Nancy Huston, una señora inteligentísima que, como no podía ser menos, está casada con un señor casi tan inteligente como ella (Tzvetan Todorov), acaba de publicar un libro, Reflejos en el ojo de un hombre (Galaxia Gutenberg, marzo 2013), para, terciando en la polémica sobre el falso nuevo feminismo, dar la razón a la sargento Margaret.
Hace unos meses, en nuestra reseña de Cincuenta sombras de Grey (aquí), decíamos que:
Hay una realidad que es imposible negar: la mujer es la que procrea, o la que puede hacerlo. Esto, nos guste o no, marca nuestra naturaleza, nuestra mente y la forma en que vivimos la relación con el otro sexo y el sexo en sí.
También afirmábamos que todas aquellas prácticas sexuales que no pueden conducir de forma natural a la procreación no son satisfactorias para la mujer. Y que el acierto de la novela consiste en construir una protagonista que goza con esas cosas que a ellos les encantan y a nosotras nos repugna.
Pues viene ahora lady Huston y afirma (aquí):
Las feministas siempre han considerado que las mujeres son “obligadas” por el hombre a ponerse guapas, y eso les parece mal. Pero la coquetería y la seducción son universales. Actúan como motor de la reproducción, y el 80% de las mujeres que nacen tienen hijos. No sirve de nada negarlo. La igualdad está muy bien, pero para conseguirla es necesario saber que hombres y mujeres parten de lugares distintos, y que mientras nosotros negamos esas diferencias, el capitalismo las exacerba con toda tranquilidad.
(…)
El argumento surge de la primatología, sí, porque no podemos comprender el mundo sin entender que somos también mamíferos llamados por la naturaleza a reproducirnos y a mejorar la especie.
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El cuerpo de la mujer existe antes que nada para ser fecundado, tiene ese carácter sagrado. Mientras el hombre no tiene nada de sacro: solamente necesita ir esparciendo su semen por ahí. Esa diferencia lo condiciona todo, es universal, y por eso sucede en todas las sociedades.
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Las feministas biempensantes que niegan la naturaleza humana cometen una estafa intelectual. La diferencia fundamental entre los sexos es la maternidad y la testosterona. Los hombres son infieles por naturaleza, las mujeres lo son menos porque seleccionan mucho los genes que necesitan para procrear.
(…)
El feminismo “más puritano, ese que piensa que la sexualidad y la belleza son malas, nunca ha sabido qué hacer con la coquetería”, concluye. “Pero esa tendencia, lejos de disminuir, cada vez va a más. ¿Es acaso un complot de los hombres? ¿Quizá las mujeres somos tontas? La libertad de las mujeres pasa por desnudarse cada vez más, por reconstruirse y retocarse”.
(…)
El feminismo clásico se ha equivocado en la elección del enemigo, del responsable de esta situación. “Echarle la culpa al hombre de eso es como culpar al toro de haber cogido al torero.
Nancy Huston es de nuestra quinta (1953) y luchamos codo con codo en las trincheras del feminismo militante en los años 60´s y 70´s, cuando la batalla tuvo razón de ser. Hoy –con la igualdad de derechos ya conquistada- las mujeres inteligentes dedicamos nuestros esfuerzos a pelear contra enemigos reales y dañinos como son los editores, los críticos literarios y los periodistas culturales.
Más sobre este asunto (aquí). Las primeras páginas del libro de Nancy Huston (aquí).
Garcias, Nancy. Te debo una.
PD: Es este libro (el de Nancy Huston), señor Herralde, el que tenía que haber publicado una editorial (Anagrama) que quiere contribuir con rigor y seriedad al debate entre los sexos. Y no esa payasada, Cómo ser mujer, (aquí) de la graciosilla Caitlin Moran, que ustedes están terminando de traducir para editar en breve.
Solamente analizando los extractos del libro que aquí se publican, diría que esta persona no entiende lo que son las imposiciones sociales, la influencia de los medios y la necesidad de legitimación de las instituciones, la construcción de la realidad social (sobre ello hay un libro menos novelesco, pero muy informado, La construcción de la realidad social), etc. Analiza la realidad como la lucha entre hombres y mujeres. Lo que no son hombres son mujeres. Como decía Simone de Beauvoir, la mujer se identifica como un no-hombre y, extendiéndolo, el hombre como una no-mujer, pero eso es una auténtica sandez, porque todo lo que hace la mujer presionada, no lo hace porque le presione el hombre, sino porque ciertos poderes (entre los cuales se encuadra el poder masculino) conforman las estructuras sociales para que eso se haga de una manera concreta. Si las «mujeres» se maquillan cada vez más no creo que sea por una evolución natural y con sentido reproductivo de la coquetería, sino más bien por ese otro factor al que también apunta: el capitalismo/consumismo presiona para que la definición de la mujer pase por mucho maquillaje, muchas operaciones estéticas, muchos champús, etc. Es lo que le interesa al mercado. Y habrá quién me diga… ¡en las sociedades africanas se maquillan! Sí, también te podría dar miles de ejemplos en las que no. Además estos individuos también se maquillan por una forma de presión social resultante de la legitimación y transmisión de las instituciones. Decir que hay un 80% de «mujeres» que procrean es no decir nada, porque por un lado no analiza la estructura social y qué importancia tiene la procreación para la aceptación del individuo dentro de la misma, y por otro lado no niega que haya un 20% (cifra considerable) que no procrea, ¿qué pasa, que no son mujeres?
Yo diría, a ese respecto, que el ser humano dejó hace mucho tiempo de ser un ser natural, a ser un animal simbólico, un animal social. Pretender la función reproductiva como el fin último de la humanidad niega realidades homosexuales y de tantas tendencias en el medio. Las funciones del ser humano se han multiplicado y se han diversificado muchísimo. Y una de sus funciones, la sexual, no tiene por que ir ligada a la reproductiva. Es más, yo he tenido miles de relaciones sexuales y ninguna con carácter reproductivo.
