Ayer me llegó el puto libro. Tenía que encontrar algo para un regalo muy especial. A quien será el receptor de mi regalo le gusta la ópera y los ilustradores antiguos, tipo Gustavo Doré. Quería –para mi presente- un libro que tuviera las ilustraciones de un pintor en concreto y las letras de una ópera en italiano. Pregunté en varias librerías y no encontré nada. Me metí en Amazon –como último recurso, lo juro- y encontré ¡¡37!! opciones maravillosas. Había entre ellas una que me encajaba: una editorial inglesa no conocida por mí pero con nombre y logotipo atractivo había publicado recientemente (en tapa dura y con una portada muy elegante) un volumen de 400 páginas. Y sólo costaba 43€, sin gastos de envío. Lo pedí el lunes y me llegó el jueves. Alucinante. Pero cuando abrí el paquete (la de chascos –perdonen el inciso- que me he llevado yo en esta vida abriendo paquetes) me cagué en san Amazon y en toda su nación. Había pagado 43€ por 400 fotocopias mal encuadernadas. Si hubiera adquirido el producto en una librería…
Que en el frontispicio de este blog aparezca una librería no es casualidad. La salvación del libro pasa por la supervivencia de las librerías. Las buenas. No hablo del Corte Inglés ni de la sección de libros de Carrefour. En una época en que no te puedes fiar ni de don Jorge Herralde como prescriptor, -no digamos ya de críticos y periodistas-los libreros se convierten en una figura aún más necesaria.
Pero las librerías están desapareciendo. Y es así principalmente por que no venden lo suficiente, hablemos claro. Se ha echado la culpa a internet, a los libros digitales, a Amazon, a….Wert… a ….
Pero vamos a centrarnos. Que María Dueñas y E. L. James hayan vendido, entre las dos, en nuestro país más de 5 millones de ejemplares en papel en los últimos 3 años nos demuestra que los españoles quieren seguir consumiendo tochos pesados (hablo de kilos, no de trama) y que los libros deseados (“El tiempo entre costuras” y “50 sombras de Grey” lo son) no se leen en pantalla, sino mojando la yema del dedo índice con saliva y pasando las páginas una a una.
Una vez que está claro que los libros en papel se van a seguir vendiendo muchos años, ¿qué problemas tienen las librerías hoy?
1º.- El número de novedades sigue siendo muy amplio pero los libros que de verdad se venden –en cantidad- son cada vez menos. La avalancha de novedades hace que el librero (con espacio reducido) no pueda mantener un fondo de librería adecuado.
2º.- Esos pocos libros que se venden bien –los bestsellers- son adquiridos en Carrefour o pedidos por Ámazon. A las librerías les han salido unos competidores muy serios. Por otra parte, y como a todo se le puede ver el lado positivo, el hecho de que estas empresas hayan entrado a vender libros en papel demuestra que se trata de un buen negocio, de un asunto con futuro. Lo que decíamos más arriba.
¿Cómo se lucha en cualquier mercado contra los competidores? Muy sencillo: con cojones.
COJONES
Al consumidor de libros –no nos engañemos- le resulta hoy más fácil y cómodo adquirir su bestseller o su libro de autoayuda en el Carrefour, después de llenar su carrito con la compra del mes; o pedirlo por correo –a Amazon-junto a la primera temporada de “Breaking Bad”, que buscar una librería -¿dónde coño hay una librería?-.
Al librero tradicional no le va a quedar otra que echarle cojones. O cerrar. Pero cerrar es de cobardes. Y la Patrulla de Salvación no se trata con miedicas. Take no prisoners!!!
Echarle cojones significa VENDER
La única manera de competir con esa comodidad de la que hablamos arriba es con buen servicio. El dependiente de Carrefour no tiene ni puta idea de libros.
Hasta hace pocos años el librero –gente tranquila y culta por lo general- se sentaba detrás del mostrador y con un libro entre las manos esperaba plácidamente a que los compradores entraran en su establecimiento. Las editoriales se ocupaban de hacer publicidad y promoción. El cliente –que entonces se fiaba de lo que decía Juan Cruz en EL PAÍS o Ricardo Senabre en El Mundo- acudía a la tienda de libros, la librería (como después iba a la peluquería a cortarse el pelo), y adquiría su ejemplar de la última novela de Vargas Llosa. Era el mundo perfecto. En aquel hábitat todos los actores cumplían con su función. Pero –recordemos- los libros se compraban, no se vendían. Esto último es importante.
