente”. “¿[…] a santo de qué sentir cariño por Emma? […] La técnica narrativa de la novela nos lleva muy cerca de Emma y nos da clara conciencia de todos los malos pasos que ha de dar. La relación que se establece entre nosotros y Emma llega a ser muy extraña, es la misma relación que existe entre nuestro yo ideal y nuestro ordinario y falible yo. […] Emma exige que la vida sea bella, impresionante y viva”, pretende salir y sacar a los demás de la vulgaridad y la naturaleza corriente. “En realidad, a lo largo de toda la novela no ha hecho más que buscar un mejor conocimiento de sí misma […]. Esta es una actitud muy moderna, que confirma la afirmación del doctor Leavis según la cual Jane Austen es, verdaderamente, el primer novelista moderno aparecido en Inglaterra. […] Jane Austen, pese a ser conservadora, e incluso convencional, supo percibir la naturaleza del profundo cambio psicológico que acompañó al establecimiento de la sociedad democrática, se dio cuenta del aumento de la carga psicológica del individuo, comprendió la nueva necesidad de la autodefinición y la autocrítica conscientes, el imperativo de juzgar individualmente la realidad. Y no hay realidad alguna con respecto a la cual el ser humano moderno experimente tanta incertidumbre y tanta angustia cual la realidad de sí mismo”. De Lionel Trilling en Más allá de la cultura y otros ensayos.

    ¿No? Qué menos. Muchas gracias por vuestro blog, patrulla.

  5. Dr.Diarcy dijo:

    Cuando no tienes razón no la tienes; pero si la tienes, se reconoce y no pasa nada. Podría decirse que algunos no tenemos sentido del humor, pero la entrevista cabrea, sí cabrea. Para un blog, pues mira que bien, pero publicarla en un medio como el mencionado dice mucho de cómo andamos. Lo decía Bonilla ayer: el problema no son ni los editores, ni los escritores, ni las librerías: son los lectores. Y con lectores como éstos, apaga y vámonos. No le vamos a perdir a la señorita que ha inventando esta patraña que entienda que si Austen es romántica no es por su sentimentalismo sino por el gusto de expresar realidades humanas a través alegorías, muy del gusto mediavalista de los románticos ingleses, desde Wordsworth hasta Scott. Pero un mínimo, por Dios. Y te dejabas una: Lost in Jane Austen. Una miniserie de lo más delirante.

    • Comeclavos dijo:

      ¿el problema son los lectores? ¿otra vez balones fuera?… Define lectores por favor

      • Dr.Diable dijo:

        Intérpretes de connotaciones, sentidos, significados, como quieras llamarlo. Es una utopía, y más en un mundo tan democratizado como el nuestro, pero hasta el XIX la lectura estaba reservado única y exclusivamente a intelectuales. El problema es que hoy día ni siquiera los «intelectuales» saben leer. Hay un librito de Gracq, La literatura como bluff, que habla precisamente de esta impostura. Pero es una opinión fruto del idealismo. La literatura hace tiempo que dejó de ser lo que era no por cómo escribimos sino por cómo leemos. Saludos.

      • Comeclavos dijo:

        Ese idealismo tuyo muchos podrían interpretarlo con snobismo, elitismo y mas istmos que no quiero recordar. Dices “El problema es que hoy día ni siquiera los “intelectuales” saben leer”. Reitero, dices “ni siquiera”. Ese, creo yo, es base de muchos de esos istmos de los que no quiero hablar pues hacen que me rechinen los dientes. “Ni siquiera los intelectuales” parece un buen titulo para un libro o para un ensayo sesudo: “Ni siquiera los intelectuales”.

        Dices que es una opinión fruto del idealismo…Mira, voy a ponerte un caso extremo, una analogía un tanto trapacera: A Monsieur Hitler por los poros exudaba idealismo a raudales, pero ¿Sobre que asentaba ese idealismo? Pues parece ser que sobre millones de lectores incapaces de desentrañar los misterios de la literatura. Y no solo eso, aun siendo ellos unos incapaces, o más bien por ello mismo, han pervertido el conocimiento, el logos, y solo son capaces de digerir mala literatura. Ellos son los causantes, abrumador su numero y su parloteo indocto, que “Ni siquiera los intelectuales” sepan distinguir en los estantes de las librerías la buena de la mala literatura y tengan que estar zurrándose en blogs de tres al cuarto para descubrir perlas (o sus perlas) literarias.

        Ergo: Si se cree que los ni-ni lectores, hijos de la Logse, son los causantes de la mala literatura eso significa que se es un Nazi pro Hitler. I you Know what i mean.

      • Rolando Buenavilla dijo:

        No discrepo de su análisis, pero creo que debe mejorar su arsenal retórico: no es que se haya sometido a la Ley de Godwin a la segunda o tercera retroargumentación ¡es que ha caído ya desde la movida de apertura!
        Para su mejor ilustración: http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Godwin

  6. Pingback: Que no, joder, no tengo tiempo

  7. Andrés dijo:

    ¿Os pasó ya el trauma por la traición de Enric González o seguís dándoos cabezazos contra la pared de la cueva?

  8. Ire dijo:

    Jane Austen nunca habría dicho eso de que «creo que cuando uno escribe siempre, por mucho que luego cree una ficción para hacer todo más verosímil, se basa en experiencias propias. Incluso usa la literatura para de, alguna manera, exorcizar la propia vida o crear un final feliz que nunca existió». De hecho, ningún escritor diría eso. El escritor autoreferencial es un mal escritor, y no lo digo yo, sino muchos otros. Lo de las tea parties también tiene tela, porque Austen es un mito británico no por sus novelas sino por hacer de la mujer la protagonista de sus obras, a pesar del conservadurismo presente en todas ellas. Los personajes masculinos acostumbran a salir bastante mal parados, aunque bastantes de sus personajes femeninos también. Es una cronista social. Se habría cabreado un montón con esa ‘entrevista’, que la deja como la escritora chick-lit del siglo XVIII, cosa que no era en absoluto.

