Pongámonos en el hipotético caso de que es usted un amante del fútbol. Como buen aficionado acude todos los domingos al campo y no se pierde una retransmisión en la tele. Un sábado como hoy se encuentra usted en el salón de su casa esperando a que comiencen a poner partidos en la TV. Como sin fútbol usted se aburre, abre el periódico por la página de deportes para ver cómo va, por ejemplo, la última polémica de Mourinho. Entonces – impacto- se topa con un gran titular en mayúsculas que dice: ¿Tiene futuro el fútbol? Algo inquieto pasa la página y encuentra un largo artículo sobre el asunto. Usted en ese instante recuerda que hace unos años se discutió acaloradamente sobre si el futbol había muerto y al final quedó claro que todo lo contrario. Alarmado reflexiona, como es lógico, que algo muy gordo debe haber ocurrido para que después de que aquella disputa sobre la supuesta muerte del balompié se saldara con la conclusión de que tenía un futuro brillante, y a la vista de la gran cantidad de aficionados que tiene en la actualidad este deporte, se dude ahora, de nuevo, de su vitalidad. ¿Será que han descubierto que todos los jugadores del Real Madrid y del Barça se dopan? se pregunta usted. O ha pasado algo de ese calibre, o esto no se entiende, se dice. Comienza a preocuparse porque si a usted le quitan los goles de Messi y los pases de Iniesta su vida dejará de ser solo una mierda para pasar a ser un completo infierno, lo tiene muy claro. Con el estómago encogido, las manos sudorosas y la boca seca se lanza sobre el artículo para enterarse de cómo es ese sombrío futuro que aguarda a su deporte favorito y hasta qué punto esa malísima noticia va a afectar a su vida.
Veinte minutos después, una vez leído el artículo, usted respira tranquilo: no hay peligro, el fútbol está mejor que nunca y no parece que haya nada que pueda comprometer su futuro. Pero acto seguido piensa: ¿entonces, para qué coño publica mi periódico este artículo? ¿Por qué me han hecho pasar este mal rato y, además, perder 20 minutos de mi tiempo?
Lo mismo he pensado yo – amante no del fútbol pero sí de la novela- después de leer el reportaje que firma hoy Javier Rodríguez Marcos en Babelia (aquí). El suplemento cultural de EL PAÍS de hoy titula en portada y con mayúsculas: “¿Tiene futuro la novela?”. Pasada esa primera página podemos leer un largo artículo de Javier Rodríguez Marcos en el que no se dice absolutamente nada nuevo. Rodríguez Marcos comenta de pasada tres ensayos literarios ( Gabriel Josipovici , José-Carlos Mainer y Justo Serna son los autores) y luego nos recuerda lo que hace diez años en unos casos y catorce en otros dijeron algunos oportunistas sobre la muerte de la novela. Aquellos avispados han publicado después muchas novelas –algunas de ellas, como las de Franzen, magistrales- y con ello han demostrado exactamente lo contrario de lo que pronosticaban. ¿Y? ¿Qué hay de nuevo, viejo?
La conclusión es que la novela está más viva que nunca. Pero eso ya lo sabíamos, Javiercito, no hay más que ver las cifras. Guelbenzu, lo único valioso del artículo de Rodríguez Marcos, lo deja claro:
Ninguna crisis. La que está más fuerte que nunca es la novela tradicional, que es a la que están apelando todos los best sellers y todos los que quieren serlo, los que escriben con exposición, nudo y desenlace con toda tranquilidad. De eso se escribe más y cada vez se lee más. Por otro lado, la novela de calidad ha sido siempre elitista. Otra cosa es que, con el tiempo, Anna Karenina se haya convertido en lectura obligada. Salvo la novela del XIX, que es popular y sienta el canon del género, la del siglo XX es claramente elitista, y no creo que haya muerto. Tiene el público que tenía, que es un público cultivado.
Entonces, ¿Por qué cojones se publica este reportaje de Rodríguez Marcos?
Estoy muy cabreada y esta tarde tengo cita con mi psiquiatra. Para que el doctor no me riña –últimamente me insiste en que debería ”venir vomitada de casa”- me voy a desahogar aquí. No lean lo que viene a continuación, no aporta nada. Solo son patadas contra la pared.
