QUE LO QUE PASA ES QUE NO HAY GANAS DE TRABAJAR

A ver si terminamos de una puñetera vez con esto de la “autoficción”. No existe tal cosa como género  literario separado.  Que quede claro. Parece ser que esto se lo inventó un escritor francés llamado Serge Doubrovsky en 1977 como forma de generar polémica y promocionar así su última novela, “Fils”. Pero les faltó tiempo a los académicos del mismo país para poner en su sitio al listillo haciendo ver que no había inventado nada de nada, que en la propia Francia y en el mismo siglo XX, eso ya lo habían hecho muchos autores (Malraux, Celine, Modiano, Simenon…). Pero es que además, y saliendo de la France, sabemos que eso de que narrador, personaje y autor sean la misma persona dentro de un relato es algo que ya se había incluido en muchas novelas por autores anteriores. (Dante, Cervantes, Borges…) Es decir: nada nuevo.

Se suele argumentar que la “autoficción” es fruto de los tiempos. Que en esta época en que el “yo” se ha impuesto –venciendo por goleada- al resto de los pronombres, lo normal es que los autores describan la realidad pasándola por el tamiz de la propia personalidad. Y que de ahí sale “como algo natural” la autoficción. Eso es falso además de mentira. Todo autor –si escribe con honestidad- dejará rastro de una parte, al menos,  de su subjetividad en su obra. Sea cual sea el género al que se dedique. Y otra cosa: si estos nuevos autores tienen dentro un impulso tan gordo de contar su vida, que tengan lo que hay que tener y escriban una autobiografía.

Picasso se dedicó al abstracto cuando ya controlaba como Dios las técnicas de la pintura. Sólo cuando supo dibujar con una perfección difícil de conseguir y combinar con maestría los colores, se decidió a experimentar con las vanguardias. Me parece bien que un autor se coloque a sí mismo como personaje en uno de sus libros cuando ya es un experto en la construcción de una novela, cuando ya lo ha hecho todo en lo que a literatura se refiere. Pero arrancar la carrera de uno escribiendo auto ficción…

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Lo que ocurre –hablemos claro- es que igual que es más fácil –o lo parece-  pintar un cuadro con cinco pintarrajos y cuatro manchones (“eso lo hace hasta un niño” se suele decir), requiere mucho menos esfuerzo escribir una “novela” hablando de las cosas que me ocurren en el día a día y de las chorradas que se les pasa por la cabeza a mis amigos mientras hacemos botellón. Ponerse a escribir una novela como Dios manda (personajes, escenarios, trama, argumento…) es una trabajera y, como dicen algunos que se atreven a teorizar, eso de los personajes y el argumento está anticuado; ahora lo que importa son las ideas. Y lo de la auto ficción es un vehículo magnífico para expresar las ideas de esta nueva generación. ¿Verdad chicos?

Lo que más desasosiega es comprobar en Google la de tinta que se ha malgastado con esto de la autoficción. No solo novelas, sino tesis doctorales, artículos, ensayos… Como si nos diera por escribir sobre el sexo de los ángeles.

-¿El sexo de Los Angeles? Un montón, Margaret. Estuve yo en los 70´s en esa ciudad de la costa oeste y me puse las botas.

-Sin mayúsculas, Daphne, sin mayúsculas. Que siempre estás pensando en lo mismo.

Ese es el motivo de que cuando leo “autoficción” y “autores jóvenes” en la misma frase me ponga a temblar. Pero aquí no estamos para pasar un buen rato. La Patrulla de Salvación ha declarado la guerra al Imperio del Mal (Editoriales + críticos literarios + periodistas culturales + escritores impostores) para salvar el libro y la buena literatura del desastre al que estos facinerosos los estaban abocando. ¡¡NO PASARÁN!!

Por eso, y sólo en cumplimiento del más estricto deber castrense, me he leído de cabo a rabo el último número de la Revista EÑE, el dedicado a la Autoficción. ¡¡Vade retro satanas!!

