Pablo Iglesias, el de Podemos, asesora a Planeta a la hora de diseñar las portadas.
Portada anglosajona
Portada española (AQUÍ) Fecha de publicación: 14 de abril de 2015.
Hay que vender como sea, jolín.
Pablo Iglesias, el de Podemos, asesora a Planeta a la hora de diseñar las portadas.
Portada anglosajona
Portada española (AQUÍ) Fecha de publicación: 14 de abril de 2015.
Hay que vender como sea, jolín.
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Estos son mis treintañeros vérité, y no los petimetres, pisaverdes o messieurs Jourdain que se metieron a ‘novelistas españoles’, casta por cierto si las hay.
Me empecé a leer «The Establishment» (en la versión original), pero se me atragantó a las 100 páginas y me limité a leer un poco del principio de cada capítulo. Está bien, pero su objeto se limita exclusivamente al país del autor, como mucho alguna referencia a EEUU, de modo que para los lectores españoles tiene más bien poco interés.
Sí, simbiosis coyuntural, más bien.
En otros países los políticos compran libros. No sabemos si los leen. Pero ya es un paso. Creo.
http://www.ansa.it/sito/notizie/politica/2015/02/02/nuove-letture-per-renzi-da-eco-a-saunders_24e3517c-36ec-4ae4-b528-50c2f37f9142.html
Hombre, aquí también solía pasar. Yo aun recuerdo que en los ochenta Memorias de Adriano se convirtió en un bestseller tras una entrevista en que Felipe González mencionó que era su novela favorita (dudo que lo que lea o deje de leer Rajoy fuera influir lo más mínimo en las ventas).
Libertad de Jonathan Franzen tuvo un montón de promo gratis cuando Obama se llevó las galeradas para leer en vacaciones.
Eso sí, recuerdo haber leido algo sobre una ministra de cultura (no recuerdo el país) que afirmaba no haber leido un libro desde que estaba en el cargo. Si lo dijo para mostrar a las claras lo muchísimo que trabajaba el efecto desde luego pareció el inverso
Fue la de Francia, Mm. Fleur Pellerin. En una entrevista televisiva estaba comentando sobre lo orgullosa que se sentía debido a que a Modiano le hayan dado el Nobel de Literatura, cuando le preguntaron cuál libro de ese escritor era su favorito y no pudo recordar ningún título, por lo que admitió que no leía novelas, sino revistas, suplementos culturales y textos técnicos sobre leyes y no sé que más.
Hubo un tiempo en que André Malraux ocupó el puesto que ahora ocupa Pellerin, pero bueno, supongo que así son los tiempos actuales.
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