SE ACABÓ EL CACHONDEO Blogs literarios 2ª parte

Me van a perdonar ustedes a la sargento Margaret: ha vuelto a la priva, mayormente ginebra. Dice (esta es la última excusa) que odia tanto la navidad, que se ve incapaz de pasarla a palo seco.  Qué graciosa: a mí también me dan asco estas fiestas y sigo, con un par, sin esnifar pegamento. Soy Daphne, perdonen. Cuando la sargento se amorra a la botella, todo hay que decirlo, el cuartel es una balsa de aceite. Se vuelve mucho más simpática y nos reímos un montón. Pero, claro, nuestra misión se resiente. No hay que olvidar que seguimos en plena guerra y que la Patrulla de Salvación está luchando a brazo partido para salvar el libro. Por eso me van  permitir que sea yo la que tome las riendas de esto de los blogs literarios que ¡contenta me tienen!

Podemos entender  -si tenemos un día Teresa de Calcuta- que una revista como Qué Leer o los suplementos culturales de los periódicos sean complacientes y no se atrevan a señalar que libros, y por qué, son malos o malísimos. La vida de esas publicaciones –todos lo sabemos- depende de la publicidad y de la buena relación con las editoriales. Hay nóminas que pagar y bocas que alimentar. Pero que un blog, que no cuesta un duro, se arrastre como un perrito faldero ante las editoriales a cambio de 4 libros o de un minuto de fama, es un escándalo.

¿Se han parado a pensar por qué es casi imposible encontrar una mala reseña en blogs como  La tormenta en un vaso o El placer de la lectura?

La tormenta en un vaso fue fundado en 2006 por Care Santos. Hoy, esta escritora, continúa controlando el cotarro: es, como ella se ha puesto, “coordinadora de contenidos”. Care Santos es puro sistema. Estrella de la literatura juvenil, ha dado, hace poco, el salto a la literatura adulta y Planeta edita sus libros con unas portadas tan lujosas que parecen de un libro de Carmen Posadas. Además escribe artículos en la revista Mujer Hoy como La Super mami y…Si quieren saber más de la Santos, pinchen en su wiki -que se ha escrito ella- que yo me canso, oigan. Esto está siendo más duro que el seguimiento a Olmos.

En La Tormenta… se publica una reseña al día, y colaboran más de 80 escritores.  O eso dice la wiki (porque el blog La Tormenta… también tiene su página wiki, qué se creían.) En el cuartel leemos La Tormenta… casi todos los días y, una de dos, o el Alzheimer nos corroe las neuronas, o es cierto que no hemos visto una sola crítica dura entre las más de 1.000 reseñas que ya llevan publicadas.

Pero ¿Cómo va a criticar algo la Santos? Ya lo decía ella misma en una entrevista que Susana Martinez le hacía en Qué Leer en Julio de 2010:

P.- ¿Crees que el ser escritora te hace ser más amable como crítica y ser más comprensiva con el trabajo de los otros escritores?
R.- Sin duda, y también me carga con una enorme responsabilidad, que me pesa cada vez más. Intento dejar mis gustos a un lado, tener en cuenta ciertas características del autor —su edad, por ejemplo— y, sobre todo, utilizar mucho el sintagma “en mi opinión”. A pesar de todo, cada vez que expreso un juicio poco favorable sobre un libro me pregunto si no debería dejar la crítica. Por suerte, puedo elegir lo que critico, y suele ocurrir más bien lo contrario: me permito el lujo de recomendar buenos libros a quienes aún no los conocen.

Care, cariño: entonces déjalo. Concéntrate en tus libros y deja de confundir a los lectores con tus reseñas. Sin objetividad, ¿a dónde vas?

Les copio aquí la primera y la última frase de la más reciente reseña de Care Santos en La Tormenta… Libro: Yo confieso de Jaume Cabré (Destino, Grupo Planeta, 2011). Un dato: Care Santos también publica en Planeta.