El título de este ejemplar, el número 35, es “Yo, mi , me, conmigo”. Mas autoficcional imposible. Y, según dice su publicidad, “propone una vuelta de tuerca a la autoficción”. ¿”Una vuelta de tuerca”? Dios santo bendito. ¿Existirán ángeles bisexuales? Me pregunto yo ya puestos.

La revista ya está a la venta al precio de 12€ y en sus 112 páginas contiene: “siete relatos inéditos de Elvira Navarro, Silvia Nanclares, Selva Almada, Juan Cárdenas, Pablo Martín Carbajal, Carlos Pardo y Lola Beccaria, además de una selección de aforismos de Carlos Marzal”. Manuel Vilas abre la revista con  algo así como el  diario de una lesbiana (¿esto es autoficción, o la traición a un subconsciente? Recuerdo que a don Luis Berlanga (R.I.P.) le gustaba decir que él era “homosexual lesbiano”). El volumen se completa con la trascripción de una conferencia de Luisge Martín y un adelanto de los diarios de Alejandra Pizarnik. Les aviso que lo mejor de la revista es esto último.

Pero comencemos por el principio:

MANUEL VILAS

La lesbiana que escribe el diario con la pluma de Manuel Vilas está leyendo, entre botellas de whisky, una novela de Manuel Vilas (el mismo que pincha y corta, sí). La novela que lee la lesbiana se llama “El oscuro regalo”. La nueva novela de Manuel Vilas se llama El luminoso regalo y la editó Alfaguara hace unos meses. ¿Auto promoción? No, chica, no seas mal pensada: esto no es más que una de las licencias que permite la autoficción. Pero Vilas –de paso- se da besitos en el espejo, que para eso es un maestro de la autoficción:

Sigo leyendo la novela de Manuel Vilas. Se trata de una novela más bien pornográfica, diría yo. Fátima, la protagonista, es una lesbiana que tiene aspiraciones al amor martirológico. Esta novela me recuerda a The Dying Animal de Philip Roth. Por cierto, Philip es amigo mío.

Las negritas son mía, no de Vilas. No, Manuel Vilas no ha sido el que ha resaltado esa frase. He sido yo, él no. Lo prometo. Palabrita del niño Jesús.

Lo de Vilas es muy grande. Gran Vilas:

Ayer cené en mi habitación una bolsa entera de patatas fritas Lays Gourmet y me bebí una botella de Chivas 12 mientras escribía este diario. No se comercializan esas patatas fritas en usa y son excelentes. Me ducho. Nada más entrar en la ducha me acuerdo de que Betty y yo siempre nos duchábamos juntas. Yo le enjabonaba el culo.

Entre las últimas 200 palabras he escrito el nombre de Manuel Vilas 7 ó 8 veces. De nada, Manuel.

SILVIA NANCLARES

Para que yo me llame Silvia Nanclares, un montón de cuerpos previos han ido a la guerra, se han emborrachado, han soportado bombardeos, han ido a la universidad o se han matado a besos.

SELVA ALAMEDA

A mí siempre me decía Selva Almohada o Selva Ahumada, deformando mi apellido como lo había escuchado de mis compañeros de escuela. ¡Selvalmuaaaaada! Y se reía solo.

JUAN CÁRDENAS

 Marqué el número y saltó el contestador. Dejé un mensaje. Colgué. Muchas gracias, dije. ¿Cuánto le debo? Nada, señor, no se preocupe, dijo él, mirando la pantalla del celular.

ELVIRA NAVARRO

(……….)

CARLOS MARZAL

 La literatura aspira a ser una forma saludable de masticar el yo.

¿Mande?

