Barcelona, 21 de febrero (EUROPA PRESS) En la madrugada de hoy, la patrulla de salvación (la policía editorial) procedió a la detención de un hombre de 49 años, residente en Barcelona y que responde al nombre de Claudio López Lamadrid. El detenido es director editorial de Mondadori, Lumen y Caballo de Troya, con responsabilidad en España y Latinoamérica. La patrulla se incautó en su domicilio de dos ordenadores, tres lectores digitales y numeroso materia impreso y fotográfico. El detenido ha pasado la noche en las dependencias del cuartel de Salvación –más concretamente en el calabozo- y ha sido puesto a disposición judicial a primera hora de la mañana.
-Pero, Margaret. No puedes hacer eso. No puedes grabar la conversación entre un detenido y su abogado. Eso va contra el derecho que todo presunto criminal tiene a la defensa.
-No seas mojigata, Daphne. Esta vez no se escapa. Además, estamos en guerra. Y en la guerra como en la guerra. Lo que está haciendo es muy grave. Mira, mira, escucha…Si es que está más claro que el agua. Hasta él mismo lo reconoce. Escucha, escucha…:
-Hola Claudio, buenos días.
-Ya era hora, tío.
-No he podido venir antes, lo siento. Tenía que defender al director de un periódico por publicar propaganda. Mira, te he traído comida y lectura: un bocadillo de Nocilla, el HOLA, el Pronto y cinco números atrasados de la revista Super Pop.
-¿Por qué coño me han detenido? ¿De qué se me acusa?
-De repetidos atentados contra la ecología literaria. De reiterados delitos contra el medio ambiente cultural. La prensa sensacionalista de esta mañana compara tu editorial con el Prestige.
-¿Qué?
-Para que lo entiendas: estás acusado de inundar con basura la mesa de novedades editoriales. La Asociación de Señoras para la Defensa del Libro (A.S.D.L.) ha interpuesto una denuncia y ha sido admitida a trámite por el juez de instrucción. Esta vez lo tenemos jodido, amigo mío.
-Pero, ¿a qué “basura” se refieren? Todo lo que yo edito es de máxima calidad.
-Claudio, vamos a ver: yo soy, antes que nada, tu amigo. Lo sabes. Pero si quieres que te saque de esta, tenemos que hablar con claridad y sinceridad. Lo de Javier Calvo y lo de Belen Gopegui, tiene un pase. Pero: Olmos, Elvira, Torné, Pron, ¿Quieres que siga? Y, bueno, lo último ya… Con lo de “Fresy Cool” te has pasao, chaval.
-Mira que se lo dije a la Mónica Carmona de las narices. Y ella, erre que erre. [El detenido imita la voz de una mujer]: “Que ya verás, Claudio, que lo de este chico va a ser un bombazo.”. Y luego la Lunita de los cojones, que lleva en la editorial tres meses y ya manda más que un capitán general. Que no veas los aires que se da la mocosa. A ver quien tiene huevos a decirle a doña Luna Miguel que no le publicamos la novelita a su novio.
– Pero Claudio, tú eres el director.
-Ya, pero las tías se me suben a la chepa. No puedo con ellas. Y, ¿sabes lo peor?: que en la planta noble, en las reuniones del comité de dirección, me empiezan a mirar de esa forma. Tú ya me entiendes. Que ¿por qué? Pues porque no vendemos un carajo. Tanta portada en Qué Leer, tanto blog, tanto twitter, y no se vende una mierda.
-Bueno, Claudio, vamos a centrarnos en planear tu estrategia de defensa.
-Ya lo tengo: podíamos decir ante el juez que yo cumplía órdenes. Como los militares: obediencia debida.
-Pero eso no es verdad, Claudio. La dirección del grupo solo te pide -más en este año de crisis- beneficios. Nadie te dijo que te metieras en este berenjenal. ¿Ves? Eso es algo que nunca he entendido. Te podías limitar a publicar lo que ya te viene contratado de fuera por el grupo y olvidarte de esos jóvenes autores en castellano que solo te traen problemas. A veces no sé si tienes alma de hermanita de los pobres o es que te crees la idea romántica del editor estilo Herralde. Y no te ofendas, que hablo como amigo.
-No, si ya… Pero eso es precisamente lo que no entiendo: hace treinta años, Jorge Herralde cogía la última cagada de un intelectual que además de alcohólico era francés, lo traducía, le ponía una portada amarilla y todos –sin excepción- decían que era una maravilla. Y cuando yo intento promocionar a buenos autores como Pron y Olmos, se me echan encima lo críticos y me los ponen a parir.
