Si Richard Nixon hubiera sido presidente del gobierno español, el escándalo Watergate no le hubiera costado el puesto. En España está mal matar y robar (en referencia a lo segundo,además, no estamos todos de acuerdo). Nixon fue destituido por mentir. A nosotros, los españoles, faltar a la verdad nos parece reprobable dependiendo de cómo, cuándo, quién y por qué. Esa es la única explicación que le encuentro al hecho de que algunas de nuestras editoriales no vean mayor problema en utilizar falsedades en la promoción de sus libros. Ver algunos de los comentarios a este “post”.
Pero a lo que iba, que hoy no quería criticar a nadie. Traigo buenas noticias: acaba de publicarse en EEUU Watergate, a novel de Thomas Mallon. A ver si las editoriales españolas hacen algo a derechas y sacan el libro en español. Pero ya, no dentro de 5 años. Para nuestra generación, el trabajo de investigación que realizaron Bob Wodward y Carl Berstein , marcó un referente hacia el que siempre pudimos/podemos mirar cuando, en un campo tan resbaladizo como es el periodismo, a veces, no sabemos a qué agarrarnos. Mitómana como soy, y fascinada como quedé por Todos los hombres del presidente (libro y película; dir. Alan Pakula, act.: Robert Redford y Dustin Hofman) me leí luego las autobiografías de Katharine Graham (dueña del Washington Post) y de Ben Bradlee (director del periódico en la época del escándalo). Del libro de Mrs. Graham me impresionó el relato del suicidio de su marido, Philip Graham. Y de las memorias de Bradlee, su trabajo en la sombra para conseguir que el esfuerzo de sus periodistas, durante la investigación, llegase a buen puerto. Con Ben Bradlee aprendí que igual que no hay buen escritor sin un editor como dios manda detrás, tampoco hay periodismo de investigación de verdad sin un director que sepa lo que hace.
Bob Woodward, después del Watergate, desarrolló una carrera plagada de éxitos, convirtiéndose en uno de los mejores cronistas de la política norteamericana. Si usted quiere saber, por ejemplo, lo que ocurrió en la casa blanca durante el mandato de George Bush II, no deje de leer los tres libros que sobre el asunto escribió Woodward: Bush en Guerra (Península, 2003) Plan de Ataque. Cómo se decidió invadir Irak (Planeta/Bronce, 2004) y Negar la evidencia (Editorial Norma, 2006). Pero no solo escribió sobre política. Hace unos años Papel de liar editó en castellano, con el título de “Como una moto” , Wired: The Short Life and Fast Times of John Belushi, la biografía del más cachondo de los Blues Brothers, que Woodward escribió en 1984.
La carrera de Carl Berstein no fue tan fructífera como la de su compañero. Berstein, Watergate aparte, es más recordado por sus desavenencias matrimoniales con la escritora y directora de cine Nora Ephron, que por su trabajo. Es posible que alguno de ustedes recuerde la película Se acabó el pastel (1986) donde Jack Nicholson hacía de Berstein y Meril Streep de Ephron. Berstein engañó a su esposa con la británica Margaret Jay, amiga de los dos, y Ephron lo contó en una novela, Heartbum (1983), que sirvió de base para la citada película que dirigió Mike Nichols.
Pues ahora Thomas Mallon ha cogido un puñado de protagonistas de aquel escándalo -algunos de forma principal como Nixon y otros de manera secundaria como Alice Roosevelt Longworth, hija del presidente Theodore Roosvelt- y los ha convertido en personajes de ficción describiendo sus ambiciones, inseguridades y amores secretos (como el de Pat Nixon, la señora del presidente, con un tal Tom Garahan, viudo y filántropo).
La figura de Richard Nixon ha sido bien retratada en el cine: Ron Howard en Frost/Nixon (2008) y Oliver Stone en NIXON (1995), pero nunca, hasta hoy, se habían usado las técnicas de la novela para desentrañar lo mucho que aún está oculto dentro de su compleja personalidad. Me muero por tener en mis manos la novela de Mallon.
Nota: les adelanto algo curioso. En este año 2012 se estrena una película, Elvis & Nixon, sobre la entrevista que en 1970 mantuvieron en la casa blanca Richard Nixon y Elvis Presley (aquí). y (aquí). Para mitómanos como servidora: Chissss!!. No se lo digan a nadie, pero se cuenta en los mentideros de Holliwood que el propio Elvis ha dado el visto bueno al vestuario que luce Eric Bana, el actor que lo encarna en la película.
Más (en inglés) sobre Watergate, a novel:
Margaret, sin quitarle ningún mérito musical, hay que decir que Elvis era más facha que donde los hacen, la verdad… Parece ser que el tío se ofreció a «espiar» a las estrellas de rock que fueran consideradas por entonces «rojos peligrosos»; entre ellos, a Lennon. Cómo se las gastaba, el Rey…
Un saludo.
Y lo sigue haciendo, querido Daniel. Me refiero a lo de espiar, que para cantar, el pobre, ya no tiene voz. ¿Quién te crees, si no, que denunció al soldado Manning, la garganta profunda de Assange, el de Wikileaks? A sus 77 años recien cumplidos, el facha de Elvis sigue muy pero que muy activo.
Un abrazo conspiranoico
La sargento Margaret
Pues el libro que está bien de narices es Family of Secrets , de Russ Barker , sobre la dinastía Bush . Es un trabajo fascinante . Los capítulos sobre Watergate están muy bie . No lo tengo a mano , pero por lo que recuerdo barker sostiene que a Nixon le hicieron la cama los mismos republicanos y la CIA ( Bush padre ¿ ? ) paramoverle la silla .
No es para nada un libro conspiranoico , sino una lectura tremendamente instructiva .
Muchas gracias, Ciro, por la recomendación. Lo voy a comprar y te contaré.
Un fuerte abrazo
La sargento Margaret
¿Qué pasa, Sargento? ¿22 comentarios cuando habláis de Pron y 4 cuando habláis del Watergate?
Así es la vida, tan trágica. Yo mismo pude comprobar en Youtube, hace sólo unas horas, que un virtuoso guitarrista metalero interpretando el Claro de luna de Beethoven tiene muchas menos visitas (pero muchísimas menos) que el vídeo del mono que monta en monociclo. Cosas que pasan.