El enamoramiento siempre es algo maravilloso. El que los lectores experimentamos de pronto hacia un autor, también. Reconozco que esta no será una reseña literaria al uso si comienzo proclamando mi enamoramiento rotundo y repentino hacia la obra de Jaume Cabré

(…)

En fin. A diferencia de otros afectados por el mal del amor, quien ama los libros puede compartir su pasión sin ser tildado de perverso. Eso es lo que hago, ni más ni menos: dejen de leer estas líneas y corran a la librería más próxima a buscar algo de Jaume Cabré. Mejor si pueden leerlo en catalán, aunque las traducciones al castellano son buenas y abundantes.
Y disculpen el tono imperioso y ligeramente febril. El amor, ya se sabe, es lo que tiene.

Aquí tienen una palangana virtual para vomitar.

El escritor Andrés Neuman, colaborador habitual de La Tormenta, hace unos días (29 de nov.) publicó en la Revista Ñ del periódico Clarín  una reseña sobre El prisionero del cielo (último libro, editado por Planeta, de Carlos Ruiz Zafón). En dicha reseña, Neuman, pasándose tres pueblos, ponía a parir al libro y al autor (pinchen en “una reseña”). ¿Hubiera aceptado Care Santos, auto proclamada “coordinadora de contenidos” del blog La Tormenta…, que dicha crítica saliese en el blog?

No. ¿Verdad que no, Care? Entonces, ¿por qué no lo dejas, guapa?

Continuara…

Luego, si me da tiempo, y si no, mañana, la tercera parte. Para el final de este repaso a los blogs literarios contamos con un bloguero arrepentido (acogido al Protocolo de Testigos Protegidos) que va a confesar y vamos a conocer todo sobre la mafia de los blogs.

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33 respuestas a SE ACABÓ EL CACHONDEO Blogs literarios 2ª parte

  1. Ire dijo:

    A mí lo que me resulta curioso es la autoconfianza que muestran blogueros, críticos y demás a la hora de recomendar lecturas, sin tener en cuenta que para que lleguemos a fiarnos de su criterio tienen que haber demostrado que es mejor que el nuestro…

  2. Querida Daphne, gracias por la contracrítica. Me la he pinchado en vena. Atiendan lo mejor que puedan a la Sargento que es especia a proteger. Si es ginebra que sea Manuel Giró, que es nacional y sin aditivos y cuando no lo vea, le echan unos chorritos de tónica.

    • Muy buena pinta tiene esa ginebra que me recomiendas, querido Nacho. Pero tengo 2 cajas de ginebra Larios en el almacén. Hasta que no las termine no puedo comprar nuevas provisiones. Dentro de dos semanas la pruebo y te cuento.
      Un abrazo etílico
      La sargento M.

  3. Ire, pero es que la autoconfianza en uno mismo en inevitable cuando se está dando una opinión propia. De lo contrario tener un blog es absurdo. De ahí que yo siempre prefiera los blogs más personales y menos de (supuesta) «crítica objetiva». Con el tiempo voy conociendo sus gustos y sé a lo que atenerme y aunque en algunos, a pesar de ser «conocidos», he acabado haciendo caso omiso de lo que recomiendan, me sirven para contrastar información. Quiero decir que el ejercicio ha de ser de honestidad y el resto vendrá sólo o no vendrá. Si esto no deja de ser un entretenimiento…