-¿”Buenos autores”, dices? ¿Pron y Olmos?
-¡Vete a tomar por culo! Tú eres abogado y no tienes ni puta idea de literatura. Es más, te lo voy a decir para que lo sepas: en este país de incultos y de iletrados, hablando de libros, solo unos pocos sabemos lo que tiene calidad. Me sobran dedos en las dos manos para decirte los que entendemos de este oficio: Marías, Herralde, Vila-Matas, yo y cuatro más. El resto, ni idea. País de subnormales. El día menos pensado acepto la oferta que me ha hecho Jonathan Galassi de Farrar, Straus & Giroux, y me marcho con él a Nueva York. Y que os jodan a todos.
-¿Acualo? Menos lobos, caperucita. Que nos conocemos desde que somos niños, Claudio.
-¿Sabes lo que te digo?: que me voy a defender yo solo. Estás despedido, no te necesito. Soy editor, y por lo tanto mucho más inteligente que tú, un simple abogado. Esta tarde me voy a leer en diagonal el código penal y seguro que me defiendo mejor que tú lo harías.
-Vale, ahí te quedas. Adiós.
-Adiós.
[El detenido, Claudio López Lamadrid, se ha quedado solo en la celda, pero continúa hablando]
-Además, soy descendiente del marqués de Lamadrid. Por mis venas corre sangre noble. No tengo que aguantar a estos plebeyos incultos y retrasados que no han pasado de leer novelitas del oeste y que no son capaces de hacer la o con un canuto. Voy a llamar a Juan Carlos, seguro que él me resuelve este asuntillo tan desagradable.
sábado 18 de febrero de 2012
LA CRÍTICA KITSCH (o el retorno de la crítica conservadora)
Internet ha desarrollado, en el marco de la literatura y de las artes, un modelo de crítica kitsch. Lo kitsch lo tomamos aquí en su sentido primitivo: como aquello que se asienta en su ser efecto puro; como aquello que disfruta (de sí mismo) en el darse como efecto. De esta forma, lo kitsch lo entendemos como el proceso por el cual se acepta como normal en la política literaria del momento elementos que aparecen únicamente con el afán de su efectividad. Dicho de otro modo: lo kitsch es la cultura conservadora del efecto sin contenido, que llevado al territorio de la crítica supone, precisamente, la retirada de lo crítico. Lo kitsch es así el resultado de una forma de entender la literatura (y la crítica) que traslada sus motivos de lo crítico a lo lúdico/cínico. Los modos de esta crítica kitsch se basan en la idea de que a través de un “decir directo”, sin concesiones al lenguaje teórico, se “reseñan” novedades asentando su lectura sobre un criterio de verdad (no argumental) que hace del cinismo su forma. Esta visión degradada de la práctica crítica se opone vigorosamente a la idea misma de análisis crítico, ya que no es más que una declaración de presencia que sólo denota la ambición de ser reseñado. [Ejemplos evidentes de nueva crítica kitsch: http://lectormalherido.wordpress.com/, http://lamedicinadetongoy.blogspot.com/ ] Por otra parte, algunos escritores (y esto es quizá lo más delirante) han hecho de este modelo de crítica conservadora (en su degradación de la crítica) un modo de medir el espacio literario que ocupan, es decir, tienen en cuenta el fenómeno sainetesco de esta crítica como destino, incluso como referencia. Cuando Walter Benjamin decía aquello de que “sólo los tontos se lamentan de la decadencia de la crítica”, no se refería a esta caída en lo kitsch, sino precisamente a su superación, ya que esta crítica —aunque aparente lo contrario— es más conservadora que la crítica académica. La red, por lo tanto, ha introducido a personajes (retro)críticos que han hecho del efecto su reino y que, además, un coro de escritores ha legitimado sus formas haciendo que algunos de esos críticos kitsch aparezcan en las listas blogs literarios más importantes.
