AQUEL AÑO EN QUE CARME RIERA NO GANÓ EL PREMIO SANT JORDI, PERO SÍ GANÓ EL PLA.

En el último “post” recogíamos unas declaraciones de 2001 de la escritora Carme Riera en ABC. Ante la pregunta de si le habían ofrecido a ella algún premio literario concedido de antemano la escritora respondía: “No, porque yo escribo en catalán”. Parecería que escribir en catalán era como una especie de antídoto contra manipulaciones ¿Eran limpios en 2001, y antes, todos los premios literarios para novelas en catalán?

Veamos.

El domingo 27 de junio de 1999 amaneció especialmente caluroso en la ciudad condal. Sin rastro de nubes, y con numerosos pajaritos cantando con alegría y desparpajo desde la mañana bien temprano, Barcelona se disponía a iniciar una nueva jornada. Como todos los días, los quioscos de prensa abrieron sus puertas y pusieron a disposición del público una amplia variedad de periódicos y revistas. En dichos establecimientos, también como todos los días, se adquirió –en aquella época la prensa escrita aún se vendía de forma masiva- un buen número de ejemplares de La Vanguardia, el diario con mayor difusión de Cataluña. Aquella jornada alegre y festiva, en las páginas 66, 67 y 68 (aquí) , (aquí) y (aquí) [hemeroteca de La Vanguardia] de aquel ejemplar de la publicación del conde Godó sus numerosos lectores pudieron disfrutar de un largo artículo titulado Premios trucados. Lo firmaban Llatzer Moix y Josep Massot. Era domingo, se disponía de tiempo para leer y el sol brillaba.

El artículo comenzaba así:

Los premios literarios no suelen darse al autor que se presenta a concurso “motu proprio”, sino al que es expresamente invitado a concurrir por la editorial convocante con la promesa de llevarse el galardón. Los premios suelen estar concedidos de antemano.” Esta afirmación de un alto ejecutivo editorial barcelonés —secreto a voces en el mundillo del libro— viene a reconocer explícitamente que en los premios, salvo excepciones, se dan irregularidades.

Carme Riera

Entre los muchos premios literarios de los que se contaban secretos en el magnífico trabajo periodístico de Massot & Moix también se habla de algunos galardones para novelas en catalán, entre ellos el Ramón Muntaner y el Sant Jordi.

Estamos en 1999, recuerden. Escriben Massot & Moix en La Vanguardia:

Las primeras ediciones del Sant Jordi publicado por Columna transcurrieron con cierta placidez. Pero la de 1994, que iba a recaer en el autor valenciano Ferran Torrent, uno de los de más éxito en lengua catalana, llegó precedida de gran polémica. Meses antes de que se fallara, Quim Monzó, autor de Quaderns Crema —la editorial que también publicaba, hasta entonces, a Torrent— anunció durante una cena en Olot que sabía quién iba a ganar el principal premio de novela catalana. El nombre de Torrent saltó a la prensa y cuando, al cabo de los meses, obtuvo el Sant Jordi con “Grácies per la propina”, los rumores sobre un pacto previo entre el editor Alzueta y el escritor Torrent arreciaron. En lo sucesivo, Torrent ha publicado bajo el sello Columna.

 PREMIO AL LIBRO INACABADO. Un autor con tirón popular, bien conocido en los medios, es un candidato a premio literario regularmente favorecido por la fortuna. Tanto es así que, a diferencia de colegas con menor perfil mediático, puede llegar a obtener algún premio presentando una obra esbozada o inacabada. Es el caso de Joan Barril, vencedor del premio Ramon Muntaner 1998 con “Tots els ports es diuen Helena”, un libro que acredita el buen olfato del jurado. En este caso procede hablar de “olfato”, puesto que lo que los miembros del jurado del Ramon Muntaner, galardón patrocinado por Empúries, pudieron leer y premiaron no fue el original completo, sino unas decenas de folios, compuestos con grandes tipos y generosos interlineados, en los que se adelantaba parte del contenido del libro; junto a este mazo de hojas, recibieron otro folio en el que se resumían las intenciones de la .obra. Una vez obtenida la distinción, el au to hralló el tiempo suficiente para acabar el libro, que llegó a las librerías -esta vez sídentro del plazo estipulado. (Tres de los miembros del jurado del Ramon Muntaner decidieron abandonarlo tras el fallo en favor de “Tots els ports es diuen Helena”.)