PABLO MARTÍN CARVAJAL

 Yo había ido a Madrid para presentar la décima edición de mi última novela y se suponía —supuestamente se suponía— que debía estar feliz. Sí, feliz. Por fin me estaba dando a conocer en el mundo de las letras, la presentación había corrido a cargo, nada más y nada menos, que de Vicente Molina Foix, y en la sala de La Central de Callao no hubo sitio para todos los asistentes. Entre el público, además de los familiares, amigos y decenas de lectores desconocidos, se encontraban Jorge Eduardo Benavides y Juancho Armas Marcelo, autores de dos elogiosas críticas publicadas en la prensa nacional que habían ayudado a situar a La felicidad amarga entre los libros más vendidos de la temporada.

He sido yo quien ha metido un link a la novela de Martín Carvajal citada por Martín Carvajal, no Martín Carvajal. No, Martín Carvajal no ha sido el que ha resaltado ese título de su propia novela. He sido yo, él no. Lo prometo. Palabrita del niño Jesús.

 CARLOS PARDO

-Ya hablamos de este chico, verdad Daphne. Me suena.

Sí, Margaret, aquí.

 María Jesús y yo conocimos a Bea por su hermano Alberto Fadón, que es amigo de mi familia desde hace muchos años, primero de Fernando y Miguel, luego de Juan, luego de Javier, con quien vivió cuando éste pasaba una época rara.

Lo de Lola Beccaría no está mal y lo de Luisge Martín no lo he leído.

Lo bueno: los diarios (cuaderno de septiembre de 1954) de Alejandra Pizarnik.

 Los últimos versos se pegaban a sus labios, temerosos de salir al exterior, al aire indiferente del mundo. Los acarició emocionada. Los queridos versos se apretujaban en su alma y le rogaban amor, cuidado y, ¡sobre todo!, nada de contaminaciones viles. Sonrió largamente enternecida. Veía un camino terso y coloreado lleno de libros, de cuadros, de pentagramas con formas de alas de pájaros. Sintió que su cuerpo no era más que un servicio destinado a vestirla y a encenderle cigarrillos. Se tocó las manos. Pero no le importaban sino en la medida de su utilidad, en este caso, sostener la pluma. Absorbió la rigidez de la noche. ¡Qué solemne estaba! Sintió deseos de incendiar la ciudad, sólo por el placer de recitar a Vallejo en un fuego inmenso y decir entre las casas ardientes y los hombres asfixiados éste es el fin de los que se creen eternos, de los que constituyen sus intereses esenciales a partir de las uñas pintadas y las plumas del sombrero; gritarles a todos los que ya no podrían oírle que la vida los expulsa por haberla degenerado, corrompido, que… Se detuvo ante la presencia del recuerdo de Nerón. Rio enfurecida. ¡Arquetipos! ¿No habría tomado ella, inconscientemente, la acción de Nerón para fundirse en su mito, para despersonalizarse e introducirse en otro, perdiendo de esta manera su fin primordial, crear? Su rostro esbozó un infantil gesto de malhumor. ¡Nerón! ¡Qué tontería! Sin embargo, algo se removía en ella, algo que moldeaba una llave para abrir algún negro trasfondo telúrico e introducirla en él, presa en las redes del monstruo más incógnito y terrible que haya existido nunca. Se asustó.

Claro que esto es un diario, no autoficción.

Nota: Gracias a Susana Arroyo y su web: Autoficcion.

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42 respuestas a QUE LO QUE PASA ES QUE NO HAY GANAS DE TRABAJAR

  1. Ahora que ya no sois trío (Pocoyó, elefante, pato?), estos diálogos tuyos con Daphe me recuerdan a don Quijote y Sancho…

  2. Autoficción = quiero ser escritor + no tengo nada interesante que decir, pues hablo de mí.

  3. anonimous dijo:

    Me he preocupado porque por una vez, estaba de acuerdo con lo dicho en este post, hasta que he leído lo del tópico ese de lo fácil que es pintar con cuatro manchurrones y «que eso lo hace mi niño pequeño»… y ya me he tranquilizado. Éstas son mis patrulleras, que nunca defraudan.