A través de su intento de cuestionar a la crítica académica [ese extraño fantasma al cual es tan fácil atacar y que nadie sabe muy bien definir] desde las posibilidades de Internet se ha creado un nuevo alejandrinismo cool, más peligroso y conservador incluso que buena parte de la crítica académica (a la que supuestamente cuestiona). Ahora bien, este conservadurismo se disfraza con una retórica cool (cínica y prepotente) que alienta, supuestamente, una nueva forma de acercamiento a la obra (y al lector). Situémoslo históricamente, apuntando el mencionado sentido conservador de esta critica kitsch. En Crítica y verdad, un texto de los años sesenta, Roland Barthes cuestionaba a la crítica académica apuntando que ésta se asentaba, fundamentalmente, sobre los siguientes pilares clásicos, inamovibles e incuestionables. Es decir, la crítica académica se asentaba sobre: a) una presunta objetividad, b) la verosimilitud, c) la claridad y d) la asimbolia. Según “lo académico” toda crítica que pretenda superar estas cuestiones es despreciable. No deja de ser curioso que esta crítica cínica que tanto éxito tiene ahora en Internet, y sobre todo entre algunos escritores, retorna —paradójicamente— a la fórmula clásica pero a través del disfraz de lo no-académico. De esta forma, la crítica kitsch (véanse los blogs mencionados arriba), muestra su carácter cercano al más clásico academicismo, aunque pueda parecer lo contrario. Veamos cómo. En estos blogs hallamos una tendencia hacia una peculiar objetividad (a través de la idea de “digo lo que todos piensan”, es decir, se muestran como jueces justicieros de la política literaria). Es igualmente observable una fórmula de verosimilitud (digo lo que es, qué pasa!!!), así como la subsiguiente premisa aparentemente incuestionable de la claridad (fundada en chistes malos y un elaborado tono compadre). Todo ello tendente hacia una concienzuda asimbolia (es decir: teorizar, ir más allá del texto, etc., es hacer castillos en el aire, una “jodida estupidez”, según dicen, o dicho de otro modo: “La teoría literaria es una casa vacía”, como se leía recientemente en uno de esos blogs).
En definitiva, esta critica kitsch y sainetesca (dadas las consecuencias que en ocasiones implica) se instaura en el mapa literario con pesadez y con una amplia red de seguidores que esperan a ver “qué dicen” de la siguiente novedad, no por lo que digan sino por el efecto que eso implica.
Es un fenómeno en curso… la retirada de la crítica y de la teoría.
Publicado por Alberto Santamaría en 08:19 9 comentarios
Agradecido y emocionado, solamente puedo decir (por ver si lo he entendido) que si digo lo siguiente estoy haciendo una critica kitsch por mas que sea una sola opinión personal:
La novela de Antonio J Rodríguez es la primera obra cyberpunk en español. Chapeau!
Esto es como que en una entrada del Blog de Ibrahim B aka A.J. Rodríguez en la que presenta la salida de su novela Fresy cool y en la misma entrada cita, publicita y recomienda un libro llamado ¡Despidan a esos desgraciados! “libro en donde Jack Green se dedica a masacrar a los críticos que hicieron papilla la primera novela de William Gaddis”.” como un manual de instrucciones acerca de las negligencias, vicios y errores que todo buen crítico habría de evitar. Especial atención merecen los capítulos dedicados a los clichés (la extensión, lo ambicioso, la primera novela, la falta de disciplina, la erudición, la dificultad, la compasión y lo negativo”. El propio Rodríguez encuentra su recomendación como oportunista….¿Quizás viendo lo que se le venia encima?
Dime La bigotes, ¿Es también esa desfachatez de pre criticar y tratar de desacreditar las futuribles críticas un acto “kitsch? ¿Y su proyección hacia William Gaddis, los dos incomprendidos, los dos genios, los dos XY? (puestos a buscar semejanzas…) Kitsch Total amiguita.
Es una de las falacias de la guerra, Sargento: dos bandos, o estás conmigo o estás contra mí, pero que sepas que Dios se encuentra de mi lado. Y quien dice Dios dice la razón literaria. Lo hemos hablado en público (aquí) y en privado, ya sabemos que opinamos diferente respecto a Elvira Navarro, Pron, Olmos… Yo no la convenceré, usted no me convencerá a mí. Romperé una lanza, dentro de esta caza de brujas contra Mondadori, en otro apartado, pues: si Claudio López edita a Coetzee, a Lethem, a Ellis, a Roth, a Aira, a Rushdie, a Pahmuk, a Palahniuk, a McCarthy, a Foster Wallace, a Saunders, a Chabon, a Lobo Antunes, a Vann… no es porque le venga dado por el grupo. Ahí también hay una labor editorial en absoluto sencilla. Usted me dirá «gran grupo pasta a tutiplén». Y yo le contestaré que con grandes presupuestos muchos equipos no han ganado un solo título. Y que esos autores son presentados en buenas ediciones y con buenas traducciones. De últimas, volviendo al ruedo hispano, todos sabemos lo que es este país. ¿Que se vende poco? Pues mire, es un problema, porque una editorial no deja de ser un negocio. Pero Mondadori apuesta por nombres de aquí, algunos de ellos jóvenes, y ese principio debe ser reconocido. Que luego gusten o no… Bueno, quizá Dios en efecto se halla de su lado. Pero quizá no.
