CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA O COMO AMAZON SE ESTÁ BENEFICIANDO A LAS EDITORIALES

¿Quieren saber de que manera está Amazon dejando fuera de juego a las editoriales? Sigan los pasos de Larry Kirshbaum. De este señor ya hablamos en este blog allá por octubre de 2011. Lo hicimos cuando comentamos el artículo de Vanity Fair que sobre el proceso de publicación de The Art of Fielding firmó Keith Gessen. Este último citaba a Kirshbaum como uno de los tíos que más sabe del mundo editorial norteamericano.

El último número de la revista Bloomsberg Businessweek dedica su portada y su artículo central a la entrada de Amazon en el mundo editorial y para ello se centra en Kirshbaum. ¿Qué lógica tiene que una compañía tan moderna como Amazon fiche a un señor de 67 años para dirigir su nueva división editorial?

Vean la portada de la revista:

En Norteamérica todos saben lo que Amazon va a hacer con las editoriales desde que, hace unos meses, anunció que entraba de lleno en la edición. En España seguimos mirándonos el ombligo y auto compadeciéndonos. ¿Se acuerdan de aquello de los galgos y los podencos? Pues eso.

Si usted es capaz de leer en inglés, olvídese de mí (no será la primera persona que lo hace) y acceda al artículo pinchando aquí. En caso contrario, le cuento:

Laurence J. Kirshbaum y Jeff P. Bezzos (presidente de Amazon) se conocen, como poco,  desde 1997. Entonces el primero era director general de Time Warner Book Group y el segundo un vendedor de libros por internet. En aquel entonces no existían los e-books ni la edición digital, claro.

Los ejecutivos de Amazon dicen que ellos no quieren joder (la expresión es mía) a las seis grandes (Random House, Simon & Schuster, HarperCollins, Penguin, Hachette y Macmillan), sino que “están abriendo un laboratorio donde autores, editores y publicistas puedan ensayar nuevas ideas”. Ya saben: el lobo con la típica piel de cordero. Esto lo dice Jeff Belle que, además de tocayo del gran jefe, es vicepresidente de Amazon Publishing y jefe de Kirshbaum.

Larry Kisshbaum, que también ha sido agente literario, no para de firmar contratos con los autores que más venden: Tim Ferris, James Franco, Bob Knight y Nancy Pearl son algunos buenos ejemplos. Hablamos de vender libros, no de buena literatura. Que nadie se equivoque.

La estrategia de Amazon es desprenderse de todos los intermediarios y relacionarse directamente con el autor. De esa forma pueden pagar adelantos más jugosos. Las editoriales clásicas ven claramente que las quiere echar del mercado y señalan a Kirshbaum como el artífice de esta jugada. Pero lo dicen off the records, tienen miedo. Todo esto lo cuenta Brad Stone, el autor del reportaje.

En 1999 esta misma revista preguntó a Bezzos si se iba a meter a hacer libros además de a venderlos. El presidente y dueño de Amazon respondió: “Nosotros somos buenos en una cosa, ayudar a los cliente a descubrir objetos que ellos pueden querer comprar on-line. Y eso es suficiente.” Parece que ha cambiado de idea.

Todo empezó cuando en 2007, y como parte de la promoción del Kindle, Bezzos anunció, con gran escándalo de los editores, que iba a vender en versión digital los bestsellers del The New York Times a 9,99 US$. Con esas ventas, Amazon ha perdido y sigue perdiendo dinero, pero el músculo financiero de la compañía es potente y Bezzos no tiene prisa.

En 2010 Macmillan echó un pulso a Amazon y la amenazó con retirar sus libros de la web de Bezzos si no les permitían subir los precios. Amazon tuvo que subir el coste de los bestsellers de 9,99$  a 12,99$. Aquel órdago (en el que parece que la competencia que el nuevo IPad de Apple comenzó a hacer al Kindle tuvo mucho que ver) precipitó la decisión de Bezzos de comenzar a editar sus propios libros.

Cuando Larry Kirshbaum fichó por Amazon, Mike Shatzkin, que escribe uno de los blogs más seguidos de la industria editorial norteamericana, dijo que “pasaba de ser una de la personas más queridas de la industria a ser una de las más vilipendiadas.”

Laurence Kirshbaum

Amazon ha intentado además fichar a los mejores empleados de las grandes editoriales. El autor del reportaje ha tenido acceso a los emails enviados por los reclutadores de Bezzos. Las 6 grandes están que trinan.