  4. Oswaldo dijo:

    «La tía Julia y el escribidor» tiene bastante de autoficción, es una excelente novela. En «Ciudad de cristal» Paul Auster aparece varias veces, como supuesto detective creo recordar, incluso recibe al narrador en su antiguo piso en Mahattan. Me parece una buena novela. «El mundo» de Juan José Millas parece ser casi todo autoficción, y me parece una excelente novela. Muchas novelas de Philiop Roth hacen como que Zuckerman es el alter ego del escritor. Cuando se lo dicen a P.R. se agarra unos rebotes de no te menees. Solamente quien escribe sabe si lo que escribe es autoficción o puro invento. A mi me da lo mismo que sea o no sea autoficción, Solo exijo que sea buena literatura, entretenida e interesante.

  5. A que tú y tu ejército escribís lo que os da la gana, de la manera os da la gana.
    Pues un escritor, aunque no sea militar, también.
    Otra cosa es la calidad, las etiquetas y el largo etcétera del asunto comercial.
    Decir así, tan categóricamente, lo que alguien puede o no hacer en arte, me parece un pelín soberbio.
    Mande relajar, Sargento. Por hoy, rompan filas. Y apúntese la tercera imaginaria.

  6. Ire dijo:

    David Lodge también suele hablar de él, y bien divertido e interesanteque acostumbra a ser lo que cuenta…

    • Pol dijo:

      La editorial Anagrama ha decidido no traducir y por tanto no publicar la última novela de David Lodge: ‘A man in parts’ publicada en Reino Unido en 2012.
      Incomprensible noticia por parte de una editorial ‘seria’ que ha venido publicando (aunque con bastante retraso siempre) toda la obra de Lodge.
      ¿Dependemos de Anagrama los seguidores de Lodge? ¿Puede otra editorial animarse a publicar este libro?
      Pido disculpas por usar este espacio pero no se me ocurre otro.

      • Ire dijo:

        Deben de tener las imprentas ocupadas en algún hipotético bestseller… Impresionante.
        Habrá que leerlo en versión original, que por otro lado es lo suyo, vistas las últimas traducciones que corren por ahí. En fin, vaya país que tenemos.

  7. julian bluff dijo:

    Ire, todos…

    Todos los escritores, tarde o temprano, terminan por hablar de si mismos. Pero no todos hablan de sus ventosidades. Y menos aún son, los que osan alardear en público de que a ellos les gusta como huelen. Eso, y perdonen que vaya de listillo, pero a veces me lo impone el sentido común, es justo lo que pretende decir la sargento.

    A ver si espabilamos ¡coño! que a este paso la única que aquí va a jurar bandera va a ser la cabra.

    Abrazos!

    • Ire dijo:

      Jaja, que sí, que ya se ve por dónde va la Sargento, pero diría que la cosa no es sobre ‘hablar de sí mismo’ sino sobre ‘qué contar de sí mismo’, o ‘cómo contar algo sobre sí mismo’, o si a mí me puede interesar ‘lo que cuentes de ti mismo’, and so on…

    • julian bluff dijo:

      Mira, Ire, cielo, siguiendo con el tema, y por ende el subtema que yo he sacado a la palestra, al único escritor del que soportaría tenerlo que oir hablar de sus deposiciones sería a Proust ¡Y es hasta es factible que no le olieran mal del todo! (O no, al menos, rematadamente mal). Y esto no es una boutade, repásense «A la Recheche…» y reparen en su dieta: ostras, espárragos, langosta, magdalenas… No, no parecía ser el amigo Marcel demasiado amigo de las legumbres. 😉

    • Anónimo 12 dijo:

      Vale, pero Baroja es una puta mierda.

