GATILLAZO

Un anónimo me manda un correo. Lo abro y me encuentro con esta imagen. No hay texto, sólo la foto. ¿Quiénes son estos dos señores? ¿Por qué me envían a mí esta foto? Intrigada, no dejo de pensar en la misteriosa instantánea. Tiene algo desasosegante, pero no sé qué. Cierro el portatil y procuro seguir con mi vida. Al poco me encuentro con que soy incapaz de realizar mis tareas cotidianas con la diligencia habitual. La limpieza de los baños se me hace ardua –no me concentro- y ni con el ruido de la aspiradora consigo quitarme de la cabeza la imagen de esos dos señores. Así que cedo a la tentación y vuelvo a abrir mi ordenador. El hombre de pelo canoso que entrecruza los dedos de sus manos para agarrarse la pierna con la intención de mostrar inconformismo o rebeldía, y de ese modo seguir aparentando una edad que ya no tiene, parece de mala leche. ¿Está realmente cabreado o su gesto forma parte de la pose de enfant terrible? ¿Será un poeta maldito? Parece peligroso, a primera vista me da miedo. Su mirada desafiante a la cámara –es decir: directamente hacia mí- me inquieta. Viste todo de negro y usa playeras de basket ¿Tanto le está costando hacerse mayor o pertenece a una banda de criminales violentos? El otro hombre, que sólo asoma la cara por entre las cortinas –cortinas que a la altura de su tripa agarra con las dos manos (fíjense en el pliegue) para asegurarse de que sólo se va a ver su perfil-, parece por su semblante, por su mirada al frente que otea el horizonte, un líder visionario sudamericano, una especie de Simón Bolivar moderno y con gafas de intelectual. ¿Es el presidente de alguna de las empresas del IBEX con indumentaria de casual friday o un joven filósofo socialdemócrata? Su incipiente papada anuncia un futuro de obesidad o una vida adulta marcada por la guerra contra los kilos. Usa una camisa azul claro pero no sabemos si tiene los pantalones puestos. ¿Es por ese motivo por el que utiliza la cortina para ocultar los cuartos traseros? La habitación parece la de un hotel. ¿Comparten estos dos individuos el cuarto? No quiero ser mal pensada, pero por sus caras pareciera –en caso de compartir la estancia- que uno de los dos hubiera dado un gatillazo hace breves instantes. Sería una explicación a la escena. Deduzco que la disfunción eréctil se ha producido en el cuerpo del que mira al frente y que ese es el motivo por el que avergonzado tapa sus partes pudendas. Contribuye a ello su cara de resignación entre la dignidad ofendida y el “yo hice lo que pude”. El otro, el enfant terrible, parece estar harto de los problemas sexuales de su compañero y por eso muestra su hastío a la cámara. Pero ¿qué hace el fotógrafo en medio de esa situación tan íntima, tan embarazosa (sin segundas)? ¿Qué mensaje nos intenta transmitir el artista con esta imagen? Después de pensar durante media hora más se me ocurre –ya lo tengo- que sean dos personajes de la prensa rosa súper conocidos –no estoy al tanto de la actualidad de las revistas del corazón y de cotilleo- y en ese caso todo tendría sentido. Va ser eso. Según me dice mi amiga Daphne se ha puesto de moda contar hasta lo más íntimo en las redes sociales. Y además se hace de forma inmediata, justo cuando acaban de ocurrir los hechos. Siguiendo mi razonamiento, estas dos celebrities de la prensa del corazón estarían al borde del divorcio después de 3 años de relación. Por eso habrían llamado al fotógrafo –que debe ser de una agencia- para que inmortalice el momento en el que deciden separarse. Y el motivo de la ruptura, seguro, es el gatillazo, el dichoso gatillazo que se acaba de producir, pero que para desesperación de los protagonistas no es el primero, ni el segundo. Pero ¿yo qué tengo que ver con esto? ¿A mí qué coño me importa?