Soy una vieja blasfema y pecadora, querido Milo. Dios dejó, hace muchos años, de estar de mi lado. Soy una sindiós. Pero, tranquilo, voy tirando. Tú te lo guisas y tú te lo comes: con buena polla bien se jode. Lo difícil es descubrir buenos autores. Donde de verdad se ve al editor de raza es en la edificación de la obra de un joven (o no) escritor desconocido. Traducir, publicar y promocionar a un Roth o a un Coetzee llevará mucho trabajo, pero lo hago hasta yo. Yo, siempre que disponga de unos buenos miles de euros. Editar es lo que hizo Herralde con Bolaño, (antes de que el Chacal se lo quitara), lo que Esther Tusquets hizo con Martín Garzo, o lo que Garcés (Destino)hizo con Delibes. Hace poco hablé con un escritor latinoamericano que publica con Random House Mondadori España. El pobre se quejaba de no tener noticias de la editorial. Yo conocía como iba a ser la portada de su libro antes que él. Y yo no tengo espías, la había visto en el boletín de novedades de la página Megustaleer (del grupo Mondadori). Con esto te quiero decir que ya no se ocupan de los autores. Lo que hizo Gordon Lish con Raymond Carver (aunque algunos se echen las manos a la cabeza por que le recortó su libro) es editar. Si López Lamadrid realizara bien su trabajo, él o alguien de su equipo se hubiera sentado con Elvira, o con Pron y les hubiera indicado –tijeras en mano- que sus manuscritos no se pueden publicar tal cual. Alguien que de verdad sepa de esto debía haberse tomado la molestia de EDITAR los libros de estos jóvenes autores. Pero, estoy pensando que a lo peor esa labor fue realizada. En ese caso me echo a temblar. Si esa labor de poda y corrección ya se hizo, quiere decir que los originales eran aún peores. Pagaría, en ese caso, mi fortuna (inmensa) por ver lo que estos chicos mandaron a la editorial.
Un chico que hace mucho ruido en internet no es un futuro buen escritor. Eso no es editar. Eso es, como decía mi tía Paca: “aprovecharse de los trenes baratos”.
Un abrazo
La sargento Margaret.
Déjame adivinar_ tú eres Bolaño y tu problema es que Claudio López no es Herralde___
Ese escritor latinoamericano es J.H?
Dígale que cambie de editor, Sgt. Mira que hablé con él! Parece que fueron más convincentes en RHM.
Pero a Kromptic, por qué no le saca la novela Timadori, en lugar de Seix Barral?
Vale, Caballo de Troya ya era Random House.
Pero déberían publicarlo junto a Coetzee y Roth, que menos.
Después de este reportaje de investigacíón…capo di tutti! Ohé, Ohé, Ohéee…
http://www.que-leer.com/9890/claudio-lopez-lamadrid-%E2%80%9Ccapo-di-tutti-capi%E2%80%9D.html
Me parece, Sargento, que su crítica a Mondadori está mal planteada. El problema no es si nos gusta o no Pron; en eso nunca nos vamos a poner de acuerdo (a mí me parece un escritor más que correcto). El problema es por qué y cómo edita Mondadori en español (las traducciones son otro tema). Sobre cómo edita, me remito a la reseña de Hilos de sangre de Senabre. Sobre por qué edita, me remito a Fresy Cool; a Antonio J. Rodríguez lo publica Mondadori por ser un bloguero célebre en el mundo nocillesco y por ser pareja de Luna Miguel, no por la calidad de su novela. Todos sabemos que sin ser una celebridad nocillesca, esa novela no solo no la hubiera publicado Mondadori, sino nadie, ni siquiera la Editora Regional de Extremadura. Los resultados son demoledores: eche un vistazo al catálogo de Mondadori en español y se va a encontrar un cementerio. Esto no ocurre con Anagrama, Tusquets, Alfaguara, Destino, Seix-Barral, y ni siquiera con otras más pequeñas, como Lengua de trapo, Siruela, Periférica, Salto de Página, 451, etcétera. Lo más triste de todo es que ni siquiera venden libros, vaya, ni calidad ni ventas, ¿entonces qué?
Un saludo,
En la respuesta que doy aquí arriba al comentario de Milo Krmpotic creo que contesto también a lo que dices. Es verdad, el problema, el peor de los problemas es la ausencia de edición. Los jugadores pueden ser malos, pero si el entrenador hace su labor puede que queden novenos o ddécimos, pero no bajarán a segunda. Pero si junto a jugadores pésimos ponemos a un mal entrenador, entonces el descenso es seguro. Y acabarán en tercera regional si se descuidan.