  8. Hemos metido una actualización en el post de 23 de septiembre de 2013 sobre la «Profunda reestructuración en el grupo editorial PLANETA».
    ACTUALIZACIÓN A 3 DE OCTUBRE DE 2013
    (AQUÍ) noticia de El Periódico (1/10/13) donde se confirma lo contado en este post.
    Nosotras lo contamos con 7 días de antelación.
    Atención: La noticia de El Periódico tiene un error: Belén López Celada no procede de Espasa, sino de Temas de Hoy.

  9. Truman dijo:

    Las patrulleras demuestran unos conocimientos de literatura sólo comparables a los que tienen de arte moderno: un Picasso lo pinta mi hijo y para escribir de tu propia vida tiene que pasarte algo interesante.
    Quizá sea parte del encanto de este blog, su analfabetismo emprendedor.
    Otro canon es posible.

    • Perfidia dijo:

      Yo creo que, directamente, no sabéis leer. Cuando dicen «esto lo pinta mi hijo» es una ironía. Están recreando el pensamiento típico del orangután medio, no lo que ellas piensan.

      Patrulla, mal vamos en un país en el que ni los que leen blogs de literatura saben leer. Pero que muy mal.

      • Gracias, reina.
        Maggie

      • Truman dijo:

        Ironía, sí, sí, pero este párrafo: «Picasso se dedicó al abstracto cuando ya controlaba como Dios las técnicas de la pintura. Sólo cuando supo dibujar con una perfección difícil de conseguir y combinar con maestría los colores, se decidió a experimentar con las vanguardias. Me parece bien que un autor se coloque a sí mismo como personaje en uno de sus libros cuando ya es un experto en la construcción de una novela, cuando ya lo ha hecho todo en lo que a literatura se refiere». Este párrafo es de analfabeto. ¿Los colores? ¿Picasso dominaba los colores? ¿O sea que en Picasso los colores son lo importante… como en el Guernica? ¿Experimentar con las vanguardias…? ¿Cuáles? ¿Ya estaban hechas la «vanguardias» como escuelas? Y… mejor aún… ¿hay que haberlo hecho todo antes de hablar de uno mismo? ¿Incluido comer carne humana o firmar un panfleto contra el desahucio? ¿Qué es esa subjetividad del autor que deja rastros en la obra…? ¿Huele mal? ¿Han leído ustedes Contra Sainte-Beuve? ¿Son ustedes del siglo diecinueve? ¿Saben que ya antes de ese momento en que su gusto dejó de crecer, Friedrich Schelgel decía cosas tan «vanguardistas» como que las Confesiones eran la mejor novela de Rousseau, por encima de su Nueva Eloísa? ¡Y eran sus memorias… de mentira (y si no que le pregunten a Diderot)!

      • Perfidia dijo:

        Es una postura con respecto al arte como otra cualquiera. Picasso aprendió a pintar de forma clásica, igual que Dalí, y una vez que dominaba la técnica hizo lo que le dio la gana con sus cuadros. Y sí, los colores son importantes en Picasso: la elección de un tono o de otro, e incluso elegir el blanco y negro sobre el color ya es una decisión de autor que implica un posicionamiento activo, sea o no el artista consciente de esta decisión. Es decir, no estamos hablando de dos chavalitos que empezaron a jugar con los pinceles y uy, mira, un cubo. Al contrario, tenían años de experiencia a sus espaldas.

        Este proceso de dominio de la técnica primero, experimentación después se ha querido trasladar a la literatura. Hay gente que está de acuerdo y gente que no. La vida. Es una postura como otra cualquiera. Cuando uno se pone a jugar con las palabras sin dominar la técnica puede hacer algo brillante y precioso, pero si es consciente de las decisiones que toma a cada paso (hago esto porque esto otro) puede, primero, repetir el éxito y demostrar que no es fruto de la casualidad sino de la experiencia; segundo, puede defender su posición ante quienes digan que no tiene ni puta idea y que hasta un niño podría hacerlo; y tercero, ser un artista coherente y no un iluminado. Los artistas coherentes existen en música y en pintura, y en literatura fuera de España. Dentro… Es más difícil encontrarlo porque siempre se ha tenido aquí la impresión de que no se puede enseñar a escribir, que la escritura es un impulso del alma blalblablablalba, algo con lo que no estoy de acuerdo pero eh, de nuevo, posturas artísticas.