Siguen, más adelante, Massot & Moix:

 En 1993, el mundillo literario catalán daba por segura ganadora del Sant Jordi a Carme Riera con “Dins el darrer blau”, una novela de la que empezó a hablarse meses antes de su aparición. Pero, acaso por un desacuerdo entre los editores y la agente de la escritora (Carmen Balcells), la obra no compitió en ese Sant Jordi, que se falló, como cada año, en tomo a la noche de Santa Llúcia, el 13 de diciembre. No por ello se quedó sin premio: algunos libros —eso es al menos lo que opinan ciertas agentes— han nacido para ser premiados. Cuatro semanas más tarde, “Dins el darrer blau” acabó obteniendo el premio Pla, fallado el 6 de enero de 1994, pese a que acudió a este concurso cuando el jurado había recibido ya los demás de originales.

La escritora, y hoy académica de la RAE, Carme Riera ganó el premio Sant Jordi de novela en 2003 con la novela La meitat de l’ànima. Pero eso ocurrió cuatro años después de que este artículo de Massot & Moix fuera publicado.

Si quieren conocer más sobre el Sant Jordi, sus gestores y las cositas tan divertidas que ocurrieron con ese premio literario, pueden leer este otro extracto del artículo de Massot & Moix.

La historia del premio Sant Jordi, estrella de la Nit de Santa Llúcia, la gran velada anual de las letras catalanas, es muy ilustrativa. En 1947, Aymá convocaba, sin permiso gubernativo, el premio Joanot Martoreil. En 1960 los industriales de filiación nacionalista Joan B. Cendrós, Lluís Carulla, Félix Millet, Pau Riera y Joan Vallvé promovieron el primer premio Sant Jordi de novela. Tras una primera fase en que ganaron autores corno Pere Calders (1963, “Lombra de l’atzavara”), Mercé Rodoreda ( 1966, “El carrer de les Camélies”), Tísner (1972, “Lenquesta del canal quatre”) o Montserrat Roig (1976, “El temps de les cireres”), se pasó a una etapa de crisis de originales, mengua de la calidad literaria y búsqueda de la rentabilidad.

 Al principio, el premio, convocado por Ornnium, era editado por Selecta; a partir de 1969 se alternaron las editoriales catalanas de la época: Aymá-Proa, Selecta y Edicions 62, algunas de las cuales cubrían sus déficits con las aportaciones de empresarios sensibles a la causa nacionalista. En 1982 se firmó un acuerdo Ornniurn-Enciclopédia, con la edición por parte de 62. Tras unos años de crisis, en 1991 Omnium Cultural y Enciclopédia Proa, firmaron un convenio de diez años con Columna para que ésta editara la obra ganadora.

 No es que hasta esa fecha el Sant Jordi hubiera evitado siempre la polémica —en 1969 se retiró de concurso “El sexe dels ángels” de Terenci Moix; en 1970 ganó “Nifades”, de José M. Sonntag, plagio de un clásico chino y en 1977 la conservadora Selecta se negó a publicar “Coil de serps” de Ferran Cremades—. Pero fue a partir de 1991, según diversas fuentes del sector, cuando el premio empezó a plantearse con una óptica, básicamente, de rentabilidad, al estilo Planeta; y también a registrar episodios como las ruidosas victorias de Torrent y Palol (este último precisamente ex Proa).

El reciente cambio de dirección en Proa ha modificado el convenio: si antes pagaba Enciclopédia-Proa y Columna editaba; a partir de ahora Columna asumirá los 6 millones del premio —antes ponía 4— en concepto de anticipos y coeditará el premio con Proa. Joan Carreras, que fue director de la Fundació Enciclopédia Catalana y jurado del Sant Jordi, no tiene reparo en resumir la situación presente afirmando que “los premios se han convertido en meros elementos de promoción de las editoriales. El Sant Jordi ahora ya no tiene nada que ver con la literatura, sino con la industria cultural”.

 Miquel Alzueta, editor de Columna, se defiende. Reconoce que se incita a determinados autores a participar en los premios, “algo perfectamente lícito y profesional, porque a este autor no se le garantiza el galardón, como se vio cuando un autor desconocido, Alfred Bosch, se impuso a Maria de la Pau Janer”. La escritora ganó al año siguiente el Lluil, dotado por Planeta con diez millones, con “Lola”. “El mundo —añade Alzueta— se rige en exceso por la ley del mercado. ¿A qué autor le puedes echar en cara que acepte una oferta de diez millones para ganar un premio”.