Además, cada día más la ciencia está planteando que no sabe muy bien la diferencia entre macho y hembra (sexo, a diferencia de hombre/mujer que sería género), puesto que en las variables que se manejan en la ciencia biológica (al menos 6: cromosomas, hormonas, caracteres sexuales secundarios, gónadas, órganos genitales externos y órganos genitales internos) nadie es enteramente macho y nadie es enteramente hembra, puesto que lo que nosotros llamaríamos sexo sería la combinación de todos estos factores y ninguno de ellos es binario, es decir, que habría toda una serie de pasos intermedios entre el macho y la hembra tal y como los definimos. Todo es mucho más complejo que las afirmaciones que hace esta persona al menos en el extracto que nos ofrece.
No creo en el feminismo, creo en la lucha por la eliminación de los conceptos sociales de sexo y de género y de que cada uno se relacione con otra persona y consigo mismo de la manera que le de la gana.
Un neurocientífico resumiendo los últimos avances de esas disciplinas (ciencias cognitivas) decía algo así como: «el cerebro es un trasatlántico con un polizón que se lleva toda la atención». Ese polizón es la consciencia. Lo que usted llama «animal simbólico». Pero, por qué llevar la «batalla» hembras/machos, por ejemplo, al terreno inexplorado de los simbólico/material? La materia (neuronas, genes, hormonas, etc) es como la llamaba Peirce: «mente aletargada» … En todo caso, también la materia, en especial si está viva (sea lo que sea que eso signifique) tiene la naturaleza de un Signo. Nancy huston simplemente está diciéndo… ehh, feministas (chicos y chicas), no nos engañemos: ¡miren la fuerza de esos otros signos! …. La investigación continua.
Esto sí que es feminismo (por decir algo sobre el tema):
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/03/01/actualidad/1362152746_341263.html
¡¡Ja, ja, ja… toma ya! Ya, ni el menor disimulo…
Ninguno de los extractos del libro de Huston hace referencia a la repugnancia de las mujeres frente a prácticas sexuales que no conducen de manera natural a la procreación.
Cabezonería de la autora del blog, que se empeña en tener razón.
Igual es que esa frase la ha escrito un hombre haciéndose pasar por una mujer, que piensa en la repugnancia que le daría a él si tuviera que hacer semejantes prácticas.
¿»… en los años 60’s y 70’s»? ¿¿¿QUIÉN ERES??? ¿¿¿QUÉ HAS HECHO CON LA SARGENTO???
Decir que «todas aquellas prácticas sexuales que no pueden conducir de forma natural a la procreación no son satisfactorias para la mujer.» a mi me parece que equivale , ya de entrada y poniéndonos suaves, a la negación de la existencia del lesbianismo,o a considerarlo una desviación, todo ello semánticamente hablando que a la Sargenta no la considero yo precisamente homófoba. Hay que reformular la frase haciéndola mas exhaustiva. Y aún así afirmar tan categóricamente que a las mujeres no les resulta satisfactorio que les coman el coño (perdón perdón perdón pero no sabía como decirlo)… Pues a mi me habían dicho todo lo contrario.
Haber puesto «cunnilingus», hombre, que suena más fino y alguno/a pensará que es un tipo de pasta italiana (por cierto ¿se escribe junto o separado? es que en el María Moliner no lo he encontrado).
Vamos a ver, cojones, que aquí hay que explicarlo todo. Que parecéis niños de guardería. Me estoy refiriendo a las relaciones sexuales hombre-mujer.
Por supuesto que son placenteras las relaciones lésbicas. Y benditas sean.
Amén+
Margaret
No pensé que hiciera falta explicárselo a una persona adulta, pero en fin: sepa usted que el «cunnilingus» (que se escribe junto), también se lo puede practicar un hombre a una mujer.
Otra cosa es que usted se refiera a que a las mujeres no les satisface e incluso les repugna hacer mamadas. En eso no me meto.
Vale, así que, según eso, ¿cuando a una mujer le practica el cunnilingus -agradecido por la ayuda, churrolingus- el hombre no es satisfactorio para ella? Pues a mi me parece demasiado categórica esa afirrmación.
Como mínimo, con muchísima osadía y sin ningún derecho puesto que soy hombre (y muy hombre, además…) yo reformularia su frase a que «las prácticas sexuales que conducen de forma natural a la procreación son las mas satisfactorias para la mujer». Es que la suya me parece, repito,demasiado categórica y con ánimo de pontificar.
¿Qué significa ser «muy hombre» John?
@Miyoto Cado Como dicen por ahí, «si tienes que explicarlo…»
Ni sé cómo termina esa frase si sé que significa ser «muy hombre»
H-O-M-B-R-E
D-I-G-A-M-E-L-O U-S-T-E-D
Bueno, la frase de “si tienes que explicarlo…” la leí en un número de Sandman de Neil Gaiman (si, lo reconozco, soy lector impenitente de cómics. Y para los que se las quieren dar de cultos, les recuerdo que tanto la obra de Giman como otros hitos como Watchmen de Alan Moore NO son NOVELAS GRÁFICAS). Y tanto la frase como lo de muy hombre están puestas exprofeso para que usted las complete en función de lo que le apetezca. Mi intención era que lo de «muy hombre» dira la impresión de completo -o parcial- gilipollas, pero habrá gente que lo considere varonil, lanzado, valiente, machista, tonto…. A su gusto, oiga.
¡Buena explicación! 🙂
Gracias, pero si “si tienes que explicarlo…” , pues pierde la gracia. O parte. 🙂
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