      • El burro flautista dijo:

        Perfidia, si sigues defendiendo la virtudes de la experiencia te falta poco para alabar las autobiografías, ese espacio de la literatura (de la ficción) donde la experiencia (no confundir con «las aventuras») aún se cotiza.
        Por otra parte, imagino que te incluirás en la «falta de coherencia» española, en este caso falta de coherencia crítica. ¿O eres de esas difíciles de encontrar?

      • Perfidia dijo:

        Vamos a ver si aprendemos a leer: no es experiencia de vida sino TÉCNICA.

        DOMINIO DE LA TÉCNICA. De las herramientas de construcción del discurso. Cojones. Un músico tiene que conocer las notas, ¿no? Pues eso. Aprenda de forma autodidacta o yendo al conservatorio tiene que aprender música para crear música, y todo el mundo lo ve normal.

        En cuanto a la falta de coherencia crítica, mira a ver si encuentras dos opinones mías opuestas entre sí. Opiniones personales, no descripciones «teóricas» o factuales. Cuando las encuentres, las opiniones, vienes y me cuentas.

      • Truman dijo:

        Y ahora, por último, Pre-fidias, ¿es más difícil escribir una novela que una autobiografía? ¿Es más difícil pintar un retrato de grupo que un autorretrato? ¿No hay técnica en la autobiografía? ¿Está diciendo que se prohíba escribir a quien no acredite unos conocimientos técnicos (que usted pone como profesora y juez)? ¿La técnica existe previamente o se descubre sobre la marcha? ¿Es mejor cuanto más difícil? ¿Está usted incluida en el grupo de edad que no entiende una factura de la luz?

      • Perfidia dijo:

        Señor Truman, usted es la razón por la que no funciona este país. Demagogia barata, rencor sordo, el odio por el odio. Coge una conversación inocente de internet y la convierte en… Barro. Puesto que la ha matado usted, tenga la amabilidad de enterrarla.

        Agur.

      • Truman dijo:

        Prefidias, su conversación inocente parecía más bien una burla analfabeta a un género y unos cuantos autores con firma y apellido. Por otra parte, eso del «odio por el odio» me suena a las cosas que suelta Marhuenda por la tele. Debo decirle que a mí me sobra amor y que nunca dedicaría mi tiempo a despotricar sobre escritores que hacen, felizmente, lo que quieren. Ni les pondría deberes. Ni les opondría resistencia. Por otra parte, alguien que firma «perfidia» y va de bueno/buena ya demuestra un cuajo importante.

  10. ¿Y qué me decís de Proust?

    • Ire dijo:

      Proust es excelso, Jesús. Que seas capaz de tragarte La Recherche, y todo el rollo de Swan, solo por cómo está escrito, porque además no pasa nada, es la hostia. A ver quién es el guapo que lo logra.

  11. viruela dijo:

    de la prensa de hoy…

    un joven polaco, 23 años e indigente, ha fallecido hace unas horas en un albergue municipal, tras ser dado de alta en un hospital de mi ciudad la pasada madrugada… pesaba 30 kilos y tras un aviso de los médicos, fue recogido del centro sanitario por los servicios sociales, que lo trasladaron al albergue, donde esta mañana le dieron un desayuno a base de leche y galletas… murió sin hacer ruido sentado en un sofá de la sala de televisión

    …autoficciones? bah!

    • julian bluff dijo:

      Viruela, majo…
      No sé quien es el autor del teletipo y si este existe de verdad, pero con treinta kilos no sé que cojones de ruido querían que hiciera el pobre hombre. Amén de que en realidad, los únicos que de verdad, de verdad… se mueren haciendo ruido son los trombonistas cuando los da un infarto en pleno concierto. Y siempre que en ese preciso momento estén soplando. Isn’t it?