Tú lo dices: «ni calidad, ni ventas ni nada». Pero si no hacemos algo, en las enciclopedias del futuro se leerá que estos (Olmos, Elvira, etc..) fueron los «máximos exponentes» de la literatura española de principios del siglo XXI. Qué verguanza. Menos mal que yo ya estaré criando malvas.
Un saludo
La sargento Margarita
No saquemos las cosas de quicio, Fräulein Margarete. Autores de ventas del siglo pasado como Allain y Souvestre o Fallada no los recuerda ni Dios. El fenómeno no es nuevo: desde las musas mercenarias de Píndaro, pasando por los seguidores de Nizolio o la Alamode-Literatur citados por Sidney y Grimmelshausen respectivamente, hasta los blue-books o los folletines decimonónicos. Y es que los poetastros de paños púrpuras no desaparecerán por mucho que nos empeñemos. Ya lo intentó Horacio y los Estacios siguen ahí sin embargo.
Pingback: Corralillo literario
Olmos y Elvira son los máximos exponentes de la literatura española de principios del siglo XXI porque la literatura española de principios del siglo XXI es una mierda_ Carrión_ Mora_ Germán Sierra_ Barba_ Sonia Hernandez___
Sí, Bigotes, a Olmos Que No Leer y Elvirita Suplementos El País ya los hemos ensalzado como máximos exponentes del llamado NRMD : Nuevo Realismo Maníaco Depresivo.
Ah, no tiene cura.
Su maestra, la Gopegui.
Todo queda en casa.
Tendrán sus fans, claro que sí, como todo lo que engancha.
Sargento, hay algo en lo que no estoy de acuerdo: los criticamos porque son malos y porque nos entretiene, no porque se les vaya a recordar como los máximos exponentes de la literatura del siglo XXi. De hecho, son los blogs que se ensañan con ellos los que ayudan a dar visibilidad a autores que no pasarían de los cinco minutos de fama de las portadas de algunas revistas o las promociones en EPS, El Cultural o Babelia, todos ellos poco o nada tomados en serio por los lectores más exigentes. De los otros lectores, de la mayoría, no hay que preocuparse :ni leen esos suplementos, ni van a comprar Fresy Cool, ni nada por el estilo. Después de leer a Tongoy el otro día y ayer lo del kitsch de Santamaría, yo también he picado y me he puesto a hablar de esto en mi blog, pero prometo no volver a hacerlo, porque me empiezo a aburrir un poco, porque mi blog no es literario y además, si sigo hablando mucho, me va a pasar como a estos veinteañeros modernillos, que se me va a acabar notando que no tengo ni puta idea…
A Navarro no la he leído. Mora es folletín. Barba tiene momentos. J. Montes me espanta. A. Montes no está mal. Pron apunta maneras. Y a Aixa de la Cruz, Luna Miguel y Fresy les sobra ambición y les falta autocrítica, pero sobre todo lecturas, muchas lecturas.
Olmos es un mundo aparte. Tatami es una buena obra. Cierto es que recuerda a Ampliación del campo de batalla o Cosmética del asesino, pero no hay escritor que escape a sus influencias. Salvo un par de deslices gramaticales (un mal menor), es un librito excepcional. La idea del Tatami como símbolo de la lucha sexual es para quitarse el sombrero.
Gracias, Olmos, por dejar este último comentario.
A la altura del EGO de un héroe nacional segoviano como tú.
Lamentablemente, no tendrás más portadas en Que No Leer.
Me confunde, Fräulein Tamora, digo Tamara. También soy escritor, también tengo alguna cosa publicada y también algún premio ganado por ahí, pero no soy segoviano, sino un gallegano, humilde y trabajador, no feo, no católico, no sentimental, quevediano hasta la médula, de Tormes si me apura, defensor de las cajeras de Mercadona y Dia, los gasolineros de Repsol y Cepsa y los obreros de la construcción, que como yo trabajan cristianamente y cotizan religiosamente; pero azotador, asimismo, y como ninguno, de falsos intelectuales, a los cuales vengo atormentando sobremanera, de un tiempo a esta parte, gracias a una fusta patriarcal, birladada al mismísimo Turgueniev, cuando los cucos sectarios, tanto de una bandada como de otra, se pasan de la raya y adolecen del prurito hereje en su intento de difundir la apostasía de Montano. Vamos, un hideputa de mucho cuidado y harto peligroso, sí y sólo si (entiéndalo usted en términos de bicondicionalidad lógica) hablamos de libros.
Y por lo que veo estas dejando atrás tu estado de capullo, crisálida o pupas para resurgir como un imago o mariposa en todo su esplendor. Con sencillez, si.