(AQUÍ)

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10 respuestas a GATILLAZO

  1. No sé qué tal el nuevo de Bonilla, pero su anterior novela, «Los príncipes nubios», se llevó el Biblioteca Breve y es una basura. En un par de años le dan el Planeta. No esperaba que Vargas Llosa, en un premio que lleva su nombre, se arrodillara tanto ante el establishment. Una pena.

  2. La verdad es que la fotito se las trae. Muy divertida la entrada

  3. Ire dijo:

    Jajaja! Te ha quedado bordado. La foto es tremenda.

  4. bllc dijo:

    ¿Veis cómo el fracaso a veces es liberador? Los triunfadores, ay, quedan en manos de fotógrafos «artistas» y editores «agilipollaos». ¡Jajaja,,,!

  5. Björk dijo:

    Es un photoshop, la foto se inspira en la película «Tú a Bostón y yo a California» y en el video de Gotye «Somebody that I use to know», J.B. está en Bogotá y J.G.V en Jerez de la Frontera, y para despistar ponen un fondo desolado de Lima.¡Artistas!
    Me he reído mucho con la entrada.

  6. Margaret dijo:

    Sólo leo envidia… sí, que malo es que alguien te lleve la contraria…

  7. Verónica Ballardo dijo:

    Es muy profundo eso de decir que alguien va de enfant terrible a pesar de sus cincuenta tacos por ponerse unas playeras. Un análisis literario y psicológico muy profundo, sin duda. Y en cuanto al primer comentarista, ¿si dentro de dos años Bonilla no gana el Planeta, publicará una nota disculpándose? También es muy profundo su comentario: reconoce que no ha leído la novela premiada, pero le parece una pena que le den el premio porque pertenece al establishment, cosa que sin duda no pasa con Vásquez -premio Alfaguara- ni con Chirbes. La literatura se ha llenado de hinchas que han perdido toda capacidad de razonar y sueltan tan tranquilamente esas contradicciones. Hinchas, sí, pero hinchas del Betis. La costumbre de ir llorando por las esquinas no se les va a pasar en unas cuantas temporadas. Nosotras, las hinchas del Bayern de Munich, no paramos de dar botes de alegría.

  8. daniel dijo:

    la foto es del argentino consentido de vargasllosa, fotinzki

  9. caminante dijo:

    Pa’ lo que has quedao, Bonilla: «Tenían por entonces una hija adolescente que con el tiempo se convertiría en poeta -así, sin adjetivos, sin etiquetas, ni joven, ni punki, ni afterpop, ni tonterías. El éxito de esa poeta impuso la costumbre de algunos casposos sitios cibernéticos de convertirla en centro de la diana de sus babosos dardos. La acusan de querer ser estrella del rock, de trepar a costa de lo que sea, de mil estupideces más donde se ve el siempre penoso brillo de la envidia. Como de costumbre, quienes calumnian no saben atenerse a los hechos y se refugian en banales anécdotas. Y los hechos son estos: Luna Miguel, con cuatro libros publicados, podría mañana mismo publicar donde le saliera del coño, y sin embargo publica sus libros en una pequeña editorial cordobesa (La Bella Varsovia): es decir, quien quiera leerla, tiene que buscarla, no se la va a encontrar así como así en todas las mesas de novedades. Luna Miguel escribe columnas en un colorines de mucha difusión, en efecto, (como si no tuviera derecho) pero en casi todas sus columnas habla de literatura, de libros a menudo difíciles de conseguir, avisa de libros que tardarán meses en ser traducidos, da pistas (a veces buenas, a veces no tanto, como todo el que se dedica a esto), hace apuestas. Por suerte, ser centro de esas dianas no parece que la haya afectado mucho. En su último libro está ese verso que ya nunca olvidaremos: Ana Santos Payán viva… La verdadera poesía siempre tiene razón.»

    http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/bibliotecaenllamas/2014/04/02/gaviererias.html

    A ti también te tenemos envidia, guapetón.

  10. Audrey dijo:

    Joder, me dan igual las zapatillas del uno y los miedos a los gatillazos que os gastáis en la patrulla, pero si ya no se respeta ni a una muerta, bien lo lleváis.

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