Gusten o no, los métodos aplicados por Alzueta han ido generalizándose. Y la postura de figuras como Monzó o Pámies, que en una época reaccionaron con orgulloso desdén hacia unos galardones que perdían brillo literario, ha tenido poco eco. Hoy la colonia de autores dispuestos a competir en las circunstancias descritas vuelve a estar sobrepoblada.

“Los editores que convocan premios se aseguran el tiro. Y especialmente en el Sant Jordi. La única solución —concluye Oriol Izquierdo, ex director literario de Proa— para devolver el prestigio a los premios sería conceder los a obra publicada, como aquí hacen el Crexells, el Lletra dOro el Serra dOr, y convertir estos premios en galardones de referencia, al estilo del Goncourt en Francia,”

Les recuerdo que todo esto se escribió en 1999.

 PREMIOS TRUCADOS

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26 respuestas a AQUEL AÑO EN QUE CARME RIERA NO GANÓ EL PREMIO SANT JORDI, PERO SÍ GANÓ EL PLA.

  1. Ire dijo:

    Sí. Aquí todo el mundo es consciente de eso desde hace mucho tiempo. También es cierto que al menos hasta no hace mucho se había intentado preservar siempre un mínimo, aunque todo el mundo supiera que las obras ganadoras no eran necesariamente las mejores.

    • jose dijo:

      Sin embargo es raro que ningún escritor abra la boca al respecto.
      Sin embargo en argentina sí se denuncio el fallo de un premio Planeta, curiosamente el año que ganó Piglia por Plata quemada (y digo curiosamente, porque para una vez que se lo dan a una novela decente va y les pasa eso), y el juez acabó dándole la razón al denunciante. Vamos, que había pruebas más que suficientes del tongazo, en este sentido el tongazo venía del pacto previo para recibir el premio (el denunciante de hecho dejó claro que no cuestionaba la calidad de la novela ganadora).
      Aquí a lo más que hemos llegado fue al caso de Cela, que a pesar de ser bastante evidente, no hubo narices de fallar en contra del premio Nobel

      • Marisa dijo:

        Lo del Planeta que ahora es tan de actualidad es de juzgado de guardia. Ya no hablo de la calidad de sus premiados, puesto que no puedo valorarlos al no leer ninguno de ellos desde 1989, creo recordar. Me refiero al descaro con el que otorgan los premios. Este año no iba a ser menos y se lo dan a dos «chicos prisa», una periodista del corazón y otro en México que, tengo alguna noticia de ello, en el cual han depositado muchas esperanza los de Lara para reventar en ventas latinoamérica…. sic… Es todo un paripé y de los malos. Después quieren que nos tomen otros países en serio fuera de España, cuando ni siquiera dentro la cosa es «seria», y encima, alegremente, nos equiparamos con otros países en la cultura cuando estamos muuuuuy por detrás en honestidad. Vivo desde hace seis años en Suiza y trabajo allí como camarera, y me siento más valorada y querida profesionalmente que cuando ejercía de «periodista» en Madrid…

      • Ire dijo:

        No lo sé. Supongo que por aquello de ‘primum non nocere’ a la salud del libro en catalán, endémicamente frágil. Y porque los escritores reconocidos han acabado teniendo otros canales para su difusión, como el premio Crexells, que también se cita en el artículo, al menos hasta hace algún tiempo.

  2. clau dijo:

    ¡Ojo! Hay bastantes errores ortográficos cuando escribís en catalán. Me duelen los ojitos *_*

    • Lo que aparece en catalán son los títulos de los libros que concursaron y ganaron aquellos premios. Además están copiados (con el socorrido copy/paste) del PDF de la hemeroteca de La Vanguardia. Es decir: las culpas a los autores del artículo de 1999
      Un saludo
      Margaret

  3. Bla bla bla bla!
    Bla bla bla bla!
    Si ha faltas, hay faltas. Se admite y se pide perdón. Los lectores de este blog merecemos, al menos, una ortografía cuidada.

