El próximo día 26 de noviembre llega a las mesas de novedades el primer libro de memorias de José Luis Rodríguez Zapatero. Dicen en algunos medios -¡pardillos!- que El Dilema (Planeta,2013) –así se va a llamar lo de ZP- llega con retraso. Con el retraso justo para llegar a la campaña de navidad, digo yo. Se ha comentado también que el expresidente del gobierno ha recibido un anticipo de 700.000€. Parece ser que lo ha cobrado por tres libros, como su amigo Aznar. Otros periódicos, tan tontos como los primeros, se preguntan cómo Planeta sigue pagando estas cantidades [Presuntamente 1 millón a Aznar; 800.000 a Bono y algo acompañado de 5 ceros a Guerra] por unos libros que no están vendiendo mucho. Aquí se dice que en mayo de 2013 las cifras de Bono + Aznar (juntos) no habían superado los 100.000 ejemplares y que la editorial sólo amortizaría el anticipo (con PVP superior a 20€) superando los 300.000 por cada uno ellos.
¿Se han vuelto locos en casa Lara? ¿Les sobra el dinero y lo entregan a fondo perdido en forma de anticipos? Nada de eso. Les voy a resolver el enigma, no se preocupen. Pero, como este blog lo leen algunos de esos escritores jóvenes que escriben en antologías de escritores jóvenes, les voy a contar –para que los muchachos también lo entiendan- un cuento. Me veo como Jesús echando mano de las parábolas:
Érase una vez un país muy pequeño en el que reinaba un rey muy anciano. El rey, en su juventud, había sido un hombre fuerte y poderoso. Todos le temían y nada se hacía en aquel pequeño reino sin el consentimiento del monarca. A la sombra del poder real, y durante los 40 largos años de su reinado, dos órdenes de caballeros medievales –“Los Señores de la Gaviota” y “La Orden de la Rosa Sangrante”- habían ocupado, con el visto bueno del monarca (al que los asuntos del día a día del gobierno le aburrían tremendamente), todos los puestos de la administración del estado. El pequeño reino vivió largos periodos de prosperidad, paz y tranquilidad. Pero con el transcurrir de los años, por suerte o por desgracia, la preponderancia de aquel gobernante comenzó a declinar. Cuando los habitantes del reino se vinieron a dar cuenta, las dos órdenes -los azules y los rojos, como popularmente se les conocía- y los tenderos que tenían amistad con ellos habían creado una oligarquía omnipresente y todopoderosa imposible de desmontar y que como tal mandaba incluso más que el rey en sus mejores tiempos. Quien quería vender sus productos en las ferias de agricultores de aquel pequeño reino tenía que tener contactos. Si no tenías amigos dentro de las dos –de las dos que parecían, con el paso del tiempo, una misma- órdenes de caballeros medievales, no eras nadie. Los caballeros y los comerciantes acudían a las mismas fiestas, cenaban y salían de cacería juntos. Era tan buena la relación que llegó el momento en que comenzaron a intercambiar los puestos y los cargos de modo que quien había sido dueño de la tienda de ultramarinos podía pasar a ser tesorero de la Orden de la Rosa Sangrante, y al día siguiente se conocía que el chambelán de los Caballeros de la Gaviota era nombrado carnicero mayor del reino.
Se me han quitado las ganas de terminar el relato. Me da mal rollo. Lo siento.
En su lugar voy a copiar el artículo que hoy publica Juan Jose Millás en EL PAÍS. (aquí). Comulgo con todo lo que dice don Millás. Sobre todo con eso de que Zapatero “se cargó cualquier posibilidad electoral del PSOE”. Yo aún diría más: se cargó (él y los que lo rodearon) cualquier posibilidad electoral de la izquierda. Porque si no ¿cómo se entiende que con todo lo que ha hecho –o mejor: deshecho- el PP nadie diga nada?
Si fuéramos listos, nos apresuraríamos a comprar, en defensa propia, el libro que Zapatero ha comenzado a vender a través de la tele. De ese modo, nos ahorraríamos una promoción cuyo acto inaugural en El objetivo, de la Sexta, logró sobrecogernos. ¿Habló usted con Merkel?, le preguntaba una y otra vez, con paciencia infinita, Ana Pastor. Lo cuento en el libro, respondía Zapatero con toda la cara.