  4. Volviendo al tema principal…
    Margaret, puesta a dar nombres te has quedado un poco corta pero me ha gustado igualmente. No sabía que Care estuviese detrás de ese blog. Yo dejé de leerlo hace algún tiempo porque me inspiraba poca confianza y porque casi nunca extraía información útil de ellos. Pero la verdad es que no soy mucho de visitar blogs. Entre leer libros o sobre libros me quedo con lo primero.
    Pero a lo que iba. He venido a contar mi experiencia más que a confesar, por si alguien le sirve de algo. Empiezo: he recibido libros. No muchos, unos quince o así, en total. Al principio del propio escritor/a, unas veces por cortesía y otras por promoción. Un par de reseñas nunca las hice porque no me salían y otra sí, pero no fui muy complaciente y aquello fue una putada. Y luego un día me llegaron de una editorial. Tremenda sorpresa, la mía. Y placer, porque los dos eran lecturas que no tenían mala pinta. Los leí y otra vez lo mismo: decepción. Las duras críticas no debieron gustar ya que ni la editorial ni los escritores hicieron mención de ella (de la reseña) ni por twitter ni por Facebook. Lógico: como instrumento promocional mi trabajo era una canallada.
    Después de eso me llegó alguno más que todavía espera ser leído. Luego el grifo se cerró, supongo que por mi pasividad, y ocurrió lo que tenía que haber ocurrido desde el principio: me preguntaron si me interesaría X libro. Esto es genial, obviamente, poder elegir lo que quieres leer pero también bastante gilipollas porque eso ya lo hacía antes y sin compromiso, es decir, sin sentirme culpable por no atenderlos en unos plazos razonables, aunque de esto nunca se habló. Otro par de editoriales hicieron lo mismo: “¿te interesa…?” y si me interesaba decía que sí y si no me interesaba decía que no. Todos, todos, siguen sin leer esperando a tener ganas, material adicional o leer otras cosas antes que tienen que ver con ello. Alguno quedará sin leer porque yo hay cosas por las que no paso.
    Total, por ir acabando, que el otro día me ofrecieron otro más, uno que me apetecía mucho mucho mucho, muchísimo y dije que no (por gilipollas y) porque, honestamente, ya estoy harto de sentirme mal, no por las reseñas negativas (ya que es una de las condiciones que pongo si alguien me manda un libro: decir la verdad sea cual sea el resultado) sino por tenerlos ahí, acumulando polvo. Los últimos libros que leo son siempre los que tengo en propiedad o me prestan. Me ha pasado siempre y ya no creo que vaya a cambiar.
    En definitiva, que mi experiencia como receptor de libros no ha podido ser peor. Para esto hay que ser muy disciplinado, tener muchas tragaderas o saber mentir muy bien y a mí ese tipo de cosas ni me salen ni me apetece que me salgan porque esto del blog no da dinero y el metro cuadrado va muy caro en este país como para llenarlo de libros que uno no va a volver a leer jamás. Supongo que también depende de quién te los ofrezca, no es lo mismo el catálogo de uno que de otro, que uno no es imbécil y sabe hacia dónde mirar. De cajón, esto. Quiero decir que si Cátedra o Acantilado o Libros del Silencio o algunas otras quisieran hacerme “suyo” resultaría difícil resistirse ya que sus obras por lo general se anotan solas como lecturas futuras.
    De todos modos, y ahora sí termino, recibir libros no tiene necesariamente que ser condenable siempre que uno se comprometa a ser sincero. Es la lección que he aprendido. La otra es que teniendo una buena biblioteca de mano, como es mi caso, es del todo innecesario perder el tiempo con estas cosas.

  5. Ire dijo:

    Ya, Tongoy. Solo planteaba la cuestión de por qué el criterio de estos blogueros y críticos tan seguros de sí mismos tiene que merecerme alguna confianza, y más cuando no se aceptan discrepancias.

  6. Ah, vale, Ire. Pues en mi opinión CONFIANZA CERO para todo el mundo. Y me incluyo, ojo. Es más, me pongo de primero.

  7. Ire dijo:

    Al menos tú no intentas convencerme.

    Saludos

    • Yo creo que no es cuestión de confianza en uno mismo. Como bien dice Tongoy, quien se atreve a dar una opinion, lleva su ego (más o menos grande) consigo. El asunto es ganarse la confianza de los lectores. Yo me fio de James Wood (The New Yorker) de Robert Saladrigas (La Vanguardia) y de José María Guelbenzu (El País). Y no me fio de Pozuelo-Yvancos, de Ayala-Dip, de Sanz Villanueva, de Senabre….
      Por qué de unos sí y de otros no?
      Porque a lo largo de muchos años los primeros me han demostrado honestidad intelectual. Punto. No conozco personalmente a ninguno. Puede que en sus casas sean unas malas personas y no respeten la naturaleza, no lo se ni me importa. Pero cuando leen un libro y lo reseñan ( y luego yo lo compro y lo leo) siempre me han demostrado ser honestos. Puede que luego el libro que a ellos les gustó no me gustase a mí, ( no se trata de eso, lo sabéis) pero nunca me sentí engañado por una de sus reseñas. Y, muy importante, nunca percibí en sus críticas la intención de ganar fama o crédito como intelectuales. Los buenos críticos literarios viven su trabajo como un servicio a la sociedad, totalmente desinteresado. Algo así como: «he leído esto, me ha gustado ( o no) y quiero compartirlo con vosotros».
      Un beso
      La sargento Margaret