1.- Señores de EL PAÍS: si en verano no hay asuntos de interés porque la industria del libro cierra sus puertas durante dos meses, o bien se dedican ustedes a otros sectores de la cultura o cierran el suplemento hasta septiembre, como hacen otros. Pero no metan ustedes rellenos. Por favor, un respeto. Hoy sábado –como todos los días- he pagado el precio completo del periódico y tengo derecho, al menos, a algo tan malo como el resto de jornadas. No merezco, creo, algo peor.
2.- No se puede poner a cualquiera a hablar de la novela. ¿No se podía haber encargado el artículo a alguien que de verdad sepa del asunto? Guelbenzu, Marías o el mismo Rodríguez Rivero hubieran hecho un trabajo excelente, estoy segura. Cualquiera de estos no hubiera escrito las tonterías de Rodríguez Marcos. Un ejemplo:
… algunos editores españoles cuentan ya un chiste, otro, oído a sus colegas neoyorquinos: en el futuro no se publicará a ningún escritor con menos de 5.000 amigos en Facebook. Citando a Juan Ramón Jiménez, el poeta Francisco Brines suele decir que la poesía no tiene público sino lectores. ¿En cuál de las dos pistas bailará en el futuro la anciana reina del mambo?
¿“anciana reina del mambo”? ¡Dios!
3.- Hay que ser idiota para ni tan siquiera insinuar que las series de TV puedan ocupar el lugar de la novela. Ni la televisión ni el cine tendrán nunca la capacidad que tiene la novela de profundizar en la mente humana, de contar los sentimientos, los sufrimientos, los odios, las obsesiones, las alegrías, etc, etc, etc…. Hay que ser gili.
4.- ¿Quién es Eloy Fernández Porta? Y peor: ¿qué hace al lado de Franzen, Roth, Mainer, Mendoza, Goytisolo y Guelbenzu?
5.- Señores de EL PAÍS, ¿por qué en lugar de perder tiempo y papel hablando de esta muerte imposible, no escriben de otros temas que de verdad son importantes y de actualidad? Les propongo algunos:
– ¿Es un escándalo que el 99% de los críticos literarios piensen antes en los intereses de las editoriales que en los lectores? Les sugiero un título del tipo de los que ustedes usan últimamente: “¿Queda algún crítico literario honesto?”
-Los premios literarios. ¿Hasta qué punto pierde el tiempo y hace el idiota aquel aspirante a escritor que manda su manuscrito a un certamen literario?
– La promoción de los productos editoriales. ¿Mienten mucho o poco las editoriales a la hora de vender sus libros?
– La nueva narrativa en castellano. ¿Calidad? ¿Qué calidad?
Gracias, ya estoy más relajada.
Les dejo con las palabras de Ramiro Pinilla, sin duda el mejor novelista español vivo:
Estoy seguro, y digo que estoy seguro, no que sea una teoría que hay que demostrar, de que estamos en el mundo para contarnos. El individuo que no pinta y que no escribe es porque, desgraciadamente para él, tiene facilidad de expresión, es simpático, es aceptado en sociedad y habla mucho… ese es el genio de las tertulias. Y generalmente no hace nada serio luego. Todos necesitamos contarnos de alguna forma. Los que no hablamos, los que no vamos a tertulias, luego en casa tenemos que meternos a escribir para contarnos cómo somos. Ese es uno de los secretos de la vida.
De este modo termina la magnífica entrevista que le hace Enric González en Jot Down (aquí).
