Estimado señor Herralde:
No es esto lo que habíamos hablado. Momentos de inadvertida felicidadde Francesco Piccolo no es digno de ser incluido en la colección “Panorama de Narrativas”, al lado de las novelas de tantos buenos escritores. Cómo debe ser el librito para que en Babelia (en Babelia, donde tanto lo han mimado a usted y a sus libros) lo pongan a parir. Escribe (se lo recuerdo, don Jorge) Francisco Solano en su reseña de hoy:
Momentos de inadvertida felicidad, de título tan deliberadamente amable, pertenece a ese género literario complaciente con el lector, cada día más difundido, de difícil clasificación, que no obstante lo adeuda todo al libro de autoayuda, aunque con una pretensión menos práctica.
(…)
…libro escrito para suscitar simpatía. El problema es que pronto se desactiva la simpatía, y el libro resulta un esmerado ejercicio que, según se avanza en la lectura, apenas se sostiene por la curiosidad.
(…)
Y no hay mucho más, a excepción de esa disposición, también cada día más contagiosa, de trasmutar la literatura en una herramienta de intención balsámica.
(…)
Libros de este cariz hacen la vida, qué remedio, más agradable, pero también rebajan considerablemente la intensidad y el poder disuasorio del arte literario.
Se lo dije, señor Herralde (aquí y aquí). No se puede aprovechar uno del prestigio de una colección como Panorama de Narrativas para dar una imagen de calidad a libros que solo se escriben con la intención de vender mucho. Qué le voy a contar yo a usted sobre lo que significa “Línea editorial”. Lo honesto y lo elegante, lo que el Herralde que yo conocí hubiera hecho, sería abrir una nueva colección para publicar los panfletos que sus nuevos dueños, Feltrinelli, le obligan a editar. También hay otra opción -en el caso de que la presión italiana sea muy fuerte-, señor Herralde: dimita como director editorial de Anagrama. Nuestra querida y añorada Esther Tusquets, es lo que hizo cuando los chicos de Mondadori (Bartleman entonces) no respetaron lo que le habían prometido en referencia a la línea editorial de Lumen después de la adquisición.
Un saludo.
La sargento Margaret
Nos congratulamos de constatar que, gracias a la abnegada labor que desde hace un año venimos realizando desde este blog, algunos críticos (echando mano de vergüenza torera, imaginamos), comienzan a decir la verdad en sus reseñas. Esperamos que no sean solo dos o tres y que esto de Solano -como lo de Saladrigas de hace 1 semana- sirva de ejemplo.
Una pregunta que si me la dejo dentro se me enquista:
¿Sería capaz Francisco Solano de hacer lo mismo con un libro de Alfaguara, por ejemplo con uno de Milena Agus? Era solo una pregunta.
No olviden comprar mañana los principales periódicos españoles. En portada, debajo de la foto del príncipe abrazando al último medallista nacional [nos lo están vendiendo, al príncipe me refiero], aparecerá la noticia: «Un crítico literarario destroza un libro de Anagrama.»
Del culete del libro:
«Estás en la cola del supermercado, o parado en medio de un atasco, o esperas a que tu novia salga del probador de una tienda de ropa, en fin, que estás algo distraído, cuando, de repente, la realidad que te rodea parece confluir hacia un único punto y hace que éste resplandezca».
«En fin, que tienes poco que decir». xD
Vaya gilipollez: ahora te crees mejor que Herralde. Qué poco sabes, niña. ¿Qué pasa? ¿Miedo de que por fin te den la patada en El Mundo?
«Gracias a la abnegada labor que desde hace un año venimos realizando desde este blog, algunos críticos comienzan a decir la verdad en sus reseñas». ¡¡JAJAJAJAJAJAJJAJAAJA!! De verdad que hay poca gente más patética. ¡Jajajaja! No puedo parar. Uf, qué risa. Sois lamentables.
Regresad. No solo os echamos de menos. Os necesitamos.