  8. Ire dijo:

    Oye, y ya que estamos, ¿en serio que las editoriales no os pagan nada por leer sus libros? Es que me parece un abuso. Yo he trabajado como lectora de una editorial cuando he ido corta de pasta y, hombre, me pagaban una miseria, pero algo me daban. Si con los blogueros se están ahorrando hasta eso, ya me parece el colmo.

  9. Como lo oyes. A ver, yo soy nuevo en esto y no controlo mucho pero la cosa suele funcionar, al menos en mi caso, del siguiente modo: una editorial o un escritor te manda un mail y te pregunta si te interesa esto o lo otro (la excepción fue una que me pidió la dirección para actualizar datos y me envió varios libros cuando yo esperaba un catálogo). Tú, que te sientes halagado por la oferta sueles decidir que sí, le das tu dirección y tan amigos. Pero dinero no, ni un céntimo. En mi caso, al menos. No sé en otros.

  10. Ire dijo:

    Pues lo mínimo es ser sincero, digo yo. Hay que ser tonto y servil – o confiar en que un día u otro te publiquen – para hacer reseñas positivas cuando encima no te pagan ni un duro.

  11. De ahí que no me fíe nunca de las reseñas hechas por escritores en lo que se refiere a libros de la tierra. No digo que sean todas falsas. Simplemente no me las llego a creer. Al final resulta que se conocen todos y yo no sé qué clase de favores se pagan bajo cuerda. Me he llevado algunos «chascos» espectaculares, de gente de la que nunca hubiese dudado. Desde entonces confianza cero. Joder, si se pagan favores por chorradas más grandes… Me dijeron en su momento que aquello de El Cultural de los mejores blogs había sido de juzgado de guardia; no me quiero imaginar con un libro.

    Y luego está eso de «no hacer reseñas de los libros que no te han gustado», que es una máxima muy habitual en el mundillo. Así es como luego se les puede llenar la boca a unos cuantos cuando en una entrevista en la radio se permiten el lujo de afirmar que España está viviendo un momento literario con una calidad excelente. Que no se puede escribir mejor vaya; ni tanto ni tantos.

    • Lo del momento excelente de la literatura española actual es como cuando hace 3 años el gobernador del banco de España, (cuando Lehman Brothers y otros bancos de inversíon americanos se iban a pique) decía que la economía de nuestros país y, en especial, nuestros bancos estaban muy saneados. Ahora: mira lo que pasa.
      Luego vendrán las madres mias…
      La sargento

  12. Ire dijo:

    ¿Sabes lo peor de todo qué es? que quieren llegar a hacerte creer que eres tonto de remate. Lees fragmentos de libros, reseñas, etc, que piensas «joder, esto es una mierda», y al cabo de un rato aquello se llena de elogios varios y piensas «seré yo que me he vuelto tonta de golpe?».
    No sabéis lo que se llegan a agradecer blogs como éste o como el tuyo, que rompen la mierda de ‘pacto de silencio’ éste.

  13. Pingback: Apreciar el trabajo enemigo

  14. Ni te imaginas. No sabes lo que me he llegado a comer la cabeza con alguno. Me acuerdo ahora de «Alma» de Javier Moreno. No salía de mi asombro durante la lectura. Leía las críticas de Mallo y Malherido y no daba crédito. Luego lo fui entendiendo todo, pero pasé un rato de lo más raro. Luego me pasó con el de Apablaza y con el primero de Olmos. Ya no me pasa más. Creo.