«¿No se podía haber encargado el artículo a alguien que de verdad sepa del asunto? Guelbenzu, Marías»
que Marías sabe de verdad de novelar? por Jesús y María Cadena! pero si no es capaz ni de escribir con correción!
una muestra, pero las hay a punyados como se han encargado de demostrar en el CDNE los fieras:
Corazón tan blanco, pag. 188.- «Aun se entretuvo en la sección viril, ahora probó dos aromas en el envés de sus sendas manos, pronto no le quedarían zonas incontaminadas por los perfumes dispares»
Amigo hansbeimler:
Yo no me estaba refiriendo a cómo escribe novelas Javier Marías. Solo me quejaba de que se encargue (o se acepte) un artículo sobre la novela a (o de) alguien que no conoce en profundidad el asunto. Javier Marías escribirá mejor o peor (a mí no me gusta), pero que sabe mucho de novelas es algo incuestionable. Por eso digo que hubiera hecho un buen artículo sobre el estado actual de la novela. Y no hubiera entrado en esa chorrada de la muerte o del futuro incierto del género.
Un abrazo
La Margaret
PD: ¿Conocen ustedes a algún psiquiatra de confianza? El mío, esta tarde, me ha dicho que no vuelva a aparecer por su consulta. Dice -agárrense- que lo vuelvo loco.
Qué cosas.
conozco a uno. Pero sus pacientes lo dieron de baja 😛
Hansbeimler,
Cuidadito con lo que decimos, no vaya a ser que la oficiante fisiológica de la susodicha página 188, sea la propia Maggie que viste y calza. Cuando era más joven -eso sí- y todavía era capaza de… (homenaje a Marias:) «postrarse súbitamente con las rótulas y sus tendones circunflejos sobre las tablas afluenciales del entarimado. Y su cera».
Marías sabe mucho de novelas, pero de las de Benet y Dickens. El hombre vive con al menos 40 años de retardo, así que no creo que esté capacitado para hablar de novela contemporánea.
Desde que Babelia es un fanzine de los hermanitos Rodríguez va cuesta abajo. Ver para creer: nunca creí que llegaría a echar en falta a Winston y sus errores ortográficos.
El artículo no es tan malo como lo pintas, salvo por una cagada monumental. La novela, aunque tardía, cuenta con una historia milenaria que se remonta como mínimo a Grecia (léase la Poética de Aristóteles), por no hablar de que el gran Cervantes leyó a Heliodoro y posiblemente a Longo y Aquiles Tacio. Todo esto se le perdona, pero ignorar un clásico como el Satiricón sí que tiene delito. Ahora bien, lo realmente preocupante es la opinión destacada de Mendoza. Si para leer la novela del siglo XX hay que ser un estudioso, por esa regla de tres para leer a Lyly o Gracián hay que ser un alien mutante from outer space. Seamos sinceros, dejémonos de gilipolleces y digamos que lo que pasa es que no hay putas ganas de pensar, y menos bajar de 1850 no vaya a ser que nos acojonemos.
MI querida Sargento: A Marías le ha pasado lo que a casi todos, que con los años se ha venido abajo. Escribir buenas novelas tiene que ser agotador. La última parte de «Tu rostro mañana» es patética, y hace que sea patética la novela entera. Después dijo Marías que dejaba de escribir una temporada, pero no se pudo aguantar y nos largó el espanto de «Los enamoramientos». Y Babelia le ha dado no sé qué premio a la mejor novela de no sé cuando. Mirad la última de Vargas Llosa, «El sueño del celta». Y así con casi todos. Excepto Philip Roth, su mejor producción la hizo entre los 50 a 70 años. Hay pocas más excepciones: Pinilla, McCarthy, Carol Oates.
Discrepo, Saulovitch. La mejor novela de Roth es The Human Stain, tanto narratológicamente (el empleo de la prolepsis es una genialidad) como por su significación (una parodia alegórica de la deconstrucción de las Humanidades, el sujeto subalterno, el feminismo, la discriminación positiva, la identidad, el tabu). También destacable es The Dying Animal, una novela muy gamberra y políticamente incorrecta pero que encierra una interpretación brutal sobre el eros y el tanatos freudeano. De hecho, la producción de Bellow de los 60 y 70 (su short fiction o El legado de Humboldt) es mejor que la de Roth; pero The Human Stain supera con creces todo lo escrito por la Jewish Fiction. La historia de Silky Silk con su madre es de lo más desgarrador que se ha escrito. Es una tragedia griega. No olvidemos que Roth es un autor muy fácil de leer pero de los más duros de interpretar.