En el artículo de Brad Stone también se relatan las experiencias de Joe Konrath y de Tim Ferris. El primero, harto de su mala relación con la editorial Hyperion, comenzó a editar directamente en Kindle y dice que hoy consigue ventas de 4.000 US$ diarios de los cuales un 70% van a su bolsillo. El caso de Ferris, autor de los superventas La semana laboral de 4 horas y Un cuerpo perfecto en cuatro horas, que fueron editados por Random House, es diferente. Dice Ferris, (que ha firmado con Kirshbaum para editar en Amazon, The 4-hour Chef , su próximo libro) que “para mí se trataba de elegir entre un editor que abraza la tecnología y una tecnología que abraza la edición.” La última”, continua Ferris, “me dará más oportunidades de improvisar y experimentar.” Lo que no cuenta Ferris (y este comentario es mío)  es la pasta que se ha llevado como adelanto por su próximo libro.

En noviembre Amazon montó una librería para prestar gratuitamente libros en versión digital a los dueños de Kindle. Los grandes editores, ya cabreados con los precios baratos que había impuesto Amazon, se han negado a participar en esta última idea de Jeff Bezzos.

Algunos editores al estilo tradicional dicen que Amazon, de la mano de Kirshmbaum, se está precipitando, que va demasiado rápido. Pero la mayoría sabe que -conociendo lo que ha pasado en la industria del cine y en la de la música- ante situaciones como esta el mejor consejo es: relájate y goza.

Interesante también es el video en el que se entrevista al autor del artículo.

Actualización a 3 de febrero de 2012: Más sobre el asunto:  “Predatory” Amazon.

 

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16 respuestas a CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA O COMO AMAZON SE ESTÁ BENEFICIANDO A LAS EDITORIALES

  1. Pingback: FLATOS ACADÉMICOS | El Blog de Sergio del Molino

  2. ¡Llega la purificación por el fuego!

  3. Daniel Nehmovich dijo:

    ¿Hay algo de mesiánico en todo esto? ¿O más bien es el Anticristo, que vuelve a casa?

    Al Lector Iracundo le sobra razón; fuego, lo que se dice fuego, no va a faltar…

  4. «El Señor se ocupará de esto. Os enviará a Uno que os despertará, Uno que os dirá la verdad. Será como el fuego purificador, quemando la hipocresía y la indiferencia exterior de vuestra religión para llegar al fondo mismo del corazón. Será como la lejía para los que están dispuestos. El les limpiará y enderezará la situación. Podréis reconocerle porque ante él irá un mensajero para preparar el camino y de repente vendrá a su templo.”
    «Porque aquí viene el día ardiente como un horno, y todos los arrogantes y todos los que hacen maldad serán como paja. Aquel día que vendrá los quemará y no les dejará ni raíz ni rama, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos. Pero para vosotros, los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá sanidad…»
    «Vosotros saldréis y saltaréis como terneros de engorde. Pisotearéis a los impíos, los cuales, el día que yo preparo, serán como ceniza bajo las plantas de vuestros pies, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos. Acordaos de la ley de mi siervo Moisés…he aquí, yo envío al profeta Elías antes de que venga el día de JEHOVA, grande y temible. El hará volver el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo y golpee la tierra con destrucción.»

    PROFECÍAS DE MALAQUÍAS

  5. Antes de leer, creo que el titular puede dar lugar a confusión, ya que parece que Amazon «está beneficiando a las editoriales», y no es precisamente así. Propongo cambiarlo por «comiendo».

    Buenos días,
    Mario

    • Querido Mario:
      Esta vez no estamos de acuerdo. La piel de cordero con la que en un principio se vistió Amazon era eso de que lo suyo -entrar en la edición- era una forma de beneficiar a las editoriales, además de a todo el mercado. Pero ya todo el mundo se ha dado cuenta de que lo que pretende es «beneficiarse a las editoriales» en el sentido barriobajero y extremadamente coloquial que damos en mi pueblo a la expresión «benefiaciarse a» como traducción del verbo inglés «To fuck».
      Con lo que pongo en negrita al final del «post» (eso de «relajate y goza») queda todo aún más claro.
      Gracias de todos modos. Te agradezco, amigo Mario, que estés ahí, al quite, para corregir los muchos errores que cometemos. De verdad, mil gracias
      Un fuerte abrazo
      La sargento Margaret

  6. «Laurence J. Kirshbaum y Jeff P. Bezzos (Presidente de Amazon)…».

    Recuerde, los cargos (alcalde, presidente, ministro) van con minúscula.

    Puede borrar estas indicaciones mías una vez leídas.
    Saludos,
    Mario

    • Sí señor, ahora sí que te hago caso. Porque tienes razón. No voy a borrar tus comentarios, porque me parece que enriquecen el blog.
      Mil gracias, de nuevo.
      La sargento Margaret

  7. Prefiero el tratamiento de usted, si no le importa.

    Gracias, me alegra ver lo bien que recibe mis comentarios constructivos. Eso denota cosas buenas.