    Recuerdo una ocasión que le dije a un amigo que había estado viendo los libros recomendados por un escritor conocido suyo y que me los había apuntado porque me fiaba mucho de su criterio. Es más, lo tenía en casa y lo iba a empezar a leer a pesar de que tenía una pinta horrible. Su respuesta fue, más o menos, que de ese no hiciese caso, que era un favor que le habían pedido. Con dos cojones. Y yo me enteré sólo porque tuve enchufe. Obviamente no llegué a leerlo. En la lista había unos 10 o 12 libros más algunos de los cuales había leído y me habían gustado y otros no. No seguí leyendo ninguno porque yo no sé cuantos favores le piden y desde entonces lo leo con lupa y sólo me fío de sus recomendaciones de clásicos o extranjeros. Ya nunca de lo nacional. Y si esto lo hace un escritor que supuestamente es de fiar y no está en los medios día sí día también no me quiero imaginar el resto. No puedo imaginar que Vicente Luis Mora, por ejemplo, por ir poniendo nombres y apellidos, le haga una reseña «real» a un libro de Carrión o Ibrahim si sé por el facebook que salen de copas juntos.
    Y ojo, que están en su derecho y además los amigos están para las ocasiones pero yo me reservo el derecho a no fiarme como ellos se reservan el de mentirme.

    • Por eso, querido Tongoy, y siguiendo con tu mismo ejemplo, si un joven y poco experimentado lector entra en el blog de Luis Vicente Mora y lee sobre la novela de Espigado lo siguiente: «El cielo de Pekín, con el que Espigado presenta unas sólidas credenciales como narrador en crecimiento, es un libro que nos abre las puertas a una realidad, la de la China contemporánea, hasta ahora parcialmente invisible para nosotros» y luego va y se compra la novela, y se la lee, (dios, se me ponen hasta los zapatos de punta, qué vertigo, mi personaje se acerca al borde del precipicio y no puedo hacer nada por salvarlo), digo: y se la lee, las consecuencias serán inenarrables.
      Nuestro joven lector, que aún no tenía claro si es mas divertido leer o jugar a la PSP, dejará los libros (que además son caros) y volverá a los juegos electrónicos «forever».
      Por esto es por lo que hay que denunciar este compadreo y este intercambio de favores. Espigado ha elogiado repetidamente las novelas de Luisvi Mora. Este no podía hacer menos.
      SE ESTAN CARGANDO EN LIBRETA LA LITERATURA, COÑO!!!!
      La sargento Margaret (sin ginebra).
      PD: Me voy a poner mi primera copa del día. A ver si me calmo un poco. He aguantado hasta las 13.20h. Creo que ya puedo, no?

      • Eres mala, Margaret y además estás equivocada. «Sólidas credenciales como narrador en crecimiento» a mi me suena a insulto. El día que yo publique un libro, ya sea de memorias propias o ajenas, si me dices algo como eso te retiraré la palabra durante tres años seguidos porque lo que un escritor quiere que le digan es «narrador experto con credenciales intachables descubre China». Lo otro es poco menos que decirle a uno «ánimo chaval, verás la siguiente que bien te sale». Lo de las «puertas que nos abren a la realidad china de hoy» ya lo inventó hace años El Corte Inglés. Si aún me dijeras Corea del Norte…

        Yo el de Espigado lo empecé y luego lo dejé porque recordé que tenía algo mejor que leer o algo que me apetecía más, vaya. Pero vamos, enganchar, lo que se dice enganchar, no me enganchó y mira que a mí me pillas con cualquier tontería.

  15. Tienes razón, Tongoy. Y cuando tienes razón, tienes razón. lo vuelvo a leer ahora, con mi segundo gintonic entre pecho y espalda y tienes razon.
    Visto así lo que percibo que hace Mora es pastorear su rebaño. Mora ha juntado una pandillita (Apablaza, Espigado, Corominas y 2 o 3 más) y los conduce a pastar en verdes prados y en verdes colinas los hace recostar (a qué me suena esto?… Esta ginebra no se llama Larios sino Lirios!, Daphne quién ha comprado esto?)
    Pues como te decía: igual que hacía Umbral con el Juan Manuel de Prada de primera hora (el que escribió «Coños». Ave María purisima), Luisvi Mora está adiestrando una cuadra. Solo que vaya cuadra. No le arriendo las ganancias
    Un abrazo
    La Maggie Mae

  16. Octavio dijo:

    Estoy de acuerdo con la idea de desmontar las falsas críticas literarias, pero para que tus arguementos puedan defenderse debes evitar los errores, y has cometido, al menos, dos.