      • viruela dijo:

        …se ve que usted ha tenido la suerte de no pasar una noche en las urgencias de un hospital… allí la muerte se recibe con muuuucho ruído, majo… el ruído al que no le han dado opción a este pobre chico (disculpen mi entrada que posiblemente no viene a cuento en este blog, pero es que la bofetada me ha hecho mella esta tarde)

  12. julian bluff dijo:

    Pero hombre… en los hospitales, hay ruido tiene que habe ruido. Hay gente, hay máquinas: hay ruido. Pero una cosa es el centro hospitalario y otra el enfermo.

    Decir de una persona adulta de treinta kilos de peso, maltratada por la vida, que murió «sin hacer ruido», de entrada es una gilipollez (ejemplo el uso y abuso que los periodista jóvenes hacen de las frases hechas vengan o no a cuento) y de salida una crueldad. Si no fuese porque no se aprecía atisbo alguno de mala fé en el texto, la susodicha acotación podría interprartarse como el sarcasmo, estulto, de un malvado.

    Y ¡ojo! que yo a usted no le hubiese metido todo este rollo, si usted no se hubiera animado a coger el rábano por las hojas, e intentar tratarme poco menos que de insensible hablándome de los hospitales.

    Venga, un saludo.

    • viruela dijo:

      una puntualización, tan breve como sea capaz de plasmarla… el texto no es un copypegui y por tanto, la responsabilidad de la alusión al silencio de la muerte de Pietr Piskozub es de un servidor

      murió en silencio, en lo que parecía la somnolencia que precede a la hora de comer, por lo que incido textualmente en la realidad, indiferente a los adornos mas o menos “costumbristas” que usted me atribuye… y cordialmente, no me venga con chorradas… resulta que para usted “una cosa es el centro hospitalario y otra el enfermo”! …p´al Larousse!

      llegar aquí conmocionado por la noticia y encontrarme con el asunto de la “autoficción” fue una patada en los cojones… sorry

  13. Carl Perkins dijo:

    Ire, plis, recomiéndame algo de David Lodge.

  14. Mikkis dijo:

    Por favor, señoras patrulleras, comentadores colaboracionistas o resistentes, por favor, aseguren, digan que ese fragmento de Silvia Nanclares es un homenaje, o metaliteratura, o un sarcasmo que no entiendo. Que no es plagio ni imitación de Angel González:

    PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ

    Para que yo me llame Ángel González,
    para que mi ser pese sobre el suelo,
    fue necesario un ancho espacio
    y un largo tiempo:
    hombres de todo el mar y toda tierra,
    fértiles vientres de mujer, y cuerpos
    y más cuerpos, fundiéndose incesantes
    en otro cuerpo nuevo. (…)
    http://www.poesi.as/ag56005.htm

    Me temo que al final será como la tortilla deconstruida de Adrià, o que ciertamente hay pocas, pero muy pocas, ganas de trabajar.

  15. Néss Belda dijo:

    Creo que Borges escribió El Aleph en 1949.
    Yo pensaba que la autoficción era ponerle a un personaje el nombre y apellido/s del autor. Es decir, escribo una historia en primera persona (testigo o protagonista), le pongo mis señas de identidad y pim pam pum: Autoficción. ¡Qué maravilla, qué vanguardista!
    El problema es que todos sabemos leer y escribir, todos nos defendemos con las palabras, algunos mejor que otros. Entonces, cualquiera que escriba bien, digamos, decentemente, y tenga una historia entretenida que contar, ya es escritor (en el Face hay miles que se autodenominan escritor y no distinguen dejo de dejó). Para escribir literariamente, hace falta un poco más que eso.
    Mi estado anímico es: Pesimismo literario.

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