  4. La madre del cordero, la cuestión -recurrente- es, en realidad, si un artículo como el de «Massot & Moix» podría ver en día la luz (por voluntad y recursos). Y la respuestas es… No. Y como el ejercicio del periodismo -o su ausencia- es requisito necesario para el funcionamiento sano de la vida social y política en las democracias avanzadas, pues… we are fucked (en English siempre mas mono). Cuando no hay periodismo (la crítica es, sólo, uno de sus géneros), o este sirve a fines bastardos pues… we are fucked. That’s why we do patrullismo. ¿Cultura? Que alguien me diga que he oído mal…

    • «hoy en día». Sorry.

    • Marisa dijo:

      Nene, con tanta palabra inglesita no me he enterado de ná…

      • we are fucked – estamos jodidos. That’s why we do patrullismo – Por eso hacemos patrullismo. Se escribe para comunicar y siento que no hayas entendido lo que digo. El mundo tiene una lengua común: el inglés. Y en ella pasa lo que podríamos entender por vida cultural en común. La diversidad se da -es un hecho, no algo bueno o malo-, en inglés. No renuncies al inglés… cuando se dan unos pasitos, es todo más fácil porque es la lengua que está ahí -canciones, youtube, tecnología, ciencia, prensa, internet..- Ánimo, con una lengua, podrás tener acceso a lo que piensan rusos, japoneses, sirios, suecos, rusos… Merece la pena.

    • Muriel dijo:

      Parece que cuando escribes tratas de mirarte el jodido ombligo. Da la impresión de que escribes por escribir, vamos, para impresionar a la parroquia. Se te ve mucho. Mucha palabrería inútil, mucha farfolla, y pocas ideas que llevarse a la boca. ¿Pocas ideas he escrito? No. hombre. no. Ninguna que se precie como tal. Fantasmadas.

      • Es una opinión. Escribo lo mejor que puedo y que se -que a veces no está mal, o eso pienso yo-. ¿Las ideas? uso las de otros que me convencen -en este momento- y tengo algunas propias. O eso pienso yo. No se si tendremos la misma idea de lo que es una idea. No tengo ahora mismo presente ningún comentario tuyo… así que sólo tengo lo que has escrito en este. ¿Fantasmadas? Pues puede que tengas razón. Espero que no. Un saludo.

    • Fran, no tengo blog ahora. Tuve web y tengo el dominio, pero no genero contenido en este momento. Si tengo FB, pero no estoy seguro de tenga mucho interés y tiene auto censura «0» así que resulta un poco… raro.

  5. El oasis catalán, también en literatura.
    Hemos vivido casi 30 años violados y anestesiados por todos aquellos que más y mejor geminaban. ¡Qué asco!

    • Ire dijo:

      ¿De qué coño hablas, PHSXXI? Tranquilízate, en serio.

      • Ire dijo:

        ¿Oasis catalán literario? ¿A qué premios te refieres? ¿Al Sant Jordi? ¿Al Llull? ¿Al Pla? ¿Al Crexells? ¿Al Serra d’Or? ¿Son todos iguales? ¿Los daban los mismos a quien mejor ‘geminaba’, como tú dices? Más que de ‘oasis’ yo hablaría de ‘marismas’ en lo referente a literatura catalana. Y eso sin contar todos los ‘nunca premiados’ que siguen estando ahí, para libre acceso de quien guste. No seamos tendenciosos, plis.

      • Tras una geminación impostada suele esconderse un buen negocio.
        Esa expresión no te pega nada, Ire

    • Ire dijo:

      ¿De verdad crees que para una editorial que solo publique en catalán ‘geminar bien’ puede ser un buen negocio, aun en Cataluña? ¿Por más ayudas que reciba? ¿Has leído a Marçal, a Comadira, a Barbal, a Rubert de Ventós, a Mesquida, etc, etc, etc? ¿Te parece que han publicado solo por escribir en catalán? ¿qué habría pasado si lo hubieran hecho en castellano?

      Bueno, yo es que soy bastante malhablada, perdón.

      • Que no Ire, que lo que digo es que bajo la lana de la lengua y del patriotismo cuatribarrado se esconde el lobo, tanto en literatura, como en política, como en todo.
        Y malhablada no eres. Sueles ser exquisita, pero chica, con estos temas…

      • Ire dijo:

        No te equivoques, Hablador. Al rey lo que es del rey, y al César lo suyo. Intento evitar mezclar peras con tomates.

    • Muriel dijo:

      Otro que tal baila como el llamado «nicanorcardenosa». Hay que joderse. Fantasmadas también.

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