    • Ire dijo:

      malparados, claro. Sorry.

    • Dr.Diable dijo:

      No estoy de acuerdo. Siempre hay algo. Lo que hace el novelista sobre todo es poetizar, es decir, traducir una experiencia particular (dolor, amor, alegría, emoción, celos, etc.) a un argumento, un sentido, una dirección, una connotación universal. No se puede escapar a uno mismo. Si existe algún escritor que sea capaz me gustaría que me explicase cómo. Otra cosa es identificar (falacia autorial) narrador con escritor que es el error de la autora de la entrevista a Austen. Es más en el caso de Orgullo y prejuicio, ya lo dice el título, Darcy y Elizabeth son alegorías de esas «passion» que tanto le gustaban a los románticos. Que hay algo del amorío de Austen, por supuesto, pero aquí hablamos de Darcy como estereotipo que representa alegóricamente el prejuicio de la aristocracia y Elizabeth el orgullo de la nobleza rural. Como ya he dicho arriba el problema de la literatura actual pasa por que leer ha dejado de ser sinónimo de interpretar. Saludos.

      • Ire dijo:

        Hombre, desde el momento en que se escribe sin duda pasa por la percepción del autor. Pero tomarse uno mismo como fuente de inspiración no pasaría de la anécdota. Si lo que se explica, incluso en poesía, no tiene un alcance universal el resultado se quedará en unas simples memorias, que también hay a quien le gusta el género, claro.

  9. En este caso, no estoy muy de acuerdo con su opinión sobre Jane Austen, a mí, la verdad, me aburre un poco. Pero he llegado hacer un rato al blog y me parece interesantísimo. Lo que importa es el intercambio de opiniones, la reflexión y el amor por la literatura. Si todos pensásemos igual esto sería un aburrimiento. Volveré a menudo, para leer lo nuevo y para ir poniéndome al día de lo antiguo. Que hay mucha tela que cortar.

  10. Silvio Grijalbo dijo:

    ¿Silvia Grijalba? ¿Pero esa señora todavía existe? Debéis de andar muy necesitados de gente nueva a la que poner a parir.
    Lo mejor, el desdoblamiento en tiempo real Sargento / Cristina Fallarás, a lo Doctor Jekyll & Mr. Hyde pero en plan castizo. «Margaret, sea quien sea, me cae muy bien», dice: pues eso, nada más que añadir.

  11. Johnny 99 dijo:

    ¿Ridiculizada por qué? En todo caso, la que ha quedado ridiculizada es la Grijalbo ésa.

  12. Peter Folgier dijo:

    –– Sincérese, debe sentir un comedido orgullo por el éxito literario cosechado por sus novelas después de dos siglos de continuas reediciones ¿Es así?

    –– El orgullo es un defecto muy común. estoy convencida de que en realidad es muy frecuente que la naturaleza humana sea especialmente propensa a él, hay muy pocos que no abriguen un sentimiento de autosuficiencia por una u otra razón, ya sea real o imaginaria.

    –– … como diría Mary, la hermana menor de Elizabeth Bennet, tan apasionada por la lectura, uno de sus personajes, ¿va a contestar a todo citando las opiniones de sus creaciones? ¿no se estará dejando llevar más por la vanidad que por el orgullo?

    –– La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.

    –– Vuelve Usted a hablar por boca de Mary…

    –– Verá, al contrario que Mary, que se preciaba mucho de la solidez de sus reflexiones, realmente, intento no mantener dicho prejuicio sobre las mías. No imagino que los lectores tiendan a achacarme todas y cada una de las palabras, que con mayor o menor acierto, haya podido desgranar por boca mis personajes. De ser así, me tendrían por una mujer vana, veleidosa, y con una alarmante ausencia de carácter y de respeto por el propio juicio.

    –– Un poco como la madre de las señoritas Bennet…

    –– No temo ofenderla si le digo esto, pero se equivoca, la Señora Bennet, sabía muy bien cuando debía cambiar de opinión, ser antipática no te convierte necesariamente en estúpida, sólo aleja el interés de los seres queridos por nuestra compañía.

    –– No se preocupe, en Usted, sus más preciados críticos, sólo ven a sus heroínas

    –– ¿En todas ellas? Supongo qué, es ese, un prejuicio muy arraigado en lectores que se dejan llevar por las primeras impresiones.

  13. Jeremías dijo:

    Peter, no sé si le ha traicionado su memoria o quería usted hacer una broma para entendidos, en cualquier caso lo felicito por mostrar el parecido entre Mery y Darcy. Acertado y profundo.

    • Peter Folgier dijo:

      Como ve Estimado Jeremías, y como puede leer un poco más arriba, la memoria no anda muy bien por estos pagos, el lugar donde deben recaer el orgullo y el prejuicio parecen alternarse a conveniencia, por ello me permito citar estos dos ejemplos:

      Cuando Darcy se declara:

      «Se explicaba bien, pero no sólo de su amor tenía que hablar, y no fue más elocuente en el tema de la ternura que en el del orgullo»

      Cuando Elizabeth reflexiona sobre la carta de Darcy, después de su declaración frustrada:

      «Llegó a avergonzarse de sí misma. No podía pensar en Darcy ni en Wickham sin reconocer que había sido parcial, absurda, que había estado ciega y llena de prejuicios»

      Pero, en fin, Doctores tiene la Iglesia. Y con chistera.
      Salud.

      Y la mía no es mejor. Conste.

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