Pues sí, pá qué negarlo, Comeclavos. Pero después de enfrentarme con la secta de Bueno, pues esto es un juego de niños, como te imaginarás.
Qué Leer cierra en tres meses.
«Podríamos definir la moral como nuestro dogma individual. Un punto de vista sobre cómo deben ser las cosas. Este es el motivo por el que muchos intentamos imponer nuestras opiniones sobre los demás. Al identificarnos con nuestro sistema de creencias, creemos que el mundo debería ser como nosotros pensamos. De ahí que mantengamos «batallas dialécticas», juzgando, criticando e incluso tratando de imponer nuestra verdad a aquellos que piensan y actúan de forma diferente. En estos casos, más que compartir, lo que buscamos es demostrar que tenemos la razón. Cabe preguntarse: ¿qué obtenemos cuando conseguimos «tener
la razón»? Por muy sofisticados que sean nuestros argumentos, este tipo de conductas solo ponen de manifiesto nuestra falta de madurez emocional.
Las personas intolerantes y dogmáticas estamos convencidas de que las cosas están bien o mal en función de si están alineadas con la idea que tenemos de ellas en nuestra cabeza. En esta misma línea, los demás son buenos o malos en la medida en la que se comportan como nosotros esperamos. Así, la conciencia moral actúa como un filtro que nos lleva a distorsionar
la realidad.»
Borja Vilaseca
Como dijo Thomas Highway «Habla por ti, palurdo»
Parafraseando a miliki “A mí no me gusta que me digan ‘no puede ir usted a tanta velocidad’, ‘no puede comer hamburguesas de tanto’ o ‘se le prohíbe beber vino’, déjeme que decida por mí, que en eso consiste la liberta. Es como los letreros que dicen No podemos conducir por ti». ¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí? Las copas de vino que me tomo, déjeme que las tome tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie»
De acuerdo amiguito, entonces ¿Hilos de sangre está bien editada?
Amiguito, ese es tu problema, eres Amiguito de todo el mundo, tu supuesta madurez emocional es la de no imponer nada propio y vivir de lo ya impuesto, lo único que defiendes es una falta de voluntad, estás tan apagado como un hombre en estado vegetativo si no sabes decir lo que es bueno o malo y todo lo que dicen los demás te molesta porque se transforma en una imposición; es que estás totalmente aplastado amiguito, te ríes de los moralistas y sin embargo nos traes a tu amiguito Borja Vilaseca para que haga la moralina de lo que está bien por ti, hay gente que no necesita que otros les digan lo que está bien y lo que está mal porque saben reconocerlo sin tener que esperar a que sus amiguitos del alma les den las palabras para justificarse.
Mucha suerte con tu apatía existencial
«Los resentidos
Los resentidos son venenosos.
El hombre del resentimiento es en sí mismo un ser doloroso: la esclerosis o el endurecimiento de su conciencia, la rapidez con que cualquier excitación se fija y se congela en él, el peso de las huellas que le invaden son otros tantos crueles sufrimientos, decía Deleuze. Los resentidos están poseído por el espíritu de venganza y el rechinar de dientes. Se caracterizan, principalmente, no por su maldad, sino por su despreciable mala voluntad, su capacidad despreciativa. Algunos de estos resentidos quisieran convencernos de que ningún autor español joven sabe escribir, guiados por el principio de que al otro no hay que tratar de comprenderlo, sino vigilarlo. Es una forma de leer muy triste.
Deben de tener digestiones muy pesadas, lo que explicaría su sarcasmo.
Y la risa de la sátira es una mala risa. ¿Por qué? Porque es una risa que comunica la tristeza. Podemos burlarnos de la naturaleza humana, la risa de la sátira es burlarse de los hombres. Hago ironías, una especie de ironía acre. La sátira es otra manera de decir que la naturaleza humana es miserable. «Ah, ¿ven qué miseria la naturaleza humana?» Es la proposición del juicio moral.
Deleuze, En medio de Spinoza
En primer lugar, denuncian la miseria del medio literario, porque se trata de juzgarlo. Quieren juzgarlo. En términos de Nietzsche, son esclavos
Estos tipos son tiránicos. Te enganchan, no te sueltan. No paran de meter la nariz en cualquier mierda, de otra manera no están contentos. Siempre es preciso que rebajen las cosas. No es que las cosas estén forzosamente altas, pero para ellos siempre es demasiado alto. Siempre es preciso que descubran una pequeña ignominia bajo la ignominia. Se sonrojan de alegría. Cuanto más repugnante, mejor. Eso es el esclavo, es también el tirano y es también el hombre del remordimiento.