    1 Decir que Care acaba de dar el salto a la literatura adulta, cuando precisamente empezó –y nunca la la abandonado– con ella a los 25 años. Y para cualquier duda consulta esa wiki que, sea redacatda por ella o no, es real. ¿Cuántos premios logró en novela y relatos antes de aterrizar en Planeta?

    2 La tormenta, y cualquiera que haya pasado por alli lo habrá visto, se define como «Un buen libro cada día», de donde se deduce que no reseñan libros cuyas críticas serían negativas, porque no es ése su objetivo, ¿Podrían destrozar un libro para recomendarlo como bueno?
    Sería bastante absurdo, ¿no?

  17. Care Santos dijo:

    Nunca contesto cuando alguien me vitupera -aunque me divierte leer según qué barbaridades cuando se dirigen contra mí, lo confieso- pero hoy siento debo salir en defensa de los muchos colegas que colaboran desinteresadamente desde hace varios años en La Tormenta en un Vaso, un blog de crítica POSITIVA en Internet (el subtítulo lo dice todo, como bien ha apuntado Octavio), que coordino desde hace varios años. Y en el cual también colaboro, como ha quedado dicho, cuando me apetece compartir el entusiasmo que me han despertado ciertas lecturas.
    Creo necesario puntualizar:
    -Que La Tormenta en un vaso es un blog independiente, entendiendo como tal que no estamos supeditados ni, por supuesto, favorecemos a ningún sello editorial ni a ningún grupo. Sin embargo, en nuestras intenciones primeras estaba el dedicar espacio a los sellos independientes que han surgido y surgen en los últimos tiempos. Cosa que hemos hecho y seguimos haciendo.
    -Que en el espíritu inicial estaba también el servir de recomendadores cualificados de lecturas a cualquier persona que ame los libros. Por eso nuestras reseñas siempre son positivas. La cualificación de los críticos es innegable. En ellos radica todo el valor de la página, que es mucho.
    -En La Tormenta en un Vaso a menudo recibimos comentarios que desacreditan la labor de nuestros críticos, a veces con un estilo facilón, insultante, cínico. Todos los críticos sabemos lo fácil que es escribir un texto en el cual mofarse del trabajo ajeno signifique enaltecerse uno mismo. Por eso, si los comentarios de ese estilo no llevan la firma de sus autores, no los publicamos. Somos de la opinión que todo puede decirse -incluso lo peor- pero a cara descubierta.
    -Por último: no dejéis de leer «Yo confieso». Es una novela maravillosa, de las que nos recuerdan que la vileza siempre tiene sus motivos.

    Care Santos

    • Vamos a ver, querida Care, que hay algo de lo que no dudo: de tu inteligencia.
      ¿No te das cuenta que decir «crítica positiva» es una falta de respeto a la inteligencia del lector? Quien lee una reseña quiere que le cuenten la verdad, no la parte positiva de los libros que el crítico lee. Tampoco quiere que ese crítico, si lee un mal libro, se guarde en el cajón la reseña o la publique en otro foro. Para que un buen lector establezca una relación de confianza con un crítico es necesario que lo vea ejercer de crítico en toda la amplitud del término. Necesitamos (perdón por incluirme en la categoría de «buena lectora») también ver a nuestro crítico decir la verdad le duela a quien le duela.
      Care, cariño, la vida no es de color de rosa (como nos quieres hacer creer en esos artículos que firmas en Mujer hoy como «La super mami») la vida es cabrona y maravillosa al mismo tiempo. Y los libros, los buenos, igual. Tú lo sabes, como escritora, mejor que yo. Entonces, déjate de tonterías como esa de «crítica positiva» y cojamos el toro por los cuernos, con un par, como Mujeres que somos. Con mayúscula.
      Yo sé que el mundo literario solo te deja ese espacio chiquitito de mujer simpática y agradable. Lo sé porque todo en la sociedad española está dominado por machistas, la literatura tambien. Soy consciente de que sabes que si quieres tener éxito debes ser graciosa y no muy ruidosa. Umbral, Cela o Sánchez Dragó, solo se puede ser siendo hombre. Lo sé. Pero en ese caso, si lo que quieres es vender libros, déjate lo de la crítica. De verdad, monina. Si te metes hazlo de verdad, sin miedo a ser incómoda y a que te tiren de las orejas. Y si quieres conservar tu posición, el trocito de fama que te han regalado los hombres, dejate la crítica y no hagas el ridículo.
      Un beso
      Guapa
      La sargento Margaret