Me parece VD que no discrepas, sino que estás totalmente de acuerdo. Quizás me expresé mal en mi primer comentario: yo quería decir que lo mejor de Philip Roth (que nació en el año 1933) lo escribió cuando él tenía entre 50 y 70 años, ya mayorcito. The human stain (soberbia novela, coincido contigo que es su mejor obra) se publica en el año 2000, Roth tenía 67 años. The dying animal la publica en el 2001, a la edad de 68 años. Pastoral americana y Me casé con un comunista, en los años 97 y 98, etc etc. Otra extraordinaria novela, La contravida, es de 1986, con 53 años, y Patrimonio, la excelente biografía de su padre, la escribió con 57 años. Yo quería decir que P. Roth es un escritor que fue mejorando notablemente con la edad, pero claro, todo tiene un límite. Sigue escribiendo muy buenas novelas, con 78/79 años, aunque ya no llega al nivel de las mencionadas.
Mis disculpas. Tienes toda la razón. Mi miopía empieza a ser preocupante. Perdón por el lapsus.
Pues sí, estamos totalmente de acuerdo. De hecho, es muy discutible (lo digo por el juicio de valor del artículo) que Roth no esté a la altura de los maestros, a pesar de que, como bien dices, sus últimas novelas sean un poco flojas.
Saludos.
Joder, la entrevista de Enric González a Pinilla, ¡qué buena!
Recuerde, señora Margaret: fútbol, con tilde.
Salutaciones.
Mario
Gracias, don Mario.
Lo corrijo.
Un saludo.
La sargento Margaret
PD: gracias por lo de «señora»
Babelia tiene el mismo futuro que Mondadori.
La pregunta sería: ¿Ha tenido alguna vez presente?
La cuadra Prisa es tan celosa de lo suyo que ni se ha enterado de que la verdadera realidad literaria está extramuros de su finca jerarquicoendogámica donde los amiguetes se enjabonan impúdicamente.
«La novela empezó como la hija ingrata del “romance” en prosa, pero el “romance novelístico” está vengándose en la actualidad con la supuesta muerte de la novela y con el renacimiento (bajo extraños aspectos) de la picaresca. Cervantes se burló del romance y exorcizó sus formas en el «Quijote», pero desde Mark Twain hasta hoy la influencia de Cervantes ha invertido su dirección por medio de la parodia y la fantasmagoría, como la encarnada en el Caballero de la Triste Figura, hasta superar al realismo y al naturalismo dominantes.
[…]
»El resurgimiento de los “romances novelísticos” a partir de Twain, pasando por Kipling y Kafka, alcanzó su primera apoteosis con D.H. Lawrence […]. En Estados Unidos, el “romance novelístico” dominó mediante la tríada de Scott Fitzgerald, Faulkner y Hemingway, todos ellos fuertemente influidos por Conrad.
[…]
»Hay una línea de descendencia directa que se inicia en “Moby Dick”, pasa por Faulkner y llega a “Meridiano de sangre”, de McCarthy, que a mi juicio es una de las cuatro grandes obras narrativas de autores estadounidenses vivos junto con “El teatro de Sabbath”, de Philip Roth, “Submundo”, de Don DeLillo y “Mason & Dixon”, de Pynchon.
[…]
»Nadie puede vaticinar el futuro de la novela, ni siquiera decir si esta tiene futuro más allá de la forma mixta de «romances» tardíos.
[…]
»Puede que Toni Morrison sea el último ejemplar de una tradición que exalta, aunque aquí en forma laica, “la voluntad protestante” como el derecho de la heroína a la opinión personal; sobre todo, en los vínculos de afecto con sus pares masculinos. Es probable que “la voluntad protestante” y la novela estén muriendo a la vez y que aún quede por venir algo más que el renacer de una forma excéntrica de “romance” en prosa.»
NOVELAS Y NOVELISTAS, de Harold Bloom, Páginas de espuma, págs. 11-14. Traducción de Eduardo Berti.
Muchas gracias, Carolo
Grande!!