Deleuze, ídem.
Por supuesto, Spinoza no condena el humor. El Príncipe de la Filosofía es un filósofo de la alegría. El humor es ligero, afirmativo, liberador, activo.»
Otra cosa que debería estar penada: la cita descontextualizada y advenediza que no aporta absolutamente nada y distorsiona la obra original. No sé de qué me suena.
No creo que debas pasearte por aquí dando lecciones de Niezstche, si para ti juzgar es una «moral de esclavo» (qué destrozo del pobre hombre) es que no entiendes ni papa de su filosofía, él defendía justamente lo contrario, para que veas en qué grado estás equivocado, lo que defendía era la continúa creación de valores a través de la voluntad de poder, la reconducción de la moral sujeta por la visión de los esclavos de la obendiencia a las normas impuestas, y defendía al hombre que hace de su capa un sallo y criticaba y buscaba otras alturas que las proporcionadas por las bajas pasiones de la editorial Mondadori, sí amiguito Niezstche está con patrulla de salvación y contra ti, así que hazte un favor y no apoyes tus argumentos en cosas que no puedes comprender, y luego no tendremos que venir a sacarte los colores; campeón.
Si lo que se te queda tras leer Niezstche es que juzgar está mal o es «moral de esclavo» (duele escribirlo tanto como leerlo) cuándo lo único que hizo en su vida fue juzgar todo, sus contemporáneos, el arte, la religión, las diferencias regionales, la moral y hasta el mismo sentido de la vida humana, sus fines y metas, machote es que te luces sólo.
Llevas mucha razón, Anónimo Nº 1. Y algo sé de esto, porque me dedico a dar clase de Filosofía. Nietzsche, además, siempre me ha interesado mucho. El problema es que para una buena comprensión de Nietzsche se requiere un conocimiento sólidamente fundamentado de la historia del pensamiento y la filosofía anterior a él, y esto lleva tiempo, amén de requerir cierta inteligencia. Podríamos resumir este asunto como sigue: esto de «condenar el juicio» y los valores como manifestación de la naturaleza reactiva del resentido es producto de una mala comprensión; no se condenan los valores, sino unos valores, determinada axiología moral, manifestación de un juego de fuerzas reactivas canalizadas por una voluntad de poder negativa, propia de la naturaleza del resentido.
Nietzsche propone como imperativo moral una «transvaloración de todos los valores», una inversión del sistema moral propio del judeo-cristianismo, cuyo motor dinámico sería la voluntad de poder de signo positivo que canalizaría las fuerzas activas. Vamos, y después de este rollo filosófico, que Nietzsche no condena la capacidad de juicio ni los valores, sino un determinado sistema de valores y cierta modalidad del juicio moral. Precisamente definió al hombre como «animal de valores», y su epistemología resulta ciertamente relativista, en tanto que afirma que el sujeto «pone el ser» o «produce la realidad y la imagen del mundo» en base a su capacidad de valorar y los juicios que lo han definido.
Para leer Filosofía, sobre todo a gente como Nietzsche, hay que esforzarse un pelín. Y no hablemos ya de Spinoza…
Un saludo.
Por aquí hay demasiado aspirante a Bolaño resentido porque Claudio López no ha querido ser su Herralde___
!Vaya amiguito! Ni una sola cita en tus líneas, !que bajo hemos caído! ¿Balzac no tiene nada que decir en tu defensa? ¿Céline, Arístofanes, Luciano de Samóstata…? No vas a hablarnos aunque sea de Sócrates, ése era un buen tipo, siempre es agradable oír algo de él, qué nivel más bajo de patio de colegio atacar con alusiones e insultos personales a la gente que discrepa contigo y que te hace ver los errores de tu razonamiento; en fin no te acalores he oído en algún sitio que la risa y la sátira es algo malo, quizás nos querías ejemplicar lo rídiculo que es con esta última frase tuya en la que nos tildas a todos los que te decimos que te equivocas de proto-Bolaños frustrados. Por cierto el tener conocimiento sobre lo que se escribe no quiere decir que tengas ansias literarias, es una cosa más relacionada con la ética y la moral; coasas que ya sabemos que no te gustan, porque deforman el espejito mágico de la realidad no como el uso interesado de frases ajenas y el ataque personal.
@Daniel Nehmovich me encantaría hablar contigo sobre Niezstche, preferiblemente tomando cervezas; es un autor con el que es difícil encontrar algún interlocutor que no salga automáticamente con el estúpido y horripilante rollo del nihilismo (Niezstche era un vitalista). Aunque supongo que será imposible, ¿hay algún sitio en internet donde se discuta de filosofía o sigue avanzando a la vieja usanza en la mente de cráneos privilegiados en diálogo con el mundo?