De modo que lo cuenta en el libro. Ha esperado dos años para hacer público, previo sustancioso anticipo económico, lo que nos debía a todos los españoles, le votaran o no, les decepcionara usted o no, les gustara o no. Llevamos dos años esperando una explicación a aquel “cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”. Por cierto, que, seamos rigurosos, a usted no le ha costado nada, usted ha escrito su dilema al fuego del salario del Consejo de Estado y demás momios que le corresponden por su cargo, excargo, o lo que sea. No tardarán en llamarle de una eléctrica, quizá la misma de la que ya cobra su exvicepresidenta. Pero usted no se imagina el frío que hace fuera, no se hace idea de las corrientes de aire que circulan por los patios desolados de este país en ruinas. Usted rompió el contrato con los contribuyentes, se cargó cualquier posibilidad electoral del PSOE, entregó los trastos a Rajoy, se lavó las manos y se marchó a cenar.
Ahora bien, si cuenta en El dilema las mismas naderías que en el programa de Ana Pastor, ensalzando por un lado las virtudes de la democracia y reconociendo por otro que a veces hay que suspenderla (es lo que usted hizo) por causas de fuerza mayor, se lo podría haber ahorrado, sobre todo si, como insinúa el título, exhibe en él un problema de orden moral. Pero no se apure, lo compraremos a pares para ahorrarle y ahorrarnos la promoción, a cuyo prólogo asistimos el domingo pasado.
El enlace a la entrevista de La Sexta lo he metido yo.
OTRA COSA
Ayer publicamos un “post” (este) criticando las antologías de escritores jóvenes y destacamos en comentarios que había un escritor joven, sólo uno, Antonio J. Rodríguez, el de Fresy Cool, que había dicho que no a Olmos. Reproducimos a continuación (con el permiso del interrogado) la respuesta vía email que nos ha dado esta mañana:
La sargento Margaret: «¿Serías tan amable de explicarme por qué te has negado a aparecer en la antología «Última temporada»? ¿Has dicho que no también a la de Salto de Página «Bajo Treinta»? Me ha sorprendido gratamente tu negativa -se trata de un buen ejemplo- y me gustaría explicarlo en mi blog.»
Antonio J. Rodríguez: «Básicamente creo que el medio natural de difusión de autores jóvenes ha sido tradicionalmente Internet antes que el papel. Basta con comparar la difusión de una web o un blog con las tiradas de una edición corriente. Otra cosa son libros individuales cuyo formato natural sea el libro. Además, creo que muchos de nosotros habíamos sonado antes en otros proyectos, por lo que el empuje me pareció innecesario, a no ser que se tratara de autores inéditos, en cuyo caso lo veo más que justificado. Por otra parte soy un poco escéptico con aquellos proyectos que puedan entenderse bajo un nimbo generacional: suelen procurar más problemas y equívocos que bien colectivo.
Espero haber podido resolver tu inquietud.
Un saludo,»
La sargento Margaret: «Me das permiso para publicarlo en mi blog?»
Antonio J. Rodríguez: «Sí, no hay problema. De hecho esta misma fue la explicación que le di a Alberto cuando me solicitó participar.»
OTRA COSITA
En un sitio llamado La Esfera Cultural han reseñado nuestro blog. (aqui) . Estamos en plena auditoria literaria de esta web. No sé yo… Reportaremos los resultados.
Plas, plas, plas
Me pregunto si el señor Millás se avergüenza de aquel reportaje-hagiografía que escribió para El País, en que seguía a ZP de un lado a otro, en su casa, su despacho, su avión, y que iba acompañado de fotos del presidente leyendo (suponemos) con cara de gran concentración los informes de su gabinete de ministros. ¡Ay, aquellos tiempos en que ZP no decía naderías!
¿Hubo un tiempo en que ZP no decía naderías? ¿Cuándo fue eso? Qué memoria la mía.
Por cierto, sargento Margaret, eso de colocar dos temas (encima dispares) en el mismo post, le ahorrará a usted lo que sea que se ahorre en el ciberespacio, pero resulta un poco lioso a la hora de los comentarios. Entre los que repliquen a Millás, denosten a Zapatero, aplaudan a Millás, reivindiquen la obra pía de ZP y los que digan algún dicho sobre el correo de Rodríguez (Antonio J.), esto puede convertirse en un diálogo de besugos.
Por ejemplo, me apetecía un montón citar y comentar la impagable frase: «el medio natural de difusión de autores jóvenes ha sido tradicionalmente Internet antes que el papel».
¿Qué hago? ¿Me quedo con las ganas?