Un abrazo
La sargento Margaret
Si hacemos caso a las recomendaciones del «gran novelista» guelbenzu, la novela española no tiene futuro ni presente:
“Estimado José María: ¿me podría dar el nombre de algún escritor joven en castellano que crea que merezca la pena leer? Muchas gracias!
-Luis Magrinyà, Marcos Giralt, Carlos Pardo.”
http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?id=9154
Luis Magrinyà y Marcos Giralt no son malos
la sargento
¿Estáis seguros de que conviene guiarse por Harold Bloom? Me parece que Bloom, en «Novelas y novelistas. El canon de la novela» solo menciona a Cervantes y García Márquez entre los que escriben en castellano. El resto no existe. Después de «El Quijote», la mejor novela jamás escrita es, según H. Bloom, «Clarissa or The history of a young lady», de Samuel Richardson (1689-1761). En «Cuentos y cuentistas. El canon del cuento» H. Bloom se olvida, entre otros muchos, de Truman Capote, Alice Munro, Richard Ford…
Sargento Margaret, no te dejes liar.
Saludos
Si ahora mismo se publicara la lista de los mejores jugadores de fútbol en activo y en ella solo hubiera 2 españoles, sería una lista cláramente equivocada.
Pero si en la lista de los mejores escritores de la historial solo aparecen García Márquez y Cervantes, como representantes de la literatura en castellano, no estoy yo tan segura de que ese (por ese solo motivo) sea un canon erroneo.
Un saludo
La Margaret
Es un canon erróneo, Maggie, no solo por eso. Es absolutamente WASP y misógino, parcial y subjetivo. No entiendo cómo le dan alas al tipo éste.
Querida Ire:
Te pido que hagas un ejercicio muy sano para la mente. Olvídate (es difícil, ya lo sé) de que eres española, de que usas y lees en castellano, y de que eres mujer. Luego vuelve a escribir tu comentario, por favor.
Un beso
La sargento
Pienso que soy Agota Kristof, por ejemplo. No te equivoques Maggie. No me ‘sublevo’ porque se me ningunee como ehpañola o muhé – que para eso está el canon femenino, aro. Me indigna que un tío vaya de ‘estrella’ porque se ha colgado las medallas él mismo y los tonto de siempre lo aplaudan con las orejas, sin un mínimo de sentido crítico.
Aunque sé por dónde vas. Saludos.
Estoy de acuerdo. Es como Ignacio Echevarría o como Fernando Valls en España. Pura pantomima.
Ojo con la Ire.
Hay que estudiar, solete. Aprovecha el tiempo y matrículate en alguna universidad de verano, no seas vaga, anda.
«Bloom se colgó las medallas él mismo».
Margaret, reflexiona.
¿Era para criar estas ladillas que abriste el blog?
¿Ladillas? Uy, ese insulto decimonónico me ha dolido mucho, solete ¿De dónde sales, corazón?
Gracias, Ire.
Ha muerto GORE VIDAL. Un novelista de raza. Un crack. Bien merece un comentario a fondo en el patio de armas de estos austeros cuarteles. Doy inicio a la arriada de bandera.
La que debe estar desolada es Eugenia Rico: eran íntimos
http://www.google.es/imgres?um=1&hl=es&sa=N&rlz=1T4TSEA_esES332ES332&biw=1280&bih=662&tbm=isch&tbnid=DqeDF_uz9YaChM:&imgrefurl=http://eugeniarico.blogspot.com/2010_08_01_archive.html&docid=Y5EnsNo04NV_wM&imgurl=http://3.bp.blogspot.com/_BEnmFrV_Rfc/THlyr_dYNyI/AAAAAAAABGc/kViVczPhihs/s1600/con%252BGore%252BVidal%252Ben%252Bravello1.JPG&w=1600&h=1063&ei=t64ZUKvrNKTg4QSm3IHYDQ&zoom=1
En Chile tenemos El Mercurio (El País de Chile por decir algo) con el suplemento Artes y Letras de los domingos. Pasa exactamente lo mismo. Cada día peor, La Revista de los Libros pasó de ser una edición independiente a un extracto dentro de Artes y Letras. Una pena por los que tenemos afán por los suplementos que hablen de libros.