  18. Octavio dijo:

    Cuanto daño hizo Juan Malherido, todos queréis ser él. Se os ve el plumero. xD

  19. Antonio dijo:

    Octavio debe ser muy amigo de Care, también se le ve el plumero bastante.

  20. Octavio dijo:

    Lo que resta credibilidad (y seriedad) es criticar y luego no aceptar las criticas que se nos hacen. Si difiero de vuestra opinión es, parece ser, por ser amigo de Care, de lo que se deduce que quien la critica a ella debe ser su enemigo. Acabaramos.

  21. "soy tu padre" dijo:

    Hace dos dias que os sigo, os encontré estando en el trabajo en mi tiempo de descanso (soy enfermero) y buscando alguna reseña al libro que estoy leyendo en la actualidad (HHhH). La encontré, y a raíz de ella, me adentré en vuestro blog y me gusta el estilo que adoptais. Quería decíroslo. Os voy a seguir leyendo.

    • Querido padre:
      Nos alegramos mucho de que te sientas cómodo en este sitio. Las chicas de la patrulla (Daphne, Samantha, Josephine y Margaret, servidora) te damos la bienvenida.
      Un cordial saludo
      LA PATRULLA DE SALVACIÓN

  22. Un artículo fantástico, chicas de la Patrulla. Me tomo la libertad de dejaros un enlace a un estudio que acabo de publicar en El Tiramilla. En él os menciono y hablo un poco de la situación en general de la crítica negativa, haciendo especial hincapié en la de literatura juvenil.
    http://eltiramilla.com/la-critica-negativa/

    Sólo quería compartirlo con vosotras. Un abrazo, os sigo de cerca.

    • Un trabajo magnífico el tuyo, querido Oscar.
      Animo a todos los seguidores de este blog a que pinchen en el enlace que metes en tu comentario. Es muy positivo lo que haces. Si los chicos y chicas de la cantera literaria se acostumbran a la honestidad (y ven en ella el mejor camino para contribuir a la mejora de la calidad de lo que se escribe) puede que dentro de unos años nos encontremos con un mundo editorial más limpio y no lleno de porquería como el actual.
      En tu artículo das palos a todos, incluso a nosotras. Asumimos la crítica con templanza y deportividad. Además nos ha hecho reflexionar.
      Enhorabuena!!
      Un fuerte abrazo
      La sargento Margaret

  23. Ana dijo:

    Cualquiera puede entender que se haga «crítica positiva», si así además se especifica. Es decir, se comentan los libros que son buenos, o que se lo han parecido a estos críticos, y por qué. Está claro lo que queda fuera: los malos o los que a estos críticos no les han gustado. A buen entendedor…

  24. Carmina dijo:

    Hay otra cuestión que me parece digna de resaltar: son las entrevistas que hacen algunos colaboradores de Care, sin tener idea de qué y cómo preguntar. Es el caso de la entrevista que le hacen a Eslava Galán sobre su última novela «Las últimas pasiones del caballero Almafiera». La entrevistadora hace preguntas larguísimas y sin venir a cuento. He sentido verguenza ajena.

  25. Juan de Benito Torres dijo:

    ¿Vergüenza ajena por formular preguntas largas?, ¿no iban sobre el autor, la novela o la época? y, ¿dejas pasar un año para formular este profundo comentario? Uy, eso me suena a ataque personal y directo, querida, quienquiera que seas, tal vez varón. También algo mezquino.

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