Hombre, me podía haber sacado un segundo «post» de la manga, pero no me parecía de recibo. Un segundo y un tercero. Era -lo de juntarlo todo- para ahorrarles esfuerzos a ustedes, queridos todos. Lo de ZP y Millás tiene todo que ver. Y el que Millás ensalzara a ZP en su día -que aquello en El País Semanal lo leímos todos- también es relevante y motivo de comentario. Puede usted hacer varios comentarios aquí o cagarse a voz en grito en la madre de unos cuantos. le recomiendo lo último, desahoga más
Pero, que conste, aquí estamos nosotras para lo que haga falta
Un abrazo
Maggie
Pues yo seré un zopenco, pero ne me ha quedado claro cómo hace Planeta para recuperar esos anticipos que les dan a estos próceres que ahora escriben sus memorias… ¿insinuan que la publicación de estas memorias y sus suculentos anticipos son una forma de pagar los favores que pueda haber recibido el Grupo Planeta de parte del poder político o incluso los que esperan recibir en un futuro? Hummm… ¿algo así como concederle un premio literario (de finalista, que si no ya cantaría demasiado) a la que hasta hace dos días era la Ministra del ramo y cuyas decisiones pudieron favorecer al Grupo empresarial en cuestión…? vaya, quién lo diría…
En todo caso, lo único claro es que, a no ser que seas un periodista dedicado a la crónica política o un correligionario con ansia de trepar en el partido, hay que ser idiota no ya para leer, sino simplemente para dejarte ver con un tomo de las memorias de ZP, Aznar, Guerra o Bono…. todavía las de rRjoy, seguro que tienen un gran interés, pero ¿éstas?
O estáis siendo sutilmente irónicas o no lo entiendo. Basta analizar la respuesta de Antonio J. Rodríguez para comprender que el suyo no ha sido un gesto de inteligencia u honradez literaria, sino pura vanidad: Ha rechazado entrar en esa antología porque él ya era Un Autor Publicado, con una novela en la infalible Mondadori, nada menos, y de ninguna manera estaba dispuesto a participar en ese proyecto entre tanto mindundi para que le bajaran el caché.
«Además, creo que muchos de nosotros habíamos sonado antes en otros proyectos, por lo que el empuje me pareció innecesario, a no ser que se tratara de autores inéditos, en cuyo caso lo veo más que justificado». Está claro ¿no?
¿De verdad creéis que si Rodrigo Fresán le hubiera planteado formar parte de una antología con Vila-Matas, Luisgé Martín, Isaac Rosa, Giralt Torrente, Elvirita Navarro, o con los nocilleros, publicada por Mondadori o Anagrama, habría dicho que no?
AJR se expresa un poco como el culo, ¿no? Entre formatos naturales y tradicionales creo que se ha hecho un poco la picha un lío.
Esta frase es de traca: «Otra cosa son libros individuales cuyo formato natural sea el libro». O sea, resumiendo, que si te llama para una novela sí pero que los relatos son para novatos, en especial las antologías en papel.
Y oh, el «espero haber podido resolver tu inquietud» me parece de un pedante que flipas. Una cosa es la buena educación y otra es la afectación. Opino.
Creo que no habéis entendido lo que dice Antonio J. Rodríguez. La honestidad de este escritor, en este caso, se encuentra en reconocer que en el año 2013 si un escritor que comienza su carrera quiere ser leído, lo mejor que puede hacer es poner sus textos en la web. De ese modo, si es bueno, va a ser más leído que en un libro colectivo. Esto si lo que el escritor quiere es dar a conocer su prosa y comenzar a edificar sobre buenos cimientos su carrera . Pero si lo que quiere es fama, salir en las fotos, hacer entrevistas, hacer giras por Estados Unidos -como los Grantas hicieron hace 2 años-…, ES DECIR: SI LO QUE QUIERE ES SER «ESCRITOR», entonces mejor una antología.
Lo gracioso del asunto es que hoy la vida de ESCRITOR ya no es lo de antes. Pero bueno.
Esa es la honestidad que en este caso encuentro yo en la negativa de Antonio.
Maggie
Pues Antonio J. ha empezado a «edificar sobre buenos cimientos su carrera» en Mondadori. Pero ahora es un outsider porque no quiere publicar en Lengua de Trapo. Anda qué…
Pues yo también me imagino a Lunita diciéndole en la intimidad del lecho, «Tú ni loco, mi amor, que tú ya estás a otro nivel y te quieren meter con todos los primerizos. Y menos con Olmos, que ya sabes que quien Olmos se acuesta acaba Pronado. Tú apunta más alto, mi Davidfosterwallace». Fue así, seguro. Y en la de Salto de Página ni siquiera se lo ofrecieron.