Hola de nuevo, anónimo Nº 1. Bueno, antes había un foro abierto, que yo frecuentaba, administrado por una profesora cordobesa. Se llamaba Circe, si no recuerdo mal, pero la cosa se terminó hace tiempo. Seguro que hay otros, pero no los conozco; muchos de mis amigos íntimos también se han dedicado al estudio de la Filosofía, y como me sobra conversación para rato, no me muevo por la red. No obstante, podemos hablar cuando quieras. Si te interesa, me lo comentas, te mando mi correo y nos ponemos al tema. A mí me encanta, no te preocupes. Dicho sea de paso, estoy por proponerle a Tongoy, ahora que tiene tiempo por el parón del blog, plantearnos la creación de un foro en el que se debata sobre literatura, filosofía y temas asociados (esto lo digo por Quique, que nunca se sabe por dónde va a salir, o entrar). Coméntaselo tú también y así le hacemos un poco de presión. Por supuesto, contar con la Sargento también sería un lujo.
Un saludo.
¡Ah, y una cosa más! Un par de libros que te pueden interesar mucho: «Nietzsche y la filosofía», de Deleuze (realmente bueno) y «Nietzsche, biografía de su pensamiento», de Safranski. Heidegger (en fin, ya sabemos que su nombre lleva asociada cierta oscuridad política) escribió una obra monumental, titulada simplemente «Nietzsche», en dos tomos. Yo leí atentamente el primero de ellos, pero te lo recomiendo como lectura posterior; para sacarle partido hay que conocer la filosofía de Heidegger, sobre todo del «segundo Heidegger».
Un saludo.
Querido Daniel:
Yo seguiré el debate y tomaré apuntes. Gracias por la invitación
un beso
La sargento
Jo’er y yo que pensaba que desde lo de Sokal y la impostura de teorema de G con Deleuze te limpiabas el culo. Y de Spinoza no hablemos por Dios que por culpa del maldito cabrón me salieron canas tratando de entender las putas substancias, la jodida extensión y la cochina voluntad. Kant a su lado, un tebeo.
Hola, señor Diable. La verdad es que yo, personalmente, no me encuentro cercano a los desarrollos filosóficos de Deleuze, pero su trabajo como comentarista y exégeta me interesa mucho. Expuso de forma sistemática y completa una filosofía como la de Nietzsche, que por exigencias conceptuales se encuentra formulada de manera un tanto críptica, y lo hizo muy bien. A mí me ayudó a entender lo de la dichosa Voluntad de Poder, y el vitalismo nietzscheano en su conjunto. El tío sabía. Y lo de Spinoza… Más razón que un santo lleva usted; interesantísimo, pero viene a ser lo mismo que estudiar sánscrito estando borracho perdido. Es que te agota, el jodío.
Sargento: anímese, que la idea no es montar un ágora de lucimiento, sino hablar tranquilamente de todo lo que nos gusta.
Un saludo.
@Daniel Nehmovich Disculpa mi tardanza en responder, ayer fue una mala noche; no me gusta mucho leer autores a través de otros autores, creo que si no me entero de lo que me cuentan prefiero comprender mal las palabras originales a malinterpretar palabras prestadas; de todas formas Heidegger me pica la curiosidad y es probable que acabe leyéndolo, ya que parece que es una obra donde habla sobre Niezstche en vez de explicar a Niezstche.
Mi problema con Niezstche es que realmente me lo creo; sobre la densidad del lenguaje es lo que sucede cuando uno trata de cantar a la vida: te encuentras que la poética aparece por todas partes, tiene finas metáforas repartidas por toda su bibliografía, la energía y viveza de Niezstche yo sólo la he encontrado en los poemas de Arthur Rimbaud, no creo que sea buena idea publicar direcciones de correo electrónico aunque si movéis un blog o algo en internet me apunto encantado a hacer preguntas y preguntas y aprender.
Un saludo, y buen fin de semana. Gracias por las recomendaciones.
Hola de nuevo. No me refería a publicarla aquí, claro. Tienes razón en que sería una muy mala idea. Ya encontraríamos otro modo. A ver si consigo liar a Tongoy y montamos un cuchitril apañado.
Un saludo.
Mensaje de Elvira Navarro en Twitter : «Leyendo Hilos de sangre, de Gonzalo Torné. Y muy bien.»
Un gran retrato, Sargento. Claudio es uno de los mayores responsables de la banalización de la ficción publicada en español en los últimos diez años.