    Buenos días,
    Mario

  8. Neil Gaiman ha declarado a Richard Lea (periodista de The Guardián:
    «Publicar hoy en día es como el Klondike. Nadie sabe qué está pasando. Todo lo que saben es que hay oro en las colinas y quieren hacerse con él. A la publicación tradicional le quedan cinco o diez años, pero eso no va a significar menos libros. Habrá un montón de libros más, sólo que la gente los encontrará de manera diferente.»
    Copiado del blog de Lecturalia

  9. Una amiga traductora me dijo hace poco que al libro en papel le quedan un par de años, que se convertirá en objeto de lujo en breve. Me quedo más tranquila con las palabras de Neil Gaiman, que al menos alarga el plazo, será cuestión de hace acopio de imprescindibles y buenas ediciones.

  10. lobizonte dijo:

    Yo creo que estamos exagerando los datos. A día de hoy, hay muchísima gente que no tiene interés en comprar un lector electrónico; o si lo tiene, se da cuenta de que aún le falta mucho para poder suplir a la experiencia del papel. El Kindle, además, tiene el inconveniente de que no permite fácilmente cambiar el tipo de letra (hay procedimientos de pseudo-hackeo, pero ni todo el mundo quiere hacerlo, ni a todo el mundo le funciona). El resultado es que parece que siempre estás leyendo el mismo libro. Es como si leyeras los folios pasados a ordenador que el autor envió a la editorial para su publicación: el mismo contenido que el libro, pero no lo sientes como si fuera el libro.

    Dentro de diez años, como dice Gaiman, posiblemente haya cambiado todo. Pero en dos, o incluso en cinco, ni por asomo (a menos que cambie muchísimo la experiencia lectora con esos aparatos).

    • Amigo Lobizonte:
      Me vas a perdonar, pero somos cuatro monos (y monas) los que defendemos el soporte papel. Acuerdate de los que decían hace 20 años que los discos de vinilo nunca serían superados Pues ahora ya ni los CDs, ahora MP3. Un puñado de nostalgicos nos agarramos a arguementos como los tuyos para resistir y no admitir (con una venda en los ojos y otra en la inteligencia) lo evidente. Además otra cosa: las empresas tecnologicas nunca sacan el modelo mas actualizado y con mejores prestaciones que podrían en cada momento. Hay que seguir vendiendo nuevas actualizaciones cada dos años. Un ejemplo: la reproducción e video a través de ordenador era posible muchos años antes de que esa herramienta se metiera en los aparatos. Por eso te digo que en breve no vamos a tener ni esas excusas que tu apuntas como argumentos. Para la nueva generación de lectores, los que se amamantaron con la Nintendo y la Playstation, el libro en papel les recuerda solo cosas desagradables como los libros de texto que se tenían que empollar en al cole. Leer en un ebook va a ser(ya lo es) para ellos lo más natural del mundo. Al papel, -como al vinilo, como al CD, como al video VHS, como a los carretes de fotos- le quedan dos siestas.
      Un saludo
      La sargento

  11. lobizonte dijo:

    No estoy de acuerdo contigo, Margaret.

    En primer lugar, no puedes comparar la experiencia de cambiar de vinilo a CD y luego MP3, con la del papel a pantalla electrónica. En el primer caso, es prácticamente lo mismo: pones una canción en un aparato reproductor, pulsas «play» y tus oídos escuchan lo mismo. El cambio es mínimo. En el otro caso, es muy diferente pasar hojas de papel, tener en tus manos cada vez un objeto distinto, que tener en las manos siempre el mismo aparato y sólo ver cómo cambian las letras de la pantalla. No tiene nada que ver, y mucha gente no se acostumbra; o tardará en acostumbrarse.

    Para la nueva generación de lectores, leer en papel o en pantalla les empieza a recordar a cosas aburridas y largas, con mucho texto y pocas fotos y ningún vídeo, para lo que no tienen paciencia ni ganas. Pero, justamente, para que esa nueva generación imponga sus hábitos aún tienen que pasar muchos años: tantos como para que se extinga la vieja generación que ha vivido con el papel, y para la que la pantalla es sólo apta para textos breves.

    Por eso digo que aún tardará en generalizarse el uso de los libros electrónicos. Cada vez se ven más, pero el porcentaje con respecto a los libros de papel es ínfimo. O la gente se lleva el lector sólo al váter y no lo saca a la calle (que es su principal ventaja), o es que su uso no es tan aplastante como se piensa.

    Mi temor no es que el libro electrónico suplante al papel. Lo que temo es que el teléfono suplante a los libros, sean de papel o de grafeno traslúcido. Porque el teléfono no está hecho para leer novelas, sino tuits, «megustas» de Facebook o mensajes de What’sApp: es decir, textos breves que quitan el hábito y las ganas de leer algo más largo.

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