Hoy las cosas han cambiado radicalmente. El hábitat, con la entrada de los depredadores y la impostura de algunos de los actores, se ha ido a tomar por culo. Ya no entran personas en las librerías. La gente ya no se fía de los prescriptores. Y los libros ya no se compran en las librerías.
Pues habrá que empezar a vender, digo yo. Vender y no esperar a ser comprados.
No estoy recomendando hacer lo que los antiguos vendedores a domicilio de enciclopedias. No hay que llegar a ese extremo. Hablo de investigar lo que quiere nuestro cliente y ofrecérselo. Y envolver esa oferta en el mejor servicio posible.
A las editoriales y a los periódicos internet les ha cogido con el pie cambiado porque no conocen a su cliente. Ese es su principal problema. El secreto del éxito de Zara (Inditex) no está sólo en el bajo coste de fabricación y en la rápida y eficaz distribución, sino sobre todo en la información: todas las noches el jefe de tienda debe informar de cuantos jerséis fucsia se han vendido en ese día y del número de cinturones marrones despachados. Toda esa información procedente de todo el mundo se procesa en la central de La Coruña y de ese modo se sabe al día qué quiere la compradora de Zara en Tokio, New York o Valladolid. Una librería que quiera sobrevivir debe, a menor escala, claro, hacer algo parecido.
NUEVO BARRIO
Hace un año que he cambiado de barrio. Me he mudado a una zona más acorde con mi categoría. Tengo nuevo librero. Mi librero se llama José Luis y es un tío inteligente. José Luis está haciendo bien las cosas y el negocio no le va mal. Todas las semanas charlamos informalmente de sus cosas. Ya hemos cogido confianza y me está aportando muchos datos útiles. En las siguientes entregas de este MANUAL DE LIBRERÍA les contaré qué cosas hace José Luis.
En breve, en este blog, la 1ª parte del Manual de Librería. Los consejos de José Luis.
Actaulización a 10 de diciembre de 2013
(Aquí) la 1ª parte de Manual de Librería.
Me temo que las librerías son algo en extinción (bueno, quedarán algunos reductos para frikis, y poco más). Tendría que ser la sociedad en su conjunto la que tuviera ganas de volver a usar «puntos de venta de libros de papel», y yo creo que no está por la labor, ni aunque los libreros contraten vedettes desnudas. Lo que no tengo claro es que eso vaya a ser especialmente malo. Es malo,para los gustos de una generación a extinguir, pero los comercios del futuro tienen que atender a los gustos de las generaciones futuras, no a la de nosotros, viejos carcamales.
Por cierto, que lo de «puto libro» parece que está de moda
http://www.amazon.es/OTRO-LIBRO-FILOSOF%C3%8DA-bordo-Neurath-ebook/dp/B00GW4C7JA/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1385366038&sr=8-1&keywords=zamora+bonilla+puto
Pero ¿no le da vergüenza ir promocionando sus librillos de blog en blog, zangolón? ¡Y a su edad!
Pues sí que me da un poco, no le diré que no. Pero como no tengo espónsores que me los publiciten, ni conocidos en el mundillo que me los puedan alabar, no se me ocurre otra cosa que hacer más que ir como aquel viejecillo de la Feria del Libro de Madrid, que iba entre las casetas voceando «¡Del autor al lector!», eso sí, en versión 2.0
Mira que me daba penita aquel buen hombre.
Tiene buena pinta eso de la librería. Esperamos la siguiente entrega.
Leo: «ayer me llegó el puto libro» y dejo de leer. Todos podemos hablar o escribir así…y soltar ventosidades en público.
Obviamente, el anterior comentario se refiere al post del 29 de noviembre.
Le recuerdo, caballero, que no estamos aquí para hacer literatura.
¡¡ESTO ES LA GUERRA!! , coño.
Pingback: MANUAL DE LIBRERÍA (INTRODUCCIÓN)...
http://jaimejaner.blogspot.com.es/2013/10/amazon-y-los-mediocres.html
A los mediocres les gusta ser escuchados por norma. Es lo que les gusta más. Les gusta más que el dinero, que las mujeres y que el comer y beber bien. Existe hombres escuchados que se convierte en unos presuntuosos absolutamente felices hablando mal de Amazon. Ahora bien: Cuando los hombres se saben escuchados, se vuelven débiles.
Ahora sería el momento, quizás, de pasar un rato con una mujer, accesible, generosa y amable que los consolara.
Amazon es impintable, indescriptible, inaferrable, incompresible para los caducos anti-tecnológicos aferrados «al no se de que», para Amazon son de una indiferencia total y absoluta.
El fanfarrón, el vanidoso de tipo más pueril, aspira antes que nada a que le compadezcan hablando mal de Amazon.
La falta de información es el origen de la ignorancia y de la forma más peligrosa de la ignorancia, que es la demagogia.
Todas las cosas esenciales de la vida son lentísimas. Las guerras a lo largo de la historia han sido largas. Las hambrunas endémicas. La formación es fundamental, requiere cuidados persistentes, llegar a dominar las nuevas tecnologías o nuevas herramientas de trabajo requiere larga paciencia: asr longa, vita brevis.
Vivimos en un país de trancas, de impertinentes y de endiosados es, sin embargo, el país de los cumplidos (mucho pelota alabando el anti-amazon), con la caída de la nieve la tierra se llenará de silencio…
Para finalizar y para no alargar este post dejo una frase de mi admirado Josep Pla:
«No sabemos nada de nada y, aun así, somos pedantes».
Más información:
L@ S@l@m@ndr@ 08-09.2013 «En defensa de Amazon»
L@ Sl@l@m@ndr@ 29.09.2013 «Todos contra Amazon»
El problema de Amazon es este: http://www.eldiario.es/economia/Amazon-trabajo-precariedad_0_102890512.html
Así que cuando recibáis vuestro pedido en un santiamén, pensad que no es una cosa de interné y su alta velocidad, que no es cosa del progreso, sino que es justo lo contrario, pura y dura explotación que nos remite a épocas pretéritas. Claro, habrá algún librero que explote a sus empleados -me refiero a libreros de verdad, no a cadenas tipo fnac, donde también tienen sus ‘cositas’ contra los trabajadores (ver ici, mes amis: http://tenemosderechoatrabajar.blogspot.com.es/2013/03/la-fnac-empeora-las-condiciones-de-sus.html)- pero nada comparable a lo que hacen los grandes emporios. La cosa, entonces, está clara: la historia está entre los poderosos y el resto, entre ricos y pobres, en el mundo del libro, en el de la pastelería, el del acero y/o/u el de los chicles de fresa ácida. Antes el tonto miraba el dedo al sabio que señalaba la Luna. Luego miró la tele. Y ahora los hay que creen que mirando la pantalla del ordenador conectado a internet están vacunados. Pero el sabio sigue señalando la Luna y el brazo se le está cansando, joer, que la edad no perdona.
Las fotos, bien, aunque falta el nombre del autor.
La entrada, una puta mierda que se desmonta por si sola.
(Lo olvidaba: «he dicho».)
En mi rincón del mundo, es decir, en el de la narrativa estadounidense, Jeff Bezos de Amazon acaso no sea el anticristo, pero sin duda parece uno de los cuatro jinetes. Amazon ambiciona un mundo en el que los libros sean autopublicados o publicados por la propia Amazon, en que los lectores dependan de las reseñas de Amazon para elegir los libros, y en que los autores sean los responsables de promoverse a sí mismos. En ese mundo florecerá el trabajo de loros, tuiteros y fanfarrones profesionales, y de gente con dinero suficiente para pagar a alguien que excrete cientos de comentarios con cinco estrellas que los favorezcan. Pero ¿qué ocurre con los que se hicieron escritores porque los parloteos de loros, tuiteros y jactanciosos les parecían modos intolerablemente superficiales de participación social? ¿Qué ocurre con los que desean comunicarse en profundidad, personalmente, en el sosiego y la permanencia de la palabra impresa, y que se formaron en la devoción a determinados escritores cuando la publicación aún garantizaba algún control de calidad y las reputaciones literarias se debían menos al volumen de decibelios de autopromoción? Mientras los lectores son cada vez menos capaces de encontrar la vía, por el fragor del ruido y los libros decepcionantes y las reseñas fraudulentas, hasta las obras de una nueva generación de esta clase de escritores, Amazon sí está bien encaminada en convertir a los escritores en la clase de trabajadores sin perspectivas que contratan en sus almacenes, trabajando por una retribución cada vez menor, sin seguridad en el empleo, porque los almacenes están situados en lugares donde son la única fuente de trabajo. Y cuanto más población viva como esos trabajadores, mayor será la presión a la baja sobre los precios de los libros y mayor la presión sobre los libreros tradicionales, porque cuando no se gana mucho dinero se exige entretenimiento gratuito, y porque cuando la propia vida es muy dura se exige gratificación instantánea.
Jonathan Franzen
Creo que lo que esta en vias de exticion ,no son las librerias,sino los.libreros en si!Actualizarnos en todo,ver nuevos nichos de mercado,Asesorar a nuestro cliente!tiene que pasar de ser la libreria tal,a la libreria de fulano!El te va a conseguir y asesorar!
¿Quieres comprar un libro o que te lo vendan?
Cuando quiero «comprar» un libro concreto, lo hago en amazon. En digital, desde luego, disfruto del libro en un minuto.
Si quiero que me «vendan» algo, no concreto sino más o menos de un género, puedo ir a la librería a ver si hay algo que me pueda apetecer de entre lo que tienen. Pero ¿seguir el consejo del librero? ¿De verdad alguien lo hace? Vamos, a mi no se me ocurriría.
Si las librerías españolas se unieran e hicieran una página web en la que poder comprar incluso libros descatalogados o de segunda mano (en mi caso particular, tiro mucho de ellos), que me lo cobraran en mi cuenta y me lo mandaran a casa, les compraría a ellos y no a amazon, incluso si el precio fuera un poquito mayor. ¿A qué esperan?
Joane supongo que eres una afortunada que tiene trabajo, lo deduzco los compráis en Amazon sois conscientes que esta empresa paga las horas, por poner un ejemplo en Alemania a 3€ igualito que las librerías de nuestro país…que morro! espero que el día que te encuentres sin trabajo recuerdes que estáis fomentando el trabajo basura. Las librerías si hacemos esfuerzos en actos culturales, en presentaciones de libros en dar la oportunidad al lector de ser protagonista…también nos asociamos en centrales de compras como Librerías L y estamos intentado entrar en el comercio del ebook a traves de la plataforma Tagus y Libridata puedes ver en http://www.libreriasl.com/
Si queremos fomentar la profesionalidad la cercanía de la librería es una oportunidad, pero para nuestra suerte no todos pinesan como tu.
Para mi son dos cosas distintas. Una es consumir local (en librería, pero también en ultramarinos del barrio) porque lo multinacional se basa en dumping social y laboral. Por no hablar de la particular «fiscalidad» de las multinacionales USA en la Unión europea. En eso no digo nada, es una decisión del consumidor responsable. En este tema como en muchos otros. No consumamos en los Todo a 100 ni Made in Bangladesh o China, pongo por caso. Llevemos todos un Seat, nada de Toyotas o Ford. Es una opción de consumidor responsable, perfectamente defendible. Pero, ¿es realista pensar que el grueso del público va a seguir ese criterio?
Otra cosa diferente es el servicio que se presta. A día de hoy, Amazon es imbatible, es más barato y es más rápido. A mi el precio me da lo mismo, pero la rapidez no. Por eso leo digital si puedo, en lugar de papel. Añado que hay libreros españoles de segunda mano que venden a través de Amazon (como digo, yo compro descatalogados y de segunda mano, y esa vía también te da el mismo estándar de servicio).
No niego que la librería de barrio te de ese servicio añadido de asesoramiento del librero y protagonismo del lector. Y no dudo que habrá cientos de lectores, diferentes a mi, que lo agradezcan. Ojalá que haya muchos y no desaparezcan librerías.
Pero creo que no es muy realista pensar que la gente va a seguir comprando en la tiendecita de barrio cuando en Carrefour.
Por añadir dos enlaces a tema parecido en inglés:
De la página web dear author acaba de aparecer 22/12/2013, «How can Barnes & Noble compete in 2014 and beyond?» (¿Cómo puede Barnes & Noble competir en 2014 y más allá?» Con sugerencias a esta gran cadena de librerías que se ve amenazada por, yes, Amazon, as always. Contiene ideas que quizá puedan ayudar a mejorar los resultados de las librerías.
http://dearauthor.com/features/letters-of-opinion/how-can-barnes-noble-compete-in-2014-and-beyond/
De la página web de wischenbart, mencionada aqui alguna vez 5/12/2013 «Is “hating Amazon” a good option? A new round in the controvery in Germany, and a reply.» («¿Es «odiar a Amazon» una buena opción? Una nueva ronda en la controversia en Alemania, y una respuesta»). Termina diciendo: Or as Jeff Bezos hinted rightly: “Complaining is not a strategy.”
http://wischenbart.com/booklab/
Lo suscribo, sólo quejarse, en este tema o cualquier otro, no es una estrategia. Estamos hablando de negocio y de vender. Puedes quejarte hasta el fin del mundo, o puedes intentar hacer algo, sin